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María y Paco
Maria
Created on November 14, 2024
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Transcript
MAría y paco
la historia de
Había una vez dos jóvenes hermanos que vivían en un pequeño pueblo. Paco, el mayor, tenía 15 años, y María, la menor, tenía 13. Eran inseparables, ya que, en su mundo, solo se tenían el uno al otro. Sus padres estaban tan ausentes que la cercanía entre ellos era su refugio, un lazo que los protegía de la soledad.
Un día, María fue invitada a una fiesta en la casa de un desconocido, en medio del bosque. La propuesta le pareció emocionante, pero también un poco inquietante. Como siempre, Paco, quien nunca dejaría a su hermana sola, decidió acompañarla.
Caminando bajo la luz de la luna, los hermanos comenzaron a ver a lo lejos una casa iluminada con luces de colores que se filtraban entre los árboles. La música retumbaba, y los gritos de alegría se escuchaban incluso antes de llegar. Cuando entraron, notaron que el ambiente era extraño; la gente parecía estar más eufórica de lo normal, pero ambos se encogieron de hombros y decidieron disfrutar.
Bailaron y se divirtieron, hasta que una mujer se acercó a María. Con una sonrisa intrigante, la mujer le susurró si podía acompañarla al baño. María aceptó, sin sospechar lo que vendría.
Una vez estando solas, la mujer se presentó como Cannabi. Mientras se miraba en el espejo, lanzó una mirada de reojo a María y le dijo:—Se ve que a ti y a tu hermano no se les da mucho eso de divertirse. María se encogió de hombros y contestó: —No, lo que sucede es que somos tímidos, eso es todo. Cannabi se giró hacia María y le dijo: —Mira, yo era como tú, tímida y de pocos amigos. Pero desde que me presentaron la cocaína, mi vida cambió. ¡Mírame! Mi cuerpo exuda seguridad y diversión. María solo escuchaba, atenta. Cannabi continuó: —Y como soy una persona considerada y nada envidiosa, te voy a regalar un poco para que te convenzas de esta magia.
Cannabi sacó de su bolso una pequeña bolsa de cocaína y se la entregó a María antes de salir del baño. María, un poco dudosa y temerosa, decidió consumirla para entender si lo que aquella mujer le había dicho era cierto.
Fue ahí cuando María entró en un mundo paralelo. Comenzó a sentirse invencible y extrovertida; en esos momentos, sentía que sus problemas no existían. Pero esa sensación solo duró una hora, porque después de eso, María empezó a caer en una profunda tristeza. Sentía que todo iba lento, el remordimiento la invadía y físicamente, comenzaban los estragos: taquicardia, dolores de cabeza, insomnio, náuseas y vómitos.
Eso era solo una parte de lo que María experimentaba cuando no estaba consumiendo. Fue entonces cuando, erróneamente, creyó que la única solución era mantenerse siempre bajo los efectos de la droga para evitar esa caída. Lo que ella no sabía era que, entre más lo evitaba, más grande sería el abismo que la esperaba.
Por su parte, Paco estaba preocupado porque notaba a su hermana muy irritable, demacrada y cada vez más delgada, triste y desanimada. Paco sabía que algo estaba mal, porque, además de eso, había días en los que la veía completamente desconectada del mundo. Fue un día, al verla totalmente descontrolada de ira por no encontrar algo de cocaína sobrante, que tuvo suficiente.
La miró a los ojos, llenos de lágrimas, y le dijo que ya era suficiente y que necesitaba ayuda. María soltó una carcajada y, con voz despreocupada, respondió: —Paco, relájate, no me pasa absolutamente nada. La verdad es que puedo dejar de consumir cuando quiera, y ahora no quiero porque me siento bien. No me está afectando en nada; lo que me afecta es que tú estés tan empalagoso, queriendo cuidarme de un riesgo inexistente.
Después de esa discusión, María excluyó a su hermano de todo. Aunque Paco seguía esmerándose en estudiar y buscar maneras de ayudarla, intentaba no ser duro para no empeorar la situación, consciente de que cualquier discusión podría dañar aún más su relación.
Ese mismo día, María, queriendo evitar los sermones de Paco, salió sin que él se diera cuenta para poder consumir tranquila. Sin embargo, pasaron las horas y la cantidad que normalmente consumía no le daba el efecto que deseaba. Entonces comenzó a consumir más y más, hasta que un silencio macabro, junto con una oscuridad, la inundaron.
María había sufrido una sobredosis y fue llevada al hospital. Su hermano Paco llegó tan pronto como pudo. Al ver a su hermana tan débil, no pudo evitar romper en llanto. María despertó al escuchar el sonido de su llanto, lo miró y le acarició la cabeza. Fue entonces cuando le dijo: —Paco, creo que ya es suficiente... Quiero salir de esto, pero no puedo sola.
Paco la tomó fuerte de la mano y le respondió: —María, nunca estarás, ni has estado, sola. Me tienes a mí. Pero, independientemente de eso, yo no tengo las herramientas para ayudarte, más allá de mi amor y paciencia. Los que tienen esas herramientas son los profesionales, y ellos te ayudarán.
Fue entonces cuando María comenzó su difícil viaje hacia la rehabilitación. Fue un camino lleno de dolor, recaídas, ganas de abandonarlo todo, y sufrimiento físico y mental. Sin embargo, con el tiempo, María sintió que volvía a ser ella misma: su fuerza regresaba, y el brillo de sus ojos comenzaba a reaparecer.
Un año después de la sobredosis, María se paró frente a un estrado lleno de personas que habían pasado o estaban pasando por lo que ella sufrió. Orgullosamente, dio su discurso: —Llevo un año limpia y me siento muy orgullosa de estar aquí. Quiero que todos ustedes sepan que sí se puede.
Todos se levantaron y aplaudieron, incluido su hermano Paco, quien no podía contener las lágrimas al ver lo que su hermana había logrado.
¡Fin!
Recuerda que no estás solo y que siempre habrá alguien extendiendo su mano para ayudarte. Ser adicto una vez no significa serlo para siempre.
Ahora que terminaron de leer el cuento, es momento de responder las preguntas: lean cada afirmación y escriban "Verdadero" o "Falso" según lo que entendieron de la historia.
Recuerda que las drogas nunca son la solución; siempre hay una salida y personas dispuestas a ayudarte. Si tú o alguien que conoces está en una situación de adicción, contacta a CECA Querétaro al (442) 216-4742. El Consejo Estatal Contra las Adicciones (CECA) Querétaro es una institución que trabaja para prevenir y atender problemas relacionados con el consumo de sustancias. Ofrecen apoyo emocional, orientación y tratamientos especializados para ayudarte a recuperar el bienestar y construir un futuro más saludable. ¡No estás solo, busca ayuda!