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Transcript

PENSAMIENTO LÓGICO-MATEMÁTICO

CLASE 1MISS ESMERALDA BRAVO

Empezar

Objetivo general

trabajo en clase

Compromisos formativos

TRABAJO EN CLASES

pensamiento lógico-matemático

En la vida diaria

En la educación

¿que es ?

CONCLUSION

¿Qué implica el pensamiento lógico-matemático?

Abstracción
planear y tomar decisiones
Razonamiento lógico
Resolución de problemas
CONCLUSION
desarrollar habilidades cognitivas
reconocer y establecer relaciones

trabajo en clases

Clasificación

Clasificación → Base del pensamiento lógico-matemático

Importancia en el pensamiento lógico-matemático:

Relación:

Ejemplo práctico:

Reflexión práctica:

Actividad sugerida:

Seriación

Seriación → Construcción de secuencias y relaciones

Importancia en el pensamiento lógico-matemático:

Relación:

Ejemplo práctico:

Reflexión práctica:

Actividad sugerida:

Conteo y cuantificación

Conteo y cuantificación → Lenguaje numérico

Importancia en el pensamiento lógico-matemático:

Ejemplo práctico:

Relación:

Reflexión práctica:

Razonamiento crítico

trabajo en clases

Razonamiento crítico → Análisis y validación

Importancia en el pensamiento lógico-matemático:

Relación:

Ejemplo cotidiano:

Aplicación en la vida diaria:

conclusion

Todos estos procesos son los cimientos del pensamiento lógico-matemático: Clasificación enseña a diferenciar. Seriación enseña a ordenar. Conteo y cuantificación enseñan a medir y simbolizar. Razonamiento crítico enseña a analizar y validar. Sin estos pasos, el niño no podría avanzar hacia operaciones más complejas como sumas, restas, multiplicaciones o resolución de problemas. Son como los bloques de construcción de la inteligencia matemática y lógica.

trabajo en clase

tarea

el conteo permite al niño medir y comprender su entorno: sabe cuántos amigos tiene, cuántos turnos faltan para jugar, o cuántos dulces le tocarán. Es una herramienta que conecta los números con la vida diaria, enseñándole a organizar, anticipar y tomar decisiones basadas en cantidades.

En el aula, podemos trabajar el conteo y la cuantificación mediante: Canciones y rimas numéricas. Juegos con palitos, fichas o dados. Contar pasos mientras caminamos o subimos escaleras. Situaciones cotidianas, como repartir objetos o medir distancias.

Los niños aplican la seriación de manera natural cuando, por ejemplo, alinean sus lápices por tamaño, colocan libros del más grueso al más delgado o siguen una receta paso a paso. Esta actividad aparentemente simple es, en realidad, un entrenamiento temprano del pensamiento lógico-matemático, que les permitirá comprender conceptos más complejos como series numéricas, patrones, gráficos y operaciones matemáticas.

Seriar significa ordenar elementos siguiendo un criterio lógico, es decir, colocarlos en una secuencia que tenga sentido. No se trata solo de separar o clasificar, sino de darles un lugar dentro de un orden determinado.

La seriación consiste en organizar objetos, eventos o ideas siguiendo un criterio específico, como tamaño, color, forma o cantidad. Esta habilidad es fundamental en el desarrollo del pensamiento lógico-matemático, porque permite al niño comprender que los elementos no existen de manera aislada, sino que se relacionan entre sí y pueden seguir un patrón lógico. Ordenar objetos de manera correcta es, en esencia, aprender a anticipar lo que sigue en una secuencia.

implica aprender a pensar con orden, sentido y conciencia. No solo es un recurso para resolver operaciones, sino un modo de vida que nos permite: Tomar mejores decisiones. Resolver conflictos con calma y razonamiento. Reconocer patrones en la vida diaria. Ser creativos al enfrentar retos. Entender mejor el mundo y actuar en él de manera más justa y coherente.

Aplicar la lógica en lo cotidiano y en lo académico, aprendiendo a usarla como una herramienta práctica para resolver problemas y tomar mejores decisiones en la vida diaria. Cultivar el pensamiento crítico y analítico, desarrollando la capacidad de cuestionar, reflexionar y comprender a fondo cada situación como parte del proceso de aprendizaje. Potenciar la habilidad de reconocer patrones y conexiones, para abstraer ideas, generalizarlas y usarlas en la construcción de soluciones creativas y significativas.

La clasificación es uno de los primeros pasos en el desarrollo del pensamiento lógico-matemático. Consiste en identificar semejanzas y diferencias entre objetos, personas, ideas o situaciones. Antes de que un niño pueda comprender conceptos más abstractos como los números o las operaciones, necesita aprender a distinguir y agrupar elementos según sus características. Esta habilidad básica establece los cimientos para todo aprendizaje matemático posterior, ya que permite organizar el mundo de manera lógica y coherente.

No se trata solo de aprender a contar o a resolver operaciones; el razonamiento crítico ayuda a distinguir entre lo posible y lo imposible, lo real y lo falso, lo lógico y lo ilógico. Así, el niño no memoriza números de manera automática, sino que aprende a cuestionar y comprender el porqué de los resultados.

Por ejemplo, un niño puede ordenar lápices del más corto al más largo, colocar carritos del más lento al más rápido, o hacer una fila de bloques desde el más claro hasta el más oscuro. Al hacerlo, no solo organiza, sino que descubre relaciones y establece comparaciones.

Abstraer es imaginar conceptos sin necesidad de tenerlos frente a nosotros (como pensar en el tiempo, en la justicia o en los números grandes). Generalizar significa aplicar lo aprendido en una situación a otra diferente. Ejemplo: si un estudiante comprende que 3 + 2 = 5, después puede generalizar y entender que sumar siempre significa juntar cantidades, sin importar los números.

investigar ¿Cómo desarrollar el pensamiento lógico-matemático?

¿Qué es el pensamiento lógico-matemático?

Contar y cuantificar es ponerle un valor numérico a lo que observamos, es decir, dar sentido a la cantidad de objetos o elementos que nos rodean. Conteo: consiste en señalar uno a uno los objetos y asignarles un número: “uno, dos, tres…”. Cuantificación: va más allá de contar; implica entender lo que ese número representa. Por ejemplo: “tengo 3 manzanas; si me como una, me quedan 2”.

En la vida cotidiana, todos lo usamos constantemente: Cuando dudamos de una noticia o información en internet. Al comparar precios antes de comprar algo. Al decidir si una propuesta o situación es justa o adecuada.

Lenguaje numérico: los números se comprenden como representación de cantidades concretas. Operaciones básicas: sustracción, suma y comparación surgen de situaciones cotidianas. Razonamiento cuantitativo: permite anticipar resultados y tomar decisiones basadas en cantidades. Resolución de problemas: contar y cuantificar objetos facilita la comprensión de situaciones complejas de la vida diaria.

Este pensamiento nos ayuda a ver que el mundo está lleno de conexiones: causa y efecto, semejanzas y diferencias, proporciones y relaciones de espacio o tiempo. Nos enseña a descubrir patrones y regularidades. A identificar cómo una acción puede afectar a otra. A conectar ideas que, a simple vista, parecen no tener nada en común. Ejemplo: cuando un niño nota que si riega una planta todos los días, esta crece más sana, está aplicando pensamiento lógico-matemático al observar y relacionar causa con efecto.

Si alguien dice “8+ 2 = 12”, el niño, gracias al razonamiento crítico, puede identificar que eso es incorrecto y explicar por qué no puede ser cierto. Lo mismo sucede cuando organiza bloques, clasifica objetos o decide el orden de los números: empieza a preguntarse si la secuencia o la cantidad tiene sentido.

Comparación: Ayuda a identificar características similares y diferentes entre objetos o ideas. Organización: Permite estructurar información de manera ordenada, facilitando el análisis de problemas. Razonamiento: Fortalece la capacidad de tomar decisiones lógicas basadas en criterios objetivos.

El razonamiento crítico ayuda a los niños a: Distinguir entre realidad e imaginación: aprenden a diferenciar lo que es posible de lo que no lo es. Resolver problemas: buscan la mejor opción evaluando alternativas. Tomar decisiones conscientes: aprenden a elegir con base en evidencia y lógica, no solo en intuición.

clasificar también es aprender a organizar ideas y experiencias. Por ejemplo, cuando elegimos con qué amigas vamos a estudiar, hacemos una clasificación mental: “ellas son responsables, ellas se distraen más”. Así, el niño descubre que poner orden no solo sirve con objetos, sino también con situaciones y personas, y que esa manera de pensar lo ayuda a comprender mejor su mundo y tomar decisiones más claras.

En la práctica, la seriación ayuda a los niños a: Comprender relaciones: descubren que algo no es solamente “grande”, sino “más grande que otro” o “más pequeño que otro”. Anticipar: al observar una secuencia, pueden predecir qué elemento sigue, desarrollando pensamiento lógico y capacidad de inferencia.

podemos decir que el pensamiento lógico-matemático es como un “lenguaje interno” que nos permite dialogar con el mundo: organizar lo que percibimos, darle sentido y encontrar caminos para avanzar. Nos ayuda a comprender la realidad, a no quedarnos con la primera impresión y a atrevernos a preguntar: ¿qué pasaría si…?

Si un niño es capaz de separar círculos de cuadrados, está construyendo la base para entender conceptos matemáticos más complejos. Por ejemplo: si tiene 2 círculos y 1 cuadrado, llegará a comprender que “2 círculos + 1 cuadrado” no equivale a “3 círculos”, porque cada elemento pertenece a un grupo distinto. Así, la clasificación no solo facilita la comprensión de cantidades, sino que también prepara al cerebro para pensar en términos de conjuntos, diferencias y semejanzas.

Fomentar en los estudiantes la capacidad de pensar de manera lógica, crítica y organizada, utilizando las matemáticas como una herramienta que les ayude a comprender mejor su entorno. A través de estas habilidades podrán resolver problemas cotidianos, tomar decisiones conscientes y analizar distintas situaciones con objetividad, pero también con creatividad, confianza y apertura a nuevas ideas.

El razonamiento crítico es la habilidad que permite al niño pensar con sentido y juicio, no solo aceptar lo que ve o escucha. En el contexto del pensamiento lógico-matemático, esto significa evaluar si una idea, un resultado o una solución tiene sentido antes de aceptarla como correcta.

Los niños aplican estas habilidades continuamente sin darse cuenta: al repartir dulces, contar juguetes o agrupar lápices, están practicando el conteo y la cuantificación de manera espontánea. Cada experiencia refuerza su comprensión de los números como herramientas útiles, y sienta las bases para un aprendizaje matemático más estructurado y lógico.

el pensamiento lógico-matemático no es exclusivo de matemáticos o científicos; todos lo usamos en la vida diaria cuando planeamos, decidimos, solucionamos conflictos o simplemente cuando tratamos de entender lo que ocurre a nuestro alrededor. Es una forma de pensar que nos hace más autónomos, críticos y capaces de crear soluciones inteligentes y humanas frente a los desafíos de cada día.

Cuando un niño coloca palitos del más corto al más largo, está desarrollando varias habilidades esenciales: Concepto de magnitud: entiende que un palito puede ser más grande o más pequeño que otro. Secuencias y patrones: aprende que hay un orden que debe seguirse. Números ordinales: esto más adelante le permitirá comprender términos como primero, segundo o tercero. Comparaciones y operaciones: la noción de mayor que y menor que surge naturalmente al practicar la seriación.

Por ejemplo, si un niño tiene 5 bloques de distintos tamaños y los organiza de menor a mayor, al preguntarle cuál bloque está en la posición 3, ya está relacionando la posición con el tamaño y aplicando el concepto de orden, que es básico para las matemáticas.

Si un niño tiene 5 manzanas y decide comerse 2, está aplicando de manera natural un concepto matemático: la acción se traduce en la operación 5 - 2 = 3. Aquí no solo está contando, sino que también está comprendiendo cuantificación, comparación y relación causa-efecto: al quitar 2 manzanas, la cantidad cambia y el resultado se puede predecir.

EL lobo, la gallina y el trigo

todos utilizamos la seriación constantemente: cuando ordenamos la ropa por tallas, seguimos los pasos de una receta, planificamos nuestras actividades según prioridades o colocamos documentos del más antiguo al más reciente. Para los niños, seriar significa darle sentido al orden de las cosas. Esta habilidad es clave porque construye los cimientos del razonamiento matemático y del pensamiento organizado, necesarios no solo en la escuela, sino también en la vida diaria.

Por qué es importante: Permite analizar, cuestionar y validar resultados o ideas, evitando errores y fomentando un pensamiento autónomo y reflexivo. Impacto: Sin razonamiento crítico, el niño podría memorizar operaciones sin comprenderlas, aceptar información incorrecta o tomar decisiones sin evaluar consecuencias.

Cuando hablamos de pensamiento lógico-matemático, nos referimos a la capacidad que tenemos los seres humanos para razonar, analizar, comparar, clasificar, establecer relaciones, identificar patrones y tomar decisiones basadas en la lógica. No se trata solo de números, sino de cómo estructuramos nuestras ideas para entender mejor una situación y actuar de manera adecuada.

El razonamiento crítico es un paso más avanzado en el pensamiento, pero fundamental para aprender a pensar de manera independiente. Razonar críticamente significa analizar, cuestionar y evaluar la información, en lugar de aceptarla sin pensar. Ejemplos sencillos para niños: “Si digo que este gato puede volar, ¿eso es verdadero, falso o posible?” “Si pongo un bloque pequeño sobre uno gigante, ¿se caerá o se mantendrá firme?”

Construir nociones de tiempo: aprenden a distinguir “antes y después”, “ayer, hoy y mañana”, sentando bases para comprender procesos temporales. Prepararse para lo abstracto: ordenar y jerarquizar facilita luego la comprensión de números, medidas, series numéricas y hasta el aprendizaje de la lectura.

Otro ejemplo: al organizar 7 bloques en filas de 2, el niño está practicando no solo el conteo, sino también la distribución equitativa y la noción de “cantidad total vs cantidad por grupo”, habilidades fundamentales para la multiplicación y división futura.

es una herramienta fundamental porque potencia la capacidad crítica de los estudiantes, les ayuda a razonar de manera ordenada y a enfrentar retos académicos y personales con mayor seguridad. Además, fomenta la creatividad, ya que al resolver problemas no siempre existe una única solución, y eso abre la puerta a la innovación y al pensamiento divergente.

Podemos observar cómo los niños aplican la clasificación de manera natural: al organizar sus juguetes por tamaño, color o forma, en realidad están ejercitando habilidades matemáticas esenciales. Este aprendizaje temprano se refleja en su capacidad futura para sumar, restar, medir, clasificar datos y resolver problemas complejos.

Uno de sus rasgos más importantes es la capacidad de enfrentar retos y buscar soluciones. No siempre existe una sola manera de resolver algo; por eso, este pensamiento fomenta la creatividad. Nos impulsa a probar caminos distintos hasta llegar a la mejor respuesta. También ayuda a prever las consecuencias de cada alternativa antes de elegir. Ejemplo: si olvidamos dinero para comprar comida, podemos buscar alternativas: pedir prestado, elegir un producto más barato o regresar después.

El conteo y la cuantificación son habilidades esenciales para que los niños comprendan el mundo de los números. Contar no se trata únicamente de recitar los números de memoria; su verdadero valor aparece cuando los números se relacionan con objetos, acciones o situaciones concretas. La cuantificación permite que el niño entienda que cada número representa una cantidad específica, y que esas cantidades pueden ser comparadas, sumadas o restadas.

investigar ¿que es ?Clasificación Seriación Conteo y cuantificación Razonamiento crítico y que relaxcion tiene con el pensamiento lógico-matemático

Dibuja diferentes figuras (círculos, cuadrados, triángulos) de distintos colores y tamaños. Pide a los estudiantes que las agrupen según un criterio: por forma, por color o por tamaño. Luego, haz que expliquen por qué eligieron ese criterio y cómo podrían agruparlas de otra manera. Esto refuerza la comprensión de la clasificación y la relación directa con el pensamiento lógico-matemático.

EL lobo, la gallina y el trigo

Situación: Un granjero necesita cruzar un río con un lobo, una gallina y un saco de trigo. Tiene un bote, pero solo puede llevar objeto a la vez.

El pensamiento lógico-matemático implica mucho más que resolver operaciones con números. En realidad, es una manera de razonar, organizar y comprender la realidad a través de la lógica y la búsqueda de relaciones entre las cosas.

Cuando un niño clasifica, en realidad está descubriendo semejanzas y diferencias. Por ejemplo, si tiene una caja de botones, puede agruparlos de distintas maneras: por colores (rojos, azules, verdes), por tamaños (grandes, medianos, pequeños) o por formas (redondos, cuadrados, con relieve). De este modo, aprende que un mismo conjunto de objetos puede organizarse con diferentes criterios.

Clasificar significa aprender a organizar el mundo que nos rodea. Desde pequeños, nuestro cerebro busca darle orden a lo que observa: los juguetes en la recámara, los colores en los dibujos, las formas de los objetos, los animales en el zoológico o las frutas en el mercado.

El pensamiento lógico-matemático nos da la capacidad de mirar hacia adelante, organizar nuestro tiempo y recursos, y tomar decisiones más conscientes. Nos ayuda a evitar errores que vienen de la improvisación. Nos permite prever obstáculos y buscar soluciones con anticipación. Ejemplo: planear cómo estudiar para un examen distribuyendo horas de repaso, tiempos de descanso y materiales necesarios.

El conteo ayuda a los niños a desarrollar: Correspondencia uno a uno: cada objeto se relaciona con un número específico. Secuencia numérica: aprenden que los números siguen un orden y que cada uno tiene un lugar en la serie. Valor numérico real: comprenden que “3” no es lo mismo que “5”, y que los números representan cantidades concretas.

En el aula, la clasificación se convierte en una herramienta poderosa porque permite: Desarrollar la observación: el niño empieza a notar detalles que antes no percibía. Mejorar la atención y concentración: necesita enfocarse en un criterio específico para separar los elementos. Preparar la mente para las matemáticas: ya que agrupar, ordenar y relacionar son los primeros pasos del pensamiento lógico.

La lógica es la base de este tipo de pensamiento. Nos permite analizar situaciones paso a paso, sin dejarnos llevar solo por las emociones o la primera impresión. Implica: Formular preguntas como ¿por qué sucede esto?, ¿qué pasará si hago esto otro? Organizar ideas de manera clara y ordenada. Llegar a conclusiones coherentes a partir de hechos, pruebas o argumentos.

Este pensamiento se extiende más allá de los números: al decidir qué ropa ponerse según el clima, al entender una noticia o al resolver conflictos con amigos, el niño usa las mismas habilidades de análisis, comparación y verificación.

Orden y jerarquía: desarrolla la capacidad de organizar elementos de forma lógica. Razonamiento secuencial: fortalece la habilidad de anticipar resultados o pasos siguientes. Comparación y análisis: permite establecer relaciones de “mayor que”, “menor que” o “igual a”.

En otras palabras, el conteo convierte lo abstracto en concreto: transforma los números en herramientas para describir la realidad. Este es un paso crucial en el desarrollo del pensamiento lógico-matemático, ya que prepara al niño para operaciones matemáticas más complejas y para la resolución de problemas.

Pídeles a los niños que los organicen siguiendo distintos criterios: Por tamaño (de menor a mayor o viceversa). Por color (del más claro al más oscuro). Por forma (círculo, cuadrado, triángulo).

cuenta un acertijo que nos haga pensar a todos

Dentro de este tipo de pensamiento, se incluyen destrezas como: Clasificación: organizar objetos o ideas por sus características (formas, colores, tamaños, funciones). Seriación: ordenar elementos siguiendo un criterio lógico (del más pequeño al más grande, del más rápido al más lento, etc.). Conteo y cuantificación: asignar valores, cantidades o medidas. Razonamiento crítico: analizar la validez de una idea y distinguir entre lo verdadero, lo falso o lo probable. Ejemplo: cuando un niño organiza sus juguetes por color o cuando un adulto distribuye su dinero entre gastos necesarios y opcionales.

este tipo de pensamiento aparece en acciones tan sencillas como organizar nuestro tiempo, calcular cuánto dinero necesitamos para hacer una compra, identificar cuál es el camino más corto para llegar a un lugar, o incluso prever las consecuencias de nuestras decisiones. Todo esto requiere observar, pensar y relacionar información.

En el aula, fomentar el razonamiento crítico implica hacer preguntas abiertas y provocar reflexión: “¿Por qué crees que pasa esto?” “¿Qué otra solución podrías intentar?” “¿Es posible o imposible?” El niño aprende que pensar no es solo repetir lo que otros dicen, sino cuestionar, evaluar y construir sus propias ideas, fortaleciendo así su autonomía y confianza en su propio juicio.

CONTESTA EL CUADERNILO