02 OCTUBRE 2024- Oraciones de la mañana HHCC
Hijas de la Caridad
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Oraciones de la mañana
2024-2025
octubre
3ª SEMANA
4ª SEMANA
5ª SEMANA
Canciones del mes
2
PRIMARIA
SECUNDARIA
iNFANTIL
INFANTIL
PRIMARIA
SECUNDARIA
3
Educación Vicenciana
1ª SEMANA
2ª semana
Martes
Evangelio de cada día
Miércoles
1 de octubre
2 de octubre
3 de octubre
4 de octubre
Jueves
PRIMARIA
1
INFANTIL
SECUNDARIA
Viernes
PRIMARIA
INFANTIL
SECUNDARIA
4
“Quien os dé a beber un vaso de agua en atención a que sois del Mesías os aseguro que no perderá su paga”. (Mc 9, 41) Hacemos silencio, nos sentamos bien con las manos sobre la mesa o en nuestras rodillas, cerramos los ojitos, respiramos profundamente, llenando nuestras tripitas como si fueran globos, y expulsamos lentamente ese aire, vaciando nuestros globos, lo repetimos varias veces, cuando ya estamos bastante relajados, nos ponemos en presencia de Dios… En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. ¿Te ha pasado alguna vez que cuando te levantas por la mañana no te encuentras muy feliz? ¿Algún día te sientes un poquito más triste, y sin saber por qué? Eso nos pasa a todos… Observa la siguiente imagen… piensa qué significa esa frase… qué significan los colores… ¿Sabes? Cuando te sientas así: un poquito triste, no tan contento como los demás, o un poco preocupado por alguna razón… debes buscar dentro de ti la fuerza y la alegría para vivir un día feliz… Eso es lo que significa poner un “paraguas de colores” a los días grises. Porque el color gris se refiere a lo no tan bonito ni alegre…. Y los colores simbolizan los sentimientos agradables: alegría, amor, cariño, amistad, respeto, cuidado de la naturaleza, ayuda… Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Quien os dé a beber un vaso de agua en atención a que sois del Mesías os aseguro que no perderá su paga”. (Mc 9, 41) ¡Buenos días! Nos serenamos, hacemos silencio por dentro y por fuera, no permitas que nada ni nadie te distraiga en este momento tan importante. Vamos dejando nuestro cuerpo cada vez más quieto. Nos sentamos correctamente, nuestra espalda recta, los pies tocando el suelo, enraizados con nuestro planeta que es regalo de Dios. Cerramos nuestros ojos, y ponemos toda nuestra atención en la respiración… Cogemos aire, lo soltamos despacito… (3 veces). Cae en la cuenta de que Dios está contigo, escuchando lo que hoy le quieres decir y esperando que también lo escuches a Él. Y ahora, que nos encontramos tranquilos y serenos, podemos comenzar nuestra oración de la mañana: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Observa la imagen detenidamente… Procésala, piensa en lo que ves: los colores, los personajes… y sobre todo el diálogo… Ojalá no hagas trampa ahora: CIERRA LOS OJOS. ¿Serías capaz de recordar el mayor número posible de palabras que se encuentran en la “tierra”? Hay 10. Ojalá sigas sin hacer trampa… Probablemente no las recuerdes todas. Es normal. SIGUE SIN MIRAR. Piensa ahora en qué tipo de cualidades, de valores, de cosas buenas debe tener y cuidar una persona desde que es pequeña… Te ayudamos: respeto, amor… ¡¡¡SIGUE tú!!! ¿Ves que es fácil? Quizás sea un poco más difícil vivirlo y ayudar a los demás a vivirlo. Pero de eso se trata: de ser buenas personas, como lo fue Jesús, que pasó haciendo el bien. Que en esta semana cada uno de vosotros seáis sembradores de amor, sencillez, entrega, esperanza, solidaridad, donación, voluntad, humildad, caridad, alegría…. Y PACIENCIA. ¡Buena semana! Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Quien os dé a beber un vaso de agua en atención a que sois del Mesías os aseguro que no perderá su paga”. (Mc 9, 41) Para empezar este día de hoy de una manera más receptiva, primero, te invito a tomar conciencia de la vida que está dentro de ti. Para ello, buscamos una postura cómoda en la que seamos conscientes de nuestro cuerpo. Sentimos el peso de nuestro cuerpo en la silla. Observo todo el mecanismo incontrolado de las distintas partes de nuestro cuerpo. Si tengo un dolor o un pensamiento molesto, los localizo con la atención. Cerramos los ojos y vamos a observar nuestra respiración, sin forzarla. Observamos como el aire entra y sale en un proceso natural en el que Dios nos acompaña. Ahora voy a respirar más profundamente tres veces y a cada exhalación voy expulsando las molestias. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Observa durante unos instantes las dos imágenes. ¿En qué se diferencian? ¿Qué semejanzas puedes sacar de ellas? ¿Qué prefieres: ser luz o persona nublada? Oración Señor, con tu ayuda queremos ser LUZ para la gente, queremos compartir la vida ayudando a otros. Tú eres la LUZ del mundo si lo pacificas, - si vives con buen ánimo y esperanza en Dios, - si amas al otro más que a ti, - si estás dispuesto a perder y que gane él. Tú eres la LUZ del mundo si eres libre en la verdad, - si levantas la bandera de la paz y de la justicia, - si ofreces incondicionalmente tu ayuda y amistad. - si siembras la paz en el corazón de los que tratas. Somos la LUZ del mundo si os dais la mano en cadena solidaria, - si os sabéis perdonar y valorar, - si lleváis el amor entre todos vosotros, - y si vivís en comunidad y en unión. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre, mujer que supo …: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Quien os dé a beber un vaso de agua en atención a que sois del Mesías os aseguro que no perderá su paga”. (Mc 9, 41) ¡Buenos días! Comenzamos un nuevo día y, con él, una nueva oportunidad para disfrutar de la VIDA y contribuir a que la vida de otros sea mejor. ¿Te animas? En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Hoy vamos a escuchar una canción… la letra bien pudiera decirla un amigo nuestro, nuestros padres… Dios también podría decírnoslo a cada uno de nosotros. ¿Y tú? ¿Se la podrías decir a alguien? Escucha bien… REFLEXIONAMOS
- «Grítale a la vida...». ¿Qué te gustaría gritarle a la Vida? ¿Pedirle al Señor? ¿Qué es lo que más desea tu corazón?
- «Quiero decirte que, pase lo que pase, tú siempre podrás contar conmigo; que, cuando te caigas, te atrapen los miedos, estaré contigo». Cierra los ojos y piensa en esa persona a la que le dirías estos versos de la canción. Piensa también en quién te los podría recitar a ti.
- ¿Y has caído en la cuenta de que eso es lo que te dice Jesús cada día: «Cuenta conmigo, estoy contigo, te escucho...»? ¿Y si le damos gracias por ser ese compañero que no falla nunca?
“Quien os dé a beber un vaso de agua en atención a que sois del Mesías os aseguro que no perderá su paga”. (Mc 9, 41) ¡Buenos días! Nos serenamos, hacemos silencio por dentro y por fuera, no permitas que nada ni nadie te distraiga en este momento tan importante. Vamos dejando nuestro cuerpo cada vez más quieto. Nos sentamos correctamente, nuestra espalda recta, los pies tocando el suelo, enraizados con nuestro planeta que es regalo de Dios. Cerramos nuestros ojos, y ponemos toda nuestra atención en la respiración… Cogemos aire, lo soltamos despacito… (3 veces). Cae en la cuenta de que Dios está contigo, escuchando lo que hoy le quieres decir y esperando que también lo escuches a Él. Y ahora, que nos encontramos tranquilos y serenos, podemos comenzar nuestra oración de la mañana: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Escuchamos esta canción de Rossana, que nos invita a sonreír, a estar alegres: Oración Gracias Señor, porque podemos ser fuertes. Gracias Señor, porque podemos ser sinceros. Gracias Señor, porque somos alegres Gracias Señor, por la vida que nos das. Gracias Señor, porque nos quieres libres. Gracias Señor, porque nos das responsabilidades. Gracias Señor, porque somos capaces de tener amigos. Gracias Señor, porque así podemos hacer un mundo de hombres hermanos. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Quien os dé a beber un vaso de agua en atención a que sois del Mesías os aseguro que no perderá su paga”. (Mc 9, 41) Hacemos silencio, nos sentamos bien con las manos sobre la mesa o en nuestras rodillas, cerramos los ojitos, respiramos profundamente, llenando nuestras tripitas como si fueran globos, y expulsamos lentamente ese aire, vaciando nuestros globos, lo repetimos varias veces, cuando ya estamos bastante relajados, nos ponemos en presencia de Dios… En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. ¡Buenos días! Saludamos a Jesús… Y con la canción que vamos a escuchar, vamos a dar gracias a cada compañero, a cada persona con la que nos encontramos cada día: Oración Buenos días, Jesús, amigo mío, gracias porque nos das el nuevo día para poder compartir entre todos y para todos. Porque nos das el sol que nos alumbra y nos da calor, el agua que nos refresca y nos lava. Gracias por los pájaros, y los animales que nos dan vida. Gracias porque me permites compartir el día con mis amigos, que me ayudan a ser más hijo tuyo. Gracias por las cosas bellas. Buenos días, Jesús. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
Empezamos la oración diciendo: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN
“Quien os dé a beber un vaso de agua en atención a que sois del Mesías os aseguro que no perderá su paga”. (Mc 9, 41) Hacemos silencio, nos sentamos bien con las manos sobre la mesa o en nuestras rodillas, cerramos los ojitos, respiramos profundamente, llenando nuestras tripitas como si fueran globos, y expulsamos lentamente ese aire, vaciando nuestros globos, lo repetimos varias veces, cuando ya estamos bastante relajados, nos ponemos en presencia de Dios… En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Los maestros tienen una labor muy especial y única porque hacen un trabajo muy importante a la hora de ayudar a los niños a aprender, crecer y tener éxito en la vida. Piensa en tus profes… El sábado 5 de octubre se celebra el Día Mundial del Docente: En este Día Mundial de los Docentes, que se celebra cada año el 5 de octubre, les damos las gracias por todo el duro trabajo que realizan. ¡Gracias, profes! Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre. ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Quien os dé a beber un vaso de agua en atención a que sois del Mesías os aseguro que no perderá su paga”. (Mc 9, 41) ¡Buenos días! Nos serenamos, hacemos silencio por dentro y por fuera, no permitas que nada ni nadie te distraiga en este momento tan importante. Vamos dejando nuestro cuerpo cada vez más quieto. Nos sentamos correctamente, nuestra espalda recta, los pies tocando el suelo, enraizados con nuestro planeta que es regalo de Dios. Cerramos nuestros ojos, y ponemos toda nuestra atención en la respiración… Cogemos aire, lo soltamos despacito… (3 veces). Cae en la cuenta de que Dios está contigo, escuchando lo que hoy le quieres decir y esperando que también lo escuches a Él. Y ahora, que nos encontramos tranquilos y serenos, podemos comenzar nuestra oración de la mañana: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. ¿Sabes cuántos profesores hay en el mundo? ¡Más de 90 millones! Son muchos profesores que ayudan a los niños a aprender. La educación es un derecho humano y todos los niños deberían recibir educación gratuita, pero, por desgracia, millones de niños en el mundo no asisten a la escuela. La mayoría de ellos viven en lugares donde la vida es difícil: algunos viven en zonas pobres o lejos de las ciudades o en países en guerra. Una de las razones por las que tantos niños no pueden ir a la escuela es que no hay suficientes maestros en el mundo. Para garantizar que todos los niños puedan ir a la escuela en 2030, necesitaremos 69 millones de docentes más en el mundo. ¿Te gustaría ser docente algún día? El sábado 5 de octubre se celebra el Día Mundial del Docente: La docencia puede ser una tarea difícil porque los profesores deben ayudar a todos sus alumnos, y cada uno de ellos tiene necesidades diferentes. A menudo hay muchos niños en una clase. Los profesores trabajan muchas horas y tienen muchas responsabilidades. Así que, ¡tómate un momento para pensar en cuántos momentos agradables he pasado con tantos profes que he tenido! ¡¡¡GRACIAS; Profe!!! Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Quien os dé a beber un vaso de agua en atención a que sois del Mesías os aseguro que no perderá su paga”. (Mc 9, 41) Nos sentamos con una postura correcta, cómoda, que nos ayude a ponernos en contacto con nosotros mismos, dejando a un lado todo lo demás. Intentamos no pensar en otras cosas, este momento es para mí… para cada uno podamos encontrarnos con nosotros mismos y con Dios, por eso respeto este momento con mi silencio. Cierro los ojos, intento no mirar a nadie más… Hago tres respiraciones profundas, dándome cuenta de cómo tomo el aire y cómo lo expulso. Me preparo para encontrarme conmigo mismo y con Dios en la oración. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Desde 1994, el 5 de octubre está marcado en el calendario de todos los docentes: es el día mundial del docente, elegido por la UNESCO para conmemorar esta profesión. El sábado se celebra el Día Mundial del Docente. Observa este vídeo: Según la UNESCO, se necesitan 69 millones más de docentes de aquí a 2030 para proporcionar una educación básica universal. En un mundo en plena transformación, en el que la realidad cambia cada día, maestros y profesores son piezas clave para que la sociedad sea capaz de adaptarse a las nuevas realidades. Ellos pasan su conocimiento a los más pequeños. Gracias a todos los educadores que hacéis un trabajo esencial cada día y formáis parte de una comunidad educativa comprometida, que hace posible el cambio social. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Quien os dé a beber un vaso de agua en atención a que sois del Mesías os aseguro que no perderá su paga”. (Mc 9, 41) Hacemos silencio, nos sentamos bien con las manos sobre la mesa o en nuestras rodillas, cerramos los ojitos, respiramos profundamente, llenando nuestras tripitas como si fueran globos, y expulsamos lentamente ese aire, vaciando nuestros globos, lo repetimos varias veces, cuando ya estamos bastante relajados, nos ponemos en presencia de Dios… En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. LA FAMILIA "Había una vez, en una casa, un niño que se llamaba Álvaro. Álvaro vivía con sus padres y su hermana Elena. Todos los días, compartían momentos felices juntos: en el desayuno, cuando iban caminando al colegio, cuando volvían por la tarde, por la noche antes de irse a la cama, cuando jugaban juntos, los fines de semana cuando salían a pasear... Cocinaban, jugaban, y se cuidaban entre ellos. Pero un día, Álvaro se sintió triste en la escuela, porque vio a dos niños que discutieron y se pelearon y dejaron de jugar… Cuando llegó a casa, se lo contó a sus padres… les dijo que él no quería peleas ni discusiones, que quería que todos nos llevásemos bien… Sus padres y su hermana Elena le dieron un abrazo y se sintió mucho mejor. En la Biblia, también aprendemos sobre la familia de Jesús. María y José eran sus padres, y él creció en un hogar lleno de amor y comprensión, de paz y de alegría. Jesús nos muestra la importancia de la familia y cómo debemos amarnos y cuidarnos entre nosotros, sin discutir. Después de escuchar esta historia, niños… Cerrad los ojos, pensad en vuestra familia, en vuestros compañeros de clase… ¿Verdad que es muy bonito llevarnos bien, compartir nuestros juguetes y estar alegres? ¿Cómo te sientes cuando alguien te presta sus cosas y jugáis juntos? Jesús, te damos gracias por nuestros compañeros y profes, por nuestras familias y por el amor que nos dan. Gracias por cuidarnos y estar con nosotros en cada momento. Te pedimos que sigas protegiendo a nuestras familias y a todos nosotros. Amén. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Quien os dé a beber un vaso de agua en atención a que sois del Mesías os aseguro que no perderá su paga”. (Mc 9, 41) ¡Buenos días! Nos serenamos, hacemos silencio por dentro y por fuera, no permitas que nada ni nadie te distraiga en este momento tan importante. Vamos dejando nuestro cuerpo cada vez más quieto. Nos sentamos correctamente, nuestra espalda recta, los pies tocando el suelo, enraizados con nuestro planeta que es regalo de Dios. Cerramos nuestros ojos, y ponemos toda nuestra atención en la respiración… Cogemos aire, lo soltamos despacito… (3 veces). Cae en la cuenta de que Dios está contigo, escuchando lo que hoy le quieres decir y esperando que también lo escuches a Él. Y ahora, que nos encontramos tranquilos y serenos, podemos comenzar nuestra oración de la mañana: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. SEÑALES DE HUMO El único sobreviviente de un naufragio llegó a la orilla de la playa de una lejana y deshabitada isla. Todos los días oraba fervientemente, pidiéndole a Dios que lo rescatara; y todos los días miraba al horizonte esperando que le rescataran, pero los días iban pasando y la esperanza se iba apagando. Cansado y deprimido, eventualmente empezó a construir una pequeña cabaña con la madera del naufragio para protegerse de los elementos y proteger las pocas posesiones que con mucho esfuerzo había encontrado en la isla. Un día al regresar de andar buscando comida, encontró que la pequeña cabaña se había quemado, el humo subía hacia el cielo. Lo peor que le sucedió fue que había perdido hasta las pocas cosas que tenía. El pobre estaba consternado, desanimado, confundido y lleno de dolor. Herido, furioso lloró amargamente y le gritó a Dios diciendo: ¿Cómo puedes hacerme esto? Lloró impotentemente lamentándose de todo lo que le había pasado y de cómo Dios le había quitado todo, aun sus pocas pertenencias. Desconsolado se quedó dormido sobre la arena. Al día siguiente, temprano por la mañana le despertó el sonido lejano de un barco que se acercaba a la isla. Cuando vinieron a rescatarlo él preguntó cansado y perplejo a los marineros: ¿Cómo sabían que yo estaba aquí? Ellos le contestaron: «Vimos las señales de humo que nos hiciste…» REFLEXIONAMOS
- ¿Qué es lo que más te ha llamado la atención del cuento?
- Piensa un momento... Descubre un momento de tu vida en el que las cosas han ido bien, se ha solucionado un problema... «por casualidad». ¿No será que Dios ha intervenido para salvarte?
“Quien os dé a beber un vaso de agua en atención a que sois del Mesías os aseguro que no perderá su paga”. (Mc 9, 41) ¡Buenos días! Terminando ya la semana, nos situamos una vez más ante Dios, intento hacer silencio por fuera, ¡y por dentro! Y me muestro dispuesto a escuchar… Tal vez hayamos oído alguna vez esta historia, pero siempre es bueno reflexionar una vez más sobre lo malo o lo bueno que nos ocurre y qué podemos hacer nosotros por los demás. Iniciamos la oración con este gesto tan importante: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. UNA HABITACIÓN CON VISTAS Dos hombres, ambos enfermos de gravedad compartían el mismo cuarto del hospital. A uno de ellos se le permitía sentarse durante una hora en la tarde, para drenar el líquido de sus pulmones. Su cama estaba al lado de la única ventana de la habitación. El otro tenía que permanecer acostado de espaldas todo el tiempo. Conversaban incesantemente todo el día y todos los días, hablaban de sus esposas y familias, sus hogares, empleos, experiencias durante sus servicios militares y sitios visitados durante sus vacaciones. Todas las tardes cuando el compañero ubicado al lado de la ventana se sentaba, se pasaba el tiempo relatándole a su compañero de cuarto lo que veía por la ventana. Con el tiempo, el compañero acostado de espaldas que no podía asomarse por la ventana se desvivía por esos períodos de una hora durante el cual se deleitaba con los relatos de las actividades y colores del mundo exterior. La ventana daba a un parque con un bello lago. Los patos y cisnes se deslizaban por el agua, mientras los niños jugaban con sus botecitos a la orilla del lago. Había flores multicolores en un paisaje con árboles majestuosos y en la distancia, una bella vista de la ciudad. A medida que el Señor cerca de la ventana describía todo esto con detalles exquisitos, su compañero cerraba los ojos e imaginaba un cuadro pintoresco. Pasaron los días y las semanas y una mañana, trasladaron al compañero de la ventana. El otro día el otro señor, con mucha tristeza pidió que lo trasladaran a él cerca de la ventana. A la enfermera le agradó hacer el cambio y luego de asegurarse de que estaba cómodo, lo dejó solo. El señor con mucho esfuerzo y dolor se apoyó de un codo para poder mirar al mundo exterior por primera vez. Finalmente tendría la alegría de verlo por sí mismo. Se esforzó para asomarse por la ventana y lo que vio fue la pared del edificio de al lado. Le preguntó a la enfermera por qué su compañero de habitación le contaba que veía todo aquello si no era cierto. A lo que ella respondió: -Posiblemente fuese para darle ánimos a usted, ya que él era ciego. Recordad siempre una cosa… no puedo cambiar lo que me sucede, las cosas que vivo, lo que tengo, mi familia, lo que me ha ocurrido… Pero lo que SÍ puedo cambiar es mi reacción y mi actitud hacia todo ello. Solo yo soy dueño de mis reacciones. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a Ella: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
Martes
8 de octubre
Viernes
Jueves
Miércoles
Lunes
7 de octubre
Oraciones de la mañana
2024-2025
octubre
Educación Vicenciana
2ª semana
3ª SEMANA
1ª SEMANA
4ª SEMANA
5ª SEMANA
INFANTIL
SECUNDARIA
SECUNDARIA
INFANTIL
SECUNDARIA
SECUNDARIA
SECUNDARIA
INFANTIL
PRIMARIA
PRIMARIA
PRIMARIA
PRIMARIA
PRIMARIA
INFANTIL
INFANTIL
9 de octubre
10 de octubre
11 de octubre
“Dejad que los niños se acerquen a mí; no se lo impidáis, porque el reino de Dios pertenece a los que son como ellos”. (Mc 10, 14b) ¡Buenos días! Nos serenamos, hacemos silencio por dentro y por fuera. Vamos dejando nuestro cuerpo cada vez más quieto. Nos sentamos correctamente, nuestra espalda recta, los pies tocando el suelo. Cerramos nuestros ojos, y ponemos toda nuestra atención en la respiración… Cogemos aire, lo soltamos despacito… (3 veces). Cae en la cuenta de que Dios está contigo, escuchando lo que hoy le quieres decir y esperando que también lo escuches a Él. Y ahora, que nos encontramos tranquilos y serenos, podemos comenzar nuestra oración de la mañana: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Del Evangelio según San Marcos (Mc 10, 2-16) (Proponemos la última parte de la lectura para los más pequeños) Narrador: Acercaban a Jesús niños para que los tocara, pero los discípulos los regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: Jesús: «Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis, pues de los que son como ellos es el reino de Dios. En verdad os digo que quien no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él». Narrador: Y tomándolos en brazos los bendecía imponiéndoles las manos. Palabra de Dios Amigo Jesús: Empezamos la semana, como una página en blanco, llena de sueños y posibilidades, de oportunidades nuevas para conocer, celebrar y compartir. Hoy nos dices que los niños son tus favoritos, que pertenecen al Reino aquellos que tienen la inocencia, la bondad y la confianza de los niños. Ayuda a nuestros papás y mamás a que nos enseñen quién eres Tú y que nos ayuden a conocerte mejor. Que aquí, en el cole, descubramos la alegría de ser tus amigos. ¿Qué quiere JESÚS? Quiere estar con los niños y que los niños están siempre con EL; porque El ama a cada uno de todo corazón. Es el mejor AMIGO de los niños. ¿Quién quiere ser amigo de JESÚS? El amigo de JESÚS es quien se parece a ÉL: tiene el corazón sencillo, sincero, cariñoso, obediente, alegre, y lleno de confianza, no tiene enemigo porque siempre perdona. Un niño amigo de Jesús es un niño alegre y feliz. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Dejad que los niños se acerquen a mí; no se lo impidáis, porque el reino de Dios pertenece a los que son como ellos”. (Mc 10, 14b) Nos sentamos con una postura cómoda, con la espalda recta y los pies en el suelo. Puedes poner las manos sobre las piernas… Relájate... Cierra los ojos, y céntrate en la respiración… Podemos poner una mano en el pecho (corazón)… y tratar de sentir nuestros latidos. Haz tres respiraciones profundas... Toma aire, expúlsalo… Despacio. Abre ahora despacio los ojos... Vamos a escuchar como cada lunes, el evangelio de ayer. Un evangelio de Marcos que es muy cortito, pero que nos enseña mucho. Estemos atentos a la palabra de Jesús. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Del Evangelio según San Marcos (Mc 10, 2-16) Narrador: En aquel tiempo, acercándose unos fariseos, preguntaban a Jesús para ponerlo a prueba: Fariseos: -«¿Le es lícito al hombre repudiar a su mujer?». Narrador: Él les replicó: Jesús: -«¿Qué os ha mandado Moisés?». Narrador: Contestaron: Fariseos: -«Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla». Narrador: Jesús les dijo: Jesús: -«Por la dureza de vuestro corazón dejó escrito Moisés este precepto. Pero al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre». Narrador: En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo. Él les dijo: Jesús: -«Si uno repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio». Narrador: Acercaban a Jesús niños para que los tocara, pero los discípulos los regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: Jesús: -«Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis, pues de los que son como ellos es el reino de Dios. En verdad os digo que quien no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él». Narrador: Y tomándolos en brazos los bendecía imponiéndoles las manos. Palabra de Dios Para reflexionar: En el evangelio de hoy, Jesús riñe a los apóstoles porque no dejan a los niños acercarse a él para que no le molesten y les corrige: “Dejad que los niños se acerquen a mí, no se lo impidáis”. Jesús, hoy nos dices que los niños son tus favoritos, que pertenecen a tu Reino los que son buenos y tienen la inocencia y la confianza de los niños. Ayuda a nuestros padres, para que nos eduquen lo mejor que puedan, y que juntos descubramos la felicidad de tenerte como un buen amigo, compartiendo lo que somos y tenemos con los demás. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Dejad que los niños se acerquen a mí; no se lo impidáis, porque el reino de Dios pertenece a los que son como ellos”. (Mc 10, 14b) Nos sentamos con una postura cómoda, con la espalda recta y los pies en el suelo. Puedes poner las manos sobre las piernas… Relájate... Cierra los ojos, y céntrate en la respiración… Podemos poner una mano en el pecho (corazón)… y tratar de sentir nuestros latidos. Haz tres respiraciones profundas... Toma aire, expúlsalo… Despacio. Abre ahora despacio los ojos... Y disponte a escuchar lo que Jesús te dice hoy a través de la reflexión/oración que vamos a hacer. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. En esta mañana te propongo traer a la oración lo que te sugieran estas dos imágenes… Obsérvalas con mucha atención… ¿Qué situación crees que reflejan cada una? ¿Se parecen en algo? ¿Hay alguna diferencia? Una diferencia es que una es una foto real y la otra es una representación de otra situación… ¿Estás de acuerdo? Estamos de acuerdo en que en las dos interpretamos a personas que no tienen dónde dormir, que no tienen casa… Desde el 10 de octubre del año 2010 se celebra el Día Mundial de las Personas sin Hogar, personas que carecen de una casa para vivir, viéndose en la obligación de vivir al aire libre, haga frío, llueva o haga calor… O en albergues debido a una ruptura de sus lazos familiares, o porque no tienen trabajo… Ojalá seamos sensibles a la realidad de las personas necesitadas de un hogar, de una vivienda digna; para que no cerremos nuestros ojos. Pidamos por todas las personas que no tienen una casa digna, para que encuentren ayudas. Que no seamos insensibles, que sepamos acogernos unos a otros… Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Dejad que los niños se acerquen a mí; no se lo impidáis, porque el reino de Dios pertenece a los que son como ellos”. (Mc 10, 14b) Comenzamos el día orando a través de una canción. Para ello colócate en una postura cómoda. Siente tu respiración. Observa cada inhalación que entra en tu cuerpo y cada exhalación a medida que sale de tu cuerpo. Deja que tu cuerpo respire sin esforzarte y siente en cada respiración la presencia de Dios que te acompaña. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Hay personajes de películas y libros que nos ayuden a ir descubriendo qué es lo mejor para nosotros y qué podemos ofrecer a los demás. En ocasiones por mucho que seas consciente de las muchas cualidades que tienes, aceptes tu realidad, conozcas tus miedos e intentes vencerlo… Hay días que parece que, si algo puede salir mal, saldrá mal. Hay días en que parece que solo tienes mala suerte, y lo ves todo oscuro. Antes de hacer las cosas ya estás pensando en qué no saldrá bien. Y, por si fuera poco, cuando te miras a ti mismo piensas que estás lleno de defectos. ¿Te ha pasado alguna vez? Simba también tuvo momentos así. Como bien sabes Simba, el Rey León, vivió una infancia difícil. En el momento en el que le toca liderar no se ve capaz, piensa que todo es negativo y, como consecuencia, abandona su manada. En este camino hacia el exilio conoce a Timón y a Pumba, los cuales intentan enseñarle su filosofía de vida. Ante los problemas de la vida, la actitud es fundamental. El Rey León - Hakuna Matata ¿Cómo ves tu vida: positiva o negativamente? ¿Eres capaz de ser feliz a pesar de que en ocasiones las cosas salgan mal? Simba encontró a Timón y Pumba, ¿tienes personas en tu vida como ellos, personas que consigan sacarte una sonrisa cuando estás triste? Te invito a que des las gracias a Dios por esas personas que aportan positividad a tu vida. Gracias, Señor, por… Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Dejad que los niños se acerquen a mí; no se lo impidáis, porque el reino de Dios pertenece a los que son como ellos”. (Mc 10, 14b) Nos sentamos con una postura cómoda, con la espalda recta y los pies en el suelo. Puedes poner las manos sobre las piernas… Relájate... Cierra los ojos, y céntrate en la respiración… Podemos poner una mano en el pecho (corazón)… y tratar de sentir nuestros latidos. Haz tres respiraciones profundas... Toma aire, expúlsalo… Despacio. Abre ahora despacio los ojos... Y disponte a escuchar lo que Jesús te dice hoy a través de la reflexión/oración que vamos a hacer. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Mañana se celebra el Día Internacional de la Niña. Celebrar este día nos devuelve a una realidad que muchas veces creemos olvidada: la diferencia que existe entre nacer hombre o mujer. ¿Qué pasaría si lo trasladamos al mundo de los más pequeños? Para ver las desigualdades que existen entre ambos géneros, retamos a niños de entre 4 y 11 años para ver cómo reaccionan ante diferencias tan simples como que la mujer, realizando el mismo trabajo, cobre un 25% menos que el hombre. Día Internacional de la Niña: EXPERIMENTO Vídeo: ¿Por qué existe un Día Internacional de la Niña? La decisión se tomó en diciembre de 2011 y fue aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, con la finalidad de reconocer los derechos de las niñas y los grandes problemas a los que se enfrentan en diversas regiones del mundo como matrimonios infantiles, entre otros. También tiene la intención de promover el empoderamiento de las niñas, es decir, que puedan formarse y tener las riendas de su propia vida. ¿Sabías que sólo el 40% de las niñas del mundo tienen acceso a la educación? ¿Te has parado a pensar alguna vez que ellas jamás tendrán la oportunidad, como tú o tus compañeros, de ser maestras, científicas o empresarias? Pidamos por esas niñas de todo en el mundo que viven en esta situación, para que puedan vivir en libertad, con dignidad, y sin ser oprimidas por la sociedad que les rodea. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Dejad que los niños se acerquen a mí; no se lo impidáis, porque el reino de Dios pertenece a los que son como ellos”. (Mc 10, 14b) Nos sentamos con una postura cómoda, con la espalda recta y los pies en el suelo. Puedes poner las manos sobre las piernas… Relájate... Cierra los ojos, y céntrate en la respiración… Podemos poner una mano en el pecho (corazón)… y tratar de sentir nuestros latidos. Haz tres respiraciones profundas... Toma aire, expúlsalo… Despacio. Abre ahora despacio los ojos... Y disponte a escuchar lo que Jesús te dice hoy a través de la reflexión/oración que vamos a hacer. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. ¡Buenos días! Comenzamos esta mañana con esta oración para ofrecer a Jesús todo lo que vamos a hacer a lo largo del día. Podemos leer todos juntos las frases que están en mayúsculas… las otras estrofas, la profe o alguno de nosotros. GRACIAS POR EL NUEVO DÍA Hoy, Señor, al comenzar este nuevo día te ofrezco las pequeñas cosas que suelo hacer cada día. GRACIAS POR EL NUEVO DÍA Gracias por levantarnos, por el desayuno, por poder ir al colegio y por estar con mis amigos. GRACIAS POR EL NUEVO DÍA Porque, aunque todo sea como siempre, es una oportunidad que me das para vivir poniendo amor en todo lo que hago. GRACIAS POR EL NUEVO DÍA Y que al final del día, sienta que estás a mi lado. GRACIAS, JESÚS. ¿Quieres dar las gracias por alguna persona en especial? ¿Por alguna cosa? Díselo a Jesús desde el corazón… Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Dejad que los niños se acerquen a mí; no se lo impidáis, porque el reino de Dios pertenece a los que son como ellos”. (Mc 10, 14b) Vamos haciendo silencio y nos preparamos para comenzar la oración. Ve dejando tu cuerpo sereno, aparta la pereza, la desgana o la preocupación y respira profundamente, llenándote de Vida... Deja que tus pulmones se llenen por completo y suelta el aire despacio, hasta vaciarte... 3 veces... Percibe, en un momento de silencio, el regalo de la vida, conéctate por dentro con las personas y las cosas que hay a tu alrededor, con aquellos a quienes quieres, toma conciencia de la suerte de estar aquí y ahora. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Vamos a terminar la semana con un consejo que Jesús nos dio: “Estad siempre alegres”. Voluntariado de la sonrisa Basta una leve sonrisa en tus labios: para levantar el corazón; mantener el buen humor; conservar la paz del alma; ayudar a la salud; embellecer la cara; despertar buenos pensamientos; Inspirar generosas obras. Contagia tu sonrisa: Esa sonrisa tiene muchos trabajos que hacer, ponla a servicio de Dios. Tu sonrisa es tu instrumento. Sonríe a los tristes. Sonríe a los tímidos. Sonríe a los amigos. Sonríe a los jóvenes. Sonríe a los ancianos. Sonríe a tu familia. Sonríe en tus penas. Sonríe en tus pruebas. Sonríe en tus soledades. Sonríe por amor de Dios. Deja que todos se alegren con la simpatía y belleza de tu cara sonriente. Reflexión Cuenta, si puedes el número de sonrisas que has distribuido entre los demás cada día; su número te indicará cuántas veces has contagiado alegría, satisfacción, ánimo, o confianza en el corazón de los demás. Estas buenas actitudes siempre son el principio de obras generosas y actos nobles. No te puedes imaginar cuánto puede contagiar tu sonrisa. Tu sonrisa puede llevar esperanza y abrir horizontes a los agobiados, a los deprimidos, a los descorazonados, a los oprimidos y a los desesperados. Tu sonrisa puede ser el primer paso que lleve hacia Dios. También sonríele a Dios. Sonríe a Dios, mientras trabajas cada día y eres bueno con los demás. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a Ella: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Dejad que los niños se acerquen a mí; no se lo impidáis, porque el reino de Dios pertenece a los que son como ellos”. (Mc 10, 14b) Vamos haciendo silencio y nos preparamos para comenzar la oración. Ve dejando tu cuerpo sereno, aparta la pereza, la desgana o la preocupación y respira profundamente, llenándote de Vida... Deja que tus pulmones se llenen por completo y suelta el aire despacio, hasta vaciarte... 3 veces... Percibe, en un momento de silencio, el regalo de la vida, conéctate por dentro con las personas y las cosas que hay a tu alrededor, con aquellos a quienes quieres, toma conciencia de la suerte de estar aquí y ahora. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. El 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la salud mental. Según la Organización Mundial de la Salud, «la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.» Lo sepas o no, con toda seguridad, alguien cercano a ti, está atravesando en estemomento un periodo que afecta a su salud mental, sea depresión, ansiedad, un trastorno alimenticio, estrés postraumático, etc. Todos estos hechos nos hablan, de que como sociedad, tenemos por delante un nuevo reto, transformar nuestro estilo de vida por uno más respetuoso, amable y tranquilo. Lo más maravilloso es que estos momentos se superan, se convive con ellos, se aceptan, se aprende de ellos. Celebrar este día nos hace tomar conciencia: 1.- De la importancia del autocuidado físico, emocional y mental. 2.- Que no estamos solos, que estamos juntos en esto. 3.- Que lo que no se ve también necesita ser mirado. Debemos tener herramientas, estrategias, para comprender y gestionar nuestras emociones. No sabemos dialogar con nosotros mismos. Muchas veces hay un ruido exterior e interior que nos impide descubrirnos por dentro…y por supuesto escuchar a Dios. Para ello necesitamos silencio, no tener miedo de conocernos y de ponerle nombre a lo que vivimos, a lo que sentimos. Debemos saber que dentro de la frustración existe la adaptación a las dificultades y problemas, lo que se llama “resiliencia”. A los problemas hay que hacerles frente y si se puede, salir reforzados de ellos. Día mundial de la salud mental ¡Cuida tu interior! ¡¡Cuídate por dentro!! Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Dejad que los niños se acerquen a mí; no se lo impidáis, porque el reino de Dios pertenece a los que son como ellos”. (Mc 10, 14b) Vamos haciendo silencio y nos preparamos para comenzar la oración. Ve dejando tu cuerpo sereno, aparta la pereza, la desgana o la preocupación y respira profundamente, llenándote de Vida... Deja que tus pulmones se llenen por completo y suelta el aire despacio, hasta vaciarte... 3 veces... Percibe, en un momento de silencio, el regalo de la vida, conéctate por dentro con las personas y las cosas que hay a tu alrededor, con aquellos a quienes quieres, toma conciencia de la suerte de estar aquí y ahora. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Hoy queremos dar gracias por las personas “singulares”. Singular es un adjetivo que se le pone a alguien cuando sus pensamientos y sus actos son diferentes a los comunes. Es verdad que todos somos diferentes, distintos, pero hay algunas personas que marcan la diferencia y destacan por su forma de pensar, sentir, hablar y actuar. Puede que a veces sean un poco raros, o tal vez, la singularidad la llevan por dentro, pero es verdad que estas personas suelen ser, por desgracia, el objetivo de burlas y críticas sin ninguna razón. Cada uno tenemos nuestros motivos y nuestra historia personal, que nos marcan en el carácter, en la personalidad, y no hay que juzgar a nadie por ser diferente. Al contrario, hay que valorarlo y aceptarlo. Si te sientes “singular”, “diferente”, ¡Felicidades, nos alegramos! Y si crees que el rarito es mi compañero, ese familiar mayor, o un conocido, no lo juzgues sin antes conocerlo y saber algo de él. Quién sabe, puede ser que tengas mucho a aprender de esa persona… ¡si quieres! Canción: “Gente diferente” (Silvia Buitrago) Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Dejad que los niños se acerquen a mí; no se lo impidáis, porque el reino de Dios pertenece a los que son como ellos”. (Mc 10, 14b) ¡Buenos días! Nos serenamos, hacemos silencio por dentro y por fuera. Vamos dejando nuestro cuerpo cada vez más quieto. Nos sentamos correctamente, nuestra espalda recta, los pies tocando el suelo. Cerramos nuestros ojos, y ponemos toda nuestra atención en la respiración… Cogemos aire, lo soltamos despacito… (3 veces). Cae en la cuenta de que Dios está contigo, escuchando lo que hoy le quieres decir y esperando que también lo escuches a Él. Y ahora, que nos encontramos tranquilos y serenos, podemos comenzar nuestra oración de la mañana: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Emanuel Etchegaray | HIMNO A LA CASA COMÚN ¿Con qué idea, imagen nos quedamos? Todo lo que vemos en la naturaleza, todo lo que nos rodea y nos permite vivir: el aire, el sol, la luna, el agua de los mares y de los ríos, las plantas y los árboles, y todos los animales... todos nos hablan de Dios, son una caricia de Dios. Todo lo que hay en el planeta, en la naturaleza, nos hace falta. nada sobra. Por eso es tan importante cuidar el planeta, cada ser vivo, el agua, la tierra… y por supuesto cuidar de cada persona como tesoros, que no podemos maltratar, ignorar o rechazar. Muchas veces vemos anuncios o escuchamos a alguien que nos hacen pensar que no hace falta cuidar el mundo que nos rodea ni a las personas… ¡Cuidemos de la Naturaleza, de la Creación, de cada ser vivo, de cada persona! Terminamos con esta oración: Padre nuestro, Padre bueno, que has creado todas las cosas y nos has dado un planeta tan bonito. Te pedimos para que todos nosotros cuidemos tu creación. Amén Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Dejad que los niños se acerquen a mí; no se lo impidáis, porque el reino de Dios pertenece a los que son como ellos”. (Mc 10, 14b) ¡Buenos días! Nos serenamos, hacemos silencio por dentro y por fuera. Vamos dejando nuestro cuerpo cada vez más quieto. Nos sentamos correctamente, nuestra espalda recta, los pies tocando el suelo. Cerramos nuestros ojos, y ponemos toda nuestra atención en la respiración… Cogemos aire, lo soltamos despacito… (3 veces). Cae en la cuenta de que Dios está contigo, escuchando lo que hoy le quieres decir y esperando que también lo escuches a Él. Y ahora, que nos encontramos tranquilos y serenos, podemos comenzar nuestra oración de la mañana: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. El día 12 de octubre celebramos la fiesta de Nuestra Señora del Pilar, y también el día de la Hispanidad. La llegada de Colón a América coincidió con esta fiesta, y así la Virgen del Pilar terminaría siendo reconocida como Patrona de la Hispanidad Canción: “A mi Virgen del Pilar” Según la tradición, en el año 40 (a los pocos años de resucitar Jesús), la Virgen María se le apareció al Apóstol Santiago, en Zaragoza, para animarlo en su misión de anunciar a Jesús. La Virgen se apareció sobre una columna, como símbolo de la fortaleza que debía tener su fe. Pidásmole a María que nos ayude a ser fuertes, a tener fe… Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre. ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Dejad que los niños se acerquen a mí; no se lo impidáis, porque el reino de Dios pertenece a los que son como ellos”. (Mc 10, 14b) ¡Buenos días! Nos serenamos, hacemos silencio por dentro y por fuera. Vamos dejando nuestro cuerpo cada vez más quieto. Nos sentamos correctamente, nuestra espalda recta, los pies tocando el suelo. Cerramos nuestros ojos, y ponemos toda nuestra atención en la respiración… Cogemos aire, lo soltamos despacito… (3 veces). Cae en la cuenta de que Dios está contigo, escuchando lo que hoy le quieres decir y esperando que también lo escuches a Él. Y ahora, que nos encontramos tranquilos y serenos, podemos comenzar nuestra oración de la mañana: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. ¡Buenos días! Un nuevo día con una nueva oportunidad para sentir y hablar con Jesús. Observa esta imagen: Durante un minuto piensa qué significa y qué me quiere decir Jesús con ella. Ahora, escucha en el vídeo cuál es el verdadero mensaje que nos ofrece Jesús. Vídeo: Nuestra Casa. Religión Católica. El regalo de la creación Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Dejad que los niños se acerquen a mí; no se lo impidáis, porque el reino de Dios pertenece a los que son como ellos”. (Mc 10, 14b) ¡Buenos días! Nos serenamos, hacemos silencio por dentro y por fuera. Vamos dejando nuestro cuerpo cada vez más quieto. Nos sentamos correctamente, nuestra espalda recta, los pies tocando el suelo. Cerramos nuestros ojos, y ponemos toda nuestra atención en la respiración… Cogemos aire, lo soltamos despacito… (3 veces). Cae en la cuenta de que Dios está contigo, escuchando lo que hoy le quieres decir y esperando que también lo escuches a Él. Y ahora, que nos encontramos tranquilos y serenos, podemos comenzar nuestra oración de la mañana: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. EL ERIZO GENEROSO Vivía en el bosque un erizo tan lleno de púas que ningún animal salvaje osaba atacarle. Iba tranquilamente de un lado para otro, importándole muy poco ver aparecer a la serpiente o al león. Nada podían contra él, porque sus terribles púas podían herir a cualquiera. Sus amigos le envidiaban, porque ellos siempre tenían que huir al toparse con alguna fiera de cuidado. Sin embargo, Don Erizo era muy generoso, se llevaba bien con todo el mundo y no le importaba lo más mínimo regalar sus púas a quien se las pidiese. La última púa que le quedaba se la dio al ratón. Este la quería para usarla como espada contra un gato que le acosaba. En esto llegó la serpiente. Al ver al erizo mondo y lirondo, se dispuso a comérselo. Este, tumbado panza arriba, al sol, no se inmutó. – Cada cual debe aceptar su destino con una sonrisa – acostumbraba a decir a sus conocidos. Era bien consecuente con sus ideas. Cuando ya la serpiente se le acercaba, todos los animales que habían obtenido alguna púa del erizo, se abalanzaron sobre ella, armados con las mismas, y la dieron muerte al instante. El erizo agradeció a sus amigos su valiente gesto. ¡Qué lección tan maravillosa! Dio el arma que le servía como única defensa, porque él le daba más importancia al amor y a la amistad. ¿Y tú? ¿Eres como el erizo, que comparte lo que tiene? ¿Te gusta compartir para ver a los demás felices? Seguro que tú también te sientes feliz cuando los demás comparten sus cosas contigo… Gracias, Jesús, porque pones a nuestro alrededor buenos compañeros que saben compartir. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Dejad que los niños se acerquen a mí; no se lo impidáis, porque el reino de Dios pertenece a los que son como ellos”. (Mc 10, 14b) Como cada lunes, al comenzar la semana, traemos a nuestra oración de la mañana el Evangelio de ayer, domingo. Siempre que nos dispongamos a escuchar es importante que nos coloquemos en una postura correcta. Si hay algo, delante de ti, que crees que te puede distraer, quítalo. Intentamos hacer silencio interior, intentamos sacar de nuestra mente aquello que nos puede distraer y una vez preparados… escuchamos… En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Del Evangelio según San Marcos (Mc 10, 2-16) En aquel tiempo, acercándose unos fariseos, preguntaban a Jesús para ponerlo a prueba: «¿Le es lícito al hombre repudiar a su mujer?». Él les replicó: «¿Qué os ha mandado Moisés?». Contestaron: «Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla». Jesús les dijo: «Por la dureza de vuestro corazón dejó escrito Moisés este precepto. Pero al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre». En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo. Él les dijo: «Si uno repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio». Acercaban a Jesús niños para que los tocara, pero los discípulos los regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: «Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis, pues de los que son como ellos es el reino de Dios. En verdad os digo que quien no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él». Y tomándolos en brazos los bendecía imponiéndoles las manos. Palabra de Dios REFLEXIÓN En el Evangelio de hoy se nos presenta un hermoso gesto de Jesús: "Dejad que los niños vengan a mí, no se lo impidáis, porque de los que son como ellos es el Reino de Dios". Jesús nos llama a ser como niños, a tener un corazón humilde, sin rencor, abierto, confiado. Solo quien se acerca a Dios con la sencillez de un niño puede entrar en el reino de los cielos. ¿Nuestros valores son los de Jesús o los de nuestra sociedad? ¿Nuestro estilo es el que pide Jesús: hacerse niños, ser como niños? Como Jesús, dejemos que los más débiles, los más sencillos y humildes también se acerquen a nosotros. Seamos cercanos de los que más lo necesitan. Terminamos, como cada día la oración, dirigiéndonos, a nuestra Madre: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Dejad que los niños se acerquen a mí; no se lo impidáis, porque el reino de Dios pertenece a los que son como ellos”. (Mc 10, 14b) Vamos haciendo silencio y nos preparamos para comenzar la oración. Ve dejando tu cuerpo sereno, aparta la pereza, la desgana o la preocupación y respira profundamente, llenándote de Vida... Deja que tus pulmones se llenen por completo y suelta el aire despacio, hasta vaciarte... 3 veces... Percibe, en un momento de silencio, el regalo de la vida, conéctate por dentro con las personas y las cosas que hay a tu alrededor, con aquellos a quienes quieres, toma conciencia de la suerte de estar aquí y ahora. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Vamos a observar las dos viñetas, A y B. Tienen el mismo comienzo, pero dos finales diferentes. Había una vez, en un lugar no muy lejano, dos burros que estaban amarrados por una cuerda. El dueño de los animales les quería enseñar una lección para que trabajasen juntos. Así que puso dos bolsas grandes de comida para cada uno pero, se las puso bien alejadas. Los dos burros, que estaban hambrientos, comenzaron a tirar cada uno para su lado. Pateaban y usaban todas sus fuerzas para poder llegar a su comida…. Y aquí surgen dos posibles finales… Claro que nos gusta más el final de la viñeta A: Después de mucho rato de tirar y tirar, muy cansados y lastimados, se dieron cuenta de que podían comer, primero de una bolsa y luego de la otra. Y aprendiendo a compartir, ambos ganaron su final feliz. Pero lamentablemente, muchas veces actuamos como los animales de la segunda viñeta, la B: pensamos que con la violencia y la agresividad podemos solucionar las cosas y “ganar”. Pero “perdemos” los dos, porque uno ha quedado herido y el otro se ha salido con la suya, sí, pero se ha quedado solo y ha aumentado su egoísmo y nivel de violencia… La fábula de los burros atados por una soga nos enseña a resolver conflictos en equipo y las ventajas de compartir. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre, mujer que supo …: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
Empezamos la oración diciendo: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN
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2024-2025
Oraciones de la mañana
octubre
Educación Vicenciana
2ª semana
3ª SEMANA
1ª SEMANA
4ª SEMANA
5ª semana
SECUNDARIA
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“Jesús lo miró con cariño”. (Mc 10, 21a) ¡Buenos días! ¡Comenzamos una semana nueva! Nos sentamos en círculo, con la espalda derecha, sin molestar a mis compañeros. Cierro los ojitos… respiro con calma, tomo aire… y lo suelto… lo vuelvo a hacer. Así, con los ojos cerrados, le digo a Jesús dentro de mi corazón: “¡Buenos días, Jesús!”. Estoy aquí, Jesús, mírame… Abro los ojos… y me preparo para escuchar su Palabra, haciendo la señal de la cruz al mismo tiempo que decimos todos juntos: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Del Evangelio según San Marcos (Mc 10, 17-30) Narrador: En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló ante él y le preguntó: Joven rico: -«Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?». Narrador: Jesús le contestó: Jesús: -«¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre». Narrador: Él replicó: Joven rico: -«Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud». Narrador: Jesús se quedó mirándolo, lo amó y le dijo: Jesús: -«Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego ven y sígueme». Narrador: A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó triste porque era muy rico. Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: Jesús: -«¡Qué difícil les será entrar en el reino de Dios a los que tienen riquezas!». Narrador: Los discípulos quedaron sorprendidos de estas palabras. Pero Jesús añadió: Jesús: - «Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios». Narrador: Ellos se espantaron y comentaban: Apóstoles: -«Entonces, ¿quién puede salvarse?». Narrador: Jesús se les quedó mirando y les dijo: Jesús: -«Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo». Palabra de Dios Si lo queremos escuchar: Vídeo: Evangelio del joven rico https://www.youtube.com/watch?v=FyewSJtTMQY Después de haber visto el vídeo… pienso en Jesús, en su encuentro con el joven rico… y le digo: -Gracias, Jesús, porque nos miras con cariño y llenas nuestra vida de alegría y confianza. -Gracias, Jesús, porque nos enseñas que es más importante ser buenas personas que tener muchas cosas. -Jesús, quiero seguirte siempre, quiero amar a todos. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Jesús lo miró con cariño”. (Mc 10, 21a) Siéntate en la silla, en una postura cómoda, que los pies estén apoyados en el suelo, que tu espalda esté apoyada en el respaldo de la silla. Esa es la mejor postura. Ahora relaja tu cara (date cuenta de si tienes la frente arrugada y la boca tensa…), relaja tus hombros… Cierra los ojos y respira profundamente, varias veces, tratando de hacer silencio también por dentro… Siente cómo entra el aire al inspirar y como sale al espirar… Relaja tus piernas y tus pies… Respira… y siente la presencia de Dios, que siempre te acompaña. Ambientación: Vamos a escuchar como cada lunes, el evangelio de ayer, domingo. Lo escribió un hombre llamado Marcos, que sabía muchas cosas de Jesús y lo quería. Estemos atentos a las palabras de Jesús. Nos ponemos en presencia de Dios y escuchamos su palabra: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Del Evangelio según San Marcos (Mc 10, 17-30) Narrador: En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló ante él y le preguntó: Joven rico: -«Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?». Narrador: Jesús le contestó: Jesús: -«¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre». Narrador: Él replicó: Joven rico: -«Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud». Narrador: Jesús se quedó mirándolo, lo amó y le dijo: Jesús: -«Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego ven y sígueme». Narrador: A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó triste porque era muy rico. Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: Jesús: -«¡Qué difícil les será entrar en el reino de Dios a los que tienen riquezas!». Narrador: Los discípulos quedaron sorprendidos de estas palabras. Pero Jesús añadió: Jesús: - «Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios». Narrador: Ellos se espantaron y comentaban: Apóstoles: -«Entonces, ¿quién puede salvarse?». Narrador: Jesús se les quedó mirando y les dijo: Jesús: -«Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo». Palabra de Dios Para reflexionar En el Evangelio de este domingo, un buen chico se acerca a Jesús. Quiere seguirlo. Finalmente decide tomar otro camino. El Evangelio nos presenta el ejemplo de un joven que dijo no a la invitación de Jesús; el joven a pesar de ser tan bueno no tuvo el valor de seguirlo. Nosotros queremos ser buenos y queremos seguir a Jesús. Querido Padre Dios: Te damos gracias porque, como al joven rico del Evangelio, nos invitas a seguir los consejos de Jesús. Ayúdanos a hacerlo por cariño y no por obligación. Gracias. Amén. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Jesús lo miró con cariño”. (Mc 10, 21a) Como cada lunes, al comenzar la semana, traemos a nuestra oración de la mañana el Evangelio de ayer, domingo. Siempre que nos dispongamos a escuchar es importante que nos coloquemos en una postura correcta. Si hay algo, delante de ti, que crees que te puede distraer, quítalo. Intentamos hacer silencio interior, intentamos sacar de nuestra mente aquello que nos puede distraer y una vez preparados… escuchamos… En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Del Evangelio según San Marcos (Mc 10, 17-30) Cuando se puso en camino, llegó uno corriendo, se arrodilló ante él y le preguntó: —Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar vida eterna? Jesús le respondió: —¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sólo Dios. Conoces los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no perjurarás, no defraudarás, honra a tu padre y a tu madre. Él le contestó: —Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud. Jesús lo miró con cariño y le dijo: —Una cosa te falta: anda, vende cuanto tienes y dáselo a [los] pobres y tendrás un tesoro en el cielo; después sígueme. A estas palabras, frunció el seño y se marchó triste; pues era muy rico. Jesús mirando en torno dijo a sus discípulos: —Qué difícil es que los ricos entren en el reino de Dios. Los discípulos se asombraron de lo que decía. Pero Jesús insistió: —¡Qué difícil es entrar en el reino de Dios! Es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para un rico entrar en el reino de Dios. Ellos quedaron espantados y se decían: —Entonces, ¿quién puede salvarse? Jesús los quedó mirando y les dijo: —Para los hombres es imposible, no para Dios; todo es posible para Dios. Pedro entonces le dijo: —Mira, nosotros hemos dejado todo y te hemos seguido. Jesús le contestó: —Os aseguro que todo el que deje casa o hermanos o hermanas o madre o padre o hijos o campos por mí y por la Buena Noticia ha de recibir en esta vida cien veces más en casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y campos, con persecuciones, y en el mundo futuro vida eterna. Palabra de Dios REFLEXIÓN El joven rico es modélico y cumplidor, admira a Jesús, pero tiene un punto problemático para seguirle: le gusta más sumar que restar en mandamientos, méritos, prácticas religiosas y dinero. Es muy rico, había sumado grandes cantidades de dinero. Pero su posición económica es más fuerte que su deseo de seguir a Jesús. Quiere saber cómo conseguir “puntos” para heredar la vida eterna. Jesús trastoca sus planteamientos y el rico se marcha triste ya que su riqueza le puede, le ata, le carga, le imposibilita ser libre para acoger la invitación de Jesús en clave de resta, de desprendimiento para conseguir el tesoro más preciado: ser seguidor de Jesús. Tenía demasiado peso en su “mochila”. Si queremos seguir a Jesús tenemos que revisar nuestros planteamientos, hay que soltar piedras, aligerar cargas pesadas. Seguir a Jesús no nos ata, nos da alas para amar. Jesús sólo necesita el hilo filo de nuestra pobreza para tejer el Reino de Dios. Así que soltemos el camello cargado de riquezas, tiremos las piedras. ¿Qué cargas pesadas me impiden seguirle? Terminamos, como cada día la oración, dirigiéndonos, a nuestra Madre: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Jesús lo miró con cariño”. (Mc 10, 21a) Siéntate en la silla, en una postura cómoda, que los pies estén apoyados en el suelo, que tu espalda esté apoyada en el respaldo de la silla. Esa es la mejor postura. Ahora relaja tu cara (date cuenta de si tienes la frente arrugada y la boca tensa…), relaja tus hombros… Cierra los ojos y respira profundamente, varias veces, tratando de hacer silencio también por dentro… Siente cómo entra el aire al inspirar y como sale al espirar… Relaja tus piernas y tus pies… Respira… y siente la presencia de Dios, que siempre te acompaña. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. ¡Buenos días! Hoy comenzamos el día fijándonos en un personaje con el que todos hemos crecido, tanto los mayores como los más pequeños: ¿Os suena Tarzán? Tarzán es un niño que, tras la muerte de sus padres, queda abandonado en la selva. Debido a este acontecimiento, una manada de gorilas lo adopta y lo cría como uno más. Durante todos los años que vive con ellos, Tarzán aprende a saltar entre los árboles, columpiarse entre lianas, desarrolla un gran nivel de habilidad mental y es capaz de enfrentarse a cualquier animal salvaje para defender a su familia. Cuando ya es adulto, vuelve a tener contacto con los humanos. Esto le lleva a cuestionarse, ¿quién soy yo realmente? Y ahí, es cuando empieza a asimilar que es hijo de hombre. Canción: Tarzán – “Hijo de hombre” Piensa: ▪ Y tú, ¿quién eres? ¿Crees que te conoces a ti mismo? ¿Cuáles son tus cualidades? ▪ ¿Cuál es tu realidad? Intenta describirla. ¿Hay aspectos de tu realidad que te cueste aceptar? Oración: Dame, Señor, la gracia de aceptarme, de aceptar mi realidad, lo que soy y como soy, lo que me ha sucedido en el pasado y lo que me está sucediendo en el presente, lo que seré y lo que me sucederá en el futuro cercano o lejano. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Jesús lo miró con cariño”. (Mc 10, 21a) Siéntate en la silla, en una postura cómoda, que los pies estén apoyados en el suelo, que tu espalda esté apoyada en el respaldo de la silla. Esa es la mejor postura. Ahora relaja tu cara (date cuenta de si tienes la frente arrugada y la boca tensa…), relaja tus hombros… Cierra los ojos y respira profundamente, varias veces, tratando de hacer silencio también por dentro… Siente cómo entra el aire al inspirar y como sale al espirar… Relaja tus piernas y tus pies… Respira… y siente la presencia de Dios, que siempre te acompaña. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Esta mañana vamos a poner nuestra mirada en los pobres. Hoy precisamente, se celebra el Día Internacional para la erradicación de la pobreza, para la “eliminación” de la pobreza… Pero en verdad… ¿es esto posible? Vídeo: Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza Debemos ser conscientes de la mala distribución de los alimentos y de la riqueza y que podemos hacer algo para eliminar la pobreza. Nos toca trabajar. Colaboremos activamente para que nadie se sienta privado de cercanía y de solidaridad. No tiremos comida, miremos a quién podemos echar una mano. También este domingo celebramos el DOMUND… seamos generosos, para que otras personas que están ayudando a los más pobres en lugares lejanos… o cercanos, puedan hacerlo con el dinero y los materiales que les enviamos… Es justo repartir, compartir, dar… Dar-NOS… Como se dio Jesús siempre a los más pobres y necesitados… Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Jesús lo miró con cariño”. (Mc 10, 21a) Siéntate en la silla, en una postura cómoda, que los pies estén apoyados en el suelo, que tu espalda esté apoyada en el respaldo de la silla. Esa es la mejor postura. Ahora relaja tu cara (date cuenta de si tienes la frente arrugada y la boca tensa…), relaja tus hombros… Cierra los ojos y respira profundamente, varias veces, tratando de hacer silencio también por dentro… Siente cómo entra el aire al inspirar y como sale al espirar… Relaja tus piernas y tus pies… Respira… y siente la presencia de Dios, que siempre te acompaña. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. ALICIA BUSCANDO A DIOS Un día, una niña llamada Alicia pensó: “Quisiera conocer a Dios. ¿Dónde lo podré encontrar?”. Dios escuchó su pregunta y a la mañana siguiente le regaló un bello amanecer. Pero Alicia no le dio importancia. En el colegio, le preguntó a la profesora de religión y ella le respondió: – Dedica todos los días unos minutos a estar en silencio y sentirás a Dios. Alicia lo intentó, pero no lo consiguió, pues le gustaba mucho hablar. Dios deseaba que Alicia lo encontrara así que siguió enviándole señales de su presencia. Una tarde, unos pajaritos se posaron en su ventana y comenzaron a piar una bella melodía, pero Alicia estaba tan distraída jugando que no los oyó. Salió a pasear al parque y entró en una iglesia. Pero allí sólo vio imágenes inmóviles que no hablaban, y se marchó de allí. Cuando llegó a su casa, su madre se acercó y le dio un beso. Alicia no se dio cuenta; estaba muy ensimismada pensando en cómo podía encontrar a Dios. Esa misma noche se acostó muy triste porque le parecía que era imposible encontrarse con Dios. Pero mientras dormía, Dios le dijo en sueños: – Alicia, hoy te he enviado muchas señales: el bello amanecer, los pajaritos, la iglesia y el beso de tu mamá. Todos son regalos para que te puedas encontrar conmigo. Al día siguiente, Alicia sintió un cambio muy importante en su interior. Al fin lo había encontrado. Sintió que Dios estaba en su corazón, en las personas cercanas y en la naturaleza. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Jesús lo miró con cariño”. (Mc 10, 21a) ¡Buenos días! Comenzamos este día con un momento de paz, calma, serenidad. ¿Para qué? Para mirarnos por dentro y poner lo que vamos a vivir en manos de Dios. Para empezar este día vamos a detener nuestros pensamientos, preocupaciones, distracciones... para mirarnos desde dentro. Para ello:
- Ponte cómodo, de tal manera que tu espalda y tus rodillas estén rectas, y que al mismo tiempo te encuentres relajado, sin tensiones.
- Cierra los ojos, intentando traer a tu mente un lugar que te transmita tranquilidad.
- Realiza tres respiraciones profundas. Date cuenta de si tienes la frente fruncida, o tus labios están tensos…. Relájalos. Afloja tus manos…
- Mantén una respiración calmada, siente que Dios te acompaña. Siente su presencia, date ese regalo de sentir a Dios, de sentirte, en este ratito, tranquilo…
“Jesús lo miró con cariño”. (Mc 10, 21a) ¡Buenos días! Comenzamos este día con un momento de paz, calma, serenidad. ¿Para qué? Para mirarnos por dentro y poner lo que vamos a vivir en manos de Dios. Para empezar este día vamos a detener nuestros pensamientos, preocupaciones, distracciones... para mirarnos desde dentro. Para ello:
- Ponte cómodo, de tal manera que tu espalda y tus rodillas estén rectas, y que al mismo tiempo te encuentres relajado, sin tensiones.
- Cierra los ojos, intentando traer a tu mente un lugar que te transmita tranquilidad.
- Realiza tres respiraciones profundas. Date cuenta de si tienes la frente fruncida, o tus labios están tensos…. Relájalos. Afloja tus manos…
- Mantén una respiración calmada, siente que Dios te acompaña. Siente su presencia, date ese regalo de sentir a Dios, de sentirte, en este ratito, tranquilo…
“Jesús lo miró con cariño”. (Mc 10, 21a) ¡Buenos días! Comenzamos este día con un momento de paz, calma, serenidad. ¿Para qué? Para mirarnos por dentro y poner lo que vamos a vivir en manos de Dios. Para empezar este día vamos a detener nuestros pensamientos, preocupaciones, distracciones... para mirarnos desde dentro. Para ello:
- Ponte cómodo, de tal manera que tu espalda y tus rodillas estén rectas, y que al mismo tiempo te encuentres relajado, sin tensiones.
- Cierra los ojos, intentando traer a tu mente un lugar que te transmita tranquilidad.
- Realiza tres respiraciones profundas. Date cuenta de si tienes la frente fruncida, o tus labios están tensos…. Relájalos. Afloja tus manos…
- Mantén una respiración calmada, siente que Dios te acompaña. Siente su presencia, date ese regalo de sentir a Dios, de sentirte, en este ratito, tranquilo…
“Jesús lo miró con cariño”. (Mc 10, 21a) Buenos días, comenzamos una nueva mañana y para ello nos preparamos para estar atentos a la oración de hoy. Nos sentamos en corro, cerramos los ojos y centramos la atención en el sonido más lejano que escuchamos. Seguimos callados… Ahora nos olvidamos de ese sonido y nos centramos en otro más cercano a nosotros, luego otro más cercano y luego en otro más cerquita. Ningún sonido nos molesta, porque estoy concentrado en tomar aire… y soltarlo… tomo aire… lo suelto… Me fijo en mi respiración… pongo una mano en la barriga y la otra en el corazón… para intentar escuchar los latidos de mi corazón y notar cómo baja y sube mi barriga. Poco a poco abrimos los ojos. Nuestro amigo Jesús está aquí y ahora con nosotros, sentado a nuestro lado. ¡Ya estamos preparados! Hacemos juntos la señal de la cruz… En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. En la presencia de Jesús, vamos a escuchar una canción que habla del amor… un sentimiento que lo puede arreglar TODO, TODO, TODO… Canción: “El amor lo arregla todo” (Migueli) ¿Has estado atento a la canción? Ahora, nos preguntamos…. - ¿Podrías vivir sin amor? - ¿De quién recibes amor? - ¿A quiénes regalas tu amor? En el amor siempre está la solución… no en la pelea ni en la discusión… así que… atrévete a AMAR…. Como lo hizo Jesús… a todos… Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Jesús lo miró con cariño”. (Mc 10, 21a) Buenos días, comenzamos una nueva mañana y para ello nos preparamos para estar atentos a la oración de hoy. Nos sentamos en corro, cerramos los ojos y centramos la atención en el sonido más lejano que escuchamos. Seguimos callados… Ahora nos olvidamos de ese sonido y nos centramos en otro más cercano a nosotros, luego otro más cercano y luego en otro más cerquita. Ningún sonido nos molesta, porque estoy concentrado en tomar aire… y soltarlo… tomo aire… lo suelto… Me fijo en mi respiración… pongo una mano en la barriga y la otra en el corazón… para intentar escuchar los latidos de mi corazón y notar cómo baja y sube mi barriga. Poco a poco abrimos los ojos. Nuestro amigo Jesús está aquí y ahora con nosotros, sentado a nuestro lado. ¡Ya estamos preparados! Hacemos juntos la señal de la cruz… En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. En esta mañana vamos a pensar en tantos niños y familias que son pobres… Vamos a ver un vídeo… Vídeo: Fin de la pobreza. ODS 1 🌍 Objetivos de desarrollo sostenible para niños La pobreza es una situación en la que las personas no pueden cubrir sus necesidades básicas por falta de recursos. La pobreza no es solo no tener dinero, es también no tener acceso a cosas que pueden parecer tan básicas como la comida, el agua potable, un hogar o una simple visita al médico. Por este motivo, muchas personas en muchos países trabajan para acabar con la pobreza en el mundo y mejorar así la vida de millones de niños y familias que lo están pasando muy mal. Oramos: Jesús, ayúdanos a ayudar a quien lo necesita… ojalá los pobres encuentren comida y casa, puedan ir al colegio y no estén enfermos. Te pedimos por ellos, y por nosotros, para que tratemos bien a todos… gracias, Jesús, por nuestra familia, por nuestros profes, por el cole… Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre. ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Jesús lo miró con cariño”. (Mc 10, 21a) Buenos días, comenzamos una nueva mañana y para ello nos preparamos para estar atentos a la oración de hoy. Nos sentamos en corro, cerramos los ojos y centramos la atención en el sonido más lejano que escuchamos. Seguimos callados… Ahora nos olvidamos de ese sonido y nos centramos en otro más cercano a nosotros, luego otro más cercano y luego en otro más cerquita. Ningún sonido nos molesta, porque estoy concentrado en tomar aire… y soltarlo… tomo aire… lo suelto… Me fijo en mi respiración… pongo una mano en la barriga y la otra en el corazón… para intentar escuchar los latidos de mi corazón y notar cómo baja y sube mi barriga. Poco a poco abrimos los ojos. Nuestro amigo Jesús está aquí y ahora con nosotros, sentado a nuestro lado. ¡Ya estamos preparados! Hacemos juntos la señal de la cruz… En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Hoy vamos a escuchar un cuento… que tiene una moraleja, un mensaje que nos enseña algo muy bonito sobre la amistad. ¿Tenéis amigos? Seguro que unos cuantos… ¿A que sois felices cuando veis a vuestro amigo feliz? Y cuando está triste, nosotros también, porque queremos que esté bien… Vamos a ver qué les pasa a esos dos amigos en el cuento… Vídeo: LA ARENA Y LA PIEDRA, REFLEXIÓN SOBRE LA AMISTAD Este cuento nos enseña a recordar las cosas buenas que los demás hacen por nosotros siempre, siempre; y a tratar de olvidar las cosas no tan buenas. ¡Qué importante es perdonar y que me perdonen! A veces hacemos o decimos cosas sin pensar, que molestan a otros… debemos darnos cuenta y pedir perdón, para que nuestro amigo siga siéndolo… Así podemos vivir en un ambiente de respeto y de cariño mutuo. ¿No te parece? Jesús nos enseñó a perdonar siempre, siempre… Él también tuvo amigos, y supo perdonarlos cuando tenían discusiones… ¿No vamos a poder hacerlo nosotros? Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Jesús lo miró con cariño”. (Mc 10, 21a) Buenos días, comenzamos una nueva mañana y para ello nos preparamos para estar atentos a la oración de hoy. Nos sentamos en corro, cerramos los ojos y centramos la atención en el sonido más lejano que escuchamos. Seguimos callados… Ahora nos olvidamos de ese sonido y nos centramos en otro más cercano a nosotros, luego otro más cercano y luego en otro más cerquita. Ningún sonido nos molesta, porque estoy concentrado en tomar aire… y soltarlo… tomo aire… lo suelto… Me fijo en mi respiración… pongo una mano en la barriga y la otra en el corazón… para intentar escuchar los latidos de mi corazón y notar cómo baja y sube mi barriga. Poco a poco abrimos los ojos. Nuestro amigo Jesús está aquí y ahora con nosotros, sentado a nuestro lado. ¡Ya estamos preparados! Hacemos juntos la señal de la cruz… En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Hoy, en nuestra oración… vamos a tener presente a la naturaleza en general: los ríos, los mares, los campos, las montañas, el sol, la luna, el cielo…. Pero en especial a los árboles, las plantas… Observa esta imagen: está como partida por la mitad…. ¿Por qué? ¿Puede haber árboles así? Sigue observándola… ¿Se parecen en algo las dos mitades? ¿Cuáles son sus diferencias? Es muy importante saber que en muchos sitios falta agua para regar los árboles, para beber, para cocinar, para bañarnos… Todos somos responsables de que el agua no se malgaste… Debemos usarla bien, ¿cómo podríamos ahorrar agua? Entre todos tenemos que cuidar las plantas y los árboles… para que no se sequen y sean muy verdes. Rezamos juntos: Por los mares, el agua de la lluvia, los ríos, la nieve… el agua de nuestras casas… Gracias, Jesús. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Jesús lo miró con cariño”. (Mc 10, 21a) Siéntate en la silla, en una postura cómoda, que los pies estén apoyados en el suelo, que tu espalda esté apoyada en el respaldo de la silla. Esa es la mejor postura. Ahora relaja tu cara (date cuenta de si tienes la frente arrugada y la boca tensa…), relaja tus hombros… Cierra los ojos y respira profundamente, varias veces, tratando de hacer silencio también por dentro… Siente cómo entra el aire al inspirar y como sale al espirar… Relaja tus piernas y tus pies… Respira… y siente la presencia de Dios, que siempre te acompaña. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Observa la imagen durante unos momentos… Si tuvieras que colocarte hoy en un escalón… ¿en cuál te colocarías? ¿Por qué? Normalmente, cuando tienes que hacer una actividad en la clase… ¿Cuál es el escalón en el que estás? ¿Podrías hacer algo para estar en otro escalón, más arriba, todos los días? ¡¡AMIGO!! Esto se consigue con ESFUERZO… Sí, sí, con esfuerzo, un día tras otro. ¿Cómo anda tu mochila de esfuerzo? ¿Tienes mucho o poco? Le pedimos a Jesús, que fue un gran luchador y muy constante en lo que se proponía, que nos ayude a ser fuertes, a tener valor para hacer las cosas de cada día… ¡Pero acuérdate de que tú tienes que poner de tu parte! Que tengas muy buen día. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Jesús lo miró con cariño”. (Mc 10, 21a) ¡Buenos días! Comenzamos este día con un momento de paz, calma, serenidad. ¿Para qué? Para mirarnos por dentro y poner lo que vamos a vivir en manos de Dios. Para empezar este día vamos a detener nuestros pensamientos, preocupaciones, distracciones... para mirarnos desde dentro. Para ello:
- Ponte cómodo, de tal manera que tu espalda y tus rodillas estén rectas, y que al mismo tiempo te encuentres relajado, sin tensiones.
- Cierra los ojos, intentando traer a tu mente un lugar que te transmita tranquilidad.
- Realiza tres respiraciones profundas. Date cuenta de si tienes la frente fruncida, o tus labios están tensos…. Relájalos. Afloja tus manos…
- Mantén una respiración calmada, siente que Dios te acompaña. Siente su presencia, date ese regalo de sentir a Dios, de sentirte, en este ratito, tranquilo…
Empezamos la oración diciendo: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN
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PRIMARIA
“Quien entre vosotros quiera llegar a ser grande que se haga vuestro servidor”. (Mc 10, 43 b) ¡Buenos días! Comenzamos el día abriendo nuestros ojos a la realidad que nos rodea. Nos calmamos… Apoyo mis pies en el suelo y la espalda en el respaldo de la silla. Si veo que me ayuda, puedo cerrar los ojos; si no, puedo bajar la mirada, para no distraerme. Respiro de manera profunda… Inspiro (largo), mantengo el aire (más largo) y expulso el aire (más largo…). Así, varias veces. Que el expulsar aire me lleve más tiempo que inhalarlo… Ahora, manteniendo este ritmo de respiración, voy a comprobar cómo estoy esta mañana, al iniciar el día… Recorro mi cuerpo: percibo si me molesta algo, si algo me duele, si tengo algún tirón, alguna molestia... Si es así, pienso en ella… y de momento la dejo en espera… ahora intentaré que no me moleste. Ahora me doy cuenta de cómo estoy a nivel emocional: alegre, triste, curioso, reocupado por algo... pienso por qué me siento así… Y me pregunto si quiero mantener esa sensación durante el día o si prefiero cambiarla por otra. Es mi decisión. Sigo respirando… abro los ojos… y comenzamos… Vamos a escuchar como cada lunes, el evangelio de ayer. Esta vez es un fragmento del evangelio de Marcos. Nos ponemos en presencia de Dios y escuchamos su Palabra: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Del Evangelio según San Marcos (Mc 10, 35-45) NARRADOR: Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, se presentaron a Jesús y le hicieron una petición: SANTIAGO: Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir. JESÚS: ¿y qué queréis que haga? JUAN: Concédenos sentarnos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu izquierda. JESÚS: No sabéis lo que pedís. SANTIAGO: ¿Por qué? JESÚS: ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber? JUAN: Sí, lo somos. JESÚS: El cáliz que yo he de beber lo beberéis, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda, está ya reservado. NARRADOR: Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra los dos hermanos: DISCÍPULO 1: Os lo merecéis por abusones. DISCÍPULO2: Ahora no os sentaréis ni a la derecha ni a la izquierda de Jesús. JESÚS: ¡Basta ya! Callaos y escuchad. Los jefes de los pueblos los tiranizan y los grandes oprimen a los pequeños. DISCÍPULO 1: Siempre se ha hecho así. JESÚS: Pues vosotros no debéis hacerlo. DISCÍPULO 2: Entonces, el que quiera ser grande...¿Qué debe hacer? JESÚS: Será el servidor de los demás. DISCÍPULO 1: ¿Y el que quiera ser el primero? JESÚS: Será esclavo de todos. DISCÍPULO2: Maestro, cada vez lo pones más difícil. DISCÍPULO 1: A nadie le gusta ser servidor y esclavo de los otros. JESÚS: Miradme a mí, no he venido para que me sirvan. DISCÍPULO2: ¿Y para qué has venido, Maestro? JESÚS: He venido para servir y dar mi vida en rescate por todos. NARRADOR: Así terminó Jesús la jornada aquel día con sus discípulos. Palabra de Dios ¿SABÍAS ESTO? Este Santiago es el patrón de España. Trajo la fe a nuestro país y a él se le apareció la Virgen del Pilar. Es el que da nombre al camino que conduce a la catedral de la ciudad que también lleva su nombre. Donde la tradición española cuenta que está enterrado. Juan es su hermano. El evangelista. El discípulo amado. El que recibió a la Virgen en su casa, como madre, cuando murió Jesús. Los dos tenían un carácter muy fuerte, por eso les llamaban «los hijos del trueno». Cuando Juan y Santiago hacen esta petición: «Concédenos sentarnos uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, cuando estés en tu gloria», iban de camino hacia Jerusalén. Jesús les acababa de anunciar que padecería y sería condenado a muerte. No entendían nada. Estaban asustados y tenían miedo. Se consolaban pensando que al final podrían sentarse en los primeros bancos para mandar junto a Jesús. Jesús los comprende. Sabe que todavía tienen que aprender a amar. Por eso les explica que en su reino se viene a SERVIR a los demás. Es un reino de amor. QUÉ ME DICE JESÚS EN ESTE TEXTO, A TRAVÉS DE LA EXPERIENCIA DE SANTIAGO Y JUAN… Lo mejor es hacer cosas por los demás sin que se note, por amor… No para que me lo agradezcan o todo el mundo se entere de las cosas buenas que yo hago. Compartir tu merienda, no gritarle al que te está molestando, avisando a tu hermano cuando no se porta bien, visitando a tus amigos o familiares enfermos… No lo grites a los cuatro vientos para que todos piensen lo bueno o lo buena que eres. Quizás los demás no lo vean o no se den cuenta. ¡Pero Jesús sí! ¡Cuando obras así, estás compartiendo el reino de amor de Jesús! Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Quien entre vosotros quiera llegar a ser grande que se haga vuestro servidor”. (Mc 10, 43 b) ¡Buenos días! Comenzamos el día abriendo nuestros ojos a la realidad que nos rodea. Nos calmamos… Apoyo mis pies en el suelo y la espalda en el respaldo de la silla. Si veo que me ayuda, puedo cerrar los ojos; si no, puedo bajar la mirada, para no distraerme. Respiro de manera profunda… Inspiro (largo), mantengo el aire (más largo) y expulso el aire (más largo…). Así, varias veces. Que el expulsar aire me lleve más tiempo que inhalarlo… Ahora, manteniendo este ritmo de respiración, voy a comprobar cómo estoy esta mañana, al iniciar el día… Recorro mi cuerpo: percibo si me molesta algo, si algo me duele, si tengo algún tirón, alguna molestia... Si es así, pienso en ella… y de momento la dejo en espera… ahora intentaré que no me moleste. Ahora me doy cuenta de cómo estoy a nivel emocional: alegre, triste, curioso, reocupado por algo... pienso por qué me siento así… Y me pregunto si quiero mantener esa sensación durante el día o si prefiero cambiarla por otra. Es mi decisión. Sigo respirando… abro los ojos… y comenzamos… En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Observamos muy bien las dos imágenes… ¿Son iguales? ¿Ves diferencias? PENSAMOS A veces pensamos que es obligatorio estar feliz. Hasta el punto de que, si no nos encontramos bien, lo intentamos ocultar. Y damos una imagen de que todo va bien, de que lo estamos pasando genial, de que nuestra vida es exitosa... porque si no... ¿qué van a pensar? Jesús a veces decía cosas muy sorprendentes y difíciles de entender para quienes no lo conocían: llama felices a quienes lloran, a quienes luchan por la paz, a quienes son excluidos... ¿Qué te parece? ¿Es posible ser feliz en esa situación? Sí es posible. Pero hay que tener fe, hay que saber buscar dónde está la felicidad. Y la felicidad no es no tener problemas, sino saber aceptarlos e intentar solucionarlos, si se puede. ¿Y si no puedo? Vivir con ellos de manera que me haga el menos daño posible. REZAMOS JUNTOS Jesús, pocas cosas tengo tan claras como esta: QUIERO SER FELIZ. No quiero vivir triste, amargada/o, agobiada/o. Pero no entiendo eso de «Felices quienes lloran» y otras cosas que dijiste. ¿Es eso posible? Ayúdame a comprender tus palabras y a descubrir que, en medio de los problemas de la vida, PUEDO SER FELIZ. Sé que puedo si siento cerca a quienes me quieren, si descubro que puedo aportar algo al mundo. Si Tú estás conmigo, Jesús. Amén. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Quien entre vosotros quiera llegar a ser grande que se haga vuestro servidor”. (Mc 10, 43 b) Como cada lunes, al comenzar la semana, traemos a nuestra oración de la mañana el Evangelio de ayer, domingo. Siempre que nos dispongamos a escuchar, es importante que nos coloquemos en una postura correcta. Si hay algo, delante de ti, que crees que te puede distraer, quítalo. Intentamos hacer silencio interior, intentamos sacar de nuestra mente aquello que nos puede distraer y una vez preparados… escuchamos… En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Del Evangelio según San Marcos (Mc 10, 35-45) Se le acercaron los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: —Maestro, queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir. Les preguntó: —¿Qué queréis [de mí]? Le respondieron: —Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda. Jesús replicó: —No sabéis lo que pedís. ¿Sois capaces de beber la copa que yo he de beber o bautizaros con el bautismo que yo voy a recibir? Ellos respondieron: —Podemos. Jesús les dijo: —La copa que yo voy a beber también la beberéis vosotros, el bautismo que yo voy a recibir también lo recibiréis vosotros; pero sentaros a mi derecha y a mi izquierda no me toca a mí concederlo, sino que es para quienes está reservado. Cuando los otros lo oyeron, se enfadaron con Santiago y Juan. Pero Jesús los llamó y les dijo: —Sabéis que entre los paganos los que son tenidos por gobernantes tienen sometidos a los súbditos y los poderosos imponen su autoridad. No será así entre vosotros; más bien, quien entre vosotros quiera llegar a ser grande que se haga vuestro servidor; y quien quiera ser el primero que se haga esclavo de todos. Pues este Hombre no vino a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por todos. Palabra de Dios REFLEXIÓN Al igual que otros discípulos, la madre de Santiago y Juan estaba confundida sobre el Reino que Jesús vino a establecer, y pide por ellos para que tengan un buen puesto en su Reino. Jesús aprovecha su petición para decir que el servicio es el verdadero signo de grandeza, y la medida para juzgar si una persona es digna de compartir el poder y la gloria de Dios. La autoridad de Jesús no es fácil de entender hoy por muchas personas. Su autoridad viene del amor, la única fuerza capaz de ofrecer un servicio desinteresado en el bien de los demás. De ahí la gran diferencia entre el líder servidor y el que usa su poder para oprimir y explotar a la gente. ¿A quién conoces que sea servidor de los demás al estilo de Jesús? Al final de cada día, ¿qué tanto te pareces tú a Jesús en lo que se refiere a la ayuda desinteresada? Terminamos, como cada día la oración, dirigiéndonos a nuestra Madre: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Quien entre vosotros quiera llegar a ser grande que se haga vuestro servidor”. (Mc 10, 43 b) ¡Buenos días! Comenzamos este viernes abriendo nuestros ojos a la realidad que nos rodea. Nos calmamos… Apoyo mis pies en el suelo y la espalda en el respaldo de la silla. Si veo que me ayuda, puedo cerrar los ojos; si no, puedo bajar la mirada, para no distraerme. Respiro de manera profunda… Inspiro (largo), mantengo el aire (más largo) y expulso el aire (más largo)... Así, varias veces. Que el expulsar aire me lleve más tiempo que inhalarlo… Ahora, manteniendo este ritmo de respiración, voy a comprobar cómo estoy esta mañana, al iniciar el día… Recorro mi cuerpo: percibo si me molesta algo, si algo me duele, si tengo algún tirón, alguna molestia... Si es así, pienso en ella… y de momento la dejo en espera… ahora intentaré que no me moleste. Ahora me doy cuenta de cómo estoy a nivel emocional: alegre, triste, curioso, reocupado por algo... pienso por qué me siento así… Y me pregunto si quiero mantener esa sensación durante el día o si prefiero cambiarla por otra. Es mi decisión. Sigo respirando… abro los ojos… y comenzamos… En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Hoy vamos a abrir nuestra vida y nuestro corazón escuchando una canción de Melendi, compuesta para la película “Cómo entrenar a tu dragón3”. Nos invita a tener valentía para enfrentarnos a las dificultades y a no tener miedo. “El cielo nunca cambiará” (Melendi) La letra de esta canción nos dice que el “cielo” no es solo lo que vemos: las nubes que van y vienen, la lluvia o la nieve que caen de él, el viento, los rayos… El CIELO es darme cuenta de que el mayor regalo lo tengo aquí, dentro de mí y en lo que me rodea, solo hay que saber mirar. Ver y sentir el cielo es sentirme feliz y contento en cada momento y en cada lugar. Dios está con nosotros y nos va a ayudar a estar felices, en el “cielo”, cada día de este curso. Él nos invita a no tener miedo cuando ayudemos a otros. Nos invita a hacer bien las cosas que nos gustan… ¿y las que no nos gustan? También. Esta mañana pidámosle a Jesús que nos ayude a que nuestra clase, el patio, el comedor… toooodo el colegio se nuestro cielo, y que todos sepamos llevarnos bien y sepamos aceptarnos unos a otros con alegría. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Quien entre vosotros quiera llegar a ser grande que se haga vuestro servidor”. (Mc 10, 43 b) ¡Buenos días! Comenzamos este viernes abriendo nuestros ojos a la realidad que nos rodea. Nos calmamos… Apoyo mis pies en el suelo y la espalda en el respaldo de la silla. Si veo que me ayuda, puedo cerrar los ojos; si no, puedo bajar la mirada, para no distraerme. Respiro de manera profunda… Inspiro (largo), mantengo el aire (más largo) y expulso el aire (más largo)... Así, varias veces. Que el expulsar aire me lleve más tiempo que inhalarlo… Ahora, manteniendo este ritmo de respiración, voy a comprobar cómo estoy esta mañana, al iniciar el día… Recorro mi cuerpo: percibo si me molesta algo, si algo me duele, si tengo algún tirón, alguna molestia... Si es así, pienso en ella… y de momento la dejo en espera… ahora intentaré que no me moleste. Ahora me doy cuenta de cómo estoy a nivel emocional: alegre, triste, curioso, reocupado por algo... pienso por qué me siento así… Y me pregunto si quiero mantener esa sensación durante el día o si prefiero cambiarla por otra. Es mi decisión. Sigo respirando… abro los ojos… y comenzamos… En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Este domingo hemos celebrado la jornada del DOMUND El DOMUND es el día en que la Iglesia Católica reza por los misioneros y misioneras y colabora con ellos en su labor evangelizadora desarrollada entre los más pobres. La Jornada Mundial de las Misiones, conocida como DOMUND, se celebra en todo el mundo el cuarto domingo de octubre. Este es el cartel de este año: Y este es el vídeo: Domund 2024: Id e invitad a todos al banquete La frase "Id e invitad a todos al banquete" dice muchas cosas. El banquete. Simboliza la Eucaristía. En este banquete, Jesús nos hace el mejor regalo que podría hacernos: se nos entrega Él mismo. A todos. Con nuestros amigos y familiares es muy fácil, pero a veces con otros nos cuesta un poco más. Piensa en alguien que sepas que está sufriendo, que le tratan mal en el cole o que está solo. A ese también tienes que invitarle. Id e invitad. Ya sabemos qué es el banquete; ya sabemos a quiénes hay que invitar. Siguiendo el Mensaje del Papa para este Domund, pidamos por el servicio de la misión evangelizadora de la Iglesia. ¡Que nosotros estemos dispuestos a ayudar a los misioneros, siempre! Oración del DOMUND Señor, ¿a quiénes nos falta por invitar a tu fiesta? Guía nuestros pasos hacia ellos e "inspíranos el gesto y la palabra oportuna", para que puedan descubrirte a través de nuestra cercanía, nuestra ternura, nuestra compasión y nuestro anuncio de esperanza. Te pedimos de un modo especial por todos los misioneros y misioneras que te anuncian entre los más pobres. Haz que juntos, ellos y nosotros, apoyados en la oración, pegados a Ti, llevemos incansablemente al mundo tu invitación al Banquete de la fraternidad, al que nos congrega cada domingo y al que no tendrá fin, en el cielo. Santa María de la fiesta de bodas, ruega por nosotros. Amén. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Quien entre vosotros quiera llegar a ser grande que se haga vuestro servidor”. (Mc 10, 43 b) Nos sentamos con la espalda recta, los pies apoyados correctamente en el suelo y los ojos cerrados. Respiramos profundamente e intentamos despejar nuestra mente de preocupaciones, miedos y otras cosas. Nos centramos en nuestra respiración pausada, tomando aire y expulsándolo lentamente, dos o tres veces, de manera consciente, sin pensar en nada más. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Este domingo hemos celebrado la jornada del DOMUND El DOMUND es el día en que la Iglesia Católica reza por los misioneros y misioneras y colabora con ellos en su labor evangelizadora desarrollada entre los más pobres. La Jornada Mundial de las Misiones, conocida como DOMUND, se celebra en todo el mundo el cuarto domingo de octubre. Este es el cartel de este año: Y este es el vídeo: Domund 2024: Id e invitad a todos al banquete La supervivencia de los Territorios de Misión depende de los donativos. El DOMUND es una llamada a nuestra colaboración económica. Gracias a nuestra generosidad se construyen templos, se compran vehículos, se forman catequistas, se atienden proyectos sociales, sanitarios y educativos en las misiones. Cada año llevan se llevan a cabo Proyectos Pastorales como: La construcción de iglesias y capillas; la compra y sostenimiento de vehículos para la pastoral; la formación básica y permanente de los responsables de la pastoral; el sostenimiento de comunidades religiosas; el mantenimiento de los catequistas misioneros. También se realizan Proyectos Sociales, Educativos y Sanitarios: La Iglesia tiene una amplia labor social y educativa en todo el mundo: atiende a 117.119 instituciones sociales: hospitales, residencias de ancianos, orfanatos y comedores para personas necesitadas en todo el mundo. Se encarga de 209.688 instituciones educativas: guarderías, escuelas, universidades y centros de formación profesional. En los Territorios de Misión la Iglesia atiende a 26.711 instituciones sociales. La Iglesia en estos territorios también se encarga de 99.045 instituciones educativas, lo que representa el 47,23% del total de instituciones educativas que tiene la Iglesia. Todos estos proyectos son financiados con los donativos recogidos en el DOMUND. Las misiones siguen necesitando nuestra ayuda económica por eso muy necesaria toda nuestra colaboración. ¡Sé generoso! Hay muchas personas que necesitan nuestra ayuda. Oración del DOMUND Señor, ¿a quiénes nos falta por invitar a tu fiesta? Guía nuestros pasos hacia ellos e "inspíranos el gesto y la palabra oportuna", para que puedan descubrirte a través de nuestra cercanía, nuestra ternura, nuestra compasión y nuestro anuncio de esperanza. Te pedimos de un modo especial por todos los misioneros y misioneras que te anuncian entre los más pobres. Haz que juntos, ellos y nosotros, apoyados en la oración, pegados a Ti, llevemos incansablemente al mundo tu invitación al Banquete de la fraternidad, al que nos congrega cada domingo y al que no tendrá fin, en el cielo. Santa María de la fiesta de bodas, ruega por nosotros. Amén. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Quien entre vosotros quiera llegar a ser grande que se haga vuestro servidor”. (Mc 10, 43 b) Nos sentamos con la espalda recta, los pies apoyados correctamente en el suelo y los ojos cerrados. Respiramos profundamente e intentamos despejar nuestra mente de preocupaciones, miedos y otras cosas. Nos centramos en nuestra respiración pausada, tomando aire y expulsándolo lentamente, dos o tres veces, de manera consciente, sin pensar en nada más. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Vamos a dedicar la oración de esta mañana a darnos cuenta de lo agradecidos que debemos estar a nuestras FAMILIAS. Canción: “Familia” (Funambulista) Quizás la palabra “amor” es una de las más utilizadas en nuestro mundo. La mayoría de las canciones, de los poemas y de las narraciones que llegan a nosotros hablan del amor. De lo que muchas veces no somos conscientes y no lo queremos ver es quienes mejor conjugan ese verbo son nuestros padres, nuestra familia. Piensa unos instantes… ¿Qué es lo que más te gusta de tu familia? ¿Cuántas veces has dicho a tus padres que los quieres? ¿Y a tus hermanos? ¿Tratas con respeto y cariño a tu familia? ORACIÓN: Gracias Padre, por nuestras familias, porque siempre están ahí, nos acompañan y cuidan reforzando en nosotros la seguridad y la confianza. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Quien entre vosotros quiera llegar a ser grande que se haga vuestro servidor”. (Mc 10, 43 b) Nos sentamos con la espalda recta, los pies apoyados correctamente en el suelo y los ojos cerrados. Respiramos profundamente e intentamos despejar nuestra mente de preocupaciones, miedos y otras cosas. Nos centramos en nuestra respiración pausada, tomando aire y expulsándolo lentamente, dos o tres veces, de manera consciente, sin pensar en nada más. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Observa detenidamente la imagen. El chico debe decidir qué planta regar, solo él puede decidirlo. Solo tú puedes decidirlo. Cuesta, pero no es imposible. Si todos los días te decides a pensar en positivo, a la larga aprenderás a hacerlo sin darte cuenta. Porque el rencor y el odio, la venganza, el mal humor… lo que hace es que los demás se alejen de ti, y que tú te envenenes con tus propios pensamientos y sentimientos negativos. Porque a quien hacen daño es a ti mismo, no a los demás. Si, en cambio, decides poner una sonrisa en tu cara y no criticar, sino alabar y ver lo bueno de las cosas que te pasan, los demás se te pegarán “como lapas”… Solo tú puedes decidir qué planta regar: o cuidar y regar la planta de la tristeza, la ira, el rencor, la envidia, el chisme, la discordia… O decidirte a dejarla morir y cuidar con decisión, autocontrol, PACIENCIA y ESFUERZO la planta de la gratitud, la confianza, el optimismo, la paz, la alegría, la bondad… Los resultados están asegurados… Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre, mujer que supo …: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Quien entre vosotros quiera llegar a ser grande que se haga vuestro servidor”. (Mc 10, 43 b) Nos calmamos… Hacemos silencio y nos preparamos para hablar con Dios. Para ello nos sentamos cómodos y cerramos los ojitos. Ponemos las manos en el abdomen y cogemos aire por la nariz despacito. Después, dejo ir ese aire mientras ago el sonido de la serpiente (sssssssssssssss), debe ser un sonido muy bajo que dure todo lo que puedas. Repítelo varias veces. Tomo aire… lo suelto haciendo el sonido sssssssssssssss… Ahora pongo mis manos en el corazón, en el pecho. Sigo respirando de la misma manera, siento los latidos… Poco a poco vamos abriendo los ojos. Y comenzamos nuestra oración…. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Vamos a escuchar una canción muy bonita… fíjate muy bien en lo que dice… Canción: “Gracias a Ti” ¿Sabemos lo que significa la gratitud?... Muy fácil: Valorar y a dar GRACIAS por tantas cosas buenas que la vida nos ha dado. Estamos muy acostumbrados a tener todo lo que necesitamos para ser felices, tanto, que no siempre lo valoramos y damos gracias por ello. Dar las gracias provoca muchas cosas buenas: • Nos hace sentir mejor, tanto al que da las gracias como al que las recibe. • Mejora nuestra relación con la familia, amigos, compañeros… con todos. ¡Así que no lo dudes y da las GRACIAS siempre que puedas! Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Quien entre vosotros quiera llegar a ser grande que se haga vuestro servidor”. (Mc 10, 43 b) Nos calmamos… Hacemos silencio y nos preparamos para hablar con Dios. Para ello nos sentamos cómodos y cerramos los ojitos. Ponemos las manos en el abdomen y cogemos aire por la nariz despacito. Después, dejo ir ese aire mientras ago el sonido de la serpiente (sssssssssssssss), debe ser un sonido muy bajo que dure todo lo que puedas. Repítelo varias veces. Tomo aire… lo suelto haciendo el sonido sssssssssssssss… Ahora pongo mis manos en el corazón, en el pecho. Sigo respirando de la misma manera, siento los latidos… Poco a poco vamos abriendo los ojos. Y comenzamos nuestra oración…. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Desarrollo de la propuesta El mes de octubre es el mes de los misioneros, unas personas muy importantes: ¿Sabéis quiénes son los misioneros y cuál es su misión?... Los misioneros, como nosotros, son amigos de Jesús y como en este mundo, grande y maravilloso, hay muchos niños que no lo conocen. Su misión es ir por todo el mundo para hacerlo conocer y llevar la Buena Noticia del Evangelio. ¿Y cuál es la Buena Noticia? que Jesús nos quiere un montón y que todas las personas somos hermanos porque Dios es nuestro Padre. Los misioneros van a su misión muy contentos. Dejan muchas cosas y van donde más lo necesitan. Todas las personas necesitamos de los misioneros, pero especialmente los más pobres y necesitados, los que no conocen a Jesús. Los que están en países muy lejanos, pero también los que están a nuestro alrededor porque hay muchas personas necesitadas de cariño, de ayuda… Canción: “Somos misioneros” Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre. ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Quien entre vosotros quiera llegar a ser grande que se haga vuestro servidor”. (Mc 10, 43 b) Nos calmamos… Hacemos silencio y nos preparamos para hablar con Dios. Para ello nos sentamos cómodos y cerramos los ojitos. Ponemos las manos en el abdomen y cogemos aire por la nariz despacito. Después, dejo ir ese aire mientras ago el sonido de la serpiente (sssssssssssssss), debe ser un sonido muy bajo que dure todo lo que puedas. Repítelo varias veces. Tomo aire… lo suelto haciendo el sonido sssssssssssssss… Ahora pongo mis manos en el corazón, en el pecho. Sigo respirando de la misma manera, siento los latidos… Poco a poco vamos abriendo los ojos. Y comenzamos nuestra oración…. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Hoy hemos encontrado esta imagen… ¿Qué miran? ¿Qué estará haciendo ese animalito? Despacito, despacito, llegará a su casita… los niños de la imagen están mirando al caracol, no lo tocan, quieren saber a dónde va… Respetan su velocidad, tienen paciencia para no molestarlo… El caracol es pequeño, hay que tener cuidado con él… avanza despacio. Pero siempre llega. ¿Qué podemos aprender del caracol? A caminar sin cansarnos, a no tener miedo a lo que me rodea, a ser valiente y seguir, seguir y seguir… Jesús, ayúdame a ser fuerte para hacer las cosas que me mandan, para obedecer a mis padres y profesores. Ayúdame a tener paciencia, a esperar, a ver todas las cosas que me rodean con curiosidad e interés… Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Quien entre vosotros quiera llegar a ser grande que se haga vuestro servidor”. (Mc 10, 43 b) Nos calmamos… Hacemos silencio y nos preparamos para hablar con Dios. Para ello nos sentamos cómodos y cerramos los ojitos. Ponemos las manos en el abdomen y cogemos aire por la nariz despacito. Después, dejo ir ese aire mientras ago el sonido de la serpiente (sssssssssssssss), debe ser un sonido muy bajo que dure todo lo que puedas. Repítelo varias veces. Tomo aire… lo suelto haciendo el sonido sssssssssssssss… Ahora pongo mis manos en el corazón, en el pecho. Sigo respirando de la misma manera, siento los latidos… Poco a poco vamos abriendo los ojos. Y comenzamos nuestra oración…. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Hoy vamos a hacer nuestra oración con un gesto muy, pero que muy bonito. ¡Presta mucha atención! Colocamos las manos juntas, porque vamos a rezar… y pensamos por quién queremos rezar, en quién pensamos en nuestra oración. REZAMOS POR TODAS LAS PERSONAS QUE PASAN POR NUESTRA CABEZA, POR NUESTRO CORAZÓN... (papá, mamá, mi hermano, mi hermana, mis abuelos, tíos, padrinos, mis amigos, mis profes…). * Coloco despacio mis manos en forma de cuenco, como si fuese a recoger agua para beber… y PIENSO EN TODO LO QUE TENGO, EN LAS PERSONAS Y EN LOS NIÑOS QUE NO TIENEN TANTO… EN TODO LO QUE NOS SOBRA (tengo muchísimos juguetes, lápices de colores, balones, muñecas, ropa, zapatos, puedo ir a la cocina y comer muchas cosas…). Y CUÁNTAS COSAS TENGO SIN NECESITARLAS… ¿Qué es lo que me hace feliz, de verdad? ¿lo que tengo?, ¿un juguete, un balón, mi ropa, mis cosas… o los abrazos de mis padres? * Ahora pongo mis dos manos sobre mi pecho, mi corazón… Me pregunto… ¿qué estoy dispuesto a ofrecer, desde mi corazón, a los demás…? ¿Qué estoy dispuesto a compartir? * Seguimos con los ojos cerrados y hacemos el gesto de colocar las manos juntas, hacia adelante, como si tuviese sobre ellas un gran regalo… como ofreciendo todo lo que ha pasado por mi corazón a los demás. Y ahora levanto las manos hacia arriba y pienso en Dios… le regalo mis ganas de ser bueno, de compartir, de querer a los demás. Y por último, lanzo besos a mis compañeros, a mi profe… para que entre todos hagamos que esta mañana sea muy feliz. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Quien entre vosotros quiera llegar a ser grande que se haga vuestro servidor”. (Mc 10, 43 b) ¡Buenos días! Comenzamos este viernes abriendo nuestros ojos a la realidad que nos rodea. Nos calmamos… Apoyo mis pies en el suelo y la espalda en el respaldo de la silla. Si veo que me ayuda, puedo cerrar los ojos; si no, puedo bajar la mirada, para no distraerme. Respiro de manera profunda… Inspiro (largo), mantengo el aire (más largo) y expulso el aire (más largo)... Así, varias veces. Que el expulsar aire me lleve más tiempo que inhalarlo… Ahora, manteniendo este ritmo de respiración, voy a comprobar cómo estoy esta mañana, al iniciar el día… Recorro mi cuerpo: percibo si me molesta algo, si algo me duele, si tengo algún tirón, alguna molestia... Si es así, pienso en ella… y de momento la dejo en espera… ahora intentaré que no me moleste. Ahora me doy cuenta de cómo estoy a nivel emocional: alegre, triste, curioso, reocupado por algo... pienso por qué me siento así… Y me pregunto si quiero mantener esa sensación durante el día o si prefiero cambiarla por otra. Es mi decisión. Sigo respirando… abro los ojos… y comenzamos… En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. El trabajo de las hormigas y sus ocupaciones son muy parecidas a las de las personas. Siempre se han caracterizado por su laboriosidad. Realizan todo tipo de trabajos, por ejemplo…
- Hay hormigas carpinteras que se introducen en la madera y la dejan hueca por dentro.
- Existen también hormigas recolectoras que viven de las semillas y de las hojas que reúnen y almacenan para alimentarse durante el invierno. Éstas son las más previsoras.
- Hay hormigas guerreras que son las que defienden los hormigueros de las agresiones externas.
- La hormiga albañil se encarga de hacer los enormes hormigueros.
- También está la hormiga reina, cuya misión es poner huevos y hacer que nazcan nuevas hormigas…
“Quien entre vosotros quiera llegar a ser grande que se haga vuestro servidor”. (Mc 10, 43 b) Nos sentamos con la espalda recta, los pies apoyados correctamente en el suelo y los ojos cerrados. Respiramos profundamente e intentamos despejar nuestra mente de preocupaciones, miedos y otras cosas. Nos centramos en nuestra respiración pausada, tomando aire y expulsándolo lentamente, dos o tres veces, de manera consciente, sin pensar en nada más. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. El refrán dice que “dos no se pelean si uno no quiere” … ¿y qué quiero yo? Vamos a verlo con la siguiente narración: EL COLECCIONISTA DE INSULTOS Cerca de Tokio vivía un gran samurái, ya anciano, que se dedicaba a enseñar el budismo zen a los jóvenes. A pesar de su edad, corría la leyenda de que era capaz de vencer a cualquier adversario. Cierto día, un guerrero conocido por su total falta de escrúpulos pasó por la casa del samurái. Era famoso por utilizar la técnica de la provocación: esperaba que el adversario hiciera su primer movimiento, y, gracias a su inteligencia privilegiada para captar los errores, contraatacaba con velocidad fulminante. El joven e impaciente guerrero jamás había perdido una batalla. Conociendo la reputación del viejo samurái, estaba allí para derrotarlo y aumentar aún más su fama. Los estudiantes de zen que se encontraban presentes se manifestaron contra la idea, pero el anciano aceptó el desafío. Entonces fueron todos a la plaza de la ciudad, donde el joven empezó a provocar al samurái: Arrojó algunas piedras en su dirección, le escupió en la cara y le gritó todos los insultos conocidos, ofendiendo incluso a sus antepasados. Durante varias horas hizo todo lo posible para sacarlo de sus casillas, pero el anciano permaneció impasible. Al final de la tarde, ya exhausto y humillado, el joven guerrero se retiró de la plaza. Decepcionados por el hecho de que su maestro aceptara tantos insultos y provocaciones, los alumnos le preguntaron: -¿Cómo ha podido soportar tanta indignidad? ¿Por qué no usó su espada, aun sabiendo que podría perder la lucha, en vez de mostrarse como un cobarde ante todos nosotros? El viejo samurái contestó: -Si alguien se acerca a ti con un regalo y no lo aceptas, ¿a quién le pertenece el regalo? -Por supuesto, a quien intentó entregarlo -respondió uno de los discípulos. -Pues lo mismo vale para la envidia, la rabia y los insultos añadió el maestro-. Cuando no son aceptados, continúan perteneciendo a quien los cargaba consigo. ¿Qué “regalos” cargo, lanzo a otros, acepto de otros? ¿Soy capaz de controlarme en los momentos de enfado, de ira? En esto del dominio de sí, Jesús fue todo un maestro. Demostró mucho autocontrol en momentos y circunstancias difíciles. Nunca devolvió mal por mal, al contrario, en sus labios y actitudes siempre había una palabra, un gesto de perdón y comprensión hacia el otro. Trabajémonos por dentro, siempre. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a Ella: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
Empezamos la oración diciendo: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN
“Quien entre vosotros quiera llegar a ser grande que se haga vuestro servidor”. (Mc 10, 43 b) Nos calmamos… Hacemos silencio y nos preparamos para hablar con Dios. Para ello nos sentamos cómodos y cerramos los ojitos. Ponemos las manos en el abdomen y cogemos aire por la nariz despacito. Después, dejo ir ese aire mientras hago el sonido de la serpiente (sssssssssssssss), debe ser un sonido muy bajo que dure todo lo que puedas. Repítelo varias veces. Tomo aire… lo suelto haciendo el sonido sssssssssssssss… Ahora pongo mis manos en el corazón, en el pecho. Sigo respirando de la misma manera, siento los latidos… Poco a poco vamos abriendo los ojos. Y comenzamos nuestra oración…. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Nos ponemos en presencia de Dios y escuchamos su palabra: Del Evangelio según San Marcos (Mc 10, 35-45) NARRADOR: Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, se presentaron a Jesús y le hicieron una petición: SANTIAGO: Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir. JESÚS: ¿y qué queréis que haga? JUAN: Concédenos sentarnos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu izquierda. JESÚS: No sabéis lo que pedís. SANTIAGO: ¿Por qué? JESÚS: ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber? JUAN: Sí, lo somos. JESÚS: El cáliz que yo he de beber lo beberéis, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda, está ya reservado. NARRADOR: Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra los dos hermanos: DISCÍPULO 1: Os lo merecéis por abusones. DISCÍPULO2: Ahora no os sentaréis ni a la derecha ni a la izquierda de Jesús. JESÚS: ¡Basta ya! Callaos y escuchad. Los jefes de los pueblos los tiranizan y los grandes oprimen a los pequeños. DISCÍPULO 1: Siempre se ha hecho así. JESÚS: Pues vosotros no debéis hacerlo. DISCÍPULO 2: Entonces, el que quiera ser grande...¿Qué debe hacer? JESÚS: Será el servidor de los demás. DISCÍPULO 1: ¿Y el que quiera ser el primero? JESÚS: Será esclavo de todos. DISCÍPULO2: Maestro, cada vez lo pones más difícil. DISCÍPULO 1: A nadie le gusta ser servidor y esclavo de los otros. JESÚS: Miradme a mí, no he venido para que me sirvan. DISCÍPULO2: ¿Y para qué has venido, Maestro? JESÚS: He venido para servir y dar mi vida en rescate por todos. NARRADOR: Así terminó Jesús la jornada aquel día con sus discípulos. Palabra de Dios En el evangelio, Jesús dice a los apóstoles que querían acaparar los primeros puestos: “el que quiera ser grande, sea vuestro servidor”. Y les recuerda que el vino no a ser servido sino a “servir y dar la vida”. A todos nos gusta ser los primeros, los más ricos, tener muchas cosas, ser famosos y que nos aplaudan. Eso le pasó a Juan y a Santiago que buscaban los primeros puestos. Jesús dice que él no vino a tener palacios, a mandar ni a que le sirvan. Él vino a ayudar y querer a todos. Eso es lo que debemos hacer sus amigos. Servir es ayudar a otro, pensar más en los otros y menos en mí. Esta semana vamos a fijarnos en lo que necesitan nuestros compañeros, vamos a pensar más en ellos. Lo importante es amar y servir, por eso le decimos a Jesús que queremos ser como él, los primeros en el amor y en el servicio. Este deseo se lo entregamos a Jesús. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
Lunes
28 de octubre
Oraciones de la mañana
octubre
2024-2025
Educación Vicenciana
2ª semana
SECUNDARIA
3ª SEMANA
INFANTIL
INFANTIL
PRIMARIA
SECUNDARIA
SECUNDARIA
SECUNDARIA
1ª SEMANA
5ª SEMANA
PRIMARIA
PRIMARIA
PRIMARIA
4ª SEMANA
INFANTIL
INFANTIL
Martes
29 de octubre
Miércoles
Jueves
30 de octubre
31 de octubre
Empezamos la oración diciendo: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN
“Jesús le preguntó: —¿Qué quieres de mí? Contestó el ciego: —Maestro, que recobre la vista”. (Mc 10, 51 ¡Buenos días! Nos serenamos, hacemos silencio por dentro y por fuera. Vamos dejando nuestro cuerpo cada vez más quieto. Nos sentamos correctamente, nuestra espalda recta, los pies tocando el suelo. Cerramos nuestros ojitos, y ponemos toda nuestra atención en la respiración… Cogemos aire, lo soltamos despacito… (3 veces). Cae en la cuenta de que Dios está contigo, escuchando lo que hoy le quieres decir y esperando que también lo escuches a Él. Y ahora, que nos encontramos tranquilos y serenos, podemos comenzar nuestra oración de la mañana: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. ¡Buenos días! Nos serenamos, hacemos silencio por dentro y por fuera. Vamos dejando nuestro cuerpo cada vez más quieto. Nos sentamos correctamente, nuestra espalda recta, los pies tocando el suelo. Cerramos nuestros ojitos, y ponemos toda nuestra atención en la respiración… Cogemos aire, lo soltamos despacito… (3 veces). Cae en la cuenta de que Dios está contigo, escuchando lo que hoy le quieres decir y esperando que también lo escuches a Él. Y ahora, que nos encontramos tranquilos y serenos, podemos comenzar nuestra oración de la mañana: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Del Evangelio según San Marcos (Mc 10, 46-52) Narrador: Llegaron a Jericó. Y cuando ya salía Jesús de la ciudad seguido de sus discípulos y de mucha gente, un mendigo ciego llamado Bartimeo, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino. Al oír que era Jesús de Nazaret, el ciego comenzó a gritar: Ciego: ¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí! Narrador: Muchos le reprendían para que se callara, pero él gritaba más aún. Jesús se detuvo y dijo: Jesús: Llamadlo Narrador: Llamaron al ciego y le dijeron que se levantase. El ciego arrojó su capa, y dando un salto se acercó a Jesús, que le preguntó: Jesús: ¿Qué quieres que haga por ti? Narrador: El ciego le contestó: Ciego: Maestro, quiero recobrar la vista. Narrador: Jesús le dijo: Jesús: Puedes irte. Por tu fe has sido sanado. Narrador: En aquel mismo instante el ciego recobró la vista, y siguió a Jesús. Palabra de Dios
- ¿Qué le pasaba a Bartimeo? (estaba sólo, abandonado, no veía…)
- ¿Qué hace Bartimeo al oír que pasa Jesús? (lo llama)
- ¿Qué le dicen los que van con Jesús? (le dicen que se calle)
- ¿Qué hace Jesús? (le pregunta que quiere que haga por el)
- ¿Qué solemos hacer nosotros? ¿Ayudamos? ¿Pasamos de largo, pensando que otro les ayudará?
“Jesús le preguntó: —¿Qué quieres de mí? Contestó el ciego: —Maestro, que recobre la vista”. (Mc 10, 51) Vamos haciendo silencio y nos preparamos para comenzar la oración. Ve dejando tu cuerpo sereno, aparta la pereza, la desgana o la preocupación y respira profundamente, llenándote de Vida... Deja que tus pulmones se llenen por completo y suelta el aire despacio, hasta vaciarte... 3 veces... Percibe, en un momento de silencio, el regalo de la vida, conéctate por dentro con las personas y las cosas que hay a tu alrededor, con aquellos a quienes quieres, toma conciencia de la suerte de estar aquí y ahora. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Jesús se fija en los más necesitados: los que sufren, los que no tienen cariño de nadie, los marginados, los pobres… Jesús no pasa de largo ante ellos, se acerca, habla con ellos, les ayuda, les pregunta qué necesitan… En esta mañana te propongo traer a la oración lo que te sugiere esta imagen… Obsérvala con mucha atención… Rutina de pensamiento: 3 – 2 – 1 PUENTE
- Di 1 cosa que le dirías a Jesús si te encontrases ante Él.
- ¿Qué 2 preguntas harías de algo que te inquiete?
- Expresa 3 sentimientos que te sugiera la imagen.
“Jesús le preguntó: —¿Qué quieres de mí? Contestó el ciego: —Maestro, que recobre la vista”. (Mc 10, 51) Nos sentamos con una postura cómoda, con la espalda recta y los pies en el suelo. Puedes poner las manos sobre las piernas… Relájate... Cierra los ojos, y céntrate en la respiración… Podemos poner una mano en el pecho (corazón)… y tratar de sentir nuestros latidos. Haz tres respiraciones profundas... Toma aire, expúlsalo… Despacio. Abre ahora despacio los ojos... Y disponte a escuchar lo que Jesús te dice hoy a través de la reflexión/oración que vamos a hacer. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. En esta mañana te propongo traer a la oración lo que te sugiere esta imagen… Obsérvala con mucha atención… PIENSA...
- ¿Quiénes están hoy al borde del camino?
- ¿Te has sentido alguna vez así?
- ¿A quién pides ayuda?
“Jesús le preguntó: —¿Qué quieres de mí? Contestó el ciego: —Maestro, que recobre la vista”. (Mc 10, 51) ¡Buenos días! Nos serenamos, hacemos silencio por dentro y por fuera. Vamos dejando nuestro cuerpo cada vez más quieto. Nos sentamos correctamente, nuestra espalda recta, los pies tocando el suelo. Cerramos nuestros ojos, y ponemos toda nuestra atención en la respiración… Cogemos aire, lo soltamos despacito… (3 veces). Cae en la cuenta de que Dios está contigo, escuchando lo que hoy le quieres decir y esperando que también lo escuches a Él. Y ahora, que nos encontramos tranquilos y serenos, podemos comenzar nuestra oración de la mañana: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Bartimeo era un hombre ciego que vivió en tiempos de Jesús. Un día, escuchó que Jesús estaba cerca y, con mucha fe, le pidió que lo sanara. Jesús, con su gran amor, le devolvió la vista. Vamos a escuchar una canción que nos cuenta cómo la fe de Bartimeo y el poder de Jesús pueden transformar nuestras vidas. Porque la fe y el amor de Dios pueden hacer milagros. ORACIÓN Jesús, Tú ayudas siempre a todos. Te pido por los niños y niñas que sufren que sepan que tú los quieres y que estás siempre cerca de ellos dándoles tu amor. Amén Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Jesús le preguntó: —¿Qué quieres de mí? Contestó el ciego: —Maestro, que recobre la vista”. (Mc 10, 51) Comenzamos el día orando a través de una canción. Para ello colócate en una postura cómoda. Siente tu respiración. Observa cada inhalación que entra en tu cuerpo y cada exhalación a medida que sale de tu cuerpo. Deja que tu cuerpo respire sin esforzarte y siente en cada respiración la presencia de Dios que te acompaña. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Esta canción no cuenta la historia del ciego Bartimeo y su encuentro con Jesús, pero sí transmite un mensaje de fe y esperanza, junto con la posibilidad de un futuro mejor. Ese es también el milagro de Bartimeo. REFLEXIÓN: En "Un mundo ideal", Aladdin y Jasmine sueñan con un lugar donde pueden ser libres y felices, un lugar donde no hay límites y pueden ser ellos mismos. Ellos buscan un mundo lleno de amor y oportunidades, donde todo es posible.En la Biblia, Bartimeo era un hombre ciego que pedía ayuda a Jesús. A pesar de que la gente le decía que se callara, él siguió gritando porque sabía que Jesús podía ayudarlo. Cuando Jesús lo escuchó, lo llamó y le preguntó qué quería. Bartimeo le pidió ver de nuevo, y Jesús, con su amor y poder, le devolvió la vista.Tanto Aladdin y Jasmine como Bartimeo buscan algo mejor en sus vidas. Aladdin y Jasmine quieren un mundo ideal donde puedan ser felices, mientras que Bartimeo busca la luz y la oportunidad de ver. Ambos personajes nos enseñan que, aunque a veces enfrentemos dificultades, siempre hay esperanza y la posibilidad de un cambio positivo.Nunca debemos rendirnos en buscar lo que queremos y siempre debemos tener fe. Al igual que Bartimeo, podemos pedir ayuda y creer que hay un mundo mejor esperándonos, lleno de luz y amor. ¡Y eso es algo realmente especial! Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Jesús le preguntó: —¿Qué quieres de mí? Contestó el ciego: —Maestro, que recobre la vista”. (Mc 10, 51) Nos sentamos con una postura cómoda, con la espalda recta y los pies en el suelo. Puedes poner las manos sobre las piernas… Relájate... Cierra los ojos, y céntrate en la respiración… Podemos poner una mano en el pecho (corazón)… y tratar de sentir nuestros latidos. Haz tres respiraciones profundas... Toma aire, expúlsalo… Despacio. Abre ahora despacio los ojos... Y disponte a escuchar lo que Jesús te dice hoy a través de la reflexión/oración que vamos a hacer. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. (El profesor sigue dirigiendo la interiorización con música suave de fondo) Relaja los músculos de la cara. Siente tu respiración. (PAUSA). Observa cada inhalación que entra en tu cuerpo y cada exhalación a medida que sale de tu cuerpo. Deja que tu cuerpo respire sin esforzarte. Eres consciente de que respiras, despacio, muy despacio, vas inspirando y exhalando el aire. (PAUSA). Quédate envuelto por la música y por las palabras de Jesús. Son palabras de confianza y de esperanza. Déjate mirar por Dios, tal y como eres. Rezar es contarle a Dios mis cosas, no como se las dijera a una persona lejana o acabada de conocer, sino como si se las contara a mi mejor amigo. (PAUSA). Jesús de Nazaret sabe de mí, sabe lo que necesito, y aunque su respuesta a veces no se manifieste como yo la espero, debo confiar y tener fe, como nos enseña Jesús en su encuentro con Bartimeo. (PAUSA) Rezar es hacer un hueco a Dios en nuestra vida; es buscar lo que Dios espera de mí, el plan que me tiene reservado. (PAUSA). La oración perfecta es el Padre Nuestro porque Jesús así nos lo enseñó, y es nuestro hermano mayor, el que nos guía. Cada frase del Padre Nuestro debe ser una certeza en nuestra vida, un padre bueno que nos escucha siempre; un padre que busca para mí la felicidad, y que no quiere verme triste o abatido. Quiere que me mantenga firme y seguro, porque me ha dado un espíritu libre y una inteligencia para dirigir mi vida con Él de la mano. Hoy vamos a rezar el Padre Nuestro, despacio, interiorizando cada palabra que decimos: Padre nuestro Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;venga a nosotros tu Reino;hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.Danos hoy nuestro pan de cada día;perdona nuestras ofensas,como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;no nos dejes caer en la tentación,y líbranos del mal. Amén. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Jesús le preguntó: —¿Qué quieres de mí? Contestó el ciego: —Maestro, que recobre la vista”. (Mc 10, 51) Vamos haciendo silencio y nos preparamos para comenzar la oración. Ve dejando tu cuerpo sereno, aparta la pereza, la desgana o la preocupación y respira profundamente, llenándote de Vida... Deja que tus pulmones se llenen por completo y suelta el aire despacio, hasta vaciarte... 3 veces... Percibe, en un momento de silencio, el regalo de la vida, conéctate por dentro con las personas y las cosas que hay a tu alrededor, con aquellos a quienes quieres, toma conciencia de la suerte de estar aquí y ahora. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Vamos a escuchar la canción "Volver a comenzar" de Luz Casal que transmite un mensaje de esperanza y renovación, igual que la historia del ciego Bartimeo. Ambos comparten un deseo profundo de superación y la búsqueda de una nueva oportunidad. Bartimeo, al clamar por ayuda, muestra su fe y su anhelo de recuperar la vista, simbolizando la lucha por salir de la oscuridad y encontrar un nuevo camino. De manera similar, la letra de la canción habla sobre la posibilidad de reiniciar, de dejar atrás el pasado y abrazar un futuro lleno de posibilidades. En conjunto, ambos reflejan la importancia de la perseverancia y la fe en momentos difíciles, recordándonos que siempre hay una oportunidad para volver a empezar. Canción: “Volver a comenzar” (Luz Casal) 1. ¿Qué significa para ti la idea de "volver a comenzar" en tu vida personal? 2. ¿Cómo crees que Bartimeo encontró la fuerza para pedir ayuda y seguir adelante a pesar de sus dificultades? 3. ¿Qué obstáculos has enfrentado en tu vida y cómo has logrado superarlos? 4. ¿De qué manera la fe y la esperanza pueden ayudarte a "volver a comenzar" en momentos difíciles? 5. ¿Cómo puedes aplicar el mensaje de la canción y la historia de Bartimeo en tu vida diaria? ORACIÓN "Querido Dios, ayúdame a encontrar la valentía para volver a comenzar cada vez que enfrento desafíos. Que, al igual que Bartimeo, pueda ver con claridad el camino que tengo por delante y nunca pierda la fe en mí mismo y en los demás. Amén." Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Jesús le preguntó: —¿Qué quieres de mí? Contestó el ciego: —Maestro, que recobre la vista”. (Mc 10, 51) Nos sentamos con una postura cómoda, con la espalda recta y los pies en el suelo. Puedes poner las manos sobre las piernas… Relájate... Cierra los ojos, y céntrate en la respiración… Haz tres respiraciones profundas... Toma aire, expúlsalo… Despacio. Abre ahora despacio los ojos... Vamos a escuchar como cada lunes, el evangelio de ayer. Un evangelio de Marcos que es muy cortito, pero que nos enseña mucho. Estemos atentos a la palabra de Jesús En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Del Evangelio según San Marcos (Mc 10, 46-52) Te ofrecemos una versión del Evangelio del domingo en forma de diálogo, que puede utilizarse para una lectura dramatizada. CIEGO: ¡Una limosna, hermanos, para este pobre ciego! ¡Una limosna, por caridad! JUDÍO1: Toma, Bartimeo, poco es pero no llevo más. JUDÍO2: ¿Eres el hijo de Timeo que le nació ciego? CIEGO: Sí, yo soy, ¿dónde vais vosotros? JUDÍO1: Vamos a Jerusalén a celebrar la fiesta de Pascua. CIEGO: Dicen que Jesús de Nazaret está en Jericó, ¿sabéis algo de eso? JUDÍO2: ¿Te has enterado ya de que en Betsaida curó a un ciego de nacimiento como tú? CIEGO: ¡Claro! Todo lo que hace Jesús me interesa. JUDÍO1: Pues he oído que también viene a Jerusalén a celebrar la Pascua. CIEGO: ¿Jesús pasará por aquí? JUDÍO1: Sí, parece que ya vienen él y sus discípulos. CIEGO: ¡Hijo de David, ten compasión de mí! JUDÍO2: ¡Menudo jaleo estás armando! ¡Cállate ya y no alborotes! JESÚS: ¿Quién es ? JUDÍO1: Parece un ciego, Maestro. JUDÍO2: Se habrá enterado de que curaste al ciego de Betsaida y querrá que lo cures a él también. JESÚS: Llamadlo. JUDÍO1: Amigo, ven, Jesús te llama. JESÚS: ¿Qué quieres que haga por ti? CIEGO: Maestro, que pueda ver. JESÚS: Anda ve, tu fe te ha curado. CIEGO: ¡Veo, veo, Jesús me ha curado! JUDÍO2: El Maestro siempre cura a los que tienen una fe muy grande. JUDÍO1: ¿Vienes con nosotros a Jerusalén? CIEGO: ¡Claro que sí! Iré al templo a dar gracias a Dios porque Jesús está con nosotros. Palabra De Dios Para reflexionar: Cuando Jesús llamó a Bartimeo, él tiró el manto, se incorporó y le dijo que deseaba ver. Cuando tira su capa y corre hacia Jesús, también tira con ella toda su vida pasada. Toda una vida llena de dolor y oscuridad. «Enseguida comenzó a ver y lo siguió por el camino» Jesús le trasmitió tal fuerza que cuando recobró la vista le siguió, yendo detrás de Jesús. Bartimeo no podía ver, sus ojos estaban ciegos. A veces, nosotros tenemos ciegos, o un poco miopes, los ojos del alma. Solo nos vemos a nosotros mismos, nuestros egoísmos y caprichos. Y no somos capaces de mirar a los demás, de mirar a Jesús y ver lo que quiere de mi… El pecado nos ciega los ojos del alma y, como Bartimeo, necesitamos que Jesús nos cure. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Jesús le preguntó: —¿Qué quieres de mí? Contestó el ciego: —Maestro, que recobre la vista”. (Mc 10, 51) Como cada lunes, al comenzar la semana, traemos a nuestra oración de la mañana el Evangelio de ayer, domingo. Siempre que nos dispongamos a escuchar es importante que nos coloquemos en una postura correcta. Si hay algo, delante de ti, que crees que te puede distraer, quítalo. Intentamos hacer silencio interior, intentamos sacar de nuestra mente aquello que nos puede distraer y una vez preparados… escuchamos… En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Del Evangelio según San Marcos (Mc 10, 46-52) Y llegan a Jericó. Y al salir él con sus discípulos y bastante gente, un mendigo ciego, Bartimeo (el hijo de Timeo), estaba sentado al borde del camino pidiendo limosna. 47Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar: «Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí». 48Muchos lo increpaban para que se callara. Pero él gritaba más: «Hijo de David, ten compasión de mí». 49Jesús se detuvo y dijo: «Llamadlo». Llamaron al ciego, diciéndole: «Ánimo, levántate, que te llama». 50Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús. 51Jesús le dijo: «¿Qué quieres que te haga?». El ciego le contestó: «Rabbuní, que recobre la vista». 52Jesús le dijo: «Anda, tu fe te ha salvado». Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino. Palabra de Dios REFLEXIÓN Marcos nos habla de la curación del ciego Bartimeo. Una experiencia de conversión en el que se nos anima a iniciar un proceso que pueda cambiar nuestras vidas. No es difícil reconocernos en la figura de Bartimeo. Vivimos muchas veces como: “Ciegos”, sin ojos o sin gafas para mirar la vida como la mira Jesús. “Sentados”, instalados en una vida cómoda. “Al borde del camino”, “a nuestra bola”, sin tener a Jesús como nuestro guía. “Pidiendo limosna”, mendigando amor, cariño, atención, … “Solo” y aislado, sí, más solos que la una. Solos, aunque vivamos rodeados de personas. Bartimeo se da cuenta de que algo en su vida no funciona, que está insatisfecho, que ha perdido el norte... Y comienza a gritar: “¡Ten compasión de mí!”. Siente la necesidad de salir de esa vida sin sentido, de sanar, de cambiar la mirada. Y es cuando Jesús “lo llama” por su nombre, no se siente juzgado… Esta llamada le da esperanza. “¿Qué quieres que haga por ti?". ¿Y tú? ¿Qué quieres que haga Jesús por ti? ¿Qué puedes hacer tú por los demás? ¿Qué podemos aprender nosotros para nuestra vida de la historia de Bartimeo? Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre, mujer que supo …: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Jesús le preguntó: —¿Qué quieres de mí? Contestó el ciego: —Maestro, que recobre la vista”. (Mc 10, 51) ¡Buenos días! Nos serenamos, hacemos silencio por dentro y por fuera. Vamos dejando nuestro cuerpo cada vez más quieto. Nos sentamos correctamente, nuestra espalda recta, los pies tocando el suelo. Cerramos nuestros ojos, y ponemos toda nuestra atención en la respiración… Cogemos aire, lo soltamos despacito… (3 veces). Cae en la cuenta de que Dios está contigo, escuchando lo que hoy le quieres decir y esperando que también lo escuches a Él. Y ahora, que nos encontramos tranquilos y serenos, podemos comenzar nuestra oración de la mañana: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. ¡Buenos días! Un nuevo día con una nueva oportunidad para sentir y hablar con Jesús. Observa esta imagen:
- ¿Qué hace Jesús?
- ¿Por qué necesita el niño las gotitas?
- ¿Cómo cura al niño?
- ¿Cómo se sentirá el niño después de verse curado?
“Jesús le preguntó: —¿Qué quieres de mí? Contestó el ciego: —Maestro, que recobre la vista”. (Mc 10, 51) ¡Buenos días! Nos serenamos, hacemos silencio por dentro y por fuera. Vamos dejando nuestro cuerpo cada vez más quieto. Nos sentamos correctamente, nuestra espalda recta, los pies tocando el suelo. Cerramos nuestros ojos, y ponemos toda nuestra atención en la respiración… Cogemos aire, lo soltamos despacito… (3 veces). Cae en la cuenta de que Dios está contigo, escuchando lo que hoy le quieres decir y esperando que también lo escuches a Él. Y ahora, que nos encontramos tranquilos y serenos, podemos comenzar nuestra oración de la mañana: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Pidámosle a María que nos ayude a ser fuertes, a tener fe… Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre. ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
“Jesús le preguntó: —¿Qué quieres de mí? Contestó el ciego: —Maestro, que recobre la vista”. (Mc 10, 51) Vamos haciendo silencio y nos preparamos para comenzar la oración. Ve dejando tu cuerpo sereno, aparta la pereza, la desgana o la preocupación y respira profundamente, llenándote de Vida... Deja que tus pulmones se llenen por completo y suelta el aire despacio, hasta vaciarte... 3 veces... Percibe, en un momento de silencio, el regalo de la vida, conéctate por dentro con las personas y las cosas que hay a tu alrededor, con aquellos a quienes quieres, toma conciencia de la suerte de estar aquí y ahora. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Estos días veíamos cómo el ciego Bartimeo se encuentra tan fastidiado que ya sólo le queda gritar e ir al grano. “¡Ten compasión de mí!” Este grito humilde y sincero, que brota del fondo de su corazón. Jesús no pasa de largo. Como cuando un amigo nos llama y no se anda con rodeos, “me encuentro mal”. ¿Me puedes echar una mano? Entre todos los gritos de la gente, diciendo unos que te calles, otros que ánimo, Bartimeo reconoce la voz de Jesús a lo lejos que “lo llama”. Bartimeo hace tres cosas que le salen de dentro. Sólo cuando nos sentimos queridos y valorados estamos preparados para el cambio. 1. “Arroja el manto”, arroja sus seguridades y es capaz de arriesgar para encontrarse con Jesús. 2. “Da un salto”, con decisión, no a medias tintas. Sin miedo al golpe o a quedar defraudado. 3. “Se acerca” a Jesús, aunque le dé cierta vergüenza, pero con la esperanza de que en el encuentro algo nuevo va a ocurrir. Jesús es directo, porque sabe de la necesidad. El ciego ya lo tiene claro. Sabe muy bien lo que necesita: “Maestro, que pueda ver”. Es lo más importante. Cuando uno comienza a ver las cosas de manera nueva, su vida se transforma. Jesús le dijo: «Anda, tu fe te ha curado». Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino. Haz tú lo mismo. Y dile con FE (repetimos todos): Ayúdame, Señor, a creer, como el ciego Bartimeo. Ayúdame a ver que lo que tengo no es un derecho, sino un regalo. No dejes, Señor, que la rutina me impida ver en todo lo que me rodea tu mano. Dame, Señor, la certeza de saber que cada bien a mi alcance lo tengo por ti, porque Tú lo quieres así. Y dame la certeza de que cuando parezca que no hay salida, en lo más profundo de mi corazón sepa que Tú eres mi seguridad y mi apoyo. Con la fuerza de tu amor, haz de mí una persona que mejore el pequeño trocito de mundo que está a mi alrededor. AMÉN Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!