Los beatles en 1963
Esta lista corresponde a sus dos primeros años, período que cubre cuatro discos: Please Please Me y With The Beatles, ambos de 1963, y A Hard Day’s Night y Beatles For Sale de 1964, así como los singles que se publicaron en esos años. La justificación del autor de la columna.
: Mirrorpix) Un amigo me dejó un libro al que le había puesto el ojo desde hacía mucho tiempo: “Todo sobre los Beatles”, traducción al castellano de “Les Beatles. La totale” de los franceses Philippe Margotin y Jean-Michel Guesdon, publicado en el 2013. Es un detalladísimo compendio con la historia de cada una de las 211 canciones que forman parte del legado de la banda más importante de todos los tiempos. “¡Te lo presto, va con devolución!”, me advirtió mi colega, con lo que no me quedaba otra que posponer las lecturas que tenía pendientes y dedicarme a revisar cada página de la obra a la par que escuchaba el tema, corroborando los datos curiosos que iba leyendo. Esto me permitió repasar, por primera vez, toda la discografía de los cuatro de Liverpool, desde su primer single hasta el último, pasando por todos los discos que editaron a lo largo de su carrera. Descubrí temas que ni sabía que existían y que ahora forman parte de mi biblioteca musical. Así, luego de la escucha y la lectura, quise resumir esta experiencia haciendo un ranking con mis preferidas, uno por cada una de las etapas en las que decidí dividir su trayectoria. El libro de Margotin y Guesdon está ordenado en base a las publicaciones en el Reino Unido y es el mismo orden que he seguido para esta tarea. Esta lista corresponde a sus dos primeros años, periodo que cubre cuatro discos: Please Please Me y With The Beatles, ambos de 1963, y A Hard Day’s Night y Beatles For Sale de 1964, así como los singles que se publicaron en esos años. Todas las canciones de este Top Ten (y de las siguientes etapas) son acreditadas a Lennon/McCartney, excepto aquellas en la que se indique a otro compositor
El primer elepé arranca con la voz de McCartney, y lo hace además con la reconocida cuenta “one, two, three, four!”, como si, más allá de marcar el ritmo, significase un “¡abran paso que ahora nos vamos a comer el mundo!”. Está firmado como McCartney-Lennon, en los tiempos en los que uno creaba una composición para compartir y terminar de trabajarla con su amigo. En esta primera etapa, Paul y John componían juntos, sentándose uno al frente del otro, sacando acordes como si estuviesen viéndose en un espejo -aprovechando la destreza zurda de Macca-. Mucho antes de ser famosos, ambos acordaron firmar como dupla todas las canciones. El cambio al definitivo Lennon-McCartney se dio luego del primer álbum, a petición de John, con la simple justificación de que así sonaba mejor.
El primer single de la banda que sobrepasó el millón de ventas. El nacimiento de los “yeah, yeah, yeah” y de los “uuuuuuhhhhh” -estos últimos tomados de sus ídolos americanos del naciente rock and roll como Little Richard-. Una letra sencilla con un ritmo animado que se publicó a mediados del 63, dando inicio a la Beatlemania en su país, con chicas invadiendo los estudios Abbey Road durante su grabación
Composición de la dupla Lennon-McCartney pero que es cantada por Harrison, como una cesión de John -como compositor principal- para satisfacer a las fans de George. Un George todavía tímido pero solvente, lejos todavía de todo lo que se atrevió a hacer en la última etapa del grupo y en su carrera solista. Ringo también será beneficiado por las composiciones de John y Paul, aunque ninguna de ellas forma parte de este Top Ten (“I wanna be your man” ocupa el puesto 17 en la lista ampliada a mis 30 favoritas).
La armónica de Lennon es lo que más significativo y recordado de este tema tan conocido pero que me parece que casi nunca es mencionada por nadie entre las mejores, quizás, en mi opinión, por la mala sonoridad de su título -que me cuesta mucho recordar- o por alguna otra razón que desconozco. Porque mala no es, aunque John la consideraba como una “canción sin importancia” en una de sus últimas entrevistas en 1980. Banda sonora que acompaña una de las primeras escenas de A Hard Day’s Night, cuando la tocan en un vagón de tren (¡con McCartney haciendo fonomímica de una canción que no canta!
El único cover dentro de este Top Ten. Composición original de los estadounidenses Phil Medley y Bert Russell que se hizo famosa por los Isley Brothers antes que Lennon la haga suya, desgañitándose, en la última grabación para el Please Please Me, programado así por George Martin sabiendo que luego de ello John se iba a quedar sin voz. Formaba parte del repertorio que tocaban en Hamburgo, antes de la fama, en ese período entre agosto de 1960 y diciembre de 1962 en el que hacían versiones de los pioneros norteamericanos del rock and roll. Esos años les dieron la confianza y la destreza necesaria como para grabar su primer disco en solo diez horas.
Paul compuso el tema en un hotel de París, en medio de una gira de dieciocho presentaciones en la capital francesa, aporreando un piano que había pedido que le instalaran en la habitación. George Martin – “el quinto Beatle” para muchos-, productor y mentor musical que tuvo mucha influencia en los de Liverpool, en particular en esos primeros discos, fue a quien se le ocurrió arrancar la canción directamente con el coro. Los Beatles innovaban y ponían al mundo a sus pies.
Coescrita por John y Paul la noche anterior a su grabación, era la canción con ese “sonido norteamericano” que su manager Brian Epstein les había pedido para poder entrar en las listas estadounidenses. Y lo consiguió a inicios de 1964, lo que les permitió presentarse en el programa de Ed Sullivan, dar inicio a la Beatlemania mundial, y propiciar la “Invasión Británica” que produjo el desembarco de bandas como los Kinks o los Rolling Stones a esa parte del Atlántico. Merece atención aparte la guitarra de Harrison con esas notas singulares que se escuchan entre frase y frase. Lindo tema.
Hermosa balada compuesta principalmente por John que destaca además por esas empastadísimas armonías vocales, marca de la casa. Lennon ya tenía problemas en su matrimonio con Cynthia y desliza en esta letra lo que quisiese encontrar en su próxima relación. Parece ser también la respuesta de John al “And I love her” de Paul, del mismo disco, grabado solo días antes. Tenían como una competencia de quién componía mejor sobre un mismo tema o género musical, una dualidad que se muestra también, por ejemplo, en otras dos baladas del Rubber Soul (Girl y Michelle) y en sus recuerdos de Liverpool registrados en el doble cara A de Penny Lane y Strawberry Fields Forever
El único tema del Beatles For Sale en esta lista. Sin conocer lo que les podía ofrecer el futuro, había que exprimir esos primeros años editando dos elepés al año, juntando composiciones propias con la grabación de las versiones que hacían en sus años de Hamburgo y todo ello en medio de las giras cada vez más intensas y extendidas geográficamente. Creo que es por ello que los discos editados a fines de año (With The Beatles de 1963 -sin ningún tema en este Top Ten- y Beatles For Sale de 1964) son de menor calidad frente al resto. “I’m a loser” es una joya escondida entre los grandes éxitos y las canciones menos relevantes. Lennon, influenciado por el folk-rock y las letras de Bob Dylan, empieza a crear canciones más introspectivas, más sincero con su incomodidad ante la fama que con la imagen de payaso que vende al exterior. Una melodía festiva dando contrapunto a unos versos, más bien, tristes.
La onomatopeya más famosa del rock and roll. El “¡chán!” con el que arranca es un acorde que mezcla las guitarras de John y George con el bajo de McCartney y el piano de George Martin, otra de las ideas del aventajado ingenio del productor. También es Martin quien decide grabar el solo de guitarra de George de forma ralentizada para luego acelerarla en la mezcla final (Harrison estuvo falta de inspiración durante la grabación). Y por si hacía falta una floritura más, contamos con el cencerro de Ringo, de quien se dice que tenía un metrónomo en la cabeza. Creada adrede para la película del mismo nombre, A Hard Day’s Night es el mejor ejemplo del sonido de los primeros Beatles, del desparpajo de sus canciones y del porqué se convirtieron en los ídolos de masas de toda una generación.
* El autor es ingeniero pero se considera melómano empedernido, cinéfilo en prácticas, escritor en ciernes. Acá su blog con cónicas de conciertos y críticas de música. Escribió el libro, “50 años 50 canciones”, que está publicado en Amazon.