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Tratado de lisboa

Melissa Alarcón Garza 341132Tratados InternacionalesJuan Marcos Ortíz JimenezActividad Integradora 6.620/11/23

El Tratado de Lisboa es un acuerdo internacional que modifica los dos tratados que forman la base constitucional de la Unión Europea.​ Fue firmado por los Estados miembros de la UE el 13 de diciembre de 2007 y entró en vigor el 1 de diciembre de 2009.​ Modifica el Tratado de Maastricht (1992), conocido en forma actualizada como el Tratado de la Unión Europea (2007) o TUE, y el Tratado de Roma (1957), conocido en forma actualizada como el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (2007) o TFUE.

El Tratado de Lisboa introdujo una serie de cambios significativos en el funcionamiento de la Unión Europea (UE). Algunos de los beneficios asociados con el Tratado de Lisboa incluyen:

Cambios en los procedimientos de toma de decisiones de la UE, haciendo el proceso más eficiente. Se redujo la complejidad y se adoptaron medidas para facilitar la toma de decisiones, permitiendo una respuesta más ágil a los desafíos.

El Tratado otorgó al Parlamento Europeo un papel más influyente en el proceso legislativo y presupuestario. Esto refuerza la representatividad democrática en la toma de decisiones de la UE.

Fortaleció la cooperación entre los Estados miembros en asuntos judiciales y de aplicación de la ley, promoviendo una mayor eficacia en la lucha contra la delincuencia transfronteriza.

Se creó el cargo de Alta Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, que combina las funciones de Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad Común y Comisario de Relaciones Exteriores, para lograr una mayor coherencia en la actuación exterior de la UE.

Se estableció la figura del Presidente del Consejo Europeo, un cargo que proporciona continuidad y mayor visibilidad a nivel internacional a la hora de representar los intereses de la UE.

A pesar de los beneficios que se atribuyen al Tratado de Lisboa, también ha generado ciertas críticas y desafíos. A continuación, unos de los problemas asociados con el Tratado de Lisboa:

Ha aumentado la complejidad del sistema, con la creación de nuevos cargos y estructuras, como el Presidente del Consejo Europeo y el Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad.

Aunque se creó el cargo de Alta Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad para mejorar la coherencia en la política exterior de la UE, ha habido desafíos para lograr una posición común en cuestiones clave de política exterior, debido a las diferencias entre los Estados miembros.

La crisis económica y las medidas de austeridad adoptadas después de la entrada en vigor del Tratado de Lisboa han exacerbado las tensiones entre los Estados miembros del norte y del sur de Europa, revelando divisiones económicas y políticas.

El proceso de toma de decisiones en la UE, a pesar de los cambios introducidos por el Tratado, sigue siendo percibido como opaco y alejado de la ciudadanía. La falta de participación directa de los ciudadanos en la elección de ciertos cargos clave, como el Presidente de la Comisión Europea, ha sido objeto de críticas.

El período posterior a la entrada en vigor del Tratado de Lisboa coincidió con la crisis financiera de la eurozona, lo que llevó a tensiones económicas significativas entre los Estados miembros.