Don de CONSEJO

Consejo

Herida

Símbolo

En la alarma sanitaria que vivimos, el individualismo y la continua competitividad a la que nos empuja la sociedad nos lleva a cerrar los oídos para no escuchar los consejos y propuestas de los demás; cerrar los ojos para no ver las dificultades de los que nos rodea, cerrar la boca para no dar consejo al que lo necesita y a no pensar demasiado en lo que pasa a nuestro alrededor.

¿Estamos realmente abiertos a escuchar a Dios a través de los que nos rodean?

¿Escuchamos solo cuando lo que se dice nos afecta a nosotros?

Si abrimos los ojos, los oídos, la boca y nuestra mente, corremos el riesgo de no llegar los primeros a la meta, pero conseguiremos abrir nuestro corazón.

Don del Espíritu

Le pedimos consejo a través de la Oración

¿Qué deseas Señor?

El Don del Consejo nos ilumina la conciencia en las opciones que la vida nos propone.

Autosuficiencia, irreflexión,...

0 por el contrario,

El Espíritu Santo, mediante el don de consejo, perfecciona los actos de la virtud de la prudencia, que se refiere a los medios que se deben emplear en cada situación. Con mucha frecuencia debemos tomar decisiones; unas veces en asuntos importantes, otras, en materias de escasa entidad. Es el don de la prudencia a la hora de hablar y de escuchar. Capacidad para tomar decisiones acertadas. Discernir, orientar, alentar, acompañar…

La mascarilla nos protege y protegemos, y como dice el Papa Francisco: “Nadie se da cuenta de si rezamos por la calle, en el autobús. Rezamos en silencio, con el corazón. Aprovechemos esos momentos para rezar. Rezar para que el Espíritu nos dé este don del consejo. En la intimidad con Dios, en la escucha de su palabra, poco a poco ponemos a un lado nuestra lógica personal, que viene muchas veces de nuestra cerrazón, de nuestros prejuicios, de nuestras ambiciones,...