Copia - Canto XI
carolina carvajal
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Transcript
EL SATIRICON
PETRONIO
El Satiricón de Petronio, considerado novela por su carácter narrativo y su estructura abierta, goza de un extraordinario sentido del humor y de una cruda reacción contra las doctrinas y monologismos de su época. Sin embargo, esta no es razón para que sea considerada simplemente una sátira. Su título, según el traductor Manuel Díaz y Díaz, alude más bien a la multiplicidad de su contenido, puesto que: “falta totalmente enPetronio el fin y la conclusión moralizante, sin lo cual no puede hablarse de sátira”
Para el teórico ruso Mijail Bajtin, se trata de una sátira menipea en el tamaño de una novela, tanto por su estructura como por su contenido, el cual goza de libertad temática, contempla la realidad desde el presente, libre de la tradición grecorromana, y mezcla muchos tonos y estilos. Estas características dan lugar primordial a la risa carnavalesca, que hace posible la parodia y toda suerte de excentricidades y escándalos.No obstante, no es sencillo identificar El Satiricón como una sátira menipea y aplicar a él todas las características de este género, teniendo en cuenta que no sabemos con certeza qué tema quiso abordar Petronio.
La percepción carnavalesca del mundo presente en El SatiricónEl carnaval sería para Petronio el escenario propicio para reaccionar contra los acentos ideológicos imperantes en su época, y su cosmovisión carnavalesca se manifestaría en la utilización de los principales tópicos del folklore carnavalesco, como por ejemplo, de las Saturnales, y la inclusión de rasgos provenientes de otros géneros, además de la menipea, que recibieron la influencia del carnaval, como lo son el diálogo socrático y el simposio.
Carnaval y crítica socialA través del carnaval, Petronio expresa su descontento hacia la elocuencia de la época, especialmente hacia el anquilosamiento de la educación juvenil. Su personaje Encolpio critica la hinchazón de los temas y el contenido nulo que yergue una visión falsa de la realidad. También devela la falsedad del mundo del foro y la manera en que los estudiantes se tornan tontos y se ven privados de vida real. Encolpio quiere renovar lo anquilosado, quiere sencillez, pues para él la elocuencia verdadera no precisa de afeites, ya que goza de belleza natural.
No tarda en aparecer en la obra una dura crítica contra las leyes y la justicia: ¿Qué hacen las leyes donde solo gobierna el dinero; donde la pobreza nunca logrará vencer? Aquellos mismos Cínicos que siempre llevan alforjas, acostumbran, más de alguna vez, vender la verdad por unas cuantas monedas. De ello resulta que el juicio no es más que mercancía pública y el caballero, juez de la causa, aprueba la venta.
Muchas de sus críticas, Petronio las lleva a cabo mediante la anulación de opuestos bipolares; así, reúne en una misma imagen la miseria del pueblo con la vanidad y voluptuosidad de los que se han enriquecido. Esto sucede en la cena de Trimalción, donde hombres ricos comparten la mesa con hombres arruinados. Podemos constatar que la corrupción y la ambición de poder han llevado, como señala Ganimedes en su crítica al edil, a una pérdida de las creencias religiosas, a un cielo vacío. No sólo muere la religiosidad sino también el arte. Los dioses también sirven al dinero y se invierten los órdenes. Así, surge un nuevo ordenador del mundo: el caos.
El mundo al revés: sus inversiones y contrastes En la obra de Petronio está presente la vida carnavalesca, que es una vida desviada de su curso normal. Se trata del mundo al revés, en el cual se revocan las leyes y prohibiciones de la vida oficial. Se suprimen las jerarquías, el miedo y las etiquetas. Se elimina la desigualdad social y surge la principal categoría carnavalesca: el contacto libre y familiar entre la gente. Esto sucede, por ejemplo, en el banquete de Trimalción, cuando este invita a los esclavos a la mesa. En un principio, Trimalción se expresa de ellos con dureza, tachándolos de asquerosos e ideando la forma de que estén lo más lejos posible de los invitados.
Trimalción: “Filargiro -dice-, te permito venir a la mesa, y también a ti Carión, aunque eres un conocido de los verdes, y dí también a tu compañera Menófila que se ponga a la mesa”. ¿Y qué más decir? Casi somos expulsados de los lechos, hasta tal punto que la servidumbre tomó posesión de todo el triclinio. Con todo, noté encima mío a un cocinero que de un puerco había hecho un ganso, y que apestaba a salmuera y condimentos. Y no contento con estar tumbado ante la mesa, al instante empezó a imitar a Efeso, el actor trágico y en seguida retó a su señor con una apuesta de que los verdes ganarían la primera palma en los próximos juegos circenses.
Desde un comienzo de la cena, Trimalción estuvo preocupado de que sus invitados disfrutaran en igualdad de condiciones, tal como era el deseo del Dios Marte. Hombres poderosos y empobrecidos se sientan a la misma mesa, creando las típicas imágenes dobles del carnaval. Un hombre que va en pleno ascenso y otro que se desmorona socialmente comen juntos y simbolizan la rueda de la fortuna y el vaivén de los bienes materiales, reafirmando, a su vez, la relatividad del destino humano. “Amigos-dice- también los esclavos son hombres y de una misma leche bebieron, aunque un mal destino los haya oprimido”
La fortuna invertida: El tema de la inversión de la fortuna se hace evidente en la figura de Fortunata, esposa de Trimalción, quien atraviesa por distintas etapas. En cuanto a Trimalción: “¿Qué? ¿De verdad? – dice- ¿esta flautista cortesana no se acuerda del tablado desde el cual la levanté? La hice persona entre las personas, pero ella se hincha igual que una rana y no escupe en su regazo. No es una mujer, sino un tarugo. Pero el que ha nacido en una pérgola no puede soñarse en un palacio. Así, cuidaré que el genio propicio me acompañe para dominar a esta Casandra en cáligas.
Inversiones: Gitón / Circe /Objetos Muchos objetos son lanzados a lo largo de la novela, como ánforas, copas, vasos, que van a dar a la cabeza de alguno. Esto es una manifestación de excentricidad que viola el curso normal de los acontecimientos e impone, como señala Caro Baroja, movimientos desacostumbrados tanto a hombres como instrumentos. Uno de los pleitos que pone en evidencia el uso inhabitual de los objetos es la riña sostenida entre Eumolpo y el posadero, quien lanza una ánfora de tierra a la cabeza de su rival, el cual, a su vez, le responde con un candelabro de madera. Toman parte de la pelea los demás inquilinos de la posada e, incluso, uno de ellos se arma con un fierro que contiene carne.
Disparidades carnavalescas: Lo serio y lo ridículo La maldición y la bendición La injuria y el elogio El llanto y la alegría La riqueza y la escasez
Parodia del locus amoenus (p. 173): Una oposición interesante tiene lugar cuando Encolpio, seducido por la belleza de Circe, se refiere al entorno de su relación amorosa como un locus amoenus, y la prosa se va intercalando con una poesía que ensalza el bosque de los plátanos. La idealización del escenario discrepa con el amor carnal de los amantes, el cual, además, se frustra y da origen a humillaciones y venganzas. Cuando Encolpio se ofrece a la hermosa Circe, surge una clara divergencia entre la devota escena creada, la cual habla de adoración, altares y votos, y los sentimientos lujuriosos del joven, quien llega incluso a ofrendar a su hermano Gitón.
La máscara carnavalesca
Coronación y destronamiento
La risa carnavalesca
La parodia
Teatralidad y Juegos
Excentricidad: escándalos y caídas
Carnaval
La plaza carnavalesca Dentro del carnaval, el símbolo de lo popular corresponde a la plaza carnavalesca. Son complementos de ella todos aquellos lugares que permiten el encuentro y el contacto entre todo tipo de gente, como lo son por ejemplo calles, tabernas, baños públicos, etc. En El Satiricón tenemos el mercado donde la gente se reúne de noche para comprar, vender e intercambiar la mercadería obtenida por medios ilegales. Y, por sobre todo, el baño, que aparece como un apéndice de la plaza. En los baños a los cuales Trimalción invita a los comensales, la gente juega, hace rondas, se hace cosquillas, etc.
La plaza carnavalesca “Pues entonces-dijo- como sabemos que vamos a morir, ¿por qué no vivimos? Así os vea felices, dirijámonos a los baños, asumo la responsabilidad, no os arrepentiréis. Está caliente como un horno”.- “La verdad, la verdad- dijo Habinnas- nada me gusta más que de un día hacer dos”; y con los pies desnudos se levantó y siguió al alegre Trimalción.
Respecto a la visión de la muerte en la novela, esta es del todo carnavalesca, pues iguala a los representantes de todos los estratos sociales y destrona a los coronados en vida. Cuando el tema de la muerte es abordado, surge la oportunidad de introducir una crítica contra la vanidad terrenal de aquellos que acaparan riquezas y que al momento de morir quedan en iguales condiciones que aquellos que no tuvieron nada. Esto se ve en la lamentación de Seleuco por la vida de un amigo o en las reflexiones de Encolpio ante la muerte de Licas.Otro claro ejemplo es lo expuesto por Trimalción cuando un esclavo trae a su mesa un esqueleto de plata y reflexiona acerca de la fugacidad de la vida y la transitoriedad de los bienes materiales.
Mientras leíamos la inscripción, Trimalción aplaudió y “Ay –dijo-, de modo que el vino vive más tiempo que el pobre hombre. Por lo tanto bebamos largamente. El vino es vida. Les garantizo opimio del verdadero. Ayer no ofrecí vino tan bueno, aún cuando gente más honorable estaba en la cena”.
Mientras leíamos la inscripción, Trimalción aplaudió y “Ay –dijo-, de modo que el vino vive más tiempo que el pobre hombre. Por lo tanto bebamos largamente. El vino es vida. Les garantizo opimio del verdadero. Ayer no ofrecí vino tan bueno, aún cuando gente más honorable estaba en la cena”.Luego, mientras bebíamos y admirabamos su suntuosidad, un siervo trajo un esqueleto hecho de plata, de tal modo encajado que sus junturas y vértebras laxas se doblaban en todas partes. Varias veces lo arrojó sobre la mesa y con su ensamblaje móvil adoptó diversas posturas. Trimalción añadió: “¡Ay! Desgraciados nosotros, ¡hasta qué punto todo el pobre hombre es nada! Así seremos todos una vez que el Orco nos arrastre consigo. Entonces, vivamos mientras es posible estar bien”
“Yo siempre así y en todas partes viví cada día como el último, igual que sí no fuera a volver más” “¿Dónde está ahora -dije- tu irascibilidad, dónde tu despotismo? Conque ahora eres alimento para los peces y las fieras. Y tú que poco antes ostentabas el poder de tu imperio, de esta gran nave ni siquiera conservas una tabla. Id, mortales, y colmad los pechos de grandes pensamientos. Id cautos y disponed durante miles de años de las riquezas atraidas por los fraudes Ciertamente, ayer no más examinó las cuentas de su patrimonio y fijó el día en que volvería a la patria. ¡Diosesy diosas, cuán distante yace de sus proyectos!”
Presencia de las Saturnales en El Satiricón: En Roma, toda la sátira y los epigramas se relacionaban con las Saturnales. Se escribía para ellas o se creaba al amparo de la libertad que ofrecían. Las Saturnales se festejaban en el solsticio de invierno y abarcaban desde el 17 de diciembre hasta el 23 del mismo mes. Era una fiesta en honor a Saturno, quien reinó en el Lacio y enseñó a los hombres a vivir en gran abundancia y sin jerarquías sociales. De allí que estuviesen inundadas de una extraordinaria alegría. Era una fiesta que el pueblo se concedía a sí mismo, por lo que fueron conocidas como Feriae Servorum.
Al lector (Marcial) Fuera de aquí el triste ceño y la severa frente de Catón, la hija del labrador Fabricio, la máscara de soberbia engañosa, las reglas de buenas costumbres y todo lo que no somos en la intimidad. Mis versos claman: “¡Vivan las Saturnales!” Está permitido y nos place, Nerva, bajo tu protección. Sombríos lectores: aprended a la perfección al dificultoso Santro. No tengo nada que ver con vosotros. Este libro es mío
En El Satiricón se hace alusión a este carnaval durante el banquete de Trimalción en el momento en que la incontenible risa de Ascilto y Guitón ofende a uno de los invitados que les reclama confundir la cena con las Saturnales: Una vez dicho esto, Gitón, que estaba a los pies, hacia tiempo ya que contenía la risa y la desahogó sin decoro. El adversario de Ascilto se percató de esto y volvió su reproche hacia el niño: “¿Tú- dijo- tú también te ríes, cebolla rizada? ¡Vivan las saturnales! Te pregunto, ¿acaso es el mes de diciembre?”
Muchos otros eventos del banquete se relacionan con las Saturnales, como el sacrificio de un animal para la cena, la invitación a los baños públicos, la inclusión de los esclavos en la mesa, los discursos burlescos y los juegos. En este ambiente de fiesta, extraño y a veces ilógico, los invitados reciben regalos en más de una ocasión. El primero de ellos es un huevo figurado en pasta, el cual era regalo muy frecuente durante la celebración de las Saturnales. Más avanzada la cena, unos lechoncitos hechos en mazapán son distribuidos entre los invitados en calidad de recuerdos. Posteriormente, el juego de la lotería trae numerosos regalos para los comensales, y para terminar, un enorme disco, que con gran solemnidad se descolgó desde el techo, trajo para todos coronas de oro y tarritos de alabastro con perfumes.