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LA ESENCIA DE LA GRACIA

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Transcript

Pontificio Seminario Mayor Palafoxiano
P. Leonel Báez Téllez

La esencia de la gracia

Autor/a: Apellidos, Nombre Director/a: Apellidos, Nombre

XX/XX/20XX

LA GRACIA SEGÚN SANTO TOMÁS DE AQUINO

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XX/XX/20XX

Por motivos didácticos seguiremos la clara presentación que Tomás de Aquino hace del tema de la gracia en la Summa Teológica. Él coloca el tratado De gratia en el contexto del tratado de la moral, como fundamento y culmen del actuar cristiano porque para poder alcanzar el fin sobrenatural al cual está llamado el hombre tiene necesidad de la gracia.

Diversos tipos de gracia

La teología contemporánea ha justamente criticado la “cosificación” de la gracia y el intento de entenderla como una realidad material o cuantitativa. Y este no es el error en el que caiga Santo Tomás porque él es consciente de que el uso de la palabra gracia es “análogo”. De ahí, la diversidad de significados que le sean dados a esta palabra:

e) Otros tipos de gracia.
d) Gracia preveniente y gracia subsiguiente
c) Gracia operans y gracia cooperans
b) La gracia como motus y la gracia como habitus
a) Gracia gratum faciens y gracia gratis data

Diversos tipos de gracia

LA causa de la gracia

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XX/XX/20XX

“El don de la gracia supera todas las capacidades de la naturaleza creada, porque ella no es otra cosa que una participación a la naturaleza divina, la cual trasciende cualquier otra naturaleza” (Cf. 2 Pe 1,4).
Santo Tomás parte de una constatación:
Por lo tanto, sólo Dios puede ser la causa eficiente de la gracia. Ninguna criatura podrá dar aquello que en sí misma no es. Pero el canal por medio del cual somos divinizados por gracia, es la humanidad de Cristo: “la humanidad de Cristo no causa la gracia por virtud propia, sino en virtud de la divinidad a la cual está unida, por la cual, las acciones de la humanidad de Cristo se convierten en salvadoras”. Como causas instrumentales secundarias,–siendo aquella principal la humanidad de Cristo–, se encuentran los sacramentos, que son eficaces en virtud del Espíritu Santo.
El hombre con su libre arbitrio puede abrirse a la acción de la gracia, pero siempre en cuanto es movido por el auxilio divino.

LA ESENCIA DE LA GRACIA

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XX/XX/20XX

La perspectiva de Santo Tomás es muy original porque parte del amor de Dios, un amor tal que es capaz de modificar el ser del hombre, produciendo en él un verdadero cambio. Sobre todo, nos recuerda que, la gracia es un don divino, que le es concedido al hombre no por mérito propio sino por la sola libertad de Dios.
La divinización del ser y de las facultades del hombre, que proviene de la gracia, no significa que el hombre se convierte por naturaleza en Dios (panteísmo), sino que, la naturaleza divina nos es participada en esencia, pero a través del conocimiento y el amor. No se trata de una unión substancial con Dios, sino de una elevación de la naturaleza que recibe nuevas capacidades de conocer y amar, tanto Dios, como a las otras personas, en modo divino.

Gracias

La modalidad de manifestarse de la acción divina en una acción concreta: - Si se considera la acción divina en cuanto actúa por sí misma, se llama gracia operante. En cuanto Dios es la causa última de toda acción humana buena, y por lo tanto, meritoria, se habla de gracia operante (operans). Los efectos de la gracia operante son causa de los efectos atribuidos a la gracia cooperante. - Si la acción divina es considerada desde el punto de vista de la libertad humana que recibe la gracia y coopera con la gracia recibida, se llama cooperante (cooperans). En cuanto se considera la respuesta humana a la acción divina, se habla de gracia cooperante (cooperans).

En relación a la gracia santificante: - En la gracia que es dada para la santificación personal se puede distinguir una especie de acción divina que es un motus animae por el cual la voluntad divina ayuda al hombre a acoger el don de la gracia. Este motus pudiera ser identificado con aquello que la teología escolástica posteriormente llamará la gracia actual, porque se trata de un actus, de un motus, y no de un habitus. - Respecto a la gracia como habitus, Santo Tomás la explica así: el hombre para vivir rectamente tiene necesidad de ser ayudado por Dios de dos maneras. La primera, mediante el don de un hábito (habitus), que sane la naturaleza humana corrompida y la eleve a fin de realizar obras meritorias para la vida eterna, las cuales superan las capacidades de la naturaleza”. La segunda, el hombre también necesita, para actuar, de una moción divina que no es un habitus infuso, sino otro tipo de don gratuito por el cual Dios mueve al hombre a operar el bien dado que, “ninguna cosa creada puede emitir cualquier acto sino en la fuerza de la moción divina”.

Incluimos algunas divisiones de la gracia que serán utilizados por la escolástica posterior a Santo Tomás: - Gracia increada: es la gracia considerada en el sentido del don de sí que Dios hace al hombre. - Gracia creada: cuando la gracia es considerada en el sentido del cambio que tiene lugar en el ser personal de quien recibe tal don. - Gracia actual: se refiere al actuar de Dios en el hombre, cuando ilumina su mente, lo atrae hacia sí y lo hace capaz de abrirse a él. - Gracia habitual: se refiere al acto de que la gracia no es sólo una ayuda puntual de Dios sino permanece en el hombre como un estado permanente por el cual se habla de un estado de gracia (status gratiae).

Los efectos que ella produce en el alma: - Gracia preveniente: dirige al alma hacia el bien - Gracia subsiguiente: hace eficaz la acción humana a fin de que se realice efectivamente, ayuda al alma a perseverar en el bien y la acompaña hasta que llegue a la gloria.

Aquella que tiene que ver con el destinatario: - Se define gracia gratum faciens, que se pudiera traducir como gracia santificante, a la gracia que Dios da para la santificación de la persona a quien le vine concedida. Esta gracia une al hombre con Dios como su fin último, elevándolo a la participación de la vida divina y perdonándole sus pecados. - En cambio, la gracia que Dios da para la santificación o el bien espiritual de otras personas se llama gratis data. La gracia que pudiéramos llamar carismática, o gratis data, es aquella que Dios da a fin de que el hombre se convierta en su colaborador.