CLASES DE COSTES
COSTES FIJOS
COSTES VARIABLES
COSTES MIXTOS O SEMIFIJOS
Los costes fijos son aquellos que permanecen constantes independientemente del volumen de ventas o del número de clientes que atienda el bar-cafetería. Es decir, se deben pagar aunque el negocio esté lleno, medio vacío o incluso cerrado durante unos días. Estos costes proporcionan estabilidad y permiten calcular la base mínima de gasto mensual que debe cubrirse para garantizar la viabilidad del establecimiento.
Entre los principales costes fijos en un bar-cafetería destacan el alquiler del local, que suele ser una de las partidas más elevadas; los sueldos y salarios del personal fijo, como gerentes, cocineros o camareros con contrato estable; los seguros obligatorios (responsabilidad civil, accidentes, multirriesgo); las licencias municipales (apertura, terraza, música ambiental); y los gastos financieros en caso de que exista un préstamo bancario para la puesta en marcha o renovación del negocio. También se consideran costes fijos las cuotas de autónomos o cotizaciones a la Seguridad Social que se pagan mensualmente, así como los servicios básicos mínimos como electricidad, agua, gas o telefonía, que aunque puedan variar ligeramente, se mantienen presentes todos los meses.
En la práctica, controlar los costes fijos implica mantenerlos lo más ajustados posible y garantizar que el nivel de ingresos cubra siempre esta base mínima. Por ejemplo, si un bar-cafetería tiene costes fijos de 8.000 € al mes, deberá asegurar una facturación superior a esa cantidad solo para empezar a generar beneficios. La optimización de costes fijos pasa por negociar alquileres más ventajosos, ajustar la plantilla al tamaño del negocio y aprovechar eficientemente los recursos.
Los costes mixtos o semifijos son aquellos que combinan elementos de los costes fijos y variables, ya que una parte de ellos permanece constante, mientras que otra varía en función del nivel de actividad. En el bar-cafetería, este tipo de coste es muy común y debe considerarse cuidadosamente, porque puede distorsionar el análisis financiero si no se clasifica correctamente.
Un ejemplo típico es la factura de electricidad: el negocio paga una cantidad fija por la potencia contratada (independiente del consumo), pero el importe final aumenta en función del gasto energético real. Lo mismo ocurre con el agua: existe una cuota fija mensual, pero el coste final depende de los litros consumidos. Otro caso son los sueldos del personal con contrato por horas o eventual, donde existe un mínimo fijo garantizado, pero el coste total sube si se amplían las horas debido a picos de clientela o temporada alta.
Los costes mixtos también incluyen ciertos mantenimientos de maquinaria o servicios externos, que tienen una cuota mensual fija más suplementos por intervenciones adicionales. En términos prácticos, la clave de estos costes está en aprender a diferenciarlos y dividirlos en sus componentes fijos y variables para analizarlos mejor.
Por ejemplo, si la factura de electricidad es de 600 €, donde 200 € son de término fijo y 400 € dependen del consumo, se deben clasificar esos 200 € como coste fijo y los 400 € como coste variable. Este desglose ayuda a calcular con mayor precisión el punto de equilibrio del bar-cafetería y a tomar decisiones más informadas sobre el uso de recursos.
En definitiva, los costes mixtos reflejan la realidad de muchos gastos del bar-cafetería y muestran la importancia de un análisis detallado que permita identificar cuánto se debe cubrir sí o sí cada mes (parte fija) y cuánto depende de la gestión eficiente del consumo (parte variable).
Los costes variables son aquellos que cambian en función directa del nivel de actividad del bar-cafetería. A mayor número de clientes y ventas, mayor será el gasto; y a menor volumen de servicios, más reducidos serán estos costes. Su gestión resulta esencial porque están vinculados directamente con la rentabilidad y el margen de beneficio de cada producto vendido.
Los costes variables en un bar-cafetería incluyen principalmente las materias primas (café, leche, refrescos, cervezas, vinos, alimentos para tapas o platos), ya que su consumo aumenta proporcionalmente al número de servicios. También forman parte de esta categoría los productos auxiliares como servilletas, cañitas, manteles de papel o cápsulas de café, que se utilizan en cada venta. En algunos casos, se consideran variables ciertos costes energéticos, como el gasto en gas o electricidad que aumenta cuando se cocina más o se utiliza mayor cantidad de refrigeración.
El control de costes variables se realiza mediante escandallos y fichas técnicas, donde se define la cantidad exacta de cada materia prima utilizada en un plato o bebida y se calcula su coste unitario. Esto permite establecer precios de venta rentables y evitar desperdicios. Por ejemplo, si una caña de cerveza de 200 ml cuesta 0,40 € al bar-cafetería y se vende a 1,50 €, el margen unitario es de 1,10 €, pero si por una mala práctica se sirven 250 ml en lugar de 200, el coste aumenta y el margen se reduce.
En conclusión, los costes variables son los más sensibles a la gestión diaria del bar-cafetería y requieren un control constante para garantizar que los consumos se ajusten a lo previsto y que los márgenes de beneficio se mantengan.
CLASES DE COSTES
Cognita Plus
Created on September 15, 2025
Start designing with a free template
Discover more than 1500 professional designs like these:
View
Practical Timeline
View
Timeline video mobile
View
Timeline Lines Mobile
View
Major Religions Timeline
View
Timeline Flipcard
View
Timeline video
View
History Timeline
Explore all templates
Transcript
CLASES DE COSTES
COSTES FIJOS
COSTES VARIABLES
COSTES MIXTOS O SEMIFIJOS
Los costes fijos son aquellos que permanecen constantes independientemente del volumen de ventas o del número de clientes que atienda el bar-cafetería. Es decir, se deben pagar aunque el negocio esté lleno, medio vacío o incluso cerrado durante unos días. Estos costes proporcionan estabilidad y permiten calcular la base mínima de gasto mensual que debe cubrirse para garantizar la viabilidad del establecimiento. Entre los principales costes fijos en un bar-cafetería destacan el alquiler del local, que suele ser una de las partidas más elevadas; los sueldos y salarios del personal fijo, como gerentes, cocineros o camareros con contrato estable; los seguros obligatorios (responsabilidad civil, accidentes, multirriesgo); las licencias municipales (apertura, terraza, música ambiental); y los gastos financieros en caso de que exista un préstamo bancario para la puesta en marcha o renovación del negocio. También se consideran costes fijos las cuotas de autónomos o cotizaciones a la Seguridad Social que se pagan mensualmente, así como los servicios básicos mínimos como electricidad, agua, gas o telefonía, que aunque puedan variar ligeramente, se mantienen presentes todos los meses. En la práctica, controlar los costes fijos implica mantenerlos lo más ajustados posible y garantizar que el nivel de ingresos cubra siempre esta base mínima. Por ejemplo, si un bar-cafetería tiene costes fijos de 8.000 € al mes, deberá asegurar una facturación superior a esa cantidad solo para empezar a generar beneficios. La optimización de costes fijos pasa por negociar alquileres más ventajosos, ajustar la plantilla al tamaño del negocio y aprovechar eficientemente los recursos.
Los costes mixtos o semifijos son aquellos que combinan elementos de los costes fijos y variables, ya que una parte de ellos permanece constante, mientras que otra varía en función del nivel de actividad. En el bar-cafetería, este tipo de coste es muy común y debe considerarse cuidadosamente, porque puede distorsionar el análisis financiero si no se clasifica correctamente. Un ejemplo típico es la factura de electricidad: el negocio paga una cantidad fija por la potencia contratada (independiente del consumo), pero el importe final aumenta en función del gasto energético real. Lo mismo ocurre con el agua: existe una cuota fija mensual, pero el coste final depende de los litros consumidos. Otro caso son los sueldos del personal con contrato por horas o eventual, donde existe un mínimo fijo garantizado, pero el coste total sube si se amplían las horas debido a picos de clientela o temporada alta. Los costes mixtos también incluyen ciertos mantenimientos de maquinaria o servicios externos, que tienen una cuota mensual fija más suplementos por intervenciones adicionales. En términos prácticos, la clave de estos costes está en aprender a diferenciarlos y dividirlos en sus componentes fijos y variables para analizarlos mejor. Por ejemplo, si la factura de electricidad es de 600 €, donde 200 € son de término fijo y 400 € dependen del consumo, se deben clasificar esos 200 € como coste fijo y los 400 € como coste variable. Este desglose ayuda a calcular con mayor precisión el punto de equilibrio del bar-cafetería y a tomar decisiones más informadas sobre el uso de recursos. En definitiva, los costes mixtos reflejan la realidad de muchos gastos del bar-cafetería y muestran la importancia de un análisis detallado que permita identificar cuánto se debe cubrir sí o sí cada mes (parte fija) y cuánto depende de la gestión eficiente del consumo (parte variable).
Los costes variables son aquellos que cambian en función directa del nivel de actividad del bar-cafetería. A mayor número de clientes y ventas, mayor será el gasto; y a menor volumen de servicios, más reducidos serán estos costes. Su gestión resulta esencial porque están vinculados directamente con la rentabilidad y el margen de beneficio de cada producto vendido. Los costes variables en un bar-cafetería incluyen principalmente las materias primas (café, leche, refrescos, cervezas, vinos, alimentos para tapas o platos), ya que su consumo aumenta proporcionalmente al número de servicios. También forman parte de esta categoría los productos auxiliares como servilletas, cañitas, manteles de papel o cápsulas de café, que se utilizan en cada venta. En algunos casos, se consideran variables ciertos costes energéticos, como el gasto en gas o electricidad que aumenta cuando se cocina más o se utiliza mayor cantidad de refrigeración. El control de costes variables se realiza mediante escandallos y fichas técnicas, donde se define la cantidad exacta de cada materia prima utilizada en un plato o bebida y se calcula su coste unitario. Esto permite establecer precios de venta rentables y evitar desperdicios. Por ejemplo, si una caña de cerveza de 200 ml cuesta 0,40 € al bar-cafetería y se vende a 1,50 €, el margen unitario es de 1,10 €, pero si por una mala práctica se sirven 250 ml en lugar de 200, el coste aumenta y el margen se reduce. En conclusión, los costes variables son los más sensibles a la gestión diaria del bar-cafetería y requieren un control constante para garantizar que los consumos se ajusten a lo previsto y que los márgenes de beneficio se mantengan.