Monitorear los riesgos y controlar las adquisiciones Los riesgos son inevitables, pero gestionarlos eficazmente puede minimizar su impacto. Este proceso incluye identificar nuevos riesgos, monitorear los existentes y asegurar que las adquisiciones sean cumplidas según lo acordado.
Realizar el control integrado de cambios Todo proyecto enfrenta cambios, ya sea por factores internos o externos. Este proceso asegura que cada cambio sea analizado cuidadosamente, permitiendo una toma de decisiones informada que no comprometa los objetivos generales. Los cambios no aportan valor, ajustan el proyecto para cumplir con el objetivo.
Monitorear las comunicaciones y el involucramiento de los interesados Una comunicación clara mantiene alineados a los interesados, minimiza malentendidos y fomenta la colaboración. Piense en cómo una comunicación efectiva puede transformar la percepción del proyecto entre los interesados clave.
Controlar la calidad y los recursos La calidad y la disponibilidad de recursos son factores que pueden hacer o deshacer un proyecto. Gestionar estos elementos asegura que los entregables cumplan con los estándares establecidos, mientras se optimizan los recursos asignados.
Controlar el cronograma y los costos Supervisar permite identificar retrasos y sobrecostos a tiempo, evitando que se comprometan el éxito general del proyecto. Imagine ajustar actividades clave para recuperar tiempo perdido sin exceder el presupuesto.
Controlar el alcance El alcance establece los límites del proyecto, y controlarlo adecuadamente asegura que cada entrega cumpla con las expectativas. Reflexione: ¿qué sucedería si su equipo trabaja en entregables que no estaban en el plan inicial, desperdiciando tiempo y recursos?
Monitorear y controlar el trabajo del proyecto Este proceso es la base del seguimiento. Le permite identificar desviaciones, analizarlas y aplicar ajustes antes de que se conviertan en problemas mayores. Pregúntese: ¿cómo saber si su proyecto está progresando como debería sin esta supervisión constante?