TEMA 8: MATRIMONIOS FORZADOS

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TEMA 8: MATRIMONIOS FORZADOS

¿Qué es el matrimonio forzado? El matrimonio forzado es la unión de dos personas sin el consentimiento, al menos, de una de las dos. Es una práctica muy arraigada en algunas regiones del mundo que afecta muy especialmente a mujeres y niñas. Una forma de matrimonio forzado es el matrimonio infantil. Cientos de miles de niñas y adolescentes son cada año obligadas a casarse en todo el mundo. Los matrimonios forzados son una violación de los derechos humanos, según establecen diferentes tratados internacionales, así como una forma de violencia de género, pues lo sufren en su mayoría mujeres y niñas.

5. LA CELEBRACIÓN DE MATRIMONIOS FORZADOS

En España, el delito específico de matrimonio forzado aparece recogido en el Código Penal como un delito contra la libertad en el artículo 172 bis.1, el cual sanciona al que: “con intimidación grave o violencia compeliere a otra persona a contraer matrimonio será castigado con una pena de prisión de seis meses a tres años y seis meses o con multa de doce a veinticuatro meses, según la gravedad de la coacción o de los medios empleados”.

5. LA CELEBRACIÓN DE MATRIMONIOS FORZADOS

La trata de seres humanos para la celebración de matrimonios forzados no se incluyó originariamente como uno de los fines de explotación de la trata en el Protocolo de Palermo. Sin embargo, el concepto de trata se ha ido ampliando desde el año 2000 para dar respuesta a otras finalidades de explotación, como, por ejemplo, los matrimonios forzados. Así, esta finalidad de explotación se ha incorporado a sucesivos instrumentos, como la Directiva 2011/36/UE. Precisamente, para transponer esta Directiva la trata para la celebración de matrimonios forzados se incluyó como delito en la modificación del artículo 177 bis del Código Penal de 2015, que castiga la trata de seres humanos cuya finalidad es la celebración de matrimonios forzados.

5. LA CELEBRACIÓN DE MATRIMONIOS FORZADOS

Los elementos que definen esta finalidad de la trata son:

• la existencia de una de las acciones de la trata (la utilización de captación, transporte, traslado acogida o recepción de una persona),
• utilizando algún medio ilícito como, por ejemplo, engaño, amenazas, intimidación, coacción, rapto o uso de violencia
• con la finalidad de someter a la persona a contraer matrimonio en contra de su voluntad.
• Tal y como establece el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), cabe distinguir entre matrimonio forzado, matrimonio infantil y matrimonio precoz:
• El matrimonio forzado es todo aquel que se establece sin el consentimiento pleno y libre de al menos uno de los contrayentes y/o cuando uno de ellos o ambos carecen de la capacidad de separarse o de poner fin a la unión, debido entre otros motivos a la existencia de coacciones o a una intensa presión social o familiar.

5. LA CELEBRACIÓN DE MATRIMONIOS FORZADOS

• El matrimonio infantil es aquel en el que al menos uno de los contrayentes es un/a niño/a. Se entiende por niña/o a “todo ser humano menor de 18 años de edad, salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad”, de acuerdo con la Convención de los Derechos del Niño.

• El matrimonio precoz hace alusión a aquellas uniones en las que uno de los contrayentes es menor de 18 años en aquellos países en los que la mayoría de edad se alcanza más temprano o tras la celebración del matrimonio. También puede referirse a uniones en las que existen otros factores que determinan que uno de los contrayentes o ambos no están preparados para consentir la realización del matrimonio, como el nivel de desarrollo físico, emocional, sexual o psicosocial.

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Algunos datos:

• Diferentes instituciones y organismos internacionales, como ONU Mujeres, UNICEF, la OMS o el Fondo de Población de las Naciones Unidas, pronosticaron en 2013 que más de 140 millones de niñas en el mundo contraerían matrimonio en una década (2011-2020). Esto significa que el matrimonio infantil afectaría a 14,2 millones de niñas cada año, 39.000 al día.

• Según datos del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), en 2012 alrededor de 400 millones de mujeres de entre 20 y 49 años de todo el mundo (el 41 % de la población total de mujeres en ese grupo de edad) habían contraído matrimonio o establecido una pareja antes de los 18 años.

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Algunos datos:

• UNFPA informó de que la proporción del matrimonio de niñas y adolescentes menores de 18 años en los países en desarrollo (con exclusión de China) es uno de cada tres.

• Entre los países que permiten el matrimonio infantil, los casos más frecuentes de matrimonios forzados, se dan en Asia Meridional y África Occidental y Central, donde el 46 y el 41% de las niñas, respectivamente son niñas casadas forzadamente. Por países, son Bangladesh, Brasil, Etiopía, India y Nigeria, concentrando según UNICEF, la mitad del total de los matrimonios forzados
• No obstante, esto no es un problema de un territorio determinado, ni religioso, sino que es un problema mundial que crece en zonas como América Latina y el Caribe, donde el 29% de las niñas son víctimas del matrimonio infantil, en comparación con el 18% de Asia Oriental y el Pacífico, el 15% de los Estados Árabes y el 11% en Europa Oriental y Asia Central

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Matrimonio forzado y Protección Internacional Ser víctima de un matrimonio forzado o estar en riesgo de serlo, en tanto forma de violencia hacia las mujeres aceptada legal, social o culturalmente en diferentes zonas del mundo, puede ser causa de asilo en España. La Ley 12/2009, de 30 de octubre, reguladora del derecho de asilo y la protección subsidiaria, abrió explícitamente la puerta a las razones de género entre los supuestos de persecución y violencia establecidos para el acceso a la protección internacional.

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Matrimonio forzado y Protección Internacional Los tribunales de justicia han reconocido en distintas ocasiones que una situación de desprotección y marginación social, política y jurídica de las mujeres en su país de origen, que vulnere de forma evidente y grave sus derechos humanos, es causa de asilo. Han reconocido asimismo que una situación de hostigamiento y amenazas contra una mujer para obligarla a casarse puede ser considerada una forma de persecución y ameritar por tanto el reconocimiento de la protección internacional.

5. LA CELEBRACIÓN DE MATRIMONIOS FORZADOS

Mi nombre es Marie. Soy de Camerún, de un pequeño pueblo cerca de Duala. Fui criada en una familia un poco difícil. Mi padre tenía seis esposas, mi madre fue la última de las esposas. Ella no quería casarse pero tenía que casar. Vivía con mi padre, ellos no vivían juntos, mi madre se encontraba en otra ciudad. Las otras mujeres de mi padre no nos querían y nos hacía brujería para que no pudiéramos tener paz. Una vez cumplí los 15 años me sacaron del colegio. Mi padre me obligó a casarme con Emmanuel, un hombre de 56 años, a cambio de una gran cantidad de dinero. Convivió durante un periodo de 5 años junto a su marido en la misma ciudad que había vivido siempre. Este hombre se portó muy mal conmigo. Yo estaba siempre encerrada en la casa, no podía trabajar, no podía salir a la calle ni estar con mis amigas o con mi familia. Siempre me amenazaba si tenía que salir a hacer alguna compra. Mi marido me maltrataba mucho, siempre me cogía con fuerza en la cama. Después de cinco años casados me quedé embarazada, pero mi marido no quería el niño. El niño no estaba acordado con mi padre y no quiso a mi hijo. Cuando supo que estaba embarazada me devolvió a casa de mi padre y le pidió todo el dinero que había dado por mí.

Historia real de una víctima de matrimonio forzado

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A mi padre no le gustó que mi marido no esté contento conmigo. Yo intenté contarle todo lo que me había pasado, pero ese día me pegó mucho. Mi padre no quiso saber nada y me echó de la casa, yo estaba embarazada de mi niño. Me quedé en la calle y lloraba todo el tiempo porque no sabía dónde ir. Pasó mucho rato y se acercó a mí una mujer. Se llamaba Josephine. Me llevó a su casa, esa noche me curó los cortes y me dejó dormir. Luego me quedé en su casa hasta que nació mi primer hijo. Josephine estaba con los hombres, tenía una casa de prostitución. Nunca tuve que acostarme con ningún hombre. Cuando nació mi hijo ya no pude quedarme más tiempo, me pidió que me marchara de la casa.

Historia real de una víctima de matrimonio forzado

5. LA CELEBRACIÓN DE MATRIMONIOS FORZADOS

Como no tenía donde ir, volví a casa de mi padre con mi hijo. Mi padre me aceptó después de hablar mucho tiempo y me dijo que tenía que casarme otra vez, que no podía hacer nada más. Cuando me casé con Emmanuel yo tenía 23 años. El segundo marido con el que me casó mi padre tenía 57 años. Nos fuimos a vivir a otra ciudad a un piso. Yo no podía salir de casa y mi segundo marido también pedía relaciones sexuales y me cogía con fuerza. Él tenía otra mujer, estaba casado conmigo y con la otra mujer. Yo no podía salir de la casa para que no me descubriera. Dos años después me quedé embarazada de mi segunda hija, Elone. Estuve cuatro años casada con mi segundo marido. Fueron cuatro años muy difíciles. No teníamos televisión ni reloj, no podíamos salir casi nunca de la casa. Cuando su otra mujer se enteró de todo, Emmanuel no quiso tener más problemas y me devolvió a casa de mi padre.

Historia real de una víctima de matrimonio forzado

5. LA CELEBRACIÓN DE MATRIMONIOS FORZADOS

Mi padre murió un mes más tarde de llegar nosotros a la casa. Se puso muy enfermo. El día del funeral de mi padre ha sido un día muy difícil. Mi tío ha leído el testamento de mi padre para toda la familia. Mi padre ha dejado dicho que soy una mala mujer, que no he cumplido lo que él ha ordenado y que mis maridos me han repudiado. Mi padre dice en la carta que he deshonrado a la familia y lee que soy culpable de la muerte de mi padre por los disgustos que le he dado. Me sentencia a muerte. En ese mismo instante, una mujer de nombre Sophia que estaba presenciando el funeral dijo que eso era cierto y que, si era voluntad de mi padre, mi tío debería hacerlo cumplir y yo podría ser asesinada, un testamento tiene fuerza de ley en la comunidad.Ante esto, la mujer me propone marcharme con ella a Argelia, donde me dice que voy a poder trabajar con un buen sueldo y con alojamiento. Yo no sabía qué hacer. Tenía mucho miedo a morir. Hablé con mi hermana para que pudiera cuidar a mis hijos y me marché a Argelia al día siguiente. Salí de Camerún y seguí la ruta por Nigeria y Níger hasta llegar a Maghnia (Argelia). El viaje duró casi un mes, nos movíamos a pie y en autobús. Una vez en Maghnia, me instalé en casa de la señora Sophia, me mostró la habitación y me duché. Al intentar ir al salón, me di cuenta de que estaba encerrada y no podía salir.

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A partir de ese día, la señora comenzó a llevarme hombres a la habitación noche y día. Fue una etapa muy difícil, estuve en esa casa durante 8 o 9 meses. Los hombres le pagaban a Sophia y subían a mi habitación, yo nunca recibí dinero ni me atreví a reclamarlo o a negarme a estar con los hombres. Tenía mucho miedo. En algunas ocasiones, algunos hombres no querían usar preservativo y me daban dinero en la mano sin que la señora se enterara. Me quedé embarazada pero no dije nada. Una tarde, la policía entró en el de Sophia, fue en de 2018. Conseguí salir el piso y huir junto con otras mujeres que se encontraban en la casa encerradas como yo. Andamos durante tres o cuatro día por un bosque hasta que llegamos a la frontera con Marruecos. Pagué 13.000 dinares para poder subir en una furgoneta y llegar hasta Tánger. No me quedaba ya mucho dinero. En Tánger me encontré con más gente de Camerún y muchos pudieron pagar para poder subir a una patera, pero yo no tenía el dinero suficiente y me quedé en tierra. Busqué una chabola hecha con palos y telas que compartía con más gente, unas diez personas vivíamos en la casa.

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Yo estaba siempre esperando poder embarcar. Dentro de esta chabola Guy ordena siempre qué es lo que hay que hacer y se encarga de traer la comida. Hice varios intentos durante los siguientes meses, pero nunca salía bien y me quedaba en tierra. Una mañana, cuanto mi tripa estaba ya muy grande regresé a la playa para buscar una barca. Yo no tenía dinero suficiente, pero al final un hombre africano, Entekele, me ofreció el viaje a cambio de que después trabaje para él en Francia. Yo subí a la patera. No quería tener a mi niño en las chabolas ni que me encuentre Sophia. Entekele viajaba con nosotros en la patera, subimos 52 personas. No puedo hablar del barco, Dios estaba con nosotros. Llegamos a la costa de Tarifa, fue el 10 de agosto de 2018, la guardia costera se hizo cargo de todas las mujeres que estábamos embarazadas. Nos llevaron al Hospital para mirar que los niños y nosotras estábamos bien. Fue un año de muchas pateras y tenían mucho trabajo. Nos trataron bien. Cuando me llevaron al Hospital ya no vi más a Entekele. Los de salvamento preguntaron quién nos habían traído en la embarcación, pero nosotras no podíamos hablar, nos habían dicho que estaba prohibido decir nada. Entekele no me conocía de antes, pero las personas que vivían conmigo en las chabolas sabían cosas de mí y de mi familia, podían encontrarme. Entekele trabajaba en Francia, me lo había dicho, era ahí donde tenía trabajo para mí.

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Desde el hospital me llevaron a una casa de acogida en Andalucía, llegando la misma noche junto con otras cinco mujeres de la misma patera. Cuando nació mi hijo solicité Protección Internacional. La abogada de la casa de acogida me habló por primera vez de la trata de seres humano. Pude contar mi historia y la policía me dijo que era una víctima. Me explicaron que empezaba un tiempo de recuperación y que tenía que pensar si quería denunciar. Yo quería hablar, pero la policía me dijo que no tenía suficientes datos y que no podían hacer nada. Tenía permiso por la protección internacional. Nos llevaron a otra casa de acogida, esta vez en el norte de España. Mi hermana la que tenía a mis hijos. La familia de mi padre ha hecho magia con ella y está muerta. La policía dice que la han envenenado pero no hay pruebas. Mi hermana está muerta y tengo miedo, no sé qué puede pasar. Ahora mis hijos están con mi madre. Mi hijo y yo estamos bien en España. He empezado a trabajar. He podido ganar algo de dinero y estoy bien. Ayer por la noche ha llegado un mensaje en mi Messenger, es de Entekele. “Crees que puedes escapar de mí, sé dónde estás y te llevaré”. Me ha encontrado. Me van a llevar a otra casa de acogida para que no puedan encontrarme

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