El Derecho a la Educación ¿Y las niñas?

Leyre Fernández, Alba Larena y Noemí Montoya

EL DERECHO A LA EDUCACIÓN

EMPEZAR

Y las niñas?

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5.

4.

3.

2.

1.

ÍNDICE

¿Qué es el derecho a la educación?

¿Por qué es importante que los niños tengan acceso a la educación?

¿Las niñas tienen las mismas oportunidades que los niños? ¿qué dice la historia?

¿Qué problemas puede traer que las niñas no tengan acceso a la educación y los niños sí?

¿Esto sigue ocurriendo en la actualidad? ¿dónde?

Qué podemos hacer nosotras y PELÍCULA-DOCUMENTAL relacionada.

El derecho a la educación es un derecho fundamental de todos los seres humanos que garantiza el acceso a una educación de calidad, sin importar la raza, el género, la religión o la situación económica de las personas. Este derecho está consagrado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en la Convención sobre los Derechos del Niño, que afirman que la educación debe ser gratuita, accesible y ofrecer las herramientas necesarias para el desarrollo personal y social. Este derecho implica varios aspectos esenciales: 1. Acceso universal: Toda persona tiene derecho a acceder a la educación, sin discriminación de ningún tipo. 2. Educación gratuita y obligatoria: La educación básica debe ser gratuita y obligatoria en muchos países, asegurando que todos los niños y niñas puedan asistir a la escuela sin obstáculos económicos y que el Estado garantice su acceso. 3. Igualdad de oportunidades: La educación debe ser inclusiva, promoviendo la igualdad de género y la integración de todos los grupos sociales, de modo que cada persona tenga las mismas oportunidades para aprender. 4. Calidad educativa: El derecho a la educación también implica que la enseñanza proporcionada sea de calidad, brindando a los estudiantes las herramientas necesarias para desarrollar sus capacidades, pensar de manera crítica y adquirir habilidades que les permitan enfrentarse a los desafíos de la vida.

1. ¿Qué es el derecho a la educación?

1. Desarrollo personal: La educación permite que los niños desarrollen habilidades cognitivas, emocionales y sociales. 2. Igualdad de oportunidades: El acceso a la educación es clave para reducir las desigualdades sociales y económicas. Ofrecerles a los niños una educación de calidad brinda la oportunidad de mejorar sus condiciones de vida y romper el ciclo de pobreza. 3. Mejor salud y bienestar: Se ha demostrado que los niños educados tienen mayores probabilidades de llevar una vida más saludable y tomar decisiones informadas sobre su bienestar físico y mental. 4. Futuro laboral: La educación proporciona las habilidades y conocimientos necesarios para acceder a mejores oportunidades laborales. 5. Desarrollo de la sociedad: Los niños que reciben educación pueden contribuir positivamente al desarrollo de su comunidad, ya que serán más capaces de participar activamente en la vida cívica, social y económica. 6. Fomento de la equidad: Asegurar que todos los niños tengan acceso a la educación promueve la equidad y el respeto por la diversidad.

2.¿Por qué es importante que los niños tengan acceso a la educación?

En el mundo entero, a millones de niñas se les niega todavía el derecho a la educación. Según el informe ‘Compendio Mundial de Educación’ de la UNESCO, menos del 40% de los países del mundo ofrecen a las niñas las mismas oportunidades de acceso a la educación que a los niños. En estos momentos, aún quedan sin escolarizar 31 millones de niñas en edad de cursar la enseñanza primaria. De este grupo, se prevé que 17 millones nunca lleguen siquiera a asistir al colegio, además, respecto a la educación secundaria, hay 34 millones de chicas jóvenes sin escolarizar, por lo que pierden la oportunidad de adquirir competencias esenciales para el mundo laboral. Eso, sin contar que de las 774 millones de personas analfabetas que hay en el mundo, dos terceras partes son mujeres, lo cual es un resultado directo de esta falta de acceso a la educación para ellas.

3. ¿Las niñas tienen las mismas oportunidades que los niños?

Es por esto que es fundamental continuar avanzando hacia una educación verdaderamente inclusiva y equitativa. Esto implica no solo garantizar el acceso de las niñas y mujeres a todos los niveles educativos, sino también promover su participación activa en todas las disciplinas, especialmente en aquellas tradicionalmente dominadas por hombres.

A lo largo de la historia, el acceso de las niñas y mujeres a la educación ha sufrido significativos cambios. Durante siglos, las mujeres fueron excluidas de la educación, limitándolas únicamente a las tareas domésticas y a las instituciones religiosas. Sin embargo, en el siglo XIX, poco a poco comenzaron a implementarse cambios legislativos que permitieron su ingreso a la educación superior. Por ejemplo, en España, la Real Orden de 8 de marzo de 1910 eliminó las restricciones que impedían a las mujeres matricularse como alumnas oficiales en la universidad, permitiendo su acceso completo a los estudios universitarios. Para poner otro ejemplo, en Chile, el Decreto Amunátegui de 1877 autorizó a las mujeres a cursar estudios universitarios, basándose en la idea de que poseían ventajas naturales para ciertas profesiones y que su educación contribuiría al bienestar social.

A pesar de estos avances, todavía hoy persisten desigualdades de género en el ámbito educativo. Aunque las mujeres constituyen la mayoría de los estudiantes universitarios en muchas regiones, su representación es menor en niveles académicos superiores y en campos como ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Esto demuestra que, aunque el acceso a la educación se ha ampliado, las mujeres aún enfrentan ba rreras para alcanzar posiciones de liderazgo y reconocimiento en el ámbito académico y profesional.

¿Qué dice la historia?

Desigualdad de género: La exclusión de las niñas de la educación refuerza las diferencias de género y perpetúa la discriminación en la sociedad. Ciclos de pobreza: Las niñas sin educación tienen menos oportunidades para salir de la pobreza, lo que afecta tanto a ellas como a sus familias a largo plazo. Matrimonios y embarazos infantiles: La falta de educación aumenta las probabilidades de matrimonios y embarazos precoces, lo que limita las oportunidades de desarrollo para las jóvenes. Falta de desarrollo social y económico: Las niñas que no se educan no pueden contribuir plenamente al progreso económico y social de sus comunidades. Impacto en la salud: Las mujeres educadas tienen mayores conocimientos sobre salud, lo que reduce riesgos de enfermedades y mejora el bienestar general. Reproducción de ciclos de exclusión: Al no tener acceso a la educación, las niñas transmiten esa falta de oportunidades a las siguientes generaciones.

4.¿Qué problemas puede traer que las niñas no tengan acceso a la educación y los niños sí?

En la actualidad, aún existen niños en diversas partes del mundo que no tienen acceso a la educación. Aunque ha habido avances significativos en la ampliación del acceso a la educación en muchos países, todavía persisten importantes desafíos. África subsahariana: Es una de las regiones con mayores desafíos en cuanto a la educación. En muchos países de esta región, las tasas de escolarización son bajas. Factores como la pobreza extrema, los conflictos y las barreras de género impiden que muchos niños, especialmente niñas, asistan a la escuela. Muchas veces estos niños trabajan en casa. Áreas rurales de Asia: En varios países de Asia, como Afganistán, Pakistán, y algunas partes de India, muchos niños no tienen acceso a una educación adecuada debido a la distancia de las escuelas, la falta de infraestructura y recursos. Zonas de conflicto: En países afectados por guerras y conflictos armados, como Siria, Yemen, Sudán del Sur y República Democrática del Congo, el acceso a la educación se ve gravemente interrumpido América Latina: En algunas regiones rurales o marginadas de América Latina, como en partes de Guatemala, Honduras y México, la pobreza, las dificultades de transporte y la violencia también dificultan que los niños accedan a la educación.

5. ¿Esto sigue ocurriendo en la actualidad? ¿Dónde?

Una de las formas en las que podemos ayudar a mejorar la situación de las niñas sin acceso a la educación es empezar por informarnos sobre el tema y hablar de ello públicamente. Actualmente, gracias a las redes sociales, tenemos la capacidad de llegar a un público más amplio y de todas partes del mundo para generar conciencia e informar de la situación de manera rápida y eficaz. A su vez, podemos organizar charlas para contarle a otro tipo de personas (como adultos que no usan mucho las redes sociales, personas de la tercera edad, o gente sin acceso a internet) lo importante que es que todas las niñas tengan la oportunidad de estudiar, sin importar en qué parte del mundo vivan. Podemos compartir historias reales y los datos de las estadísticas actuales para hacer que más personas se den cuenta de la gravedad de esta desigualdad. Al generar conciencia, tal vez se pueda lograr que más personas se impliquen y presionen para que los gobiernos y organizaciones actúen frente al problema. También podríamos involucrarnos directamente en iniciativas que apoyen la educación de las niñas. Por ejemplo, hay muchas organizaciones que trabajan para que las niñas de países en desarrollo puedan ir a la escuela. Nosotras podemos donar, hacer voluntariado o ayudar a recaudar fondos para esas instituciones. Además, podría ser muy útil ayudar a otras chicas en sus estudios, aunque sea de manera local (como lo hacen algunas en la “Agenda Feliz”). De esta forma, no solo mejoraríamos nuestra propia educación, sino que también podríamos ayudar a que más niñas tengan la mejor educación posible.

6. ¿Qué podemos hacer nosotras?

Él me llamó Malala (2015) es una película-documental que sigue la vida de Malala Yousafzai, una joven paquistaní que luchó por el derecho de las niñas a la educación, incluso después de ser atacada por los talibanes. Esta es una de las historias más famosas y representativas acerca del empoderamiento y lucha por la educación de las niñas, por eso la hemos relacionado con nuestro trabajo.

PELÍCULA-DOCUMENTAL RELACIONADA: Él me llamó Malala