El misterio del libro embrujado
Raquel Domínguez
Created on May 3, 2021
Over 30 million people create interactive content in Genially.
Check out what others have designed:
LETTERING PRESENTATION
Presentation
ARTICLES
Presentation
PROMOTING ACADEMIC INTEGRITY
Presentation
HISTORY OF THE CIRCUS
Presentation
AGRICULTURE DATA
Presentation
LAS ESPECIES ANIMALES MÁS AMENAZADAS
Presentation
WATER PRESERVATION
Presentation
Transcript
EL MISTERIO del LIBRO EMBRUJADO
Sebastián iba casi todos los días a la biblioteca. Pasaba el rato hojeando libros, pero sin mostrar interés alguno. No le quedaba más remedio que quedarse allí, mientras esperaba a que su madre le fuera a buscar después de salir de una de sus clases, justo al lado del edificio.
Un día Sebastián descubrió un libro apartado en lo alto de una de las estanterías más recónditas de la biblioteca. Apenas se veía bajo la gruesa capa de polvo que lo cubría. A duras penas podía intuirse que el libro era de color azulón con algunos detalles posiblemente en color dorado o plateado.
Chico, ahí arriba no hay más que unos papeles viejos y sucios que alguien debe haber olvidado retirar
Picado por la curiosidad, Sebastián se acercó a la bibliotecaria. -Perdone, ¿puedo coger ese libro? -¿Qué libro? -Aquel de ahí arriba, el que está apartado de los demás. La bibliotecaria miró hacia donde le indicaba el niño. Intentando disimular un gesto de susto y sorpresa, le dijo:
A Sebastián no le gustó la respuesta, así que decidió buscar la forma de subir a coger el libro polvoriento. En ello estaba cuando oyó una voz que le llamaba: -Pst, pst. ¡Eh, tú, jovencito! -¿Quién anda ahí? La voz salía de detrás de una de las estanterías cercanas. -Deja ese libro. Está embrujado. -No digas bobadas. Además, ¿quién eres tú? Sal para que te vea. No hubo respuesta. Sebastián intentó localizar a la persona misteriosa, pero no encontró a nadie por allí. Quien fuera ya se había ido.
Pero Sebastián estaba convencido de que se trataba de un libro y, por la cara que había puesto, debía ser algo importante. -Disculpe, hasta donde he alcanzado a ver se trata de un libro. La bibliotecaria no sabía qué hacer. Era evidente que el niño estaba aún más interesado en el volumen que descansaba en lo alto de la vieja estantería. -Solo puedes coger los libros que están etiquetados y colocados en las baldas de las estanterías. Sea lo que sea eso no está disponible para préstamo ni para consulta.
¿Qué crees que ocurre?