Los Incas
Andre Nicholas Pichardo Carrillo
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Transcript
LosIncas
André Nicholas Pichardo Carrillo
La organización social del Imperio Inca estaba profundamente jerarquizada y estructurada, con un sistema claro de clases que reflejaba el poder centralizado en el Inca, el emperador. En la cima de esta pirámide se encontraba el Inca, quien no solo era el líder político, sino también una figura divina, considerado hijo del dios sol, Inti. El Inca era el gobernante absoluto, y su mandato se veía como una extensión de la voluntad divina sobre la tierra. Su palabra era ley y su poder sobre las tierras y personas del imperio era incuestionable.
Justo debajo del Inca se encontraba la nobleza o elite del imperio. Esta clase estaba compuesta por la familia del Inca y los capac incas, los nobles de sangre real, que ocupaban posiciones de poder en todo el imperio. Ellos eran los encargados de administrar los territorios, supervisar la agricultura y el comercio, y llevar a cabo las decisiones políticas en nombre del Inca. Además, había una categoría especial de curacas, jefes locales que gobernaban las regiones bajo la supervisión del Inca, siendo a menudo líderes de pueblos que habían sido conquistados o integrados al imperio. Los curacas no solo servían como intermediarios entre el gobierno central y la población local, sino que también cumplían un papel crucial en la recolección de tributos y la organización del trabajo.
La gran mayoría de la población incaica pertenecía a la clase de los hatun runa, o "gente común". Este grupo estaba formado por los agricultores, artesanos, comerciantes y trabajadores que sustentaban la economía del imperio. A pesar de no tener una posición elevada, los hatun runa eran esenciales para el funcionamiento del imperio. Tenían la obligación de trabajar bajo el sistema de mit'a, un sistema de trabajo obligatorio que consistía en realizar labores para el estado, como la construcción de caminos, templos, y la producción de alimentos. Además, los hatun runa también podían ser convocados para el servicio militar, pues el imperio requería de un ejército fuerte para mantener su vasto territorio.
En la parte más baja de la jerarquía social estaban los yanaconas, que eran esencialmente los sirvientes o trabajadores forzados del estado. Estos individuos, que a menudo eran prisioneros de guerra o personas que habían perdido su estatus social, estaban al servicio directo del Inca o de los nobles. Aunque no eran esclavos en el sentido estricto, su situación era precaria y su libertad estaba severamente limitada.
En cuanto al arte, el Imperio Inca destacó por su capacidad para fusionar funcionalidad y simbolismo en sus creaciones. El arte incaico no solo tenía un propósito estético, sino que también servía para reforzar el poder y la ideología del Estado. La arquitectura inca es quizás la forma de arte más reconocida, con estructuras tan imponentes y duraderas como Machu Picchu, Sacsayhuamán y las fortalezas de Ollantaytambo. Las construcciones incaicas se caracterizaban por el uso de piedras talladas con precisión que encajaban perfectamente sin necesidad de mortero. Este tipo de construcción no solo tenía una función práctica, sino que también reflejaba el orden y la precisión que caracterizaban al gobierno inca.
El textil también era una de las formas artísticas más importantes de los Incas. Los tejidos eran de una calidad excepcional, producidos a partir de fibras naturales como el algodón y la lana de alpaca o vicuña, materiales muy valorados por su suavidad y resistencia. Los textiles no solo cumplían una función práctica, sino que eran símbolos de estatus social; las ropas que vestía una persona indicaban su rango dentro de la sociedad incaica. Los colores y los patrones de los tejidos también tenían significados específicos, relacionados con la religión y la cosmología andina.
El orfebrería inca también tuvo un gran desarrollo, con la creación de figuras, adornos y objetos de oro y plata. Estos metales preciosos eran considerados sagrados, especialmente el oro, que se asociaba con el sol. Los Incas no solo usaban estos metales para crear objetos de lujo, sino también para realizar ofrendas a los dioses.