Santa Ana, la Virgen y el niño

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Santa Ana, la Virgen y el niño, escuela castellana, XVI

¿EMPEZAMOS?

Habrá cinco preguntas sobre ella

OBSERVA BIEN LA IMAGEN...

Una

Dos

¿Cuántas personas llevan corona?

Tres

¡BIEN!

Siguiente pregunta

Solo una persona lleva corona, la Virgen

Una bola

Un bastón

¿Qué tiene el niño en la mano izquierda?

Un espejo

¡BIEN!

Siguiente pregunta

El niño tiene una bola, que simboliza el orbe terrestre

La Virgen y el Niño

Santa Ana y la Virgen

¿Quiénes tocan la flor?

Santa Ana y el niño

¡BIEN!

Siguiente pregunta

Solo Santa Ana y la Virgen tocan la flor

Seis

Cuatro

¿Cuántos pies podemos ver en la talla?

Dos

¡BIEN!

Siguiente pregunta

Podemos ver los pies de los tres personajes, por tanto son seis en total

Hacia abajo

Hacia arriba

¿ Hacia dónde señala el niño?

Hacia la derecha

¡BIEN!

Descubrir más sobre la obra

El niño señala hacia arriba

En esta talla de madera nos encontramos con Santa Ana, la madre de la Virgen, que aparece en un tamaño mayor y sosteniendo una flor en su mano derecha, mientras que con la izquierda envuelve a su hija, que sostiene a su vez a Jesús. La flor en la mano de Santa Ana podría relacionarse con la idea de la inmaculada concepción de la Virgen, simbolizando así la pureza de María. La Virgen aparece coronada, como en la mayoría de representaciones, haciendo referencia al episodio de la Asunción y coronación de María. Jesús aparece sentado sobre las piernas de la Virgen, sosteniendo en su mano izquierda un pequeño orbe y con la mano derecha en actitud de bendecir. Aunque lo más habitual es encontrar representaciones de la Virgen con el Niño, también es común encontrar a estos dos personajes con Santa Ana. Sin embargo, son bastante raras las representaciones con San Joaquín, el padre de la Virgen.

Sobre la obra

La escuela castellana va a alcanzar su máximo esplendor en el Barroco, pero ya podemos hablar de su importancia en el siglo XVI. Esta escuela se va a caracterizar por un gran realismo y el dominio del estofado y la policromía. Algunos de sus máximos representantes en el siglo XVI son Juan de Juni y Alonso de Berruguete.

Sobre la escuela

¡MAL!

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