signos Ansiógenos Generales de los Trastornos Depresivos y Ansiosos
BURTAI BETSABE GONZALEZ GARCIA
Created on May 29, 2023
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Universidad Mariano Gálvez de Guatemala Centro Universitario de San José Pinula Facultad de Psicología Licenciatura en Psicología Industrial 3303 Docente: Licenciada Julia Elizabeth Carrera Díaz Curso: Semiología Psicológica Sección: A
Desmoralización y pena
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Desmoralización y pena El término depresión se utiliza a menudo para describir un estado de ánimo bajo o de desánimo que es consecuencia de decepciones (p. ej., crisis financieras, catástrofes naturales, enfermedades graves) o pérdidas (p. ej., el fallecimiento de un ser querido). Sin embargo, los términos más adecuados para estos estados de ánimo son la desmoralización y la pena. Los sentimientos negativos de desmoralización y dolor, a diferencia de los de la depresión, hacen lo siguiente: Ocurren en oleadas que tienden a estar ligadas a pensamientos o recordatorios del evento incitante Se resuelven cuando las circunstancias o los eventos mejoran Se pueden intercalar con períodos de emoción positiva y humor No están acompañados por sentimientos generalizados de inutilidad y autodesprecio El estado de ánimo deprimido dura habitualmente días en lugar de semanas o meses, y los pensamientos suicidas y la pérdida prolongada de la funcionalidad son mucho menos probables. Sin embargo, los eventos y los factores de estrés que inducen la desmoralización y la pena también pueden precipitar un episodio depresivo mayor, particularmente en personas vulnerables (p. ej., aquellas con antecedentes o antecedentes familiares de depresión mayor). En un número pequeño pero significativo de pacientes, el duelo puede volverse persistente e incapacitante. Esta condición se denomina trastorno de duelo prolongado y puede requerir tratamiento específico.
signos Ansiógenos Generales de los Trastornos Depresivos y Ansiosos
disfórico
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Trastorno disfórico premenstrual El trastorno disfórico premenstrual implica síntomas de ánimo y ansiedad que están claramente relacionados con el ciclo menstrual, con inicio en la fase premenstrual y un intervalo libre de síntomas después de la menstruación. Los síntomas deben estar presentes durante la mayoría de los ciclos menstruales durante el pasado año. Las manifestaciones son similares a las del síndrome premenstrual pero son más intensas, causando malestar clínicamente significativo y/o notable deterioro de la actividad laboral o social. El trastorno puede comenzar en cualquier momento después de la menarquia; puede empeorar a medida que la menopausia se acerca, pero cesa después de la menopausia. La prevalencia se estima en 2 a 6% de las mujeres que menstrúan en un intervalo dado de 12 meses. Para el diagnóstico del trastorno disfórico premenstrual, los pacientes deben presentar ≥ 5 síntomas durante la semana anterior a la menstruación. Los síntomas deben comenzar a remitir a los pocos días después de la aparición de la menstruación y son mínimos o nulos en la semana después de la menstruación. Los síntomas deben incluir ≥ 1 de los siguientes: Notables cambios de ánimo (p. ej., repentina tristeza o ganas de llorar) Notable irritabilidad o furia o aumento de los conflictos interpersonales Estado de ánimo muy depresivo, sensación de desesperanza y pensamientos de desvalorización personal Marcada ansiedad, tensión o nerviosismo Además, debe estar presente ≥ 1 de los siguientes: Disminución de interés en las actividades habituales Dificultades para concentrarse Baja energía o fatiga Marcado cambio en el apetito, atracos o antojos de alimentos específicos Hipersomnia o insomnio Sentimiento de que las cosas lo superan o que está fuera de control Síntomas físicos tales como hipersensibilidad en las mamas o hinchazón, dolor articular o muscular, distensión abdominal y aumento de peso
Angustia con ansiedad
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Angustia con ansiedad: los pacientes se sienten tensos e inusualmente inquietos; tienen dificultad para concentrarse porque se preocupan o tienen miedo de que algo terrible pueda suceder, o sienten que pueden perder el control de sí mismos.
Melancolía
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Melancolía: los pacientes han perdido el placer en casi todas las actividades o no responder a estímulos habitualmente placenteros. Pueden sentirse abatidos y desesperanzados, sentir culpa excesiva o inapropiada, despertarse temprano en la mañana, presentar marcado retraso o agitación psicomotriz, y anorexia o pérdida de peso significativas.
Psicótico
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Psicótico: los pacientes tienen delirios y/o alucinaciones. Las ideas delirantes suelen relacionarse con haber cometido pecados o crímenes imperdonables, albergar trastornos incurables o vergonzosos o ser perseguidos. Las alucinaciones pueden ser auditivas (p. ej., oír voces acusatorias o condenatorias) o visuales. Cuando sólo se describen voces, debe considerarse cuidadosamente si éstas representan verdaderas alucinaciones.
Depresión
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Depresión mayor (trastorno unipolar) Los pacientes tienen un aspecto triste, con ojos llorosos, ceño fruncido, comisuras de la boca hacia abajo, postura decaída, escaso contacto visual, ausencia de expresión facial, pocos movimientos corporales y cambios en el habla (p. ej., voz baja, falta de prosodia, uso de monosílabos). El aspecto puede confundirse con el de una enfermedad de Parkinson. En algunos pacientes, el estado de ánimo depresivo es tan profundo que se acaban las lágrimas; dicen que son incapaces de sufrir las emociones habituales y sienten que el mundo se ha vuelto anodino y apagado. La nutrición puede sufrir un deterioro importante, que requiere una intervención inmediata. Algunos pacientes con depresión descuidan su higiene personal o incluso a sus hijos, otros seres queridos o a sus mascotas. Para el diagnóstico de depresión mayor, ≥ 5 de los siguientes síntomas deben haber estado presentes casi todos los días durante un período dado de 2 semanas, y uno de ellos debe ser el estado de ánimo depresivo o pérdida de interés o placer: Estado de ánimo depresivo la mayor parte del día Marcada disminución del interés o placer en todas o casi todas las actividades la mayor parte del día Aumento o pérdida significativa (> 5%) de peso, o disminución o aumento del apetito Insomnio (a menudo insomnio de mantenimiento del sueño) o hipersomnia Agitación o retardo psicomotor observado por otros (no informado por el mismo paciente) Fatiga o pérdida de energía Sentimientos de inutilidad o de culpa excesiva o inapropiada Capacidad disminuida para pensar o concentrarse, o indecisión Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio, intento de suicidio o un plan específico para suicidarse Trastorno depresivo persistente Los síntomas depresivos que persisten durante ≥ 2 años sin remisión se clasifican como trastorno depresivo persistente, una categoría que consolida trastornos anteriormente denominados trastorno depresivo mayor crónico y trastorno distímico. Los síntomas generalmente comienzan de forma insidiosa durante la adolescencia y pueden durar muchos años o décadas. La serie de síntomas a menudo fluctúa por encima y por debajo del umbral del episodio depresivo mayor. Los pacientes afectados pueden presentarse habitualmente negativos, pesimistas, sin sentido del humor, pasivos, obnubilados, introvertidos, hipercríticos respecto de sí mismos y de los demás y quejumbrosos. Los pacientes con trastorno depresivo persistente también tienen más probabilidades de experimentar trastornos de ansiedad subyacentes, trastornos por abuso de sustancias o trastornos de la personalidad (es decir, personalidad de tipo limítrofe). Para el diagnóstico del trastorno depresivo persistente, los pacientes deben haber tenido un estado de ánimo depresivo la mayor parte del día, con más días presente que ausente durante ≥ 2 años, más ≥ 2 de los siguientes: Falta o exceso de apetito Insomnio o hipersomnia Baja energía o fatiga Baja autoestima Falta de concentración o dificultad para tomar decisiones Sentimientos de desesperanza
duelo prolongado
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Trastorno de duelo prolongado El duelo prolongado es la tristeza persistente que sigue a la pérdida de un ser querido. Se diferencia de la depresión en que la tristeza se relaciona con la pérdida específica más que con los sentimientos más generales de fracaso asociados con la depresión. A diferencia del duelo normal, esta afección puede ser muy incapacitante y requiere tratamiento específicamente diseñado para el trastorno de duelo prolongado. El duelo prolongado se considera presente cuando la respuesta al duelo (caracterizada por deseo o anhelo persistentes y/o preocupación por el fallecido) dura un año o más y es persistente, generalizada y excede las normas culturales. También debe acompañarse de ≥ 3 de los siguientes elementos durante el último mes en un grado que cause angustia o discapacidad: Incredulidad Dolor emocional intenso Sensación de confusión de identidad Evitar los recordatorios de la pérdida Sensaciones de entumecimiento Soledad intensa Sentimientos de falta de sentido Dificultad para participar en la vida cotidiana
Características mixtas
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Características mixtas: los pacientes también tienen ≥ 3 síntomas maníacos o hipomaníacos (p. ej., estado de ánimo elevado, grandiosidad, mayor locuacidad de lo habitual, fuga de ideas, disminución del sueño). Los pacientes que tienen este tipo de depresión tienen mayor riesgo de desarrollar trastorno bipolar.
Atípico
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Atípico: el estado de ánimo de los pacientes mejora temporalmente en respuesta a acontecimientos positivos (p. ej., la visita de los hijos). También presentan ≥ 2 de los siguientes: reacción exagerada a la crítica o el rechazo percibido, sensación de parálisis aplomada (una sensación de pesadez, por lo general en las extremidades), aumento de peso o aumento del apetito e hipersomnia.
Catatónica
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Catatónica: los pacientes presentan retraso psicomotor intenso, participan excesivamente en una actividad sin sentido y/o se retraen; algunos pacientes gesticulan o imitan el habla (ecolalia) o el movimiento (ecopraxia).
Burtai Betsabé González García de Urrejola Carné número: 3303-22-96 Guatemala, 29 de mayo del 2023
Trastorno disfórico premenstrual El trastorno disfórico premenstrual implica síntomas de ánimo y ansiedad que están claramente relacionados con el ciclo menstrual, con inicio en la fase premenstrual y un intervalo libre de síntomas después de la menstruación. Los síntomas deben estar presentes durante la mayoría de los ciclos menstruales durante el pasado año. Las manifestaciones son similares a las del síndrome premenstrual pero son más intensas, causando malestar clínicamente significativo y/o notable deterioro de la actividad laboral o social. El trastorno puede comenzar en cualquier momento después de la menarquia; puede empeorar a medida que la menopausia se acerca, pero cesa después de la menopausia. La prevalencia se estima en 2 a 6% de las mujeres que menstrúan en un intervalo dado de 12 meses. Para el diagnóstico del trastorno disfórico premenstrual, los pacientes deben presentar ≥ 5 síntomas durante la semana anterior a la menstruación. Los síntomas deben comenzar a remitir a los pocos días después de la aparición de la menstruación y son mínimos o nulos en la semana después de la menstruación. Los síntomas deben incluir ≥ 1 de los siguientes: Notables cambios de ánimo (p. ej., repentina tristeza o ganas de llorar) Notable irritabilidad o furia o aumento de los conflictos interpersonales Estado de ánimo muy depresivo, sensación de desesperanza y pensamientos de desvalorización personal Marcada ansiedad, tensión o nerviosismo Además, debe estar presente ≥ 1 de los siguientes: Disminución de interés en las actividades habituales Dificultades para concentrarse Baja energía o fatiga Marcado cambio en el apetito, atracos o antojos de alimentos específicos Hipersomnia o insomnio Sentimiento de que las cosas lo superan o que está fuera de control Síntomas físicos tales como hipersensibilidad en las mamas o hinchazón, dolor articular o muscular, distensión abdominal y aumento de peso
Melancolía: los pacientes han perdido el placer en casi todas las actividades o no responder a estímulos habitualmente placenteros. Pueden sentirse abatidos y desesperanzados, sentir culpa excesiva o inapropiada, despertarse temprano en la mañana, presentar marcado retraso o agitación psicomotriz, y anorexia o pérdida de peso significativas.
Psicótico: los pacientes tienen delirios y/o alucinaciones. Las ideas delirantes suelen relacionarse con haber cometido pecados o crímenes imperdonables, albergar trastornos incurables o vergonzosos o ser perseguidos. Las alucinaciones pueden ser auditivas (p. ej., oír voces acusatorias o condenatorias) o visuales. Cuando sólo se describen voces, debe considerarse cuidadosamente si éstas representan verdaderas alucinaciones.
Inicio periparto
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Inicio periparto: el inicio es durante el embarazo o dentro de las 4 semanas después del parto. Puede identificarse características psicóticas; el infanticidio se asocia a menudo con episodios psicóticos que implican alucinaciones de comando para matar al bebé o ideas delirantes de que el niño está poseído.
Criterios clínicos (DSM-5)
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Criterios clínicos (DSM-5) Hemograma, electrolitos y hormona tiroideoestimulante (TSH), vitamina B12 y folato para descartar trastornos físicos que puedan producir depresión El diagnóstico de los trastornos depresivos se basa en la identificación de los signos y síntomas (y los criterios clínicos descritos anteriormente). Una serie de preguntas cerradas específicas ayudan a determinar si los pacientes tienen los síntomas que requiere el DSM-5 para el diagnóstico de depresión mayor. Para poder diferenciar los trastornos depresivos de los cambios de ánimo normales, debe existir angustia significativa o deterioro en el funcionamiento social, laboral o en otras áreas importantes. La gravedad se determina por el grado de dolor y discapacidad (fisico, social, ocupacional) y también por la duración de los síntomas. Un médico debe preguntar delicada pero directamente a los pacientes sobre cualquier pensamiento o planes de dañarse a sí mismos o a los otros, cualquier amenaza o intento de suicidio previos, y otros factores de riesgo. La psicosis y la catatonía indican depresión grave. Las características melancólicas indican depresión grave o moderada. Los problemas físicos coexistentes, los trastornos por abuso de sustancias y de ansiedad agravan el cuadro.
Cribado
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Cribado Hay varios cuestionarios breves disponibles para detectar la depresión. Ayudan a desencadenar algunos síntomas depresivos, pero el diagnóstico no puede basarse solo en su empleo. Sin embargo, muchas de estas herramientas son útiles para identificar a las personas en riesgo que necesitan una evaluación más detallada. Algunas de las herramientas de detección más utilizadas incluyen el Patient Health Questionnaire-9 (PHQ-9) y el Beck Depression Inventory (BDI). Estudios complementarios Ningún hallazgo en los exámenes de laboratorio es patognomónico de los trastornos depresivos. Sin embargo, las pruebas de laboratorio son necesarias para descartar trastornos físicos que puedan provocar depresión (véase tabla Algunas causas de depresión). Las pruebas incluyen hemograma completo, niveles de hormona tiroideoestimulante y niveles de electrolitos, vitamina B12 y ácido fólico de rutina y, en hombres mayores, testosterona. Las pruebas para el uso de drogas ilegales a veces son apropiadas.
Patrón estacional
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Patrón estacional: los episodios ocurren en un momento determinado del año, con mayor frecuencia en otoño o invierno.
Diagnósticos diferenciales
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Diagnósticos diferenciales Los trastornos depresivos deben diferenciarse de la desmoralización y la pena. Otros trastornos mentales (p. ej., trastorno de ansiedad) pueden imitar u oscurecer el diagnóstico de depresión. A veces aparecen varios trastornos. La depresión mayor (trastorno unipolar) debe diferenciarse del trastorno bipolar. En los pacientes ancianos, la depresión puede manifestarse como demencia depresiva (antes denominada seudodemencia), que produce muchos de los signos y síntomas de la demencia, como retraso psicomotor y disminución de la concentración. Sin embargo, la demencia temprana puede provocar depresión. En general, cuando el diagnóstico es dudoso, debe intentarse el tratamiento de un trastorno depresivo. Puede ser difícil diferenciar los trastornos depresivos crónicos, como la distimia, de los trastornos por abuso de sustancias, sobre todo porque pueden coexistir y contribuir entre ellos. Los trastornos físicos también deben excluirse como causas de los síntomas de depresión. El hipotiroidismo a menudo causa síntomas de depresión y es frecuente, sobre todo entre los ancianos. La enfermedad de Parkinson en particular puede manifestarse con síntomas que se parecen a la depresión (p. ej., pérdida de energía, pérdida de expresividad, escasez de movimiento). Se requiere un examen neurológico minucioso para excluir este trastorn
signos Ansiógenos Generales de los Trastornos Depresivos y Ansiosos
Cribado Hay varios cuestionarios breves disponibles para detectar la depresión. Ayudan a desencadenar algunos síntomas depresivos, pero el diagnóstico no puede basarse solo en su empleo. Sin embargo, muchas de estas herramientas son útiles para identificar a las personas en riesgo que necesitan una evaluación más detallada. Algunas de las herramientas de detección más utilizadas incluyen el Patient Health Questionnaire-9 (PHQ-9) y el Beck Depression Inventory (BDI). Estudios complementarios Ningún hallazgo en los exámenes de laboratorio es patognomónico de los trastornos depresivos. Sin embargo, las pruebas de laboratorio son necesarias para descartar trastornos físicos que puedan provocar depresión (véase tabla Algunas causas de depresión). Las pruebas incluyen hemograma completo, niveles de hormona tiroideoestimulante y niveles de electrolitos, vitamina B12 y ácido fólico de rutina y, en hombres mayores, testosterona. Las pruebas para el uso de drogas ilegales a veces son apropiadas.
Diagnósticos diferenciales Los trastornos depresivos deben diferenciarse de la desmoralización y la pena. Otros trastornos mentales (p. ej., trastorno de ansiedad) pueden imitar u oscurecer el diagnóstico de depresión. A veces aparecen varios trastornos. La depresión mayor (trastorno unipolar) debe diferenciarse del trastorno bipolar. En los pacientes ancianos, la depresión puede manifestarse como demencia depresiva (antes denominada seudodemencia), que produce muchos de los signos y síntomas de la demencia, como retraso psicomotor y disminución de la concentración. Sin embargo, la demencia temprana puede provocar depresión. En general, cuando el diagnóstico es dudoso, debe intentarse el tratamiento de un trastorno depresivo. Puede ser difícil diferenciar los trastornos depresivos crónicos, como la distimia, de los trastornos por abuso de sustancias, sobre todo porque pueden coexistir y contribuir entre ellos. Los trastornos físicos también deben excluirse como causas de los síntomas de depresión. El hipotiroidismo a menudo causa síntomas de depresión y es frecuente, sobre todo entre los ancianos. La enfermedad de Parkinson en particular puede manifestarse con síntomas que se parecen a la depresión (p. ej., pérdida de energía, pérdida de expresividad, escasez de movimiento). Se requiere un examen neurológico minucioso para excluir este trastorno.