10 The Wolf and the Kid

español

start

AESOP

The Wolf and the Kid

There was once a little Kid whose growing horns made him think he was a grown-up Billy Goat capable of taking care of himself. So, one evening when the flock started home from the pasture and his mother called, the Kid paid no heed and kept right on nibbling the tender grass. A little later when he lifted his head, the flock was gone. He was all alone. The sun was sinking. Long shadows came creeping over the ground. A chilly little wind came creeping while making some scary noises in the grass.

The Wolf and the Kid

The Wolf and the Kid

The Kid shivered as he thought of the terrible Wolf. He gazed intently at the field, bleating for his mother. But not half-way, near a clump of trees, there was the Wolf! The Kid knew there was little hope for him. "Please, Mr. Wolf," he said trembling, "I know you are going to eat me. But first please pipe me a tune, for I want to dance and be merry as long as I can.“ The Wolf liked the idea of a little music before eating, so he struck up a merry tune and the Kid leaped and frisked gaily.

The Wolf and the Kid

Meanwhile, the flock was moving slowly homeward. In the still evening air, the Wolf's piping carried far. The Shepherd Dogs picked and recognized with their ears the song the Wolf sings before a feast and in a moment, they were racing back to the pasture. The Wolf's song ended suddenly, and as he ran, with the Dogs at his heels, he called himself a fool for turning piper to please a Kid, when he should have stuck to his butcher's trade.

THE END

Play!

The Wolf and the Kid

The Wolf and the Kid

The Wolf and the Kid

Menu

FIN

ESOPO

El Lobo y el Cabrito

Mientras tanto, el rebaño se movía lentamente a casa. En el aire quieto de la tarde, la flauta del Lobo llegaba lejos. Los perros captaron y reconocieron con sus orejas la canción que canta el lobo antes de un festín y en un momento, estaban corriendo de regreso al pasto. La canción del Lobo terminó de repente, y mientras corría, con los Perros pisándole los talones, se llamó tonto a sí mismo por volverse gaitero para complacer a un Cabrito, cuando debería haberse apegado a su oficio de carnicero.

Había una vez un Cabrito cuyos cuernos en crecimiento le hicieron pensar que era un macho cabrío adulto, capaz de cuidar de sí mismo. Así que una noche, cuando el rebaño regresó a casa desde el pasto y su madre llamó, el Cabrito no hizo caso y siguió mordisqueando la hierba tierna. Un poco más tarde, cuando levantó la cabeza, el rebaño se había ido. Estaba completamente solo. El sol se estaba hundiendo. Largas sombras llegaron arrastrándose sobre el suelo. Un poco de viento helado vino arrastrándose haciendo algunos ruidos aterradores en elpasto. El Cabrito se estremeció al pensar en el terrible Lobo. Luego observó intensamente el campo, llamando a su madre. Pero a menos de medio camino, cerca de un grupo de árboles, ¡estaba el Lobo! El Cabrito sabia que no tenía muchas esperanzas. "Por favor, señor Lobo", dijo temblando, "sé que me va a comer. Pero primero, por favor tóqueme una melodía, porque quiero bailar y divertirme el tiempo que pueda". Al Lobo le gustó la idea de un poco de música antes de comer, así que empezó a tocar una melodía alegre y el Cabrito saltó y retozó alegremente.