FANTASMAS
El término "fantasmas" en el espiritismo no se refiere a entidades nebulosas que simplemente vagan sin propósito, sino que describe a espíritus que no han logrado evolucionar completamente o que, por diversas razones, se mantienen conectados al plano material. Estos espíritus pueden permanecer en el mundo físico debido a vínculos emocionales, afectivos o materiales que aún tienen con los vivos.
El espiritismo fue enormemente popular en la segunda mitad del siglo XIX, y no sólo entre las clases populares, en un principio más proclives a creer historias de fantasmas, sino también entre la alta sociedad, que asistía embelesada a las sesiones con médiums.
Según la última encuesta sobre Actitudes y Creencias Religiosas realizada por el Centro de Investigaciones Sociológicas, el 20,2% de los españoles creen en la existencia de los espíritus. Una cifra que aumenta enormemente en países como Estados Unidos: según una encuesta realizada este mismo año por YouGov para el Huffington Post el 45% de los americanos creen en los fantasmas.
Ley de la Termodinámica
#1
+info
#5
#3
Allan Kardec padre del espiritismo
Abraham lincoln
+info
#4
+info
La rencarnación
#2
Los casos reales de encuentros paranormales han sido documentados por investigadores de renombre, y aquí vamos a hablar de dos imprescindibles.
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La dama de marrón
+info
Según la leyenda, la Dama de Marrón de Raynham Hall es el fantasma de Lady Dorothy Walpole. Segunda esposa de Charles Townshend, quien cuando descubrió que su esposa había cometido adulterio, la castigó encerrándola en sus habitaciones del hogar familiar.Lady Dorothy se mantuvo en Raynham Hall hasta su muerte en 1726 como consecuencia a la viruela.
En 1836, el capitán Frederick Marryat, amigo de Charles Dickens, decidió pasar la noche en la habitación donde decían que aparecía el fantasma. Pensaba que quizás era un truco de contrabandistas. Su hija contó años después que su padre sentía tanto miedo que dormía con una pistola bajo la almohada. En su tercera noche, vio a la figura de una mujer acercarse lentamente con una sonrisa maliciosa. Asustado, disparó. El fantasma desapareció, pero quedó un agujero de bala en la pared. Marryat reconoció a la mujer como Lady Dorothy Walpole, por un retrato que había visto. Desde ese día en 1936, la Dama de Marrón no ha vuelto a ser vista.
Durante la Navidad de 1835, Lord Charles Townsend organizó una reunión en Raynham Hall. Uno de los invitados, el coronel Loftus, junto a otro huésped, dijeron haber visto a una mujer vestida con un antiguo vestido marrón cerca de sus habitaciones. Al día siguiente, Loftus volvió a verla. Esta vez dijo que la figura tenía unos ojos oscuros y hundidos que llamaban la atención sobre su rostro brillante. Después de estos encuentros, algunos sirvientes se asustaron tanto que dejaron la mansión para siempre.
Días antes de su asesinato, Abraham Lincoln comentó con varias de sus personas más allegadas que estaba teniendo sueños en los que se veía muerto a si mismo. En el sueño, escuchaba llantos en la Casa Blanca y, al llegar a la Sala Este, vio un cuerpo en un ataúd. Al preguntar quién había muerto, un soldado respondió: “El Presidente. Ha sido asesinado”. Por si esto no resultara suficientemente misterioso, su guardaespaldas personal también relato su última y extraña conversación con el presidente , donde Lincoln le contó ese mismo sueño. El guardaespaldas le pidió que no fuera al Teatro Ford esa noche, pero Lincoln insistió en ir porque se lo había prometido a su esposa. Cuando Lincoln se fue para el Teatro se despidió de su guardaespaldas con un adiós), esta era la primera vez que se despedía de esta manera ya que Lincoln siempre le decía «Good Night» (Buenas noches). A su guardaespaldas le llamó la atención pero no le dio demasiada importancia en aquel momento, horas después quedó en estado de shock al ver en las noticias que lo habían asesinado. Muchos ocupantes de la Casa Blanca han asegurado que el fantasma de Lincoln merodea por los pasillos:
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#5
#2
#4
#3
Una de las teorías más interesantes sobre la existencia de los fantasmas parte de la primera Ley de la Termodinámica. Esta ley fundamental de la física dice que la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma. En términos simples, la cantidad total de energía en un sistema cerrado permanece constante, aunque puede cambiar de forma (por ejemplo, de energía química a térmica. Aunque la ciencia convencional sostiene que la energía del cuerpo al morir se disipa en forma de calor durante la descomposición, este análisis físico no explica por qué muchas culturas y civilizaciones a lo largo de la historia han reportado consistentemente la presencia de entidades invisibles que parecen manifestarse con cierta autonomía, inteligencia y conexión emocional.
Es importante subrayar que la ausencia de evidencia científica concluyente no equivale a la ausencia de fenómeno. La ciencia moderna aún no posee las herramientas ni el marco teórico necesario para detectar o medir formas de energía que puedan corresponder a lo que llamamos espíritus o fantasmas. Además, la creencia en fantasmas no es un fenómeno marginal o supersticioso: figuras tan prestigiosas como William Crookes, pionero en física y química; Charles Richet, Premio Nobel de Medicina; y Alfred Russel Wallace, co-descubridor de la teoría de la evolución, también apoyaron la posibilidad de la existencia de fenómenos paranormales y espíritus. Estas personalidades realizaron investigaciones cuidadosas, basadas en experiencias y experimentos, lo que otorga peso histórico y científico a la idea, aunque aún no haya pruebas concluyentes.
En 1857 el pedagogo francés Allan Kardec editó El libro de los espíritus, volumen en el que plasmó sus “conversaciones” con innumerables espíritus de personas fallecidas que, dicho sea de paso, le revelaron aspectos trascendentales acerca de la Humanidad y del más allá. Aunque por lo general los espíritus permanecen ocultos a los vivos, estos pueden entrar en contacto con nuestro mundo de distintas maneras. El médium consideró, con gran acierto, que existe una premisa fundamental, esto es, que hay dos mundos: el visible y el invisible
Sostenía Kardec, que el espíritu es una sustancia formada por “materia quintaesenciada”. Que se encuentra fuera del alcance de los cinco sentidos de los que está provisto el ser humano. Argumentaba, además, que el espíritu, tal y como lo concibió, según acabamos de mencionar, se une al cuerpo físico mediante una especie de cuerpo intermedio, que es “semi-material”, llamado “Periespíritu”. Kardec parte de la premisa básica de que la vida no termina con la muerte física. Según él, al morir, el cuerpo se desintegra, pero el espíritu, que es el "principio inteligente" del ser humano, continúa existiendo. Los espíritus, entonces, no son simplemente seres etéreos o fantasmas que rondan el mundo, sino que son entidades inteligentes con una existencia continua, aunque fuera del plano material. El espíritu permanece “vivo” para, posiblemente, reaparecer en el mundo físico, mediante el fenómeno de la reencarnación.
En el primero, están los seres materiales.
Y, en el segundo, existen los seres incorpóreos que son, precisamente, con quienes él se comunicaba, para indagar muchos aspectos relevantes sobre las dos dimensiones.
En la reencarnación, según Kardec, los espíritus no permanecen en el mismo estado tras la muerte, sino que vuelven a nacer en nuevos cuerpos para continuar su proceso de evolución moral y espiritual. La vida no es un ciclo único, sino un proceso continuo de aprendizaje a través de diversas vidas. La reencarnación es vista como una oportunidad para que los espíritus corrijan sus errores, progresen moralmente y se acerquen a la perfección. Así, los espíritus pueden mejorar, aprender y evolucionar a lo largo de varias existencias físicas.
FANTASMAS
Angela Nieves
Created on September 20, 2025
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FANTASMAS
El término "fantasmas" en el espiritismo no se refiere a entidades nebulosas que simplemente vagan sin propósito, sino que describe a espíritus que no han logrado evolucionar completamente o que, por diversas razones, se mantienen conectados al plano material. Estos espíritus pueden permanecer en el mundo físico debido a vínculos emocionales, afectivos o materiales que aún tienen con los vivos.
El espiritismo fue enormemente popular en la segunda mitad del siglo XIX, y no sólo entre las clases populares, en un principio más proclives a creer historias de fantasmas, sino también entre la alta sociedad, que asistía embelesada a las sesiones con médiums.
Según la última encuesta sobre Actitudes y Creencias Religiosas realizada por el Centro de Investigaciones Sociológicas, el 20,2% de los españoles creen en la existencia de los espíritus. Una cifra que aumenta enormemente en países como Estados Unidos: según una encuesta realizada este mismo año por YouGov para el Huffington Post el 45% de los americanos creen en los fantasmas.
Ley de la Termodinámica
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Allan Kardec padre del espiritismo
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La rencarnación
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Los casos reales de encuentros paranormales han sido documentados por investigadores de renombre, y aquí vamos a hablar de dos imprescindibles.
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Según la leyenda, la Dama de Marrón de Raynham Hall es el fantasma de Lady Dorothy Walpole. Segunda esposa de Charles Townshend, quien cuando descubrió que su esposa había cometido adulterio, la castigó encerrándola en sus habitaciones del hogar familiar.Lady Dorothy se mantuvo en Raynham Hall hasta su muerte en 1726 como consecuencia a la viruela.
En 1836, el capitán Frederick Marryat, amigo de Charles Dickens, decidió pasar la noche en la habitación donde decían que aparecía el fantasma. Pensaba que quizás era un truco de contrabandistas. Su hija contó años después que su padre sentía tanto miedo que dormía con una pistola bajo la almohada. En su tercera noche, vio a la figura de una mujer acercarse lentamente con una sonrisa maliciosa. Asustado, disparó. El fantasma desapareció, pero quedó un agujero de bala en la pared. Marryat reconoció a la mujer como Lady Dorothy Walpole, por un retrato que había visto. Desde ese día en 1936, la Dama de Marrón no ha vuelto a ser vista.
Durante la Navidad de 1835, Lord Charles Townsend organizó una reunión en Raynham Hall. Uno de los invitados, el coronel Loftus, junto a otro huésped, dijeron haber visto a una mujer vestida con un antiguo vestido marrón cerca de sus habitaciones. Al día siguiente, Loftus volvió a verla. Esta vez dijo que la figura tenía unos ojos oscuros y hundidos que llamaban la atención sobre su rostro brillante. Después de estos encuentros, algunos sirvientes se asustaron tanto que dejaron la mansión para siempre.
Días antes de su asesinato, Abraham Lincoln comentó con varias de sus personas más allegadas que estaba teniendo sueños en los que se veía muerto a si mismo. En el sueño, escuchaba llantos en la Casa Blanca y, al llegar a la Sala Este, vio un cuerpo en un ataúd. Al preguntar quién había muerto, un soldado respondió: “El Presidente. Ha sido asesinado”. Por si esto no resultara suficientemente misterioso, su guardaespaldas personal también relato su última y extraña conversación con el presidente , donde Lincoln le contó ese mismo sueño. El guardaespaldas le pidió que no fuera al Teatro Ford esa noche, pero Lincoln insistió en ir porque se lo había prometido a su esposa. Cuando Lincoln se fue para el Teatro se despidió de su guardaespaldas con un adiós), esta era la primera vez que se despedía de esta manera ya que Lincoln siempre le decía «Good Night» (Buenas noches). A su guardaespaldas le llamó la atención pero no le dio demasiada importancia en aquel momento, horas después quedó en estado de shock al ver en las noticias que lo habían asesinado. Muchos ocupantes de la Casa Blanca han asegurado que el fantasma de Lincoln merodea por los pasillos:
#1
#5
#2
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Una de las teorías más interesantes sobre la existencia de los fantasmas parte de la primera Ley de la Termodinámica. Esta ley fundamental de la física dice que la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma. En términos simples, la cantidad total de energía en un sistema cerrado permanece constante, aunque puede cambiar de forma (por ejemplo, de energía química a térmica. Aunque la ciencia convencional sostiene que la energía del cuerpo al morir se disipa en forma de calor durante la descomposición, este análisis físico no explica por qué muchas culturas y civilizaciones a lo largo de la historia han reportado consistentemente la presencia de entidades invisibles que parecen manifestarse con cierta autonomía, inteligencia y conexión emocional.
Es importante subrayar que la ausencia de evidencia científica concluyente no equivale a la ausencia de fenómeno. La ciencia moderna aún no posee las herramientas ni el marco teórico necesario para detectar o medir formas de energía que puedan corresponder a lo que llamamos espíritus o fantasmas. Además, la creencia en fantasmas no es un fenómeno marginal o supersticioso: figuras tan prestigiosas como William Crookes, pionero en física y química; Charles Richet, Premio Nobel de Medicina; y Alfred Russel Wallace, co-descubridor de la teoría de la evolución, también apoyaron la posibilidad de la existencia de fenómenos paranormales y espíritus. Estas personalidades realizaron investigaciones cuidadosas, basadas en experiencias y experimentos, lo que otorga peso histórico y científico a la idea, aunque aún no haya pruebas concluyentes.
En 1857 el pedagogo francés Allan Kardec editó El libro de los espíritus, volumen en el que plasmó sus “conversaciones” con innumerables espíritus de personas fallecidas que, dicho sea de paso, le revelaron aspectos trascendentales acerca de la Humanidad y del más allá. Aunque por lo general los espíritus permanecen ocultos a los vivos, estos pueden entrar en contacto con nuestro mundo de distintas maneras. El médium consideró, con gran acierto, que existe una premisa fundamental, esto es, que hay dos mundos: el visible y el invisible
Sostenía Kardec, que el espíritu es una sustancia formada por “materia quintaesenciada”. Que se encuentra fuera del alcance de los cinco sentidos de los que está provisto el ser humano. Argumentaba, además, que el espíritu, tal y como lo concibió, según acabamos de mencionar, se une al cuerpo físico mediante una especie de cuerpo intermedio, que es “semi-material”, llamado “Periespíritu”. Kardec parte de la premisa básica de que la vida no termina con la muerte física. Según él, al morir, el cuerpo se desintegra, pero el espíritu, que es el "principio inteligente" del ser humano, continúa existiendo. Los espíritus, entonces, no son simplemente seres etéreos o fantasmas que rondan el mundo, sino que son entidades inteligentes con una existencia continua, aunque fuera del plano material. El espíritu permanece “vivo” para, posiblemente, reaparecer en el mundo físico, mediante el fenómeno de la reencarnación.
En el primero, están los seres materiales.
Y, en el segundo, existen los seres incorpóreos que son, precisamente, con quienes él se comunicaba, para indagar muchos aspectos relevantes sobre las dos dimensiones.
En la reencarnación, según Kardec, los espíritus no permanecen en el mismo estado tras la muerte, sino que vuelven a nacer en nuevos cuerpos para continuar su proceso de evolución moral y espiritual. La vida no es un ciclo único, sino un proceso continuo de aprendizaje a través de diversas vidas. La reencarnación es vista como una oportunidad para que los espíritus corrijan sus errores, progresen moralmente y se acerquen a la perfección. Así, los espíritus pueden mejorar, aprender y evolucionar a lo largo de varias existencias físicas.