LOS AMANTES_RV

perspectivas contemporáneas del desarrollo

trabajo final

La pintura refleja el vínculo profundo y la contención que caracterizan la relación terapéutica. En esta obra, dos figuras se miran profundamente, sentadas en una banca de madera mientras el agua les rodea hasta las rodillas. Esta escena simboliza el equilibrio emocional que debe existir en el proceso analítico: el terapeuta acompaña al paciente en la exploración de emociones profundas sin ser arrastrado por ellas, creando un espacio seguro y confiable.

"Los pacientes no sólo están trabajando en la transferencia sus crisis de desarrollo, sino que también están sintiendo experiencias nuevas, encontrándose con ideas que, a su vez, generan ansiedades nuevas" (Meltzer, 1985)

El ambiente onírico que creado resuena con las diferentes formas de pensamiento que surgen en la terapia. Los amantes, en el espacio lluvioso, nos llevan a entrar en un mundo de fantasía y deseo, donde los sueños y las realidades se entrelazan. En este contexto, el terapeuta facilita el acceso a estos espacios internos, permitiendo que el paciente navegue por sus deseos y temores mientras enfrenta la realidad.

"El pensamiento onírico genera un crecimiento psicológico genuino. Dicho pensamiento se puede realizar estando solo, pero inevitablemente se llega a un punto en el que se necesita a otra persona con quien pensar/soñar la experiencia emocional más perturbadora" (Ogden, 2010)

La imagen de los amantes con caras de espejo podría simbolizar cómo el terapeuta se convierte en un reflejo para el paciente, ayudándolo a reconocer y resignificar sus emociones.

Diálogo entre dos voces, de intercambio y resonancia mutua. Comparten un momento de conexión profunda, pero también con la distancia de no abrazarse, como si estuvieran en una constante interacción pero separada.

"Se requieren dos mentes para pensar los pensamientos más perturbadores de un individuo" (Ogden, s/f)

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