7mo c
Tabata Llerena
hachishakusama
Hachishacusama una leyenda japonesa tambien conosida como la dama de 8 pies es un demonio de una señora que atormenta a los niños, ronda los lugares concuridos por niños y cuando consigue al indicado lo persigue emitiendo un sonido Po…po…po…po...
hace mucho tiempo el demonio de hachishakusama fue encerrado en tres figuras de ceramica llamadas JIZO sin embargo hubo un derrumbe que desturuyo la cueva en la que estaban las JIZO se rompio una de ellas y el espectro escapó
Se dice que puede aparecer más fácilmente en las zonas rurales, en campos de cultivo como de arroz o trigo. Ella vaga buscando un pequeño niño para raptarlo.
La primera persona en narrar su encuentro con Hachishakusama fue una mujer que tenía 18 años al momento de compartir la historia ocurrida tenía diez años
Ella escuchó una masculina y profunda voz que repetía una y otra vez: po…po…po…po…po… La niña compartió la experiencia con sus abuelos quienes escuchaban atentamente, hasta escuchar sobre la altura y las expresiones de la dama en cuestión
“Le has gustado a Hachishakusama”El abuelo volvió acompañado de una brujaque pretendía hacerle frente a La respetable dama de ocho pies de altura, ella puso un tazón con sal en cada una de las esquinas de la habitación
Una estatua de Buda para rezarle en caso de tener miedo, y un pergamino especificando que bajo ninguna circunstancia debía abrir esa puerta hasta las siete de la mañana del día siguiente, después la dejaron sola encerrada bajo llave.
No tardó mucho para que empezara a escucharse po…po…po…po…po…, anunciando que la Hachishakusama estaba cerca, la pobre niña moría de miedo, hasta que escuchó la voz de su abuelo preguntando como se sentía
la niña recordó muy bien las instrucciones antes de salir, y prefirió arrodillarse frente al Buda y rezar mientras su miedo crecía junto con los sonidos de la mujer, y al ver que la sal de los cuencos se tornaba oscura.
La noche fue eterna para todos, pero el día finalmente llegó, y al salir toda su familia estaba ahí para recibirla, y llevarla lejos de ahí, a un lugar donde la mujer de ocho pies no pudiese encontrarla.