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Ecos del pasado puentes al futuro
Tomas Muszkatblat
Created on September 20, 2024
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Transcript
Ahora hagan clic y acompáñenme a recorrer esta historia. Juntos vamos a explorar los momentos más importantes de mi vida y de la historia, para entender cómo sobrevivimos en medio de la oscuridad. ¡Acompáñenme en este viaje!
"Hola, soy Jana Gofrit, nací en 1935 en la ciudad de Biała Rawska, en Polonia. Soy hija de Hershel y Zisel Hershkowitz, y sobreviví a uno de los momentos más oscuros de la historia: La Shoá. La Shoá, como llamamos en hebreo a lo que otros conocen como el Holocausto, fue una catástrofe de proporciones inimaginables, que marcó la vida de millones de personas, incluida la mía."
A lo largo de esta historia, veran diferentes aspectos de mi vida y el contexto en el que estaba. Los colores violetas, representan hechos historicos para que puedan entender el contexto en el que me encontraba en ese momento. Los colores rojos, representan mi historia, en cada uno de los respectivos años. Por ultimo, los colores azules, representan actividades para que realicen.
Ecos del pasado
1918
1935
1940
Contexto histórico
Las leyes de nuremberg
El guetto de varsovia
1941
1933
1939
Estrella de david
El ascenso de Hitler
Segunda guerra mundial
1941 - 1945
Hecho por: Profesora Graciela Laszewicki
Ecos del pasado
1918 - 1941
1941
1943
1945
Treblinka
Levantamiento de gueto de varsovia
Liberación de Auschwits
1942
1945
Conquistas alemanas
Derrota de la alemania nazi
2023
Hecho por: Profesora Graciela Laszewicki
Puentes al presente
1941 - 1945
7 de octubre
Israel
Fin
Bibliografía
Hecho por: Profesora Graciela Laszewicki
El Holocausto fue el asesinato de aproximadamente seis millones de judíos, perpetrado por los nazis y sus colaboradores. Desde la invasión alemana a la Unión Soviética, en el verano de 1941, hasta el fin de la guerra en Europa en mayo de 1945, el régimen nazi se empeñó en eliminar a cada judío bajo su control.
Aunque la persecución comenzó mucho antes, en enero de 1933, cuando Hitler asumió el poder, muchos consideran que ese fue el inicio del Holocausto. Nosotros, los judíos, no fuimos las únicas víctimas de este régimen, pero sí el único grupo que intentaron destruir por completo.
Les voy a contar sobre mi historia, mi vida. Sobre todo, cómo logramos sobrevivir aquellos que lo hicimos, en un mundo que se volvió tan hostil para nosotros, los judíos polacos, desde que comenzó la Segunda Guerra Mundial con la invasión nazi a nuestro país.
Les propongo que retrocedamos en el tiempo, al año 1918, cuando finalizó la Primera Guerra Mundial.
1918
1918
La Primera Guerra Mundial llega a su fin con la derrota de Alemania.
La Primera Guerra Mundial (1914-1918) fue un conflicto global centrado en Europa, que involucró a las principales potencias mundiales divididas en dos alianzas: la Triple Entente (Francia, Reino Unido, Rusia) y las Potencias Centrales (Alemania, Austria-Hungría, Imperio Otomano).
Tratado de versalles
Fue una guerra devastadora, con nuevas tecnologías bélicas como tanques, ametralladoras y armas químicas, que llevó a una alta mortalidad en batallas como las de Verdún y el Somme. Terminó en 1918 con la derrota de las Potencias Centrales.
Sobre el tratado de versalles
Los alidados ganadores
El Tratado de Versalles (1919), firmado al final del conflicto, impuso duras sanciones a Alemania.
Perdidas territoriales de Alemania
Consecuencias para alemania
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1918
1919
La republica de Weimar
El nacimiento del partido nazi
El inicio
El partido obrero aleman
Consecuencias de la guerra
1918
1933
Ascenso de Adolf Hitler al poder
En enero de ese año, Adolf Hitler y su Partido Nazi llegaron al poder tras unas elecciones regulares. Lo que parecía un cambio político más, se transformó rápidamente en una dictadura cuando Hitler proclamó la creación del Tercer Reich, su idea de un nuevo 'Imperio Alemán'. Durante los primeros años, los nazis intentaron remodelar el país a su imagen.
Uno de sus principales objetivos fue eliminar la línea entre el gobierno y el partido, haciendo que incluso la policía y las temidas SS fueran dirigidas por la misma persona: Heinrich Himmler.
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No solo el gobierno cambió, sino también el arte, la cultura y la educación. Recuerdo cómo en 1933, los nazis quemaron públicamente libros que no aprobaban. Para nosotros, los judíos, la situación se volvió mucho peor. Después de tomar el control del gobierno, los nazis nos fueron excluyendo poco a poco de la sociedad, arrebatándonos nuestros derechos. Nos expulsaron de nuestros trabajos, de las universidades, y nos apartaron de la vida cultural alemana. En 1935, aprobaron las Leyes de Núremberg, que definían quién era judío y nos despojaron de nuestra ciudadanía. Las cosas no pararon ahí. La violencia aumentó y, en noviembre de 1938, ocurrió algo que jamás olvidaré: la Noche de los Cristales Rotos. Esa noche, centenares de sinagogas fueron incendiadas, se saquearon nuestras casas y negocios, y miles de judíos fueron maltratados y llevados a campos de concentración. Para nosotros, fue solo el principio de una pesadilla."
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1918
1935
Las leyes de Nuremberg
El 15 de septiembre, Alemania promulgó las Leyes de Núremberg. Estas leyes buscaban preservar lo que los nazis llamaban 'la pureza de la sangre alemana', algo que ellos consideraban esencial para la supervivencia de su pueblo. Entre las cosas que impusieron, nos prohibieron casarnos con personas de sangre alemana o relacionada, y declararon inválidos aquellos matrimonios que se hubieran realizado en el extranjero para evitar estas restricciones. Recuerdo bien cómo nos afectaron estas leyes. No podíamos emplear a mujeres alemanas menores de 45 años en nuestros hogares, y ni siquiera se nos permitía enarbolar la bandera de Alemania o del Reich. Nos obligaron a mostrar solo nuestros propios colores judíos, y esto era algo que estaba estrictamente vigilado. El castigo por desobedecer estas prohibiciones era duro: prisión y trabajos forzados. Poco a poco, estas leyes nos fueron aislando cada vez más del resto de la sociedad, haciéndonos sentir que no éramos bienvenidos en nuestro propio país.
El antisemitismo jugó un papel muy importante en el pensamiento de Adolf Hitler y en toda la ideología nazi. Sin embargo, este odio hacia nosotros, los judíos, no fue algo que él inventara. Desde la Edad Media, en Europa, hemos sido víctimas de discriminación y persecución, muchas veces por motivos religiosos. Los cristianos veían nuestra fe como una desviación, algo que debía ser combatido. En muchas ocasiones, nos obligaban a convertirnos o nos prohibían ejercer ciertas profesiones.
Con el tiempo, especialmente en el siglo XIX, la religión dejó de ser el principal motivo de esta persecución. Entonces surgieron ideas acerca de las diferencias raciales, y de repente se nos consideraba como un pueblo completamente distinto al resto, incluso si alguien se convertía al cristianismo, seguía siendo visto como 'diferente' por su línea de sangre.
Cuando Alemania perdió la Primera Guerra Mundial, muchos alemanes, y también Hitler, no podían aceptarlo. En los círculos conservadores y nacionalistas, se inventó el mito de 'la puñalada por la espalda'. Decían que Alemania no había sido derrotada en el campo de batalla, sino que había sido traicionada desde dentro, y que los responsables de esa traición éramos nosotros, los judíos, junto con los socialdemócratas y comunistas. Por supuesto, estos prejuicios no eran ciertos.
Hitler nos culpaba de todos los males. Decía que Alemania era débil y estaba en decadencia por nuestra 'influencia'. Según él, queríamos dominar el mundo. Para Hitler, el mundo era un lugar de lucha constante entre razas superiores e inferiores. Los alemanes eran parte de esa supuesta raza superior, y nosotros, los judíos, éramos parte de las razas inferiores.
Hitler nos comparó con gérmenes, diciendo que no se puede combatir una enfermedad sin eliminar su origen. Creía que la influencia de los judíos nunca desaparecería si no eliminaban a los judíos mismos. Estas ideas radicales prepararon el camino para el asesinato en masa que se desató en los años 40.
Además, Hitler pensaba que solo una 'raza pura' podía hacer fuerte a Alemania, lo que llevó a que personas con enfermedades hereditarias, discapacidades físicas o mentales, y hasta alcohólicos o criminales, fueran considerados una amenaza para esa pureza. Una vez que los nazis llegaron al poder, empezaron a practicar la esterilización forzada y el asesinato de estas personas.
Con el estallido de la guerra, las cosas fueron a peor. Los nazis pasaron de excluirnos de la sociedad alemana al asesinato en masa. Casi seis millones de judíos fuimos asesinados durante el Holocausto."
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Mi historia
Mi nombre es Hannah Gofrit. Nací en 1935 en la ciudad de Biała Rawska, Polonia, hija de Hershel y Zisel Hershkowitz.
Mis mejores amigos eran Marishka, Ianek y Basha, mis vecinos polacos. Nos encantaba jugar al escondite, y solía esconderme entre las ramas del jardín que había detrás de mi casa. Todos en el pueblo me querían, yo siempre era una niña alegre y sonriente. Cada vez que caminaba por las calles, todos me saludaban. ¡Qué hermosa vida teníamos en ese entonces!
Mi madre era una costurera increíblemente hábil, tenía una boutique, y mi padre se dedicaba al comercio de pieles. De niña, tenía muchísimos vestidos y zapatos. Recuerdo mi infancia en Biała Rawska, un pequeño pueblo donde vivíamos alrededor de 4,000 judíos junto a nuestros vecinos cristianos.
Acá estoy con mis padres Zyzel y Herschel.
1918
1939
Estalla la segunda guerra mundial
La Segunda Guerra Mundial estalló el 1 de septiembre de ese año, cuando Alemania invadió Polonia. Recuerdo cómo todo cambió de un día para otro. Hitler decidió reclamar lo que llamaban el 'Corredor Polaco', y con ello comenzó la invasión de la mitad occidental de nuestro país. Mientras tanto, la mitad oriental, junto con Estonia, Letonia y Lituania, fue ocupada por la Unión Soviética. Finlandia logró mantenerse independiente, pero Polonia quedó completamente dividida. Lo que parecía imposible había sucedido: nuestro mundo se desmoronaba a nuestro alrededor."
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El 23 de agosto de 1939, apenas nueve días antes de que comenzara la Segunda Guerra Mundial, Alemania y la Unión Soviética firmaron lo que llamaron el Tratado de No Agresión, también conocido como el Pacto Ribbentrop-Mólotov. Este pacto les permitió dividirse el territorio de Polonia, nuestra patria. La frontera quedó establecida en el río Vístula, y así, en cuestión de días, mi país fue repartido entre dos potencias. Aunque el tratado duró poco, con la creciente tensión entre ambos regímenes, la invasión nazi a la Unión Soviética en 1941 puso fin a ese acuerdo.
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1939: Mi vida en el Gueto
Cuando Alemania conquistó Polonia en septiembre de ese año, todo cambió para nosotros, los judíos de Biała Rawska. Fuimos apartados y obligados a vivir en un gueto, uno de esos distritos urbanos cerrados donde los alemanes nos forzaron a vivir en condiciones miserables. Los guetos nos separaban por completo de la población no judía y nos aislaban de otras comunidades judías. Los nazis llegaron a crear más de 400 guetos como el nuestro. Era como si hubiéramos sido borrados del mundo que una vez conocimos.
Miren mis cuentos
Miren mis dibujos
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Estrella amarilla / Señalización judía
Tras la invasión alemana de Polonia, se nos impuso una nueva obligación
Los judíos debíamos llevar una señal en nuestra ropa que nos identificara como tales. Al principio, los negocios judíos fueron los primeros en ser marcados, pero pronto todos los judíos mayores de 12 años debíamos usar un brazalete blanco con una estrella de David azul. Esta medida se extendió rápidamente por todo el territorio ocupado por los nazis. Si alguien era atrapado sin esta marca, las consecuencias eran graves: multas, prisión o incluso la muerte. En 1941, la SS ordenó que lleváramos la estrella amarilla de seis puntas en el pecho y la espalda. Esta señalización no solo nos identificaba, sino que también servía para aislarnos y humillarnos aún más, creando una brecha insuperable entre nosotros y el resto de la población.
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1918
1940
El gueto de Varosvia
El gueto de Varsovia fue el gueto más grande bajo dominio Nazi, albergando hasta 450,000 judíos.
La vida cotidiana en el Gueto, realizado por Yad Vashem.
La ayuda social en el Gueto
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1918
1943
El levantamiento del Gueto de Varsovia
El 19 de abril de 1943, en vísperas de Pésaj, el gueto de Varsovia estalló en una rebelión valiente contra los alemanes, quienes intentaban liquidarlo. A pesar de carecer de armas y apoyo, cientos de jóvenes judíos, organizados en la Organización Judía Combatiente (ZOB) y la Organización Militar Judía (ZZW), se levantaron. Recuerdo que, en su apogeo, casi medio millón de personas vivían en el gueto, pero tras las deportaciones hacia Treblinka, solo quedaban alrededor de 50,000. Antes del levantamiento, en enero de 1943, una nueva Aktion deportó a 6,000 judíos y asesinó a otros 1,000 en las calles. A pesar de la disminución de nuestra población, quienes permanecíamos, aproximadamente 40,000, decidimos resistir. Nos negamos a ser deportados, nos atrincheramos en búnkeres y luchamos con todo lo que teníamos. A veces nos llamaban "la segunda brigada", y luchamos con valor y determinación. Este levantamiento fue más que una resistencia de jóvenes; fue un grito de oposición de cada individuo y cada familia que deseaba sobrevivir. Durante casi un mes, nos defendimos con coraje hasta que, finalmente, fuimos abatidos.
Testimonio de Renée Hurwitz
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1918
1943
Cuando mi vida empezo a cambiar...
Como ya no podía ir a la escuela , por ser judía, mis padres me armaron una escuela en casa. Ellos fueron mis maestros. Luego, los nazis trasladaron a los judíos de la aldea a Treblinka. Y mis padres tomaron la decisión...
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1918
1941
Treblinka
Durante la Segunda Guerra Mundial, las SS implementaron un horror inimaginable: centros de exterminio diseñados exclusivamente para la aniquilación de los judíos de Europa. Uno de los más infames fue Treblinka, parte del siniestro plan de las SS conocido como la operación Reinhard, que tenía como objetivo asesinar a casi dos millones de judíos en el territorio polaco ocupado por Alemania. Recuerdo que en noviembre de 1941, las autoridades alemanas establecieron un campo de trabajos forzados para judíos llamado Treblinka I. Pero lo que se avecinaba era aún más devastador. En el verano de 1942, se construyó Treblinka II, un centro de exterminio. Era el tercero en establecerse después de Belzec y Sobibor, y su propósito era horrendo: Eliminar a aquellos que llegaban a sus puertas.
Ver las deportaciones
Vista 360°
Mapa de Treblinka
Info
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Las conquistas alemanas en Europa / 1939-1942
Durante la Segunda Guerra Mundial, Alemania se embarcó en una serie de campañas rápidas para derrotar a sus oponentes en Europa. Recuerdo cómo, de manera sorprendente, invadieron gran parte del continente y permanecieron victoriosos durante más de dos años.
- Polonia cayó en septiembre de 1939
- Dinamarca y Noruega en abril de 1940
- Bélgica, Holanda, Luxemburgo y Francia en mayo de ese mismo año.
- Yugoslavia y Grecia en abril de 1941.
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1918
1945
La derrota de la Alemania Nazi
En 1945, mientras las tropas Aliadas avanzaban por Europa en una serie de ofensivas contra Alemania, comenzaron a encontrar prisioneros en los campos de concentración. Muchos de estos valientes sobrevivieron a las marchas de la muerte hacia el interior de Alemania. Recuerdo que, en julio de 1944, las fuerzas soviéticas fueron las primeras en descubrir un campo nazi importante: Majdanek, cerca de Lublin, Polonia. Los alemanes, sorprendidos por el rápido avance soviético, intentaron ocultar la evidencia de su exterminio masivo destruyendo el campo. A pesar de que incendiaron el crematorio grande, las cámaras de gas permanecieron intactas. En el verano de 1944, los soviéticos también llegaron a los campos de exterminio de Belzec, Sobibor y Treblinka. Sin embargo, los alemanes ya habían desmantelado estos campos en 1943, después de haber asesinado a la mayoría de los judíos polacos.
Rutas de los aliados
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Liberación de Auschwitz
En enero de 1945, los soviéticos liberaron Auschwitz, el campo de exterminio y concentración más grande. Desgraciadamente, la mayoría de los prisioneros habían sido forzados a marchas de la muerte, y cuando los soldados soviéticos entraron, solo encontraron a unos pocos miles de prisioneros hambrientos. Auschwitz mostraba abundante evidencia del exterminio masivo; aunque los nazis habían destrozado la mayoría de los depósitos, los soviéticos encontraron pertenencias de las víctimas: cientos de miles de trajes de hombres, más de ochocientos mil vestidos de mujeres y más de catorce mil libras de cabello humano. La liberación de los campos fue un momento crucial para exponer al mundo las atrocidades nazis. Sin embargo, para los sobrevivientes, el camino hacia la recuperación sería largo y difícil.
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Cuando llegamos, entramos al corral de la casa y nos escondimos bajo las pilas de paja. A la mañana vino la polaca que era dueña de la casa y nos dio de comer un pan casero redondo con fiambre. Era amiga de Moshalkova, nuestra vecina. Moshalkova la convenció para que nos esconda en el corral, a cambio de un pago. Durante el día nos quedábamos sentados en un pozo dentro del corral.
Mamá me hizo un vestido nuevo. Ya era de noche cuando mamá terminó de coser. Me paré sobre la mesa y me probé el vestido. Era un vestido de terciopelo azul con un cuello grande y blanco, con muchos pliegues. Estaba muy contenta. Giré con rapidez sobre la mesa, mientras los pliegues subían y bajaban. Mamá gritó: “Cuidado, te vas a caer”. Pero yo seguí volando como una mariposa. Papá entró a casa. Se acercó. Me bajó de la mesa. Ni siquiera se fijó en mi vestido nuevo. “Debemos salir” dijo. “Me encontré con el padre de Marisha y me dijo que esta noche van a expulsar a todos los judíos que aún quedan en la aldea”. No había tiempo para preguntas. Dejamos la casa y corrimos en dirección al bosque.
Los soldados alemanes seguían buscando judíos en el bosque. La mujer polaca que nos había escondido en el corral del patio de su casa, tenía miedo que nos descubran y la castiguen por ocultar judíos. El castigo por ocultar judíos era la pena de muerte. La mujer dijo a mis padres que se buscaran otro lugar.
Moshalkova se sentó con nosotros en el corral y dijo que a cambio del dinero que papá le había dado logró conseguir solo dos documentos de identidad polacos: de una madre y su hija. “Propongo que Zisl y Janchke se disfracen de madre e hija de una familia de campesinos polacos y viajen a la casa de mi hermana, que vive en Varsovia” dijo Moshalkova y se dirigió a mamá. “Mi hermana y su marido están dispuestos a que vivan en su casa”. “Nos quedaremos todos juntos” dijo mamá. “Es peligroso” dijo Moshalkova “si encuentran a Hershl sin documentos lo arrestarán de inmediato. Ni siquiera los polacos se atreven a andar sin documentos, menos los judíos”. Hershl se dirigió a mamá “Dale a Moshalkova más dinero y ella conseguirá un documento polaco también para ti”. “Zisl, te equivocas, incluso con dinero es difícil conseguir documentos” dijo Moshalkova.
Los soldados alemanes seguían buscando judíos en el bosque. La mujer polaca que nos había escondido en el corral del patio de su casa, tenía miedo que nos descubran y la castiguen por ocultar judíos. El castigo por ocultar judíos era la pena de muerte. La mujer dijo a mis padres que se buscaran otro lugar. Papá le pidió a la señora que llamara a Moshalkova, nuestra vecina. Cuando Moshalkova escuchó que teníamos que encontrar otro escondite, prometió ayudar. Después de unos días escuchamos ruidos de pasos junto al corral. Nos asustamos y nos escondimos dentro del pozo. Papá nos tapó con paja. Se abrió la puerta. “Zisl, Hershl” escuchamos la voz de Moshalkova. Respiramos aliviados.
“Dentro del bosque hay grupos de combatientes judíos y polacos que luchan contra los alemanes. Janchke, tienen pocas armas y cada tanto atacan a las unidades del ejército alemán y sabotean las vías del ferrocarril de los trenes que transportan armas al ejército. Quiero unirme a un grupo así. Son los partisanos”.“Pero es peligroso”, intenté...“En todas partes hay peligro: también aquí en este corral maloliente. Pero te prometo que me voy a cuidar”. Me dijo papá con una gran sonrisa y le guiñó el ojo a mamá.“Hershl” probó mamá “esperemos unos días, tal vez Moshalkova logre conseguirte un documento. Zisl. Cada día que pasa la situación se torna más peligrosa. También la dueña de casa está impaciente, y puede llegar a echarnos. Es preferible que tengas más dinero para pagarle a la familia Skowronek, que está dispuesta a ocultarlas en Varsovia. Ya lo he decidido y tienen que aceptarlo”.
“Nos quedaremos juntos. Por favor, consiguele a Hershl un documento”, rogó mamá. “Prometo que lo intentaré” contestó Moshalkova y mamá la abrazó. A la noche, antes de que nos durmiéramos en el pozo del corral, papá dijo: “Zisl, Janchke, quiero que viajen”. ** “¿Y qué pasará contigo?”** preguntó mamá. “Quiero ir al bosque y unirme a los partisanos”. Miré a papá como preguntándole con los ojos. No había escuchado nunca esa palabra.
Pasamos sin problemas la revisión de documentos en el tren y llegamos a la casa de la familia Skowronek sin problemas. Estaba segura de que también papá había llegado al bosque sin dificultades. Me equivoqué. Papá fue capturado en el bosque y murió. Por eso, no vino a buscarnos cuando terminó la guerra, como había prometido
En su lugar, me puse una falda ancha con franjas y una blusa grande, y me envolví la cabeza con un gran pañuelo. Moshalkova le dio los documentos a mamá. Estábamos listas para empezar el viaje. Papá me abrazó fuerte y me susurró: "Janchke, vendré a buscarlas al final de la guerra". Nos separamos de papá con un llanto amargo. El hijo de Moshalkova nos llevó en carreta hasta la estación de tren. Viajamos en tren hasta Varsovia.
Cuando nos ocultamos en el departamento de la familia Skowronek, nadie debía enterarse de que mamá y yo estábamos allí. Por eso, cuando venían visitas a la casa, mamá y yo nos escondíamos dentro del ropero. Una vez llegó una visita inesperada. Mamá y yo no alcanzamos a entrar en el armario y nos metimos dentro del cajón del carbón. La señora Skowronek se sentó sobre la tapa hasta que la persona se fue.
A veces nos sentábamos en el armario durante horas, sin movernos ni pronunciar palabra. Cuando estaba adentro, me imaginaba que era un pequeño duende en el bosque, vestida con un vestido azul y un gorro rojo con pompón; que paseaba entre las flores, bebiendo el rocío e identificando cada flor por su fragancia...
Después de una hora, Janka nos llamó para bajar. Al volver al departamento, Janka contó que los alemanes habían llegado hasta el quinto piso y luego bajaron. Mamá, Janka y yo bailamos frenéticamente. Era un baile de liberación, de alegría, un triunfo sobre el mal.
Teníamos también otro trato: si llegaban los alemanes buscando judíos y subían hasta el cuarto piso, mamá y yo bajaríamos del departamento de la familia Skowronek, en el sexto piso, al quinto y saltaríamos. Así, no sabrían que veníamos de los Skowronek y no los castigarían por escondernos. Un día, los alemanes llegaron al edificio. Subieron hasta el cuarto piso. Mamá me tomó de la mano para bajar al quinto, como habíamos acordado. Janka Skowronek nos detuvo. Tomó una gran escalera y nos ordenó subir al techo del edificio. Nos quedamos allí.
Fuimos a la casa de mi amiga Marisha. Me quedé allí cuando mamá fue hasta la casa de la señora que nos había ocultado en el corral, para averiguar algo acerca de papá. Marisha ya no era mi amiga. Habían pasado y cambiado demasiadas cosas desde que solíamos jugar juntas a las escondidas en el jardín trasero de la casa. Mamá regresó y no dijo palabra. No pregunté. Nos quedamos solas, mamá y yo. Perdimos a papá, a mamá, a la abuela, a los tíos y las tías y a mi prima Henia. De todos los habitantes judíos de la aldea quedamos con vida otro niño, yo, y treinta y cinco adultos. Al día siguiente abandonamos la aldea... para siempre.
Cuando terminó la guerra, yo tenía diez años. Viajé con mamá en tren a nuestra aldea, Biala Rawska. Pensábamos que encontraríamos a papá y tal vez alguien más de la familia se habría salvado. Un vecino polaco de la aldea subió al mismo tren. Pensé que se alegraría al vernos. Nos echó una mirada y continuó avanzando hacia adentro del vagón.Pasamos por nuestra casa. Miré por la ventana. Todo estaba en su lugar. Como si nunca nos hubiéramos ido. En nuestro lugar vivía en la casa una familia polaca. Ya no era nuestra casa.
Cuando terminó la guerra, yo tenía diez años. Viajé con mamá en tren a nuestra aldea, Biala Rawska. Pensábamos que encontraríamos a papá y tal vez alguien más de la familia se habría salvado. Un vecino polaco de la aldea subió al mismo tren. Pensé que se alegraría al vernos. Nos echó una mirada y continuó avanzando hacia adentro del vagón.Pasamos por nuestra casa. Miré por la ventana. Todo estaba en su lugar. Como si nunca nos hubiéramos ido. En nuestro lugar vivía en la casa una familia polaca. Ya no era nuestra casa. Fuimos a la casa de mi amiga Marisha. Me quedé allí cuando mamá fue hasta la casa de la señora que nos había ocultado en el corral, para averiguar algo acerca de papá. Marisha ya no era mi amiga.
Habían pasado y cambiado demasiadas cosas desde que solíamos jugar juntas a las escondidas en el jardín trasero de la casa. Mamá regresó y no dijo palabra. No pregunté. Nos quedamos solas, mamá y yo. Perdimos a papá, a la abuela, a los tíos y las tías y a mi prima Henia. De todos los habitantes judíos de la aldea quedamos con vida otro niño, yo, y treinta y cinco adultos. Al día siguiente abandonamos la aldea... para siempre.
Después de abandonar la aldea, nos mudamos a otra ciudad. No le contamos a nadie que éramos judías. Mamá trabajaba como modista y yo estudiaba en la escuela polaca del lugar. Iba a la iglesia cristiana con mis compañeros de clase y el cura me enseñaba la fe cristiana. Una vez, el cura hizo una pregunta y solo yo supe la respuesta. El cura escuchó mi respuesta y dijo: “Janchke, si no supiera que eres cristiana, te diría que tienes cabeza judía”. Volvía a casa y le pedí a mamá que buscáramos a otros judíos. Viajamos a la ciudad de Lódz. Era viernes. Caminábamos con mamá por la calle y en la ventana de una casa vimos un par de candelabros encendidos. “Hoy es víspera de Shabat”, dijo mamá. Mamá golpeó la puerta.
Cuando se abrió la puerta, un intenso aroma a pescado relleno inundó el lugar. Mamá se derrumbó llorando en los brazos de la judía, la dueña de casa. Volvimos a vivir entre los nuestros. Mamá conoció a Yosef Kupershmit, un judío de Lodz que había perdido a su esposa e hija en la guerra. Se casaron y Yosef se convirtió en mi padre. Un año después nació mi hermano Abraham. Papá me contó la historia de Jana y sus siete hijos, mártires que prefirieron morir antes que renunciar a su fe. Me dijo que mi nombre judío era Jana, en honor a ella.
Me sentí parte del pueblo judío y anhelaba llegar a Israel. Me uní al movimiento juvenil Hejalutz y aprendí todo lo que pude sobre la Tierra Prometida.Sabíamos que nuestra familia no permanecería en Polonia. Nos ofrecieron ir a Estados Unidos, pero yo solo quería ir a Israel. Abandonamos Polonia rumbo a nuestra verdadera patria. Cuando el barco "Atzmaut" (Independencia) en el que viajábamos se acercó al puerto de Haifa, vi el monte del Carmel y supe que había llegado a casa. Estaba parada en la proa y me dije a mí misma: "Yo soy Jana - una orgullosa judía. Vivo en la Tierra de Israel, un lugar que tiene futuro. ¡El pueblo de Israel vive-Am Israel Jai!
"Después que llegamos a Israel, viví con mis padres en Tel Aviv. Cuando crecí estudié en la escuela de enfermeras, y hoy trabajo de enfermera en el servicio de salud pública de Tel Aviv. Me casé con Yitzjak Gofrit y di a luz a mi hijo Ofer. Ofer es médico y vive en Jerusalén con Dafna, su esposa y sus hijos Shani y Gal. Mi madre Zisl vivió en Tel Aviv y hasta su ancianidad siguió cosiendo ropas y vestidos. No hemos olvidado a la familia Skovronek. Fueron reconocidos como "Justos del Mundo", recibieron un diploma y una medalla; fue plantado un árbol a su nombre en la "Avenida de los Justos del Mundo" en Yad Vashem, en Jerusalén."
"Mi historia la llevo conmigo y parte de ella les he contado."
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1918
7 Octubre 2023
El grupo terrorista Hamas, que gobierna la Franja de Gaza, rompió la cerca divisoria entre Gaza e Israel, entrando con todo tipo de armas y sembrando el pánico entre los israelíes que vivían en las inmediaciones. Ingresaron a las casas, las saquearon y mataron a todos los israelíes que encontraron a su paso. También llegaron hasta las cercanías de la fiesta Nova , donde cientos de jóvenes bailaban por la paz, provocando el caos y llevando a cabo una masacre inimaginable . Además, tomaron como rehenes a cientos de israelíes y los secuestraron a Gaza.
The Times of Israel
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TEL AVIV. Cuando Hannah Gofrit, una polaca de 88 años que sobrevivió al Holocausto, tomó dimensión del alcance de las atrocidades del 7 de octubre, decidió ir al encuentro de los jóvenes que se habían escondido en búnkeres, en arbustos, debajo de los tanques o de los cadáveres, o detrás de cualquier refugio improvisado que pudiera salvarles la vida. Hace 80 años, ella también tuvo que esconderse de los nazis en los armarios de los vecinos y en un depósito subterráneo donde guardaban las papas. Cuando se encontró con los chicos del kibutz Mefalsim, una de las 22 comunidades cercanas a la frontera con Gaza que fueron arrasadas en el ataque, se ocupó de recalcarles que no estaban solos y que también ellos podrían superar esa experiencia traumática.
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"Cuando conseguí superar el shock inicial que me embargó, enseguida me di cuenta de que mi contribución a estos niños es reunirme con ellos y compartir mi propia experiencia como niña, que también tuvo que esconderse para sobrevivir".
"Cuando oí por primera vez que los niños de los kibutzím a lo largo de la frontera de Gaza, tuvieron que esconderse en armarios para evitar ser asesinados por los terroristas que se infiltraron en sus hogares el 7 de octubre, sentí el peso del mundo sobre mis hombros. Me resultaba insondable que 75 años después de que yo me escondiera en un armario en Varsovia para escapar de los nazis, la historia se repitiera, y los niños judíos volvieran a encontrarse escondidos en armarios, pero esta vez en su propio país, nuestro país. No puedo expresar con palabras, el profundo dolor que me provocó esta noticia".
Hace varias semanas, en el marco de la iniciativa Memory in the Living Room (‘Memorias de la sala de estar’, un proyecto social que organiza reuniones en casas particulares, en torno al Día de la Memoria del Holocausto); cuyo objetivo es fomentar las conexiones entre los sobrevivientes del Holocausto y los niños de los kibutzím fronterizos con Gaza; Gofrit tuvo un encuentro con los niños del kibutz Mefalsim que habían sido evacuados de sus casas el 7 de octubre y ahora residen en un hotel de Herzliya. "Para mí es muy importante demostrar a estos niños que, a pesar de las difíciles experiencias que sufrí durante mi infancia, soy una mujer feliz. Formé una familia, tuve nietos y bisnietos, seguí estudiando y trabajé en una profesión que realmente apreciaba. Mi vida es plena. Les transmití que, aunque esconderse en un armario es tremendamente aterrador, al final me salvó, y ahora puedo presentarme ante ellos y compartir mi historia", dijo Gofrit.
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Una mariposa imaginaria
"Cuando los nazis llegaron a la ciudad, mi padre se unió a los partisanos, fue capturado por los nazis y pereció. En Varsovia, mi madre y yo nos escondimos con una familia polaca. Cada vez que unos extraños visitaban su casa, entrábamos en el armario y nos escondíamos en la más absoluta oscuridad, sin emitir ningún sonido. Durante dos años, ‘pasé’ una cantidad considerable de tiempo dentro de ese armario oscuro y claustrofóbico".
Hanna nació hace 88 años en un pequeño pueblo de Polonia, no lejos de Varsovia. Hasta el estallido de la guerra no le faltó de nada. Poco después de celebrar su cuarto cumpleaños, su vida, tal como la conocía hasta entonces, cambió bruscamente, hasta quedar irreconocible. Ella y sus padres se convirtieron en refugiados en su propia tierra.
Hubo momentos en los que ellas tuvieron que permanecer escondidas durante horas, mientras oían los sonidos de las risas y la alegría de los invitados, completamente ajenos a las atrocidades que se desarrollaban en su tierra natal. Sin embargo, en medio del miedo y de las penurias, se dio cuenta de lo importante que es, el aferrarse a la esperanza, para sobrevivir.
"Mi mundo se puso de cabeza en un solo día: el hogar en el que crecí, los juegos, los libros y mi familia, todo desapareció. De una vida cómoda y tranquila, sin privaciones; de repente, nos quedamos sin nada", ella recuerda.
“Cada vez que me escondía en el armario, me imaginaba a mí misma como una mariposa volando graciosamente de vuelta a mi pueblo de la infancia. Dentro de ese espacio reducido, era una mariposa liberada y feliz, y gracias a ello se reavivó en mí la esperanza, asegurándome que un día la vida recuperaría su bondad. Cuando compartí esta revelación con los niños, me miraron con los ojos muy abiertos. Sentí que ellos también comprendían el poder de la imaginación para cultivar una esperanza renovada, que tal vez se había desvanecido tras aquel horrible sábado”.
"En esos momentos dentro del armario; descubrí que lo más fácil para mí era sucumbir a la impotencia, el miedo y la rabia. Era aterradora, sobre todo la idea de que me descubrieran y me hicieran daño. Sin embargo, también aprendí que podía recurrir a mi imaginación y escapar momentáneamente de la realidad".
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Actividades
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Los estudiantes crearán un video personal donde puedan expresar cuáles fueron los aprendizajes que más les haya impactado y cuáles fueron las emociones que les fueron surgiendo en el proceso.
Cada estudiante o grupo de estudiantes, seleccionará un subtema de la Shoá como por ejemplo gueto, campos de concentración y exterminio, resistencia judía, etc. y preparará un informe investigando al menos tres fuentes confiables . Dicho informe tendrá una extensión de tres páginas donde se incluya una introducción, desarrollo y conclusión , detallando las fuentes citadas.
Los estudiantes investigarán y analizarán fuentes primarias como fotos, discursos o diarios de la época, se les solicitará un análisis escrito explicando su contexto, mensaje principal y su importancia histórica.
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Actividades
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Realizar un simulacro de una Conferencia de paz donde se pueda negociar pacíficamente los conflictos, teniendo en cuenta los Derechos Humanos vigentes. Análisis de propaganda y medios. Para ello, los estudiantes buscarán ejemplos de propaganda sobre la ideología nazi y de qué forma los medios se ocuparon de instalarla en la población. Los estudiantes presentarán un informe sobre el impacto que produce la información y a su vez la desinformación en la opinión pública.
Investigación y Análisis de otros testimonios ( puedes buscar en la página de Yad Vashem ) , identificando temas comunes y diferencias en sus experiencias. Se pedirá un ensayo presentación para compartir con sus compañeros.
Invitación a los estudiantes para que en grupos puedan explorar la memoria y la historia a través de una expresión artística donde puedan plasmar sus emociones y reflexiones ( pintura, fotografía, poesía, canción, etc).
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Actividades INTEGRADORAS
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Presentación de un portafolio del proyecto, donde se reúnan todas las actividades realizadas incluyendo ensayos, presentaciones e informes. Se sugiere tener en cuenta la profundidad de las investigaciones y la calidad de los argumentos..Ponderación 50%.
Los estudiantes realizarán una presentación final , que puede ser una monografía, un documental, una campaña de sensibilización o algún otro producto creativo que sintetice lo aprendido. Ponderación 50%.
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En un paisaje devastado una vibrante flor surge de las ruinas. Una mariposa multicolor vuela sobre ella como un eco de esperanza. La vida sigue adelante floreciendo donde menos espera y lleva consigo la promesa de un nuevo comienzo. Las alas de la mariposa la hace volar más alto, más allá del sufrimiento hacia un horizonte lleno de posibilidades.
En esos primeros años, los judíos, como mi familia y yo, disfrutábamos de plena igualdad legal. Sin embargo, Alemania sufría una gran crisis económica debido al desempleo y las enormes sumas de dinero que debían pagar a los países triunfantes como compensación por la guerra.
En este mapa podés visualizar las pérdidas territoriales de Alemania, a consecuencia del Tratado.
Tratado de versalles
El Tratado de Versalles fue un acuerdo de paz firmado el 28 de junio de 1919, al final de la Primera Guerra Mundial, entre las potencias aliadas (lideradas por Francia, Reino Unido y Estados Unidos) y Alemania, uno de los principales países derrotados en la guerra. El tratado se firmó en el Palacio de Versalles, en Francia, y estableció varias condiciones para responsabilizar a Alemania por el conflicto.
El inicio de la republica de Weimar
La República de Weimar fue el nuevo régimen político que se estableció en Alemania tras la derrota en la Primera Guerra Mundial. Su nombre viene de la ciudad de Weimar, donde se reunió la Asamblea Nacional constituyente para proclamar la nueva constitución, que fue aprobada el 31 de julio y entró en vigor el 11 de agosto de 1919.
Nacimiento del partido obrero aleman
En 1919, un veterano de guerra llamado Adolf Hitler se unió al pequeño Partido Obrero Alemán, y poco a poco lo transformó en lo que sería el temido Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores.
Consecuencias para Alemania
- Perdió el 13% de su territorio y una décima parte de su población.
- Renania: Esta región fue ocupada y desmilitarizada.
- Las colonias fueron transferidas a la nueva Sociedad de las Naciones.
- El ejercito se limitó a 100,000 hombres y se prohibió reclutar más soldados.
- Se confiscó la mayoría de nuestras armas y la armada quedó sin grandes buques.
- Juicio al emperador: Se exigió que nuestro emperador, Guillermo II, enfrentara un juicio por crímenes de guerra.
- Alemania tuvo que pagar 269,000 millones de marcos de oro, ¡una cifra impresionante que hoy serían unos 33,000 millones de euros!
- Consecuencias: Estas reparaciones llevaron a una grave crisis económica y a la hiperinflación de los años 20, que desembocó en la Gran Depresión.
El nacimiento del partido nazi
La situación empeoró aún más con la Gran Depresión de 1929, lo que provocó caos y desesperación en todo el país. Fue en medio de esta crisis cuando los partidos extremistas comenzaron a ganar fuerza. De un lado estaba el Partido Comunista y del otro, el Partido Nazi, que proponía soluciones radicales a los problemas económicos y sociales.
Del testimonio de Renée Hurwitz
"El búnker estaba acondicionado para 30 personas. En definitiva éramos entre 40 y 50. Había allí de todo. Ni decir que había una provisión de comida para medio año, un pozo de agua, una radio, armas, de todo. En el búnker la vida se desarrollaba de tal modo que durante todo el día permanecíamos allí y de noche los alemanes no aparecían y entonces salíamos a lavarnos y cocinábamos un poco. De hecho continuamos así tres semanas, hasta el 6 de mayo."
"Unos 3.000 terroristas traspasaron la frontera de Gaza el 7 de octubre y masacraron a 1.400 personas (principalmente civiles, muchas familias enteras) mientras arrasaban comunidades en el sur de Israel, incluso en la rave Supernova en las afueras del Kibbutz Re’im, en la que hombres armados en motocicletas masacraron a 260 asistentes a la fiesta. También secuestraron a más de 240 personas y las llevaron a la Franja, incluidos al menos 30 niños."
The Times of Israel
Los Aliados ganadores de la Primera Guerra Mundial fueron un grupo de países que se unieron para combatir a las Potencias Centrales (principalmente Alemania, Austria-Hungría, el Imperio Otomano y Bulgaria). Los principales países aliados ganadores fueron:
Gran bretaña
Francia
Estados unidos
Italia
Japon
Belgica
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Bibliografía
https://www.yadvashem.org/es.html https://encyclopedia.ushmm.org/ Libro: Quería volar como una mariposa https://store.yadvashem.org/he/queriacutea-volar-como-una-mariposa-24