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Adviento 2024 con PROCLADE
Claret Benimaclet
Created on November 26, 2024
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Transcript
Adviento 2024
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Oración de la mañana
Domingo 1
“Levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación”. Lc. 21,25-28.34-36
La invitación a levantar la cabeza nos viene muy bien en cualquier momento, pero más en este comienzo del tiempo de Adviento. Si nos fijamos un día cualquiera en las personas que vamos por cualquier calle, o en un medio de transporte o en una cafetería, descubrimos que una buena parte estamos con la vista fija en las pantallas de nuestros móviles.
“Levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación”. Lc. 21,25-28.34-36
Levantar la cabeza significa mirar más allá de los propios intereses, de nuestro entorno privado, para ver más allá y más acá.Para poder descubrir que estamos rodeados de otros seres humanos, aquí y ahora. El Adviento nos llama a prepararnos porque nuestra liberación, nuestro Libertador siempre llega, pero puede que nos pase desapercibido porque tengamos la cabeza baja, mirando una pantalla.
Oración
Tantas veces estamos encorvados, tantas veces ensimismados con monólogos. Danos la capacidad, Señor Jesús, de levantar la cabeza, de alzar la vista más allá de nuestros pequeños intereses para llegar a ser parte de tu Reino de comunión en lo distinto y de cuidado en lo frágil. Amén
Inmaculado corazón de María sé la salvación nuestra.
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Oración de la mañana
Lunes 2
“De las espadas forjarán arados, de las lanzas, podaderas. No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra”. Is. 2,1-5
Isaías nos abre la esperanza. Nos recuerda que el plan que Dios tiene para su humanidad es el de la paz. Convertir las armas en instrumentos de cultivo, hacer que la creación dé frutos para todos en lugar de arrasar, quemar, asesinar… Las guerras no son inevitables, la violencia no es imprescindible, las concertinas no son protectoras sino depredadoras de las esperanzas de los más pobres.
La paz se trabaja, se busca, se construye. Empezando por nosotros mismos y por los más cercanos y no dejando que nada de los que sucede en nuestro mundo, ninguna violencia, nos sea ajena.
Oración
Que no nos cansemos de buscar la paz, que sigamos creyendo en que no todo está perdido, que la violencia no es la única salida, Que las falsas búsquedas de seguridad no nos hagan insensibles al sufrimiento de tantos. Que sigamos creyendo y apostando con nuestras vidas pequeñas en la búsqueda de comunión pacífica y defensa de los últimos. Amén.
Inmaculado corazón de María sé la salvación nuestra.
Oración de la mañana
Martes 3
“El niño de pecho retozará junto al escondrijo de la serpiente, y el recién destetado extiende la mano hacia la madriguera del áspid. Nadie causará daño ni estrago por todo mi monte santo” Is. 11,1-10
Como la lectura de ayer, la de hoy nos lleva por los mismos lugares: lo imposible, los contrarios irreconciliables hechos realidad en la boca de un trovador de Dios.
El profeta no ve en el futuro sin más, no es un adivino. El profeta ve con más profundidad la misma realidad que nosotros también experimentamos. Pero descubre en ella, a pesar de toda la muerte que nos es común a todos, razones para la esperanza. Esperanza para poder decir (primero decirnos) que para Dios nada hay imposible. Que incluso (el gran milagro) es posible que “nadie causará daño ni estrago en mi monte santo”, en la humanidad que habita este Planeta herido.
Oración
Señor, nos cuesta fiarnos, nos parece imposible que la reconciliación se dé, que los opuestos se entiendan, que la vida pese más que la muerte y la caña cascada resista al golpe exterminador. Danos la fe suficiente para seguir caminando confiadamente en medio de los signos de muerte, que no nos roben la esperanza: tu esperanza, Tú.
Inmaculado corazón de María sé la salvación nuestra.
Oración de la mañana
Miércoles 4
“Siento compasión de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer. Y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que desfallezcan en el camino” Mt. 15,29-37
Sentir compasión es una de las actitudes de Jesús que más se repite en el Evangelio. Compasión que no es pena que ayuda desde la superioridad de quien es más poderoso.
Compadecerse es ponerse en el lugar del otro, aunque sea por un instante fugaz, y hacer lo que es más necesario, aunque no sea evidente. En este caso dar de comer a aquellos que se han pasado un tiempo escuchando al Maestro. No solo de pan vivimos, pero la palabra también va acompañada de esos gestos hermosos de cuidado que son necesarios, tan necesarios. No es lo mismo predicar que dar trigo, pero debería hacerse siempre al mismo tiempo, sobre todo con aquellos que más lo necesitan, que son dos tercios de nuestra humanidad.
Oración
Dios de la Vida, haz que sintamos compasión, que no pasemos por alto los detalles de cuidado, que prediquemos dando trigo y haciéndonos pan. Que el mercado no haga que nos olvidemos de que somos humanos, y que, por serlo, nos hagamos hermanos sin buscar beneficio ni favores. Que no solo compremos y vendamos, sino que nos entreguemos en la gratuidad de tu Gratuidad.
Inmaculado corazón de María sé la salvación nuestra.
Oración de la mañana
Jueves 5
«No todo el que me dice “Señor, Señor” entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos». Mt. 7,21.24-27
Se nos llena la boca muchas veces. Un poco, quizás, como a aquel fariseo pagado de sí mismo que humillaba al publicano ante el mismo Dios para ganárselo comparándose: “Gracias Señor porque no soy como aquel publicano…"
El aviso de Jesús también va para nosotros, aunque nos parezca imposible. Cumplir la voluntad del Padre es reconocer al mismo Dios que viene en los más pequeños: "porque tuve hambre, estuve desnudo, enfermo o en la cárcel..."Tantas y tantas personas en las que está Dios como sacramento de salvación para todos.
Oración
Nuestras palabras a veces están vacías, tomamos en vano tu nombre porque lo vaciamos de otros nombres. Dejamos de ver tu rostro porque nos quedamos encorvados en la autocomplacencia de nuestros pequeños intereses. Ayúdanos, Señor, a hacer tu voluntad, la de servir a los más pequeños y dejarnos servir por los demás sin la prepotencia de los poderosos.
Inmaculado corazón de María sé la salvación nuestra.
Oración de la mañana
Viernes 6
“Los oprimidos volverán a alegrarse en el Señor, y los pobres se llenarán de júbilo en el Santo de Israel, porque habrá desaparecido el violento, no quedará rastro del cínico”. Is. 29,17-24
Otra vez la Palabra de Dios insiste en los signos de la llegada del Mesías.
En unos momentos en los que la polarización en todo el mundo está en auge, que la desinformación y la violencia se han instalado en distintos niveles institucionales, el Adviento nos recuerda que los cínicos y los violentos no forman parte del Plan de Dios. Que los oprimidos y los pobres, como en las bienaventuranzas, se alegran y dejan de llorar y comienzan a entrever que el Dios que nace lo hace por ellos, sobre todo por ellos. Que nosotros también nos situemos en este grupo y no en el de los violentos y los cínicos.
Oración
Líbranos, Dios de las misericordias, de convertirnos en violentos y cínicos, que no nos mantengamos ajenos a tanto sufrimiento, a tantas injusticias. Que no nos pongamos del lado de los muros, las fronteras, de la violencia… Que sigamos apostando por la humanidad, por el diálogo, por la veracidad, por la fraternidad, que nos sitúe en el lugar del oprimido.
Inmaculado corazón de María sé la salvación nuestra.
Oración de la mañana
Sábado 7
Dichosos los que esperan en el Señor. Sal 146,1-2.3-4.5-6
En el salmo de hoy nos encontramos con una bienaventuranza del Antiguo Testamento, que también las hay.
En este caso se les llama felices a quienes esperan “en” el Señor. Es la actitud de estar ya con este Dios que sigue viviendo y desde ahí esperanzarse en la espera. Es el “ya pero todavía no” que anima las vidas de tantos seres humanos que confiamos en nuestro Dios hecho carne. Que sigue estando presente en tantos lugares, pero sobre todo en la vulnerabilidad cuidada de tantas personas a punto de romperse (la caña cascada y el pábilo vacilante).
Oración
Esperamos en ti Señor, esperamos en tus palabras y en tus gestos, en la eucaristía que se come y en la comunidad que se entrega en memoria tuya. Esperamos porque nos haces dichosos en la dicha de los demás, en las luchas de los que no cuentan, en los que lloran (lloramos) y los (nos) consuelan. Esperamos, pero no parados sino saliendo al encuentro de Ti en los otros.
Inmaculado corazón de María sé la salvación nuestra.
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Oración de la mañana
Domingo 8
Y toda carne verá la salvación de Dios. Lc. 3,1-6
En este segundo domingo se nos presenta el hecho que mueve nuestras vidas desde la fe: la salvación. Y de una manera universal: “toda carne”.
Una salvación hecha carne en la historia y en lo concreto del día a día. No solo un acontecimiento final atemporal y difuso, sino una carne, la nuestra, que se planifica como la del mismo Jesús nacido en Belén de Judea para salvación de los seres humanos. Carne frágil y con las heridas de la vida, pero llamada, conducida a la resurrección por pura gracia amorosa. Y a este amor queremos responder también con amor para los que menos cuentan, para con los menos “amables”, como el mismo Jesús hizo en su vida de bien para tantos.
Oración
Que sepa ver en mi carne Señor no solo mi propia salvación, sino la salvación de toda carne. Que no olvide que todos compartimos la misma carne, la que tú asumiste al hacerte uno de nosotros. Que no olvidemos que los demás son sacramento de salvación y tu presencia real en lo cotidiano extraordinario.
Inmaculado corazón de María sé la salvación nuestra.
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Oración de la mañana
Lunes 9
Porque para Dios nada hay imposible. Lc. 1.26-38
En esta segunda semana de adviento nos encontramos con una de las protagonistas de este tiempo (y de tanto otros): María.
María la es la que posibilita el nacimiento del Dios niño que cambia la historia desde dentro. Y lo hace porque María se fía de algo que no nos acabamos de creer: para Dios no hay nada imposible. Nada. Por eso Belén se puede vestir de fiesta con unos pastores admirados, porque nunca contaron para nadie y ahora sí lo hacen. Por eso unos Magos viajan desde muy lejos para admirar la carne de Dios. Por eso María sonríe, fiándose de que un ángel (lo veremos más veces) le dirija la Palabra que no suena distante sino entrañable (en sus entrañas) … y todo porque para Dios nada hay imposible
Oración
Gracias María por creer en lo imposible, gracias porque tu Sí engendra esperanza de una vez para siempre. Gracias por seguir siendo testigo de generosidad confiada, de entrega dilatada, de acompañamiento silencioso y de cuidado infinito.
Inmaculado corazón de María sé la salvación nuestra.
Oración de la mañana
Martes 10
Consolad, consolad a mi pueblo, dice vuestro Dios. Is. 40,1-11
Isaías nos recuerda que Dios no es tan complejo como nos lo imaginamos.
Dios no da infinitas órdenes y preceptos imposibles, sino que nos convoca a la misericordia de los pequeños gestos. En este caso lo repite dos veces como si la misma palabra pesase poco: consolad, consolad. En medio de las injusticias, de los dolores, de los sinsentidos, de tantas oscuridades que a veces nos cercan, el enviado de Dios (nosotros lo somos) consuela. No solo con palabras sino también con los gestos samaritanos que hacen nacer la Buena Noticia en medio de las noches profundas de tantos pueblos.
Oración
Dios del consuelo, haz que sigamos en la senda que nos trazas, que seamos testigos de misericordia, de escucha, de acompañamiento. Que el juicio no sea inmisericorde, que no nos olvidemos del pobre y desvalido, de la viuda y el huérfano, del migrante y el que vive la soledad. Que no nos cansemos de exigir la construcción de una sociedad más justa y en la que nadie se quede atrás. Que tengamos actitudes y palabras de consuelo, también con nosotros mismos.
Inmaculado corazón de María sé la salvación nuestra.
Oración de la mañana
Miércoles 11
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Mt. 11, 28-30
Este versículo evangélico es uno de esos que ha impactado en muchas personas a lo largo de la historia. Hombres y mujeres que han cambiado cansancios por otros cansancios.
Muchas personas han cambiado los cansancios que paralizan y agobian por esos otros yugos llevaderos y cargas ligeras que hacen nacer la vida donde solo se percibía muerte. No es la tranquilidad de una anestesia que convierte a los otros seres humanos en extraños o enemigos, sino aquella suavidad de entrega que te puede agotar, pero como entrega amorosa, suave y llevadera.
Oración
En nuestros agobios Señor hazte presente, mejor, que percibamos tu presencia. Que no nos encerremos en nosotros mismos, que dejemos siempre una puerta abierta al dolor de los demás, a las esperanzas de los demás. Que nada nos sea ajeno. Que dejemos que otros nos ayuden a cargar lo que solos no podemos.
Inmaculado corazón de María sé la salvación nuestra.
Oración de la mañana
Jueves 12
En verdad os digo que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él. Mt. 11,11-15
Juan Bautista, enorme y diminuto.
Juan el Bautista es aquel que hace de bisagra entre lo antiguo y lo nuevo, entre el rompe y rasga y el hablar al corazón. Juan, el más grande nacido de mujer, pero el más pequeño en el Reino. Eso nos da la tranquilidad de saber que la importancia no viene por los puestos o los méritos, sino por estar en el corazón de un Reino de pequeños, de bienaventurados, de olvidados, de pecadores públicos y perdón de setenta veces siete. Reino de diminutos enormes.
Oración
Señor, haz que sigamos viviendo en tu Reino, que creamos que es el espacio en el que habitamos de una manera distinta. El lugar que no exige credenciales, papeles, consanguinidad, títulos… El lugar universal de la gratuidad y de la entrega sin medida, sueño de paz con vigencia de esperanza.
Inmaculado corazón de María sé la salvación nuestra.
Oración de la mañana
Viernes 13
El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida. Sal 1,1-2.3.4.6
La Navidad, que ya se va acercando, es la fiesta de la luz.
Fiesta de una luz en medio de las tinieblas más oscuras del solsticio de invierno en el hemisferio norte. Cuando parece que no puede haber más oscuridad,nace una pequeña luz titubeante en medio de la nada olvidada de unos campos habitados por pastores. Una luz que sigue brillando para aquellos que queremos seguir al Señor como proclamamos en el salmo. No es solo una luz en la vida, sino una luz de la vida, es decir, aquel norte de sentido que tanto necesitamos, la apuesta por la fraternidad en medio de las divisiones y de la paz en medio de tantas violencias.
Oración
Te queremos seguir Señor, como Pedro que no sabe a dónde ir a quien acudir si no estás cerca. Sabemos que eres cimiento, faro, baliza, camino, aunque a veces nos olvidemos o renunciemos o pidamos nuestra herencia para irnos. Siempre Luz de tantas vidas, que no te apaguemos en nosotros.
Inmaculado corazón de María sé la salvación nuestra.
Oración de la mañana
Sábado 14
Dichosos los que te vieron y se durmieron en el amor. Ecl. 48,1-4.9-11
El libro del Eclesiástico nos abre a esa realidad que nos adviene en muchos momentos, pero también en este tiempo previo a la Navidad: el recuerdo de los seres queridos que ya han muerto.
La frase que hemos elegido nos regala la unión entre Dios-amor-muerte-vida, así todo unido, indisolublemente. Y no solo para los que hemos conocido y querido sino también para tantos hombres y mujeres que mueren solos, olvidados, sin amor. El recuerdo puede ser doloroso (esto suele estar siempre presente), pero también puede estar cargado de agradecimiento sereno. Ojalá que todos, también nosotros, en esos momentos podamos ver a Dios y dormirnos en su amor que es también el de los que nos aman y amaron.
Oración
Te agradecemos, Padre de bondad, la vida de aquellos que ya han muerto y que nos llenaron de amor. Haz que sepamos ser agradecidos, que cuidemos los lazos de recuerdo. Que no olvidemos que hay muchas moradas en tu casa y que la misericordia se ríe del juicio. Haznos seres agradecidos y con memoria compasiva.
Inmaculado corazón de María sé la salvación nuestra.
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Oración de la mañana
Domingo 15
Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego. Lc. 3,10-18
El bautizo es el nuevo nacimiento para los cristianos.
En este momento en el que nos preparamos para el nacimiento de Jesús, se nos recuerda que la vida está entretejida de muchas realidades, también de Espíritu Santo y fuego. El Bautista sólo bautizaba con agua, con la mera evidencia de la purificación, del arrepentimiento y el empeño de cambiar de vida. Jesús en cambio, bautiza con Espíritu Santo y fuego, con la novedad de la vida que transforma desde la gratuidad del amor, con la fuerza suave que nos lleva más allá de nosotros mismos para entregarnos a los demás, pedacito a pedacito. Soplo suave de Espíritu.
Oración
Gracias Padre por el bautismo que nos hace iguales y corresponsables. Que nos impulsa a la misión misericordiosa, al trabajo samaritano, al cuidado de los otros. Gracias por nacernos al Espíritu, que es caricia y viento suave, que nos capacita para la libertad amorosa del Evangelio.
Inmaculado corazón de María sé la salvación nuestra.
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Oración de la mañana
Lunes 16
Lo veo, pero no es ahora, lo contemplo, pero no será pronto: Avanza una estrella de Jacob, y surge un cetro de Israel. Nm. 24,2-7.15-17ª
Ya estamos cerca, casi lo podemos tocar como nos dice el libro de los Números.
Poco a poco la estrella se va acercando y la vida de Dios se va a transformar de una vez para siempre porque se va a hacer humano, se va a hacer uno de nosotros por puro anhelo de amor. Por caminos que no son los nuestros, porque nosotros le hubiésemos pedido a Dios que lo hiciese de otro modo, que no habitase en un pesebre, que no huyese porque lo iban a matar, que no fuese migrante en Egipto… Pero la estrella de Jacob sigue avanzando hacia lo imposible de un Dios habitante de esta humanidad como la nuestra.
Oración
Aún no es ahora el tiempo y ya está el tiempo colmado. Aún no es aquí tu Reino y el Reino ya está dado. Aún te estamos buscando y ya estás en nosotros. Aún miramos al suelo y tu estrella está presente. Aún no, pero ya sí.
Inmaculado corazón de María sé la salvación nuestra.
Oración de la mañana
Martes 17
En sus días florezca la justicia y la paz hasta que falte la luna. Sal 71,1-2.3-4ab.7-8.17
Otro fragmento esperanzado de la Palabra de Dios, esta vez del salmista que también se atreve a soñar.
El salmista sueña con justicia y paz: Justicia como una flor que va naciendo, pero que es absolutamente frágil. Paz que brilla como la luna en la oscuridad, como única referencia para peregrinos, para marineros. Pequeñas pistas y balizas que nos van diciendo, casi susurrando, por dónde tenemos que transitar, por dónde está Dios en medio de los seres humanos, en los seres humanos. Justicia y paz que se cultivan y se cuidan.
Oración
Tú eres la Justicia florecida, jardinero de azucenas. Tú eres la paz realizada en medio de nuestras luchas. Profundidad alcanzada por pura gracia, regalo de luz de luna que nunca falta. Que nunca te faltemos en justicia, profundidad y luna.
Inmaculado corazón de María sé la salvación nuestra.
Oración de la mañana
Miércoles 18
El ángel le dijo: José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Mt. 1,18-24
Casi rozando la Navidad aparece el encuentro de José con un ángel.
Otra vez el ángel, que no es un ser fantástico, sino un mensajero de los sueños de Dios para con los seres humanos. Y otra vez, como cuando habla con María, insiste en que José, contra toda evidencia, no tenga miedo, que se fíe de la palabra dada, aunque parezca imposible. Fiarnos de las intuiciones evangélicas, de los profetas y profetisas que nos acompañan, de los más pequeños en los que está la presencia real de Jesús. Fiarnos de los ángeles que caminan a nuestro lado en lo cotidiano.
Oración
Que sepamos cuidar a los ángeles, Señor. Que podamos intuirlos cuando nos pasan rozando con su aleteo suave. Que nos fiemos de lo que nos cuentan con sus silencios, con sus sonrisas, con sus heridas. Que los dejemos habitar en medio de nosotros y no los despreciemos por soñadores e ilusos. Que el temor no pueda con la confianza que de ti proviene.
Inmaculado corazón de María sé la salvación nuestra.
Oración de la mañana
Jueves 19
El ángel le dijo a Zacarías: Te quedarás mudo, sin poder hablar, hasta el día en que esto suceda, porque no has dado fe a mis palabras, que se cumplirán en su momento oportuno. Lc. 1,5-25
Otra vez el ángel, en esta ocasión se le aparece a Zacarías, el padre de Juan el Bautista.
El ángel que esta vez le recuerda a Zacarías la gravedad de no creer en lo que Dios hace en nuestras vidas. Zacarías, que es sacerdote, está acostumbrado a tratar con lo divino, o lo que él cree que es divino. Pero Dios rompe sus esquemas y hace fecundo lo estéril. Hace renacer lo seco y que Isabel (su mujer) pueda tener un hijo ya en una edad muy avanzada. Otra vez lo imposible que se hace realidad engendrando vida. Zacarías que no va a poder hablar durante un tiempo, no como castigo sino como oportunidad de reencontrarse con la sorpresa del Dios de la Vida en el silencio.
Oración
Que no nos creamos que ya sabemos dónde estás, Señor. Que no podamos decir con quién no estás. Que sepamos esperar el momento del cumplimiento oportuno, y que no lo estropeemos con nuestras prisas e inseguridades. Que te dejemos ser cómo, dónde y en quién quieras.
Inmaculado corazón de María sé la salvación nuestra.
Oración de la mañana
Viernes 20
Hágase en mí según tu palabra. Y el ángel se retiró. Lc. 1,26-38
Por fin el ángel se marcha.
El ángel ya ha hecho lo que Dios le había dicho. Ya ha comunicado la belleza de la buena nueva de un nacimiento muy especial. Y, lo que es más importante, por eso se marcha tranquilo, ha escuchado de los labios de una joven que Sí, que se fía… Y de este modo puede comenzar una nueva historia de amor de Dios con los seres humanos, sobre todo con los que menos cuentan a nuestros ojos pero que son infinitamente valiosos para Él. El ángel se marcha admirado de que una joven diga con su sonrisa que la Palabra se hace carne en ella.
Oración
Los ángeles también se retiran. Cuando ya está realizada la encomienda se van. Cuando ya lo han dicho todo, cuando ya lo han hecho todo, se van tranquilamente, porque saben que la misión no les pertenece, que la palabra es prestada, y ya está realizada. Que sepamos retirarnos también, tan bien, Señor.
Inmaculado corazón de María sé la salvación nuestra.
Oración de la mañana
Sábado 21
Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá. Lc. 1,39-45
Una nueva bienaventuranza, como recién salida del horno porque es de las primeras que se pronuncian en el Nuevo Testamento.
Esta bienaventuranza se hace en el contexto de dos mujeres que se reconocen dichosas, felices, porque la vida que llevan dentro las dos es un milagro, como toda vida. Se reconocen felices y se lo dicen porque la sutileza de Dios las llena de vida que se va a entregar a los demás. Las dos confiando en el cumplimiento de la promesa que es pura gracia y sorpresa, y agradecidas porque intuyen que son las portadoras del comienzo de un nuevo tiempo, de un nuevo Reino que nace del servicio y la entrega; de toalla y jofaina y no del poder y la explotación. Bienaventuradas
Oración
Dos mujeres dialogando. Dos mujeres haciendo Evangelio, por dentro (en sus vientres) y por fuera (en sus palabras que se cumplen). Dos mujeres bienaventuradas porque han creído, porque se han fiado de lo imposible, porque han creído en la Vida que ahora también se teje en sus entrañas. Dos mujeres que inauguran la salvación de todos y la hacen carne. Que seamos como esas dos mujeres, Señor.
Inmaculado corazón de María sé la salvación nuestra.
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Oración de la mañana
Domingo 22
Y tú, Belén Efratá, pequeña entre los clanes de Judá, de ti voy a sacar al que ha de gobernar Israel. Él mismo será la paz. Miq. 5,1-4
Casi sin darnos cuenta llegamos a la antesala de la noche más hermosa de la historia.
El lugar más pequeño se convierte en el testigo del nacimiento de la misma Paz. Todo sin ruido y sin aspavientos, casi en el anonimato de lo apartado y poco relevante. Ahí justo donde no puede pasar nada, en la periferia de un imperio poderoso, nace en lo sencillo Aquel que va a cambiar la historia hacia el lado de los vulnerables. Dios bebé que necesita de todos los cuidados de padres, ángeles, estrellas y pastores es el encargado de hacer verdad el evangelio de los cuidados de una vez para siempre. Bienaventurados nosotros porque aún en medio de las oscuridades de nuestras vidas, se nos concede creer en que Dios habita en las periferias, en lo olvidado y en lo roto. Feliz Navidad, que creamos.
Oración
Creo que necesito creer como necesito amar. Creo porque la incredulidad me ayuda. Creo porque creemos. Creo creando. Creo empeñado en dejar de obligarme. Creo que somos iguales, aunque peque contra este mandamiento. Creo porque otros me han enseñado que lo imposible tiene cabida. Creo que el bien y el amor han de hacerse y, las más de las veces, dejarse hacer. Creo en una palangana y una jofaina y en unos pies (libres) que se dejan lavar. Creo en la Resurrección de la carne, de la tuya, de la mía, de la de todos, con nuestras cicatrices ya sin dolor, solidarias. Creo porque necesito creer como necesito amar… creo amando, amo creyendo (lo intento) ¿Lo intentamos?
Inmaculado corazón de María sé la salvación nuestra.