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8 M

Julia Liébana Alcázar

Created on March 10, 2025

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Transcript

ies san felipe neri

8 M

La mayoría de las mujeres que hoy nos acompañan son extraordinarias. Con independencia de la importancia de sus hallazgos, la audacia de sus aventuras o el alcance de su genio, con frecuencia las subestimaron, olvidaron y hasta borraron de la historia. Es importante, que vosotros, alumnos y alumnas del IES San Felipe Neri, conozcáis los obstáculos que afrontarán a lo largo de sus vidas, pero también es esencial que sepáis que podréis superarlos y que no sólo encontraréis formas de sobreponeros a ellos, sino que podéis ir eliminándolos para el futuro, igual que lo han hecho las grandes mujeres que hoy nos acompañan. Espero que estas valientes pioneras os sirvan de inspiración y ahora que tenéis delante estas maravillosas mujeres, no me queda más que sentir confianza y entusiasmo por el mundo que estamos construyendo juntas. Un mundo en el que el género no definirá el tamaño de nuestros sueños ni la distancia que podemos recorrer. Un lugar en el que cada una de nosotras afirmará con confianza: SOY LIBRE. Gracias por ser parte de esta aventura.

PRESENTACIÓN
HIPATIA

Hace muchos, muchos años, en la antigua ciudad egipcia de Alejandría, había una enorme biblioteca. Era la biblioteca más grande del mundo, pero dentro no había libros ni papel. La gente escribía sobre papiros y los enrollaban en pergaminos, en lugar de tener libros como vosotros. En aquella biblioteca de Alejandría, iba con mi padre y nos sentábamos juntos a estudiar los pergaminos. Me encantaba la filosofía, las matemáticas y la ciencia. Mi padre se llamaba Teón, y yo HIPATIA. Me apasionaba resolver ecuaciones y proponer teorías geométricas y aritméticas. Me gustaba tanto estudiar que al poco tiempo empecé a escribir mis propios libros, bueno, más bien mis pergaminos. Construí un instrumento al que llamé astrolabio, que servía para calcular la posición del sol, la luna y las estrellas en cualquier momento determinado. Impartí clases de astronomía, tan populares, que los alumnos y otros profesores se sentaban a mi alrededor para escucharme. Me negué a usar ropa tradicional de mujer y como me podéis ver impartía mis clases en túnica, como el resto de maestros. Aunque fui asesinada a mis 45 años, los movimientos feministas me han reivindicado como paradigma de mujer liberada.

Mi nombre es Kathrine Switzer, y soy la primera mujer en correr una maratón: 42km, prueba que estaba destinada exclusivamente a los deportistas varones. Me apunté a la maratón de Boston de 1967, no hace tantos años."Ninguna mujer puede correr un maratón", me dijo mi entrenador. Pero yo sabía que no era cierto. Era capaz de conseguirlo. Por aquél entonces, se consideraba a la mujer totalmente incapaz de completar los 42 kilómetros corriendo. En el transcurso de la carrera, uno de los directores, detectó que efectivamente era, una mujer, e intentó detenerme, salió detrás de mi y me gritó: "¡Sal de mi carrera y devuélveme el dorsal!". Pero la colaboración de mi novio que corría conmigo y de algunos corredores, me escoltaron hasta la meta, impidiendo que fuera retirada de la competición. A pesar de que mi marca no fue demasiado buena debido a lo ocurrido durante la carrera, cuando crucé la meta, pensé: “Tengo un plan en mi vida. Me convertiré en la mejor atleta”. Voy a facilitar oportunidades a las mujeres que quieran experimentar esta sensación de poder, libertad y fuerza que yo estaba sintiendo. Y así fue, años más tarde gané la Maratón de Nueva York.

KATHRINE SWITZER
SIMONE DE BEAUVOIR

Mi nombre es Simone de Beauvoir. Desde que era una niña me robaron el derecho a expresar mi deseo. Mi padre me había repetido lo mucho que le dolía no haber contado con un varón entre sus hijos que pudiera sacarles a flote. Es en ese momento cuando nace mi rebeldía, la necesidad de contarle al mundo que una mujer también tiene derecho a desear.Me enamoré de un escritor parisino y teníamos una relación abierta, no sólo sexualmente, sino también a la hora de desarrollar mi pensamiento y mi obra. Ejercí como respetada profesora de Filosofía en la Sorbona. Escribí mi ensayo feminista más importante del siglo XX. Hablamos de “El segundo sexo”, bautizado por algunos como la Biblia del feminismo. En esta obra, abogo por liberar a la mujer de la cárcel en la que se ha visto encerrada. También tuve un papel determinante en la legalización del aborto en Francia, realizando el Manifiesto de las 343- firmado por mujeres de la política cultura y distintas áreas de la sociedad francesa.

CLARA CAMPOAMOR

Soy CLARA CAMPOAMOR, y soy feminista, abogada, política, y comprometida con mis ideales. Conseguí hacerme un hueco en la universidad donde apenas había mujeres y me licencié en derecho. Que una mujer consiguiera una licenciatura en aquellos primeros años del siglo XX era algo más que anecdótico. Pero que una mujer quisiera ejercer la profesión en la que se había licenciado era aún más extraño. Y yo me atreví, trabajé como abogada y tramité los primeros divorcios. Cuando las mujeres no existían en el Parlamento, yo entré defendiendo nuestros derechos como mujeres. Cuando incluso había mujeres que no aceptaban el voto femenino, luché hasta conseguirlo. Defendí que la mujer, como el hombre, debía de tener pleno derecho a votar, fuera cual fuera su tendencia política. Terminé mis días en Lausana, donde fallecí de cáncer el 30 de abril de 1972. Tenía 84 años. Mis restos fueron trasladados a San Sebastián. Mi vida y mi legado ha sido desde entonces recordado como el de una mujer valiente y luchadora que no dudó en dedicar todos sus esfuerzos en defender la causa en la que yo creía fervientemente.

CLARA SCHUMANN

Mi nombre es CLARA SCHUMANN. Empecé a estudiar piano con cinco años, con ocho compuse mi primera pieza musical y al año siguiente hice mi primer debut como virtuosa del piano. Con sólo once años me enamoré de Robert Schumann. En aquel momento Robert no era el gran compositor que llegaría a ser, sino que era un joven con pocos recursos y un carácter tendente a la depresión. Mi padre se opuso firmemente a la unión de mi matrimonio, me enfrenté a él llegando a los tribunales. Era menor de edad y necesitaba la aprobación paterna para poderme casar, pero como mi padre se oponía a mi matrimonio, tuve que esperar. Fui la gran musa de mi marido Schumann. Lo común entre los compositores de la época era que ellos mismos tocaran sus propias piezas, pero un problema en la mano derecha hizo que mi marido no pudiera interpretarlas y lo hice yo. Superé la muerte de alguno de mis hijos y seguí tocando incluso después del intento de suicidio de mi marido.

HELEN KELLER

Me llamo Helen Keller nací el 27 de junio de 1880, en Estados Unidos. Nací como una niña perfectamente normal pero diecinueve meses después contraje una enfermedad que me dejó secuelas: sordera, ceguera e incapaz de hablar. Me sentía tan frustrada que pasaba los días tirada en el suelo, gritando y pataleando. Mi madre entonces, decidió llevarme a una escuela especial para ciegos. Allí, una inteligente y joven maestra cuyo nombre era Anne Sullivan empezó a intentar enseñarme hablar. Pero, ¿cómo aprender la palabra muñeca si no puedes ver tu juguete favorito? ¿Cómo decir agua si nunca has oído a nadie hablar?Mi profesora se dio cuenta de que debía usar el sentido del tacto. Anne ponía mis dedos bajo el agua mientras me escribía en la mano la palabra agua. Luego escribía la palabra muñeca mientras yo abrazaba mi muñeca favorita. Con el tiempo, fui entendiendo que las palabras nombraban distintas cosas. Ponía mis dedos en los labios de Anne, y así comprobé las vibraciones que producían las palabras al ser emitidas, y poco a poco fui aprendiendo a pronunciarlas. También aprendí a leer en Braille pasando los dedos por encima de los puntos sobresalientes e incluso estudié varios idiomas como francés, alemán, latín y griego. Me convertí en una oradora y autora mundialmente famosa. Establecí la lucha por los sensorialmente discapacitados del mundo como la meta de mi vida. Escribí incansablemente sobre mi motivación para el activismo, el que fue motor de mi interés por la ceguera y otras incapacidades. Tuve una larga y feliz vida, muriendo a los 88 años de edad. Hasta hoy soy un ícono de la superación