Ecosistema Terrestres.

Ecosistema Terrestres.

José Carlos Pérez Castañares 4º b

Índice

01. Introducción

02. ¿Que son los ecosistemas terrestres?

03. Bosques

04. Praderas y Pastizales

05. Desiertos

06. Tundra

07. Taiga

08. E. Montañosos

09. Humedales

10. E. Costeros

Introducción

Los ecosistemas terrestres son comunidades vitales de vida en la Tierra, cada una adaptada a su entorno único. Desde las selvas tropicales hasta los áridos desiertos, estos sistemas sostienen una increíble diversidad de vida. Proporcionan servicios esenciales para el planeta, como la purificación del aire y el agua, pero están amenazados por actividades humanas. La conservación es crucial para su supervivencia y la nuestra, ya que de su salud depende también la nuestra.

¿Que son los E. Terrestres?

Los ecosistemas terrestres son comunidades de organismos vivos que interactúan con su entorno físico en la superficie de la Tierra. Incluyen una gran variedad de hábitats, desde bosques hasta desiertos. Cada uno tiene características únicas debido a factores como el clima y el suelo. Proporcionan servicios vitales para el planeta y son esenciales para la vida. Su conservación es crucial para el equilibrio ambiental.

Fauna

Descripción

Flora

Soluciones

Amenazas

3. Bosques

Flora

Soluciones

Amenazas

Fauna

Descripción

4. Praderas y Pastizales

Los bosques son ecosistemas terrestres dominados por árboles y otra vegetación leñosa. Cubren aproximadamente el 30% de la superficie terrestre del planeta y desempeñan un papel crucial en la regulación del clima, la conservación del agua y la biodiversidad. Se clasifican en diferentes tipos según su ubicación y clima:

Bosques boreales (taiga)

Se encuentran en latitudes altas, con inviernos largos y fríos y veranos cortos. Son dominados por coníferas.

Bosques templados

Se encuentran en latitudes medias, con estaciones distintas. Pueden ser caducifolios (árboles que pierden sus hojas en otoño) o de coníferas (árboles con hojas en forma de aguja).

Bosques tropicales

Se encuentran cerca del ecuador, con climas cálidos y húmedos durante todo el año. Son los ecosistemas más biodiversos del planeta.

La fauna de los bosques es igualmente diversa, con una amplia gama de animales adaptados a los diferentes tipos de bosques. Aquí hay algunos ejemplos más detallados:

Bosques boreales (taiga)

Los animales están adaptados a inviernos fríos y veranos cortos. Mamíferos: Alces, renos, osos pardos, lobos y linces. Aves: Búhos nivales, pájaros carpinteros y urogallos. Pequeños mamíferos: Liebres, ardillas y lemmings. Insectos: Mosquitos, moscas y escarabajos.

Bosques templados

La fauna varía según la estación y el tipo de bosque. Mamíferos: Ciervos, osos, lobos, zorros, ardillas y mapaches. Aves: Búhos, pájaros carpinteros, halcones y petirrojos. Reptiles y anfibios: Serpientes, salamandras y tortugas. Insectos: Escarabajos, mariposas y hormigas.

Bosques tropicales

La biodiversidad animal es asombrosa, con una gran variedad de especies. Mamíferos: Monos, jaguares, perezosos, tapires y murciélagos. Aves: Tucanes, loros, guacamayos y colibríes. Reptiles y anfibios: Serpientes, ranas venenosas, iguanas y caimanes. Insectos: Mariposas, hormigas, escarabajos y arañas.

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Los bosques son ecosistemas terrestres dominados por árboles y otra vegetación leñosa. Cubren aproximadamente el 30% de la superficie terrestre del planeta y desempeñan un papel crucial en la regulación del clima, la conservación del agua y la biodiversidad. Se clasifican en diferentes tipos según su ubicación y clima:

Bosques boreales (taiga)

Se encuentran en latitudes altas, con inviernos largos y fríos y veranos cortos. Son dominados por coníferas.

Bosques templados

Se encuentran en latitudes medias, con estaciones distintas. Pueden ser caducifolios (árboles que pierden sus hojas en otoño) o de coníferas (árboles con hojas en forma de aguja).

Bosques tropicales

Se encuentran cerca del ecuador, con climas cálidos y húmedos durante todo el año. Son los ecosistemas más biodiversos del planeta.

Soluciones

La protección y restauración de los bosques requieren la implementación de estrategias integrales y colaborativas. La gestión forestal sostenible, que promueve la tala responsable y la reforestación, es esencial para mantener la salud de los bosques y su capacidad de proporcionar servicios ecosistémicos vitales. La creación y expansión de áreas protegidas, como parques nacionales y reservas, junto con la aplicación de leyes que combatan la deforestación ilegal y el comercio de madera ilegal, son fundamentales para salvaguardar los ecosistemas forestales. Fomentar prácticas agrícolas sostenibles y la agricultura de conservación, puede reducir la presión sobre los bosques y promover la producción de alimentos de manera responsable. Reducir el consumo de productos forestales, optar por alternativas sostenibles y apoyar iniciativas de certificación forestal son acciones clave para mitigar el impacto humano. Además, es vital promover la investigación científica para comprender mejor los ecosistemas forestales y desarrollar estrategias de conservación efectivas. La educación ambiental y la sensibilización pública son cruciales para aumentar la conciencia sobre la importancia de los bosques.

Soluciones

La conservación y restauración de praderas y pastizales exige estrategias integrales y colaborativas. La gestión del pastoreo, con rotación estratégica y control de densidad, mantiene la salud del ecosistema y su biodiversidad. La restauración de áreas degradadas, con especies nativas y eliminación de invasoras, es esencial. La creación de áreas protegidas y leyes que regulen el uso del suelo son fundamentales. Fomentar la agricultura sostenible, como la agroforestería, reduce la presión sobre estos ecosistemas. La educación ambiental y la participación ciudadana promueven la conciencia y el apoyo público. La investigación científica mejora la comprensión de estos ecosistemas y sus dinámicas. La colaboración entre gobiernos, ONG, comunidades y el sector privado es crucial. Las políticas públicas adecuadas deben incentivar prácticas sostenibles. La diversificación de cultivos y la rotación de los mismos protege el suelo. La restauración de la hidrología y el control de la erosión son importantes. La promoción del turismo ecológico responsable beneficia la conservación.

La flora de los bosques es extraordinariamente diversa, y su composición varía significativamente según el tipo de bosque y su ubicación geográfica. Aquí hay algunos ejemplos más detallados:

Bosques boreales (taiga)

Adaptados a inviernos largos y fríos, estos bosques están dominados por coníferas. Árboles: Pinos, abetos, alerces y abedules. Musgos y líquenes: Cubren el suelo del bosque, ayudando a retener la humedad. Arbustos de bayas: Arándanos, grosellas y frambuesas, que proporcionan alimento para la fauna.

Bosques templados

Estos bosques experimentan estaciones distintas, lo que influye en su flora. Bosques caducifolios: Robles, hayas, arces, nogales y castaños, que pierden sus hojas en otoño. Bosques de coníferas: Pinos, abetos, abetos Douglas y secuoyas, que mantienen sus hojas en forma de aguja todo el año. En el sotobosque, se encuentran helechos, musgos, líquenes y una variedad de flores silvestres.

Bosques tropicales

Aquí, la competencia por la luz es intensa, lo que resulta en una estratificación vertical compleja. Árboles: Caoba, teca, palisandro, árboles de caucho, y una increíble variedad de palmeras y orquídeas. Plantas epífitas: Bromelias, musgos, líquenes y helechos que crecen sobre otras plantas. En el sotobosque, abundan helechos, arbustos y plantas herbáceas de hojas anchas.

Amenazas

Los bosques, ecosistemas de vital importancia para la biodiversidad y el equilibrio climático, se enfrentan a una compleja red de amenazas que ponen en riesgo su supervivencia. La deforestación, impulsada por la expansión agrícola, la tala ilegal y la conversión de tierras para la urbanización, destruye vastas extensiones de hábitats, fragmenta ecosistemas y libera enormes cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera, contribuyendo al calentamiento global. El cambio climático, con sus patrones de temperatura y precipitación alterados, exacerba estos problemas al aumentar la frecuencia e intensidad de incendios forestales, sequías y brotes de plagas. La contaminación del aire y del suelo, proveniente de actividades industriales y agrícolas, debilita la salud de los árboles y la biodiversidad del suelo. Además, la introducción de especies invasoras, tanto animales como vegetales, altera los equilibrios ecológicos y compite con las especies nativas, llevando a la pérdida de biodiversidad y la degradación del ecosistema.

Amenazas

Las praderas y pastizales, ecosistemas vitales para la biodiversidad y la producción de alimentos, enfrentan una serie de amenazas que comprometen su salud y funcionalidad. La conversión de tierras para la agricultura intensiva, la urbanización y la expansión de infraestructuras fragmenta y destruye estos ecosistemas, reduciendo la biodiversidad y alterando los ciclos naturales. El sobrepastoreo, resultante de una gestión inadecuada del ganado, degrada la vegetación, compacta el suelo y disminuye la capacidad de regeneración de las praderas. La introducción de especies invasoras, tanto vegetales como animales, compite con las especies nativas, alterando los equilibrios ecológicos y reduciendo la diversidad biológica. El cambio climático, con sus patrones de sequías y temperaturas extremas, aumenta el riesgo de incendios forestales, reduce la productividad de la vegetación y altera la composición de las comunidades de plantas y animales. Además, la contaminación por agroquímicos y la erosión del suelo contribuyen a la degradación de estos ecosistemas, afectando la calidad del agua y la fertilidad del suelo.