En este cuento, el Conde Lucanor le pide opinión a su consejero Patronio sobre un hombre que lo había alabado mucho, diciendo que tenía grandes virtudes, y luego le había propuesto un negocio que parecía beneficioso. Patronio le aconseja que tenga cuidado, ya que esa persona intenta engañarlo, exagerando su poder. Para advertirle, le cuenta la historia de un cuervo que, tras encontrar un queso, fue halagado por una zorra, quien lo convenció, mediante cumplidos, de que era el ave más perfecta. La zorra le pidió al cuervo que cantara, y él, al caer en la trampa de los halagos, abrió el pico para cantar y perdió su queso. En ese momento, la zorra aprovechó para robar el queso, dejando al cuervo sin la comida que había encontrado primero. Patronio le explica al Conde que, aunque el cuervo fue engañado por alabanzas, esas palabras ocultaban una intención negativa, igual que las que su amigo le estaba diciendo. El Conde, agradecido por el consejo, decide no caer en la trampa.
CUENTO V