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Transcript

1936- 1939

Influencia de la guerra en sus obras

1999
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Reconocimiento

1992
Obras mas importantes

Dramaturgo

1936

Guerra civil espanyola

1990

1936

1916
Infancia, estudios y vocación

Sus raíces

1916

PAola Güenaga i Aral Dalmau

Antonio Buero Vallejo

La guerra civil española y los primeros años de posguerra consisten para Buero Vallejo, quien tenía 20 años, una dura experiencia vital que dejará huella en obras posteriores. Con el estallido de la guerra, el autor se quiso alistar voluntariamente. Sin embargo, dicha intención fue fallida a causa de la disuasión de su familia. Durante la guerra, tras recibir la amarga noticia del fusilamiento de su padre, Francisco Buero, un oficial de Ingenieros del Ejército, Buero combatió en el servicio de la República en varios frentes. Además, fue detenido y trasladado al campo de concentración de Soneja. Poco después, cuando se autorizó su salida, Antonio Buero fue encarcelado por incumplir la orden de presentarse delante de las autoridades. Asimismo, se le condenó a muerte por “adhesión a la rebelión”, pero finalmente se le concedió la libertad condicional tras seis años y medio de encarcelamiento.

Durante estos años en prisión, Buero se dedicó a pintar y dibujar, ya que era su pasión y a lo que quería dedicarse hasta el momento. No obstante, al salir libre de la cárcel empieza a perder la ilusión por los pinceles y empieza a despertar en él el interés y afición sobre el teatro.

El autor se da a conocer como dramaturgo en el panorama teatral español en 1949. El poeta se presenta al Premio Lope de Vega presentando las obras En la ardiente oscuridad e Historia de una escalera, obra con la que, debido al desconocimiento de su condición de represaliado, le conceden el premio. Dicha obra no solamente abre una nueva etapa para el teatro español, sino que también viene a restaurar la tragedia sucedida anteriormente. Desde 1949, en que se da a conocer con Historia de una escalera, hasta 1999, en que se representa su última obra, la producción de Buero Vallejo abarca cincuenta años de estrenos exitosos ininterrumpidos cuyo impacto, tanto social como estético, le convierten en el dramaturgo más importante de la segunda mitad del siglo XX.

De ello da cuenta que haya sido el único autor de teatro galardonado con el Premio Cervantes (1986) y el primero que obtuvo el Nacional de las Letras Españolas (1996), entre otras muchas distinciones.

Como se ha comentado previamente, la guerra civil española (1936-1939) y la dictadura franquista influyeron profundamente en la literatura, la censura y la represión limitaron la libertad creativa, obligando a los autores a buscar formas indirectas de expresión. Es por ello que Buero Vallejo trata especialmente temas como la desilusión, la desesperanza y la búsqueda de sentido tras la guerra. También predomina en sus obras la crítica a las injusticias sociales y políticas. En conclusión, sus obras marcaron un punto crítico en el teatro español al combinar el realismo con moralejas y reflexiones. Indudablemente, dichas creaciones sirvieron como ejemplo de cómo la literatura podía abordar temas críticos bajo un régimen autoritario, desafiando la censura sin caer en un enfrentamiento directo.

Sus raíces

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Antonio Buero Vallejo (1916-2000) es considerado, junto a García Lorca y Valle-Inclán, uno de los hitos señeros de la literatura dramática española. Su infancia y primera juventud están ligadas a su lugar de nacimiento, Guadalajara. Allí cursa sus primeros estudios y, al trasladarse a Madrid por vocación por el género dramático, la pintura y el dibujo, estudia en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. En dicho contexto, se acentúa su inquietud política, inclinada hacia el marxismo, muy activa en el ámbito estudiantil.

Antonio Buero Vallejo falleció el 29 de abril de 2000. En su honor, miles de personas desfilaron entre las butacas del Teatro María Guerrero y fue enterrado en Madrid.

El sueño de la razón se estrena recién llegados los setenta junto con su ingreso en la Real Academia. Aunque después de La fundación hayan sido representados muchos otros títulos, este fue el último en subir al escenario justo antes de terminar la dictadura franquista (1975). Una de estas obras que siguieron después de La fundación fue La doble historia del doctor Valmy, la cual alcanzó y superó las 600 representaciones, un gran éxito, dado que superó a las representaciones de El tragaluz la primera vez que se estrenó. Transcurridos los años, con más experiencia y prestigio, sus últimas obras fueron grandes triunfos para el comercio, se le otorgaron prestigiosos premios como el Premio Nacional de Teatro (1980); Premio Cervantes (1986) y el Premio Nacional de las Letras (1996). Aunque no todo fue gloria y reconocimiento, algunas de sus obras teatrales también fueron bastante criticadas como Jueces en la noche (1979).