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LAS DOS ESPAÑAS

María Ortiz Álvarez

Created on March 24, 2025

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Transcript

María Ortiz 4ºA

LAS DOS ESPAÑAS

VIVENCIA DURANTE EL FRANQUISMO

Mi infancia fue tranquila y sin grandes sobresaltos. Vivíamos en Sevilla, éramos cinco hermanas y mi padre trabajaba como docente. Mi madre, aunque antes había sido profesora de latín e inglés, dejó de ejercer cuando nacimos nosotras. En casa se hablaba poco de política, por lo que no notábamos demasiado lo que ocurría fuera. Crecimos con valores católicos muy marcados, la religión era parte de nuestra vida y del día a día en la escuela. Aunque había ciertas restricciones, para nosotras la vida era relativamente normal y ordenada.

Entrevista a mi abuela Mercedes sobre su vivencia durante el franquismo

¿Cómo vivió su infancia/adolescencia durante la dictadura franquista?

Yo era una niña, así que realmente no noté cambios bruscos. En casa no se hablaba abiertamente de política, y nuestros padres intentaban mantenernos al margen. Con el tiempo, supe que en la guerra nuestra familia había sufrido, especialmente mi madre, que estuvo atrapada en Santander, donde algunos de sus compañeros fueron asesinados por ser católicos. Mis padres siempre apoyaron el orden y la estabilidad que trajo Franco, así que crecimos con esa idea de seguridad y disciplina.

¿Qué cambios notó en su vida cotidiana con la llegada de Franco al poder?

Cuando estaba en la universidad, entre 1968 y 1972, hubo revueltas estudiantiles organizadas por grupos comunistas. Recuerdo un ambiente violento, con piquetes y huelgas. Algunas de mis compañeras fueron señaladas y hasta les abrieron expedientes académicos por no seguir las protestas. Yo nunca tuve problemas porque no me metía en política, pero sí viví ese clima tenso en las aulas.

¿Recuerda algún evento o situación particularmente difícil o significativa que vivió bajo el régimen franquista?

No sentíamos represión en nuestra vida cotidiana, al menos en mi entorno. En Sevilla, la gente que seguía las normas y no se metía en política podía vivir con tranquilidad. Sí se sabía que había censura y control, pero no era algo que afectara a nuestra familia directamente. Para nosotras, lo más importante era la estabilidad y la religión, y en ese sentido, el régimen protegía esos valores.

¿Cómo era la situación política y social en su comunidad durante el franquismo? ¿Existía miedo o represión en el ambiente?

Sí, había censura en los medios y en la cultura. Algunos libros estaban prohibidos o no se publicaban, como La Colmena, y en el cine se cambiaban los doblajes de algunas películas para evitar mensajes antirreligiosos o contrarios al régimen. Sin embargo, al crecer en un entorno católico y conservador, la censura no nos afectó demasiado, porque nuestras preocupaciones y valores iban en línea con lo que se promovía en la sociedad.

¿Hubo algún tipo de censura o autocensura en su vida durante el franquismo (por ejemplo, en la prensa, la cultura o la expresión personal)?

No hubo restricciones en nuestra lengua ni en la cultura en Sevilla. Todo se mantenía igual, hablábamos español y no hubo problemas con eso. En otras regiones como Cataluña o el País Vasco sí se hablaba de restricciones, pero para nosotros no era un tema importante.

¿Recuerda cómo vivió las restricciones a la lengua y la cultura en su región (si las hubo)?

La Iglesia tenía un papel central en nuestras vidas. La educación, la moral y la estructura de la sociedad estaban profundamente ligadas al catolicismo. Desde pequeñas fuimos educadas en la fe, y la misa era parte fundamental de la rutina. Con Franco, la religión era respetada y protegida, lo cual era importante para nuestra familia.

¿Qué papel jugaba la iglesia y la religión en su vida cotidiana durante el franquismo?

Mi padre era docente y mi madre fue profesora antes de dedicarse a nosotras. No vivieron grandes problemas laborales. En general, en los trabajos había estabilidad si se respetaban las normas. Había rigidez en el sistema, pero en nuestro entorno nunca nos sentimos amenazados o inseguros en ese aspecto.

¿Cómo afectó el franquismo a las relaciones laborales o a la organización del trabajo en su entorno?

No, nunca viví un incidente con la policía ni con el régimen. Como decía antes, en mi familia no nos metíamos en política y eso hacía que lleváramos una vida tranquila.

En relación con la represión, ¿existió alguna vez en su vida un incidente relacionado con la policía o el régimen? ¿Cómo lo vivió?

Después de la muerte de Franco, había incertidumbre. Por un lado, esperábamos que se llegara a un régimen democrático con libertades, pero también había miedo a que no se lograra un acuerdo y todo terminara en caos o en violencia. Había muchas tensiones, y aunque la democracia trajo libertades, también supuso un cambio en los valores tradicionales que habíamos seguido toda la vida.

¿Cómo veía la situación política después de la muerte de Franco y durante la transición hacia la democracia? ¿Qué esperanzas o miedos tenía en ese momento?

Durante el franquismo, ser republicana significaba vivir en la sombra, con miedo constante y bajo la amenaza de la represión. Aprendimos a callar para sobrevivir, pero también a resistir en la clandestinidad. La lucha por la libertad no fue fácil: muchas compañeras fueron encarceladas, torturadas o desaparecieron sin dejar rastro. Aun así, nunca dejamos de soñar con un país donde pensar diferente no fuera un crimen. Con la muerte de Franco y la llegada de la democracia, empezamos a recuperar derechos y a reconstruir lo que nos arrebataron. Pero nuestra historia no debe olvidarse. Recordar es justicia, es memoria, es la garantía de que nunca más volveremos a vivir en el silencio. "Porque la libertad se conquista, y nosotras nunca dejamos de luchar."

EL PAPEL DE LA MUJER

LA CAÍDA DEL FRANQUISMO Y LA ESPERANZA

LA LUCHA POR LA LIBERTAD

JUVENTUD

INFANCIA

El franquismo supuso la persecución, el miedo y la opresión para aquellos que no compartían la ideología del régimen. Ser republicano significaba estar marcado, sufrir represión y vivir en la sombra de una dictadura que castigaba cualquier forma de oposición.

Ser Republicano Bajo el Franquismo

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La Caída del Franquismo y la Esperanza (1975 y después)

  • En 1975, cuando anunciaron la muerte de Franco, no sabíamos qué esperar. ¿Sería el fin de la dictadura o el inicio de otra represión?
  • Hubo momentos de incertidumbre, pero también de esperanza. Empezamos a hablar sin tanto miedo, aunque sabíamos que los franquistas seguían en el poder.
  • La transición fue un proceso lento y difícil. Aún quedaban muchas heridas abiertas, muchas familias esperando justicia.
  • Las mujeres comenzamos a recuperar derechos: el divorcio, el derecho a trabajar sin permiso del marido, la posibilidad de tener voz en la política.
  • Finalmente, en 1978, con la aprobación de la nueva Constitución, sentí que por fin empezábamos a construir la España que siempre habíamos soñado.

El Papel de las Mujeres en la Resistencia

  • A pesar del papel secundario que nos imponía el régimen, muchas mujeres participaron activamente en la resistencia.
  • Algunas fueron enlaces en la clandestinidad, transportando documentos y mensajes entre grupos opositores.
  • Otras fueron encarceladas, torturadas y algunas incluso ejecutadas por luchar por la democracia.
  • La dictadura nos quiso sumisas, pero nosotras demostramos que podíamos ser líderes en la lucha.
  • La llegada de la democracia nos dio más derechos, pero la lucha por la igualdad aún no ha terminado.
  • Cada noche, antes de dormir, me preguntaba si sería la última vez que vería a mi familia.A pesar del miedo, seguimos adelante.
  • La resistencia se hacía cada vez más fuerte. Los obreros, los estudiantes, las mujeres, todos exigíamos un cambio.

La Lucha por la Libertad (Finales de los 60 - 70s)

  • La represión estudiantil se endureció. Las huelgas y manifestaciones contra el régimen se multiplicaron y con ellas también las detenciones y torturas.
  • Participé en movilizaciones donde nos dispersaban con porrazos y gases lacrimógenos. Nos llamaban "rojas", "subversivas", "enemigas de España".
  • Algunas de mis compañeras fueron arrestadas y enviadas a la cárcel. Otras, simplemente, desaparecieron sin dejar rastro.
  • En la escuela nos inculcaban la devoción a Franco y la Iglesia. Cada mañana cantábamos el "Cara al Sol" con el brazo en alto, aunque en casa sabíamos que aquello no nos representaba.
  • Aprendí a no hablar de política fuera del hogar. Sabía que un comentario imprudente podía traer consecuencias fatales para mi familia.

Infancia en la Sombra de la Dictadura (Años 40-50)

  • Nací en una familia republicana en una España donde serlo significaba ser un enemigo del régimen.
  • Mi padre, antiguo funcionario, fue encarcelado por su pasado político, y cuando salió, nunca pudo recuperar su trabajo. Se vio obligado a realizar trabajos mal pagados para mantenernos.
  • Mi madre, que antes de la guerra era maestra, tuvo que dejar su profesión. Sobrevivía cosiendo y aceptando cualquier labor doméstica que pudiera hacer en la clandestinidad.

Juventud: Silencio y Resistencia (Años 60)

  • La censura dominaba todos los aspectos de nuestra vida: los libros, la música, las películas y hasta las conversaciones cotidianas.
  • A escondidas, leía a autores prohibidos como Miguel Hernández, cuya poesía hablaba del sufrimiento de los vencidos.
  • En la universidad, a las mujeres se nos inculcaba la idea de ser buenas esposas y madres. No se nos veía como futuras profesionales, sino como complemento de los hombres.
  • Sin embargo, en las sombras, muchas de nosotras empezamos a organizarnos. Nos reuníamos en casas para debatir, para compartir escritos censurados, para hablar de un futuro distinto.
  • Sabíamos que la policía secreta estaba en todas partes. Si nos descubrían, podría significar la cárcel o la desaparición.