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Transcript

“La aplicación es la avenida que va de la cabeza al corazón. Es el puente que conecta las nociones correctas de la verdad bíblica con los afectos adecuados y la voluntad correcta, en virtud de la verdad establecida. La aplicación es ese aspecto de la predicación mediante el cual tus oyentes son llevados a sentir que no solo estás declarándoles cosas verdaderas y buenas, sino que estás proclamando cosas esenciales para sus corazones. Si la verdad es el clavo, la aplicación es el martillo con el cual se fija esa verdad en el corazón de tus oyentes” (Albert N. Martin)

Capítulo 12 "Aplica el sermón"

06/10/18

Podemos predicar a Cristo (que es sinónimo de predicar todo el consejo de Dios, Col. 1:28; Hech. 20:27) y aplicar la verdad con poder. Solo cuando se haya efectuado la aplicación se podrá decir verdaderamente que Cristo ha sido predicado a los corazones de los hombres.

¿Cómo extraer la aplicación del texto bíblico en vez de forzarla dentro del texto? ¿Cómo aplicar la verdad de Dios a las diversas necesidades de la congregación? ¿Cómo aplicar sin caer en el legalismo?

“Un hombre elocuente debe hablar de tal forma que enseñe, deleite y persuada”. ¡Cuánto más el predicador! El sermón no solo debe mostrar al auditorio cómo aplicar la verdad predicada, sino que debe persuadirlo a la acción.

Un sermón sin aplicación = Una carta sin dirección

“El gran propósito del predicador es restaurar el trono y el dominio de Dios en las almas de los hombres” (John Piper)

06/10/18

Sabemos que el Espíritu Santo es quien, a fin de cuentas, aplica la verdad al corazón de los hombres. Pero ¿acaso no podemos decir lo mismo de todos los otros elementos del sermón? El Espíritu es quien ilumina el entendimiento, pero nosotros debemos esforzarnos por ser claros y sencillos al predicar.

La intencionalidad detrás de las palabras

Podemos llegar a entender su contenido haciendo uso de una sana hermenéutica, porque Dios no está jugando al escondite con nosotros; Su Palabra es una revelación, no un acertijo.

“¿Acaso no habéis leído?”

Los líderes religiosos conocían el Antiguo Testamento, pero en muchas ocasiones perdieron de vista su verdadero significado, sobre todo en lo concerniente a la Persona y la obra del Mesías. Su falta de entendimiento no les permitía aplicar correctamente la Palabra de Dios.

Ejemplo #1Mateo 19:4. Los fariseos se acercaron al Señor para preguntarle acerca del divorcio: “¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa?” (Mat. 19:3). Jesús les respondió: “¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre” (Mat. 19:4-6; Mal. 2:16)

Pero el Señor les dijo: ¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y los que con él estaban tuvieron hambre; cómo entró en la casa de Dios, y comió los panes de la proposición, que no les era lícito comer ni a él ni a los que con él estaban,

Ejemplo #2: otro de esos incidentes lo encontramos en Mateo 12:1-8. Era día de reposo y los discípulos de Jesús estaban arrancando espigas para comer. De inmediato aparece “la Gestapo de la santidad”, los fariseos, y reprenden a Jesús por permitir tal “sacrilegio” en sábado: “He aquí tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en el día de reposo” (Mat. 12:2).

“Si la exégesis describe, la aplicación prescribe”. La fortaleza de esta perspectiva es obvia: no podemos saber cómo aplicar lo que no entendemos.

La exégesis, que nos ayuda a entender el significado de un texto bíblico en su propio contexto. La aplicación, que nos ayuda a ver cuáles son las implicaciones o la relevancia de la verdad bíblica para nosotros hoy.

Proceso de interpretación

1. La perspectiva tradicional: primero la exégesis, luego la aplicación.

Antes de pasar a explicar cómo podemos aplicar las Escrituras, veamos cómo se relacionan entre sí la interpretación del pasaje y su aplicación.

Interpretación y aplicación, ¿cómo se relacionan?

¿Está fallando en aplicar el mandamiento o en entenderlo?”.

La Biblia dice que debemos desechar la mentira y hablar “verdad cada uno con su prójimo” (Ef. 4:25).

Solo entendemos la Escritura —dice Frame— “cuando sabemos cómo usarla”

2. Una contrapropuesta: el significado es la aplicación.

Podemos comenzar a entender el significado de un pasaje y aun así tener dificultad para ver su relevancia actual; pero, a medida que entendemos cómo se aplica, entendemos mejor su significado. De esta manera, la exégesis y la aplicación, aunque son aspectos distintos, se solapan muchas veces. Hay una línea que las separa, aunque en ocasiones sea borrosa.

Nadie puede aplicar apropiadamente un pasaje de las Escrituras sin entender primero qué significa

Mientras mejor entendamos un texto en su contexto original, con más precisión veremos su relevancia actual

3. Una síntesis: una barrera permeable entre el significado y la aplicación.

Aplicar la Escritura conforme a la intención general de la Escritura

Un sermón es eficaz cuando el predicador es capaz de aplicar las Escrituras conforme a la intención de las Escrituras. Dios nos habla en Su Palabra con un doble propósito: para que lo conozcamos a Él como Redentor y para que seamos conformados a Su imagen.

Eficacia de un sermón

Esa es la meta de la redención: ser conformados a la imagen de Cristo, quien es a Su vez la imagen de Dios (Rom. 8:29; 2 Cor. 3:18; Ef. 4:22-24; Col. 3:9-10). Esa debe ser también la meta de la aplicación en la predicación de las Escrituras. “La meta es conocer a Dios, amarlo (Deut. 6:5; Mat. 22:37), creer en Él (Juan 20:31), caminar con Él fielmente (Miq. 6:8) e incrementar nuestra semejanza a Él”

Esta doble meta de conocer a Dios y conformarnos a Su imagen satura la Escritura, desde el Edén y el Sinaí hasta la enseñanza de Jesús y de Pablo”

Mientras más lejos estén de tener un marco mental orientado al evangelio, más difícil será motivarlos a escuchar la exposición de la Palabra de Dios.

El evangelio es, entonces, lo que determina si el mensaje fue en verdad relevante o no lo fue.

Preguntas que debemos hacernos, no deben ser: “¿Qué fue lo eficaz?”, “¿Fue de ayuda?” o “¿Nos bendijo?”, sino: “¿De qué forma el estudio o sermón dio testimonio de Cristo y su evangelio como poder de Dios para salvación?

Que nos ayude a sentirnos mejor o haga del mundo un mejor lugar

Que el problema sea redefinido por el evangelio

TEMAS: Baja autoestima o derechos de los animales o el calentamiento global

Cuál es el papel que juegan estas disciplinas en nuestro crecimiento espiritual debido a que, por la tendencia de nuestros corazones hacia el legalismo, pueden convertirse con facilidad en un medio para hallar el favor de Dios, como si el mero hecho de leer la Biblia, orar, ayunar, o venir fielmente a la iglesia sean obras meritorias que muevan a Dios a amarnos más.

“disciplinas espirituales”: leer la Biblia, orar y adorar a solas, ayunar, leer libros edificantes. De la misma manera debemos participar de la adoración y oración grupal, de las ordenanzas del bautismo y la Cena del Señor, de la comunión con los hermanos, etc.

1 Timoteo 4:7: “Ejercítate para la piedad”.

Ejemplo:

DIOS

En vez de contemplar el amor de Dios como un pozo lejano al que solo podemos acceder mediante un esfuerzo interminable, debemos verlo más bien como el aire que nos rodea.

Bryan Chapell nos provee una perspectiva diferente del amor de Dios que nos ayuda a ver cómo operan estas disciplinas o medios de gracia en nuestro crecimiento espiritual.

Los medios de gracia simplemente me permiten experimentar la plenitud del amor que ya Dios nos ha provisto plena y completamente”

Al aplicar así el pasaje, ayudamos a los creyentes a ver la demanda que contiene a través del evangelio, en vez de contribuir a la tendencia hacia el legalismo que seguramente está operando en sus corazones.

Practicar las disciplinas espirituales es como abrir nuestras bocas para respirar todos esos recursos de amor que Él nos proveyó. “Abrir nuestras bocas en oración y alabanza no produce más amor de Dios por mí, así como el abrir mi boca no hace que haya más aire.

“no percibiríamos los medios de gracia como las medidas que tomamos para producir amor de Dios por nosotros, sino simplemente como los medios para hacer un uso más pleno de la provisión que ya nos rodea por todas partes”

Un enfoque variado de las aplicaciones

Algunos predicadores tienden a comparar la aplicación con proveer a los oyentes una lista de reglas que deben obedecer: Debemos orar más, evangelizar más, leer más la Biblia, ofrendar más, ser mejores esposos, ser mejores esposas, etc.

Heb. 5:14

Daniel Doriani sugiere las siguientes preguntas como una ayuda para el enfoque de nuestras aplicaciones: 1. ¿Qué debo hacer? Esto es, ¿cuál es mi deber? 2. ¿Qué debo ser? Esto es, ¿cómo puedo llegar a ser la persona, u obtener el carácter, que me permitirá hacer lo que es correcto? 3. ¿A cuál causa debo dedicar mi vida y mis energías? Esto es, ¿cuáles son las metas que debo perseguir? 4. ¿Cómo puedo distinguir la verdad del error? Esto es, ¿cómo puedo adquirir discernimiento?

Principios para aplicar las Escrituras

*Estamos predicando a gente específica con necesidades específicas

*Asegúrate de que las aplicaciones que estás llevando a la congregación concuerden con el contenido y la intención del pasaje.

1 Timoteo 1:19

“La elocuencia —dice Richard Dabney— puede deslumbrar y agradar; la santidad de vida convence”. Ningún predicador es impecable, pero debe ser evidente para nuestra congregación que no nos colocamos por encima de las Escrituras, sino que nos sometemos con humildad a la voz de Dios que escuchamos a través de Su Palabra

* En primer lugar, aplícate la Escritura a ti mismo.

Tanto en el contenido como en la forma

En cuarto lugar, procura tener variedad en tus aplicaciones

1 Tes. 2:8-12

Mientras más cerca esté el pastor de la vida y el corazón de las ovejas a las que ministra, mejor equipado estará para aplicarles eficazmente el mensaje de las Escrituras.

En tercer lugar, aplica las Escrituras con un corazón pastoral.

1 Tes. 2:3-4; Gál. 1:10

Porque nuestra exhortación no procedió de error ni de impureza, ni fue por engaño, sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones

En sexto lugar, ora también para que te libre del temor a los hombres.

Sant. 1:5

Se requiere de sabiduría y agudeza para aplicar las Escrituras y Dios ha prometido darla a los que la pidan

En quinto lugar, ora al Señor para que te dé sabiduría a fin de que puedas aplicar Su Palabra de una forma adecuada.

Trabajemos en nuestro sermón expositivo

Venid, aclamemos alegremente a Jehová; Cantemos con júbilo a la roca de nuestra salvación. 2 Lleguemos ante su presencia con alabanza; Aclamémosle con cánticos. 3 Porque Jehová es Dios grande, Y Rey grande sobre todos los dioses. 4 Porque en su mano están las profundidades de la tierra, Y las alturas de los montes son suyas. 5 Suyo también el mar, pues él lo hizo; Y sus manos formaron la tierra seca. 6 Venid, adoremos y postrémonos; Arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor. 7 Porque él es nuestro Dios; Nosotros el pueblo de su prado, y ovejas de su mano. Si oyereis hoy su voz, 8 No endurezcáis vuestro corazón, como en Meriba, Como en el día de Masah en el desierto, 9 Donde me tentaron vuestros padres, Me probaron, y vieron mis obras. 10 Cuarenta años estuve disgustado con la nación, Y dije: Pueblo es que divaga de corazón, Y no han conocido mis caminos. 11 Por tanto, juré en mi furor Que no entrarían en mi reposo.

Toda la congregación de los hijos de Israel partió del desierto de Sin por sus jornadas, conforme al mandamiento de Jehová, y acamparon en Refidim; y no había agua para que el pueblo bebiese. 2 Y altercó el pueblo con Moisés, y dijeron: Danos agua para que bebamos. Y Moisés les dijo: ¿Por qué altercáis conmigo? ¿Por qué tentáis a Jehová? 3 Así que el pueblo tuvo allí sed, y murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados? 4 Entonces clamó Moisés a Jehová, diciendo: ¿Qué haré con este pueblo? De aquí a un poco me apedrearán. 5 Y Jehová dijo a Moisés: Pasa delante del pueblo, y toma contigo de los ancianos de Israel; y toma también en tu mano tu vara con que golpeaste el río, y ve. 6 He aquí que yo estaré delante de ti allí sobre la peña en Horeb; y golpearás la peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo. Y Moisés lo hizo así en presencia de los ancianos de Israel. 7 Y llamó el nombre de aquel lugar Masah[a] y Meriba,[b] por la rencilla de los hijos de Israel, y porque tentaron a Jehová, diciendo: ¿Está, pues, Jehová entre nosotros, o no?

Salmos 95

Éxodo 17:1-7 El agua de la roca

Hebreos 3:7-19

Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, 8 No endurezcáis vuestros corazones, Como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto, 9 Donde me tentaron vuestros padres; me probaron, Y vieron mis obras cuarenta años. 10 A causa de lo cual me disgusté contra esa generación, Y dije: Siempre andan vagando en su corazón, Y no han conocido mis caminos. 11 Por tanto, juré en mi ira: No entrarán en mi reposo. 12 Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; 13 antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado. 14 Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio, 15 entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación. 16 ¿Quiénes fueron los que, habiendo oído, le provocaron? ¿No fueron todos los que salieron de Egipto por mano de Moisés? 17 ¿Y con quiénes estuvo él disgustado cuarenta años? ¿No fue con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto? 18 ¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que desobedecieron? 19 Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad.

1 Corintios 10:1-11

Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar; 2 y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar, 3 y todos comieron el mismo alimento espiritual, 4 y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo. 5 Pero de los más de ellos no se agradó Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto. 6 Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron. 7 Ni seáis idólatras, como algunos de ellos, según está escrito: Se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a jugar. 8 Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y cayeron en un día veintitrés mil. 9 Ni tentemos al Señor, como también algunos de ellos le tentaron, y perecieron por las serpientes. 10 Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor. 11 Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos

Este pasaje puede ser usado:

1. Para mover a los creyentes a la adoración y gratitud a Dios por amarnos de pura gracia y concedernos el enorme privilegio de ser parte de Su pueblo escogido (Salmo 95:1-7). 2. Para producir en los creyentes un mayor aprecio por la persona de nuestro Señor Jesucristo, la Roca que fue golpeada por causa de nuestra salvación (1 Cor. 10:4). 3. Para advertir en contra de la murmuración, la incredulidad y la falta de mansedumbre ante las providencias aflictivas (1 Cor. 10:6-11). 4. Para advertir en contra de la dureza de corazón que rehúsa escuchar la amonestación divina y que precede a la apostasía, es decir, a apartarse completamente del Dios vivo (Heb. 3:12-13). 5. Para llamar a los incrédulos al arrepentimiento y a la fe.