Píldora 8 La escritura galdosiana

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Benito Pérez Galdós, el poder de la palabra.

Benito Pérez Galdós es un referente cultural inestimable cuyos textos se han convertido en clásicos. La pervivencia de sus valores y postulados hacen que su obra sigua ofreciéndonos hoy múltiples motivos de interés.Comparte con nosotros alguno de sus pensamientos

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¡Cuán raras son las obras que al cumplir cien años de vida están tan jóvenes como el día en que fueron lanzadas al mundo, y a las disputas de los críticos! La que resiste al paso por la multitud de crisoles con que la investigación de nuestra época aquilata y depura las creaciones del ingenio, seguramente, es oro puro. Algunas después de combatidas por la envidia o el encono, sobreviven maravillosamente; otras ensalzadas por la amistad o la soberbia, caen cuando menos se piensa, y desaparecen en el oleaje del olvido. Benito Pérez Galdós. La Prensa. 1897.

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Resignémonos, pues, a que el gobierno de los pueblos continúe por hoy fundado sobre este charlar interminable algunas veces fecundo y luminoso, pero las más ocioso y garrulo. Hablando se entiende la gente, dice una sentencia vulgar, pero yo he visto muchas veces que a fuerza de hablar, los que se entendían han dejado de entenderse, acabando por tirarse los trastos a la cabeza. Benito Pérez Galdós. La Prensa. 1887.

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La educación, la forma social, lo que llamamos decencia (concepto no bien definido aún) suple las más de las veces a la moral. El mundo se gobierna hoy casi exclusivamente por una ley misteriosa, amalgama del decoro, del bien parecer y del mutuo respeto. Benito Pérez Galdós. La Prensa. 1893.

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En tan perfecta armonía han de marchar el progreso y la tradición, que no hay vida posible sin ambos elementos, así en la esfera pública como en la privada: ni hay manera de quebrantar la gran ley por la cual la herencia de los siglos, o sea el caudal de ideas acumulado, es fundamento indispensable de toda conquista intelectual y moral. Benito Pérez Galdós. La Prensa. 1890.

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Los siglos han pasado por la obra de Cervantes sin envejecerla ni ajarla. Siempre es lozana y joven: su hermosura, lejos de amenguar, es cada día más seductora. Los dominios de esta creación artística se extienden desde La Mancha melancólica hasta regiones alegres y felices. Los reinos ilusorios de Candaya y del Catay, conquistados por el brazo invencible del caballero, han venido a ser reales, lo mismo que los ducados y condados escuderiles y las ínsulas maravillosas. Benito Pérez Galdós. La Prensa. 1905.

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Resumen: que imperan en nuestra política la mala fe y los temperamentos rencorosos; que no se puede vislumbrar lo que resultará de todo esto; que el porvenir se presenta tempestuoso, indescifrable y amenazador. Benito Pérez Galdós. La Prensa. 1894.

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Lo mismo los grandes que los chicos, los jutinos, abogados, médicos y farmacéuticos, los que mañana serán bachilleres y los que pronto serán licenciados, todos en suma, peroran, chillan, bromean, gritan, amenazan; todos son oradores, todos sienten en sí el fuego sacro de la inspiración tribunicia. ¿Y cómo no mirarlos con simpatía? Son la España futura, la generación fresca, que ha de sustituirnos pronto y que seguramente ha de ser más sensata y menos viciosa que la nuestra. Entre ellos, ¡cuántos ministros del porvenir, cuántos hombres eminentes, cuánto escritor ilustre, cuánto sabio investigador! Son la semilla, ya con brotes, de la ciencia futura, y colectivamente considerados, merecen respeto. Uno por uno, como chiquillos que son, se llevan todas las simpatías. Benito Pérez Galdós. La Prensa. 1894.

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Porque no cabe duda: las naciones lo mismo que los individuos, empiezan por la niñez, alcanzan la edad adulta, cumplen un objeto, una ley que les dictó la Providencia, y después parece que esa Providencia misma les relega a segundo término como diciendo: “Ahora salen a escena otros actores, que representarán otros dramas. Mi repertorio y mi personal, son inagotables”. Benito Pérez Galdós. La Prensa. 1889.

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¿En qué consiste que hoy los productores del mejor tabaco y de la más rica azúcar del mundo no pueden sostener la competencia con productos inferiores cosechados en otros climas? He aquí el temido problema económico, sobre el cual no se ha dicho la última palabra. ¿Es que la humanidad, agobiada por la multiplicación de las necesidades, no repara ya en la calidad de los productos, y atiende tan sólo a la baratura? Sin duda por este camino se ha de encontrar la deseada explicación del fenómeno. Benito Pérez Galdós. La Prensa. 1884.

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Una vida consagrada al trabajo y a la práctica de todas las virtudes es cosa digna de alabanza; pero vivir así y morir con los ojos fijos en la posteridad, en el bien general y en la labor inmensa de educar al pueblo, es señal cierta de poseer una grande alma y un gran sentido de humanidad. Benito Pérez Galdós. La Prensa. 1886.

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La humanidad, fuerza es confesarlo, es bastante monótona; ofrece poca variedad en sus desenvolvimientos, y cuando alabamos nuestra época creyendo que representa el triunfo de la razón, somos más vanidosos que justos. La cultura, difundiéndose prodigiosamente, varía la superficie, pero no el fondo de las sociedades. Los horrores y las tonterías de hoy parécense a los de hace siglos como dos gotas de agua. Benito Pérez Galdós. La Prensa. 1889.

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Para completar este bosquejo descriptivo de nuestro parlamento, conviene añadir, que en él hay, además de la pléyade de retóricos brillantes, oradores melodramáticos, oradores lúgubres y oradores graciosos. De estos, los más chistosos son aquellos que no sospechan su propia vis cómica, que creyendo hablar seriamente, hacen desternillar de risa a todo el mundo. Los más admirados son los oradores a quienes se tiene por hombres de mala intención, los que usan frase acerada y hoja sutil damasquina. Benito Pérez Galdós. La Prensa. 1893.

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Los toros desaparecerán cuando la sociedad peninsular se canse de oponer resistencia a la invasión de las costumbres del norte de Europa, y cuando se declare vencida en esta ruda contienda, cuando la fusión de las nacionalidades latinas en el tipo europeo se realice por completo, y como estas nacionalidades son las rebeldes, la cosa va larga y hay todavía para rato. Benito Pérez Galdós. La Prensa. 1887.

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La crisis es cambio de ministerio, de partido y de postura. Suele traer consigo la renovación de todo el personal administrativo, y por tal motivo sus efectos pueden ser contrarios en los distintos individuos que componen nuestra sociedad. He dicho cambio de postura, porque la crisis es como cuando un enfermo se cansa de dormitar de un lado y se vuelve del otro. Suele resultar que de todas maneras está mal, lo que no impide que busque nuevas y extrañas posiciones en expectativa de un alivio que no llega jamás. Benito Pérez Galdós. La Prensa. 1885.

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La crisis es cambio de ministerio, de partido y de postura. Suele traer consigo la renovación de todo el personal administrativo, y por tal motivo sus efectos pueden ser contrarios en los distintos individuos que componen nuestra sociedad. He dicho cambio de postura, porque la crisis es como cuando un enfermo se cansa de dormitar de un lado y se vuelve del otro. Suele resultar que de todas maneras está mal, lo que no impide que busque nuevas y extrañas posiciones en expectativa de un alivio que no llega jamás. Benito Pérez Galdós. La Prensa. 1885.

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...hablemos de una cosa en extremo apacible, don preciosísimo de la naturaleza; hablemos de la fruta. ¿A quién no le agrada la fruta? Los países que no la poseen la traen de remotos climas, pagándola a peso de oro, porque no hay manjar más grato al paladar, a la vista y al olfato, que este que nos ofrece el reino vegetal con espléndida abundancia. Los que poseemos frutas variadas en pasmosa abundancia no apreciamos este don del cielo en todo lo que vale. España posee en este ramo de la agricultura una riqueza enorme, y es quizás el país de Europa mejor dotado. Benito Pérez Galdós. La Prensa. 1890.

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La historia de aquel joven que deja la paz de su aldea, estimulado por la ambición, se lanza a la política, a la prensa, a la sociedad y aún a las revoluciones, logrando hacerse un puesto, sin haber hecho nada de provecho, y ocupando regulares posiciones sin salir nunca de la oscuridad, es la historia de la inmensa mayoría de los españoles que en Madrid luchan por la existencia. Benito Pérez Galdós. La Prensa. 1888.

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Las cosas políticas no andan bien, y peor, mucho peor andan las económicas. En otros tiempos, un malestar menos grave y profundo que el presente habría ocasionado disturbios; pero ya no nos movemos por nada, y el cansancio de las revoluciones hace más prodigios que el amor a la paz. Síntoma característico de los tiempos es el escepticismo, la falta de fe en las ideas políticas cual si se hubieran probado todas, y después de la prueba, se hubiera visto que todas eran malas. Los hombres inspiran menos fe y convicción que las ideas. Benito Pérez Galdós. La Prensa. 1892.

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Yo creo que todo, en nuestra vida, es igualmente interesante, y que las necesidades del cuerpo y del espíritu corren parejas en importancia, y su satisfacción influye de un modo análogo en nuestro destino. Benito Pérez Galdós. La Prensa. 1890.

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A primera vista parece que el nivel moral de la humanidad se ha rebajado y que los hombres, por punto general, son peores que lo eran hace un siglo o dos. Esto es un error. El sentido moral de la raza humana no puede perderse, así como no es posible que varíe absoluta y radicalmente lo esencial de nuestro ser. Mientras el mundo sea mundo habrá hombres buenos y malos, y es tontería pensar que en nuestra edad la virtud no es más que un nombre. Benito Pérez Galdós. La Prensa. 1886.

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Los viajes en caravana, comprendidos todos los gastos en el precio del billete o cupón, a saber, fonda, guías y paseos en coche por las poblaciones, también son invento de Cook. Los ingleses usan mucho este sistema de viajar en cofradía o corporación, y ellos componen casi exclusivamente esas bandadas alegres y presurosas que se ven en París, en Suiza y en Italia, pastoreadas por un guía de la empresa. Pero tales excursiones me parecen incómodas y no tienen más ventaja que su increíble baratura. Los expedicionarios que van en ellas se ven obligados a comer, a dormir, a divertirse y a admirarse con arreglo a un plan invariable, bajo las órdenes del cicerone mayor, siempre juntos, siempre llevados y traídos de prisa y corriendo, en la más cargante de las fraternidades Benito Pérez Galdós. La Prensa. 1888.

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Benito Pérez Galdós. La Prensa. 1886.

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"Escucha, y no te rías, porque yo soy muy serio. Cierto es que no tengo estudios; pero he viajado, he visto muchísimo mundo; la mejor lectura es el viaje, y no hay libro como el globo terráqueo." Benito Pérez Galdós. Ángel Guerra

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Tú no olvides que para mantenerse en esas alturas, hay que tener educación política, educación social, principios, formas... tú me entiendes; tú... . Benito Pérez Galdós. O'Donell

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Como el agua a los campos, es necesaria la educación a nuestros secos y endurecidos entendimientos. Benito Pérez Galdós. Soñemos alma soñemos