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La familia de Carlos IV es una de las obras más conocidas de Francisco de Goya (1746-1828). Mide más de tres metros de ancho y se puede visitar en el Museo del Prado, en una sala en la que se exponen también los estudios preparatorios para la composición. La obra fue realizada en el año 1800, momento en el que la monarquía de Carlos IV era aliada de la Francia del Consulado. Enmarcada en el estilo romántico, esta pintura tiene, no obstante, rasgos marcados por el academicismo.

La obra es un retrato colectivo de la familia real española, realizada en óleo sobre lienzo como parte de una serie de encargos a Goya, quien era el pintor de cámara en ese momento. Se asemeja a "Las Meninas" de Velázquez. En el centro está la reina María Luisa de Parma con sus hijos, junto al futuro Fernando VII y su futura esposa. A la derecha está el rey Carlos IV y a la izquierda, los hermanos del rey con sus esposas. Goya se autorretrata en la penumbra a la izquierda, junto a un caballete, en referencia a Velázquez. La obra destaca por la sinceridad de los retratos, capturando la psicología de los personajes. La técnica de Goya muestra pinceladas sueltas y cortas, con predominio del color sobre el dibujo. La composición se organiza alrededor de la figura central de la reina María Luisa, con profundidad lograda mediante juego de luces y sombras y disposición de los personajes.

la obra de Goya "Retrato colectivo de la familia real" refleja la situación política de la época, donde los borbones españoles buscaban mostrarse como una dinastía fuerte y duradera. Aunque se enmarca en una monarquía absoluta, los vestidos elegidos muestran el interés de la familia real por representarse acorde con los nuevos tiempos. Esta obra, influenciada por artistas como Rembrandt y Mengs, se considera un antecedente importante para movimientos artísticos posteriores. Un ejemplo concreto de esta influencia es el retrato "La familia de Juan Carlos I" de Antonio López.