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Taller Sembrando Historias
SARA HOYOS VANEGAS
Created on June 17, 2025
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Transcript
Taller:
Sembrando historias
En Támesis, sembrar no solo es un acto agrícola, es también una forma de conversar con el territorio, de honrar lo vivido y proyectar lo que viene. El taller Sembrando Historias, realizado el 21 de mayo en la Casa de la Cultura Hipólito J. Cárdenas por un grupo de estudiantes de periodismo de la Universidad de Antioquia, invitó a los habitantes del municipio a pensar el territorio como una gran maceta simbólica, un lugar donde se entrelazan las memorias, los afectos y los sueños.
Momentos del taller
Siembra
Alistar el terreno
Carta al territorio
Etapa 1: Alistar el terreno
Antes de sembrar, se prepara el terreno y se despierta el cuerpo. Para entrar en calor, las y los participantes jugaron una versión adaptada de "pañuelito", donde la vela reemplazó al pañuelo y el correr fue la excusa para abrir el diálogo. Cada quien, al tomar la vela, ganaba el turno para compartir lo que le duele y lo que sueña del territorio: las problemáticas, las memorias, los modos de habitar.
Más que una competencia, fue un juego para encender el cuerpo y la conversación, un rito de apertura donde el movimiento se volvió semilla de escucha.
El juego del pañuelo, también conocido como "pañuelito", es un juego de persecución donde dos equipos compiten por atrapar un pañuelo (o cualquier objeto similar) sin ser tocados por el equipo contrario
Así comenzamos a sembrar historias: corriendo, riendo y preguntando.
A veces sembrar también puede ser un juego
Etapa 2: Siembra
Con un vaso de cartón como lienzo, las y los participantes dibujaron y escribieron lo que el territorio significa para ellos.
Palabras que, para los participantes simbolizan Támesis.
Luego, llenaron de tierra ese recipiente cargado de sentido y sembraron en él una semilla, símbolo de lo que quieren cuidar y ver florecer en su territorio.
Cada gesto; dibujar, tocar la tierra, enterrar la semilla, fue también una promesa: cultivar el futuro con memoria, con esperanza, con la fuerza silenciosa de quienes creen que sembrar es resistir.
Sembrar su historia, sembrar su territorio
Las palabras fluyeron como ríos entre montañas: agradecieron, nombraron afectos, heridas, esperanzas. Algunas cartas pedían perdón, otras prometían cuidado. Todas hablaban desde el arraigo. Fue el acto final del taller, pero también un nuevo comienzo: dejar en papel un compromiso con la tierra, escribir lo que se quiere ver florecer, trazar con tinta la raíz que no se ve, pero que sostiene.
Etapa 3: Carta al territorio
Después de preparar el terreno y sembrar la semilla, llegó el momento de hablarle a la tierra. Con el corazón ya abierto por el juego y las manos aún con el eco de la siembra, las y los participantes escribieron una carta al territorio. No era un ejercicio cualquiera: era un gesto íntimo, una conversación escrita con ese lugar que los acoge y los duele, que los sostiene y les sueña.
Querido Támesis...
Los vasos no eran simples recipientes vacíos: representaban el territorio mismo. Al llenarlos con un puñado de tierra, cada persona depositó allí su propia historia, sus raíces, su manera de habitar.
Este gesto fue más que sembrar una semilla: fue decir soy también este lugar. Un acto de entrega, donde cada quien se sembró simbólicamente en Támesis.