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CLASES DE COSTES

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Created on September 15, 2025

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CLASES DE COSTES

COSTES FIJOS

COSTES VARIABLES

COSTES MIXTOS O SEMIFIJOS

Los costes fijos son aquellos que permanecen constantes independientemente del volumen de ventas o del número de clientes que atienda el bar-cafetería. Es decir, se deben pagar aunque el negocio esté lleno, medio vacío o incluso cerrado durante unos días. Estos costes proporcionan estabilidad y permiten calcular la base mínima de gasto mensual que debe cubrirse para garantizar la viabilidad del establecimiento. Entre los principales costes fijos en un bar-cafetería destacan el alquiler del local, que suele ser una de las partidas más elevadas; los sueldos y salarios del personal fijo, como gerentes, cocineros o camareros con contrato estable; los seguros obligatorios (responsabilidad civil, accidentes, multirriesgo); las licencias municipales (apertura, terraza, música ambiental); y los gastos financieros en caso de que exista un préstamo bancario para la puesta en marcha o renovación del negocio. También se consideran costes fijos las cuotas de autónomos o cotizaciones a la Seguridad Social que se pagan mensualmente, así como los servicios básicos mínimos como electricidad, agua, gas o telefonía, que aunque puedan variar ligeramente, se mantienen presentes todos los meses. En la práctica, controlar los costes fijos implica mantenerlos lo más ajustados posible y garantizar que el nivel de ingresos cubra siempre esta base mínima. Por ejemplo, si un bar-cafetería tiene costes fijos de 8.000 € al mes, deberá asegurar una facturación superior a esa cantidad solo para empezar a generar beneficios. La optimización de costes fijos pasa por negociar alquileres más ventajosos, ajustar la plantilla al tamaño del negocio y aprovechar eficientemente los recursos.

Los costes mixtos o semifijos son aquellos que combinan elementos de los costes fijos y variables, ya que una parte de ellos permanece constante, mientras que otra varía en función del nivel de actividad. En el bar-cafetería, este tipo de coste es muy común y debe considerarse cuidadosamente, porque puede distorsionar el análisis financiero si no se clasifica correctamente. Un ejemplo típico es la factura de electricidad: el negocio paga una cantidad fija por la potencia contratada (independiente del consumo), pero el importe final aumenta en función del gasto energético real. Lo mismo ocurre con el agua: existe una cuota fija mensual, pero el coste final depende de los litros consumidos. Otro caso son los sueldos del personal con contrato por horas o eventual, donde existe un mínimo fijo garantizado, pero el coste total sube si se amplían las horas debido a picos de clientela o temporada alta. Los costes mixtos también incluyen ciertos mantenimientos de maquinaria o servicios externos, que tienen una cuota mensual fija más suplementos por intervenciones adicionales. En términos prácticos, la clave de estos costes está en aprender a diferenciarlos y dividirlos en sus componentes fijos y variables para analizarlos mejor. Por ejemplo, si la factura de electricidad es de 600 €, donde 200 € son de término fijo y 400 € dependen del consumo, se deben clasificar esos 200 € como coste fijo y los 400 € como coste variable. Este desglose ayuda a calcular con mayor precisión el punto de equilibrio del bar-cafetería y a tomar decisiones más informadas sobre el uso de recursos. En definitiva, los costes mixtos reflejan la realidad de muchos gastos del bar-cafetería y muestran la importancia de un análisis detallado que permita identificar cuánto se debe cubrir sí o sí cada mes (parte fija) y cuánto depende de la gestión eficiente del consumo (parte variable).

Los costes variables son aquellos que cambian en función directa del nivel de actividad del bar-cafetería. A mayor número de clientes y ventas, mayor será el gasto; y a menor volumen de servicios, más reducidos serán estos costes. Su gestión resulta esencial porque están vinculados directamente con la rentabilidad y el margen de beneficio de cada producto vendido. Los costes variables en un bar-cafetería incluyen principalmente las materias primas (café, leche, refrescos, cervezas, vinos, alimentos para tapas o platos), ya que su consumo aumenta proporcionalmente al número de servicios. También forman parte de esta categoría los productos auxiliares como servilletas, cañitas, manteles de papel o cápsulas de café, que se utilizan en cada venta. En algunos casos, se consideran variables ciertos costes energéticos, como el gasto en gas o electricidad que aumenta cuando se cocina más o se utiliza mayor cantidad de refrigeración. El control de costes variables se realiza mediante escandallos y fichas técnicas, donde se define la cantidad exacta de cada materia prima utilizada en un plato o bebida y se calcula su coste unitario. Esto permite establecer precios de venta rentables y evitar desperdicios. Por ejemplo, si una caña de cerveza de 200 ml cuesta 0,40 € al bar-cafetería y se vende a 1,50 €, el margen unitario es de 1,10 €, pero si por una mala práctica se sirven 250 ml en lugar de 200, el coste aumenta y el margen se reduce. En conclusión, los costes variables son los más sensibles a la gestión diaria del bar-cafetería y requieren un control constante para garantizar que los consumos se ajusten a lo previsto y que los márgenes de beneficio se mantengan.