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Trastornos del sueño

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Insomnio

Hipersomnia

Narcolepsia

Trastornos de ansiedad

Ansiedad generalizada

Ataques de panico

Ansiedad por separacion

Trastorno de depresion mayor

Trastorno depresivo persistente o distimia

Trastorno bipolar

Trastornos del estado de animo

Anorexia nerviosa

Bulimia nerviosa

Tratsorno por atracon

Trastornos de la conducta alimentaria

¿De que elementos se compone cada uno de los trastornos de la adolescencia?

El insomnio es un trastorno frecuente del sueño. En el insomnio, se tienen dificultades para conciliar el sueño, para estabilizarse dormido o para lograr un sueño de buena calidad (National Institute of Mental Health). El análisis de los síntomas para determinar un diagnóstico por trastorno de insomnio en adolescentes debe ser cuidadoso y exhaustivo, analizando la presencia de otros síntomas físicos y psicológicos para identificar otros posibles trastornos, como depresión y ansiedad (L8. Trastornos del sueño y ansiedad en la adolescencia).

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La hipersomnia es un trastorno del sueño en el que la persona está excesivamente somnolienta.

La narcolepsia es un trastorno del sueño que genera somnolencia durante el día. Las personas con narcolepsia pueden tener dificultad para permanecer despiertas durante mucho tiempo. Se duermen de forma repentina. Esto puede causar problemas graves en su rutina diaria (MAYOCLINIC).

La Asociación Estadounidense de Psiquiatría (2014), define la ansiedad generalizada de la siguiente manera: “Ansiedad y preocupación excesiva (anticipación aprensiva), que se produce durante un mínimo de seis meses, en relación con diversos sucesos o actividades (como en la actividad laboral o escolar” (L8. Trastornos del sueño y ansiedad en la adolescencia).

Los trastornos de pánico suelen aparecer en conjunto con el trastorno de ansiedad generalizada. Un ataque de pánico ocurre cuando se experimentan síntomas físicos súbitos e intensos: corazón acelerado, sudoración, temblores, mareos, falta de aliento, náuseas, y usted interpreta que eso significa que algo está muy mal. La gente suele creer que se está muriendo o que está enloqueciendo.

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Al pensar en el comportamiento de un adolescente o un niño, normalmente se asocia con vitalidad, energía, risas, felicidad, etc., pero es importante reconocer que la depresión tendrá diferentes caras dependiendo de la edad. En el caso de los adolescentes y los niños, la tristeza profunda y sentimiento de inutilidad se manifestará con rabietas, fracaso escolar, cambios abruptos de conducta, etc. La depresión es un trastorno que ocurre durante la adolescencia, con un aumento en su tasa en los últimos años.

Los trastornos depresivos se caracterizan por una tristeza de una intensidad o una duración suficiente como para interferir en la funcionalidad y, en ocasiones, por una disminución del interés o del placer despertado por las actividades. Se desconoce la causa exacta, pero probablemente tiene que ver con la herencia, cambios en las concentraciones de neurotransmisores, una alteración en la función neuroendocrina y factores psicosociales (Coryell, W. 2021).

El trastorno bipolar causa altibajos muy marcados en el estado de ánimo y la energía de una persona. Quienes lo padecen varían entre estados de ánimo con poca energía (depresión) y estados de ánimo con mucha energía, que reciben el nombre de manía.

La anorexia nerviosa es un trastorno de la conducta alimentaria que ha ido en aumento en los últimos años, de mayor prevalencia en mujeres jóvenes, pero ha aumentado alarmantemente en hombres.

Características La bulimia nerviosa es un trastorno que se centra en la pérdida de peso y el temor a engordar. Esto significa que las personas sienten que han perdido el control sobre su alimentación y comen grandes cantidades de comida a la vez.

El trastorno por atracón es una condición en la cual la persona come generalmente una cantidad de comida mucho mayor de lo normal, todo al mismo tiempo. Siempre porta una sensación de que no se puede parar de comer. También suele incluir la ingesta de cantidades de comida mucho mayores de lo habitual.

Para Coryell, W. (2021), “Los trastornos del estado de ánimo son trastornos de la salud mental caracterizados por la existencia de alteraciones emocionales, consistentes en periodos prolongados de tristeza excesiva (depresión), de exaltación o euforia excesivas (manía), o de ambos. La depresión y la manía representan los dos polos o extremos de los trastornos del estado de ánimo”. Los trastornos del estado de ánimo presentes en la adolescencia son:

  • Trastorno de depresión mayor
  • Trastorno depresivo persistente o distimia
  • Trastorno bipolar

Según Solari (2015): “El sueño es un proceso fisiológico que se caracteriza por una relativa tranquilidad y por un gran aumento del umbral o de las respuestas de los estímulos externos” (L8. Trastornos del sueño y ansiedad en la adolescencia). A nivel cerebral, el ritmo de sueño vigilia está regulado por el núcleo supraquiasmático del hipotálamo, lo cual permite que el cuerpo mantenga un equilibrio entre las necesidades del sueño y vigilia. Este núcleo atiende a un ritmo circadiano de 24 horas, intercalado en dos momentos: 8 horas de sueño para un adulto normal por 16 horas de vigilia, este ciclo va cambiando dependiendo la edad. En el caso del adolescente, el núcleo supraquiasmático funciona bajo un esquema circadiano de 25 horas, lo cual deriva en un retraso al dormir y una dificultad al momento de levantarse. Aunado a estos procesos, los ciclos de sueño se ven alterados por hábitos sociales, uso de tabletas, celulares, etc., lo cual en ocasiones provoca trastorno del sueño.

De acuerdo con la Lección 8. Trastornos del sueño y la ansiedad en la adolescencia; “Los trastornos de ansiedad se han convertido en motivos de consulta frecuente en los adolescentes, especialmente los relacionados con la ansiedad generalizada, las fobias sociales y los trastornos de pánico”. En la actualidad es importante reconocer las diferencias entre el malestar asociado con el estrés, o incluso el proceso de adaptación y los movimientos emocionales que se presentan durante la adolescencia. En la Guía de consulta de los criterios diagnósticos del DSM-5, la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (2014), tipifica ansiedad en los siguientes trastornos:

  • Trastorno de ansiedad por separación
  • Mutismo selectivo
  • Fobia especifica
  • Trastorno de ansiedad social
  • Trastorno de pánico

Los trastornos de la alimentación, también llamados trastornos de la conducta alimentaria, son enfermedades médicas graves con una influencia biológica que se caracterizan por alteraciones graves de las conductas alimentarias (National Institute of Mental Health). Los trastornos de la conducta alimentaria representan un reto para su tratamiento, puesto que las personas que los padecen buscan ocultar sus síntomas del entono social. En estos pacientes se presenta una distorsión de la imagen corporal como una idea obsesiva de sentirse obesos, con un deseo persistente de bajar de peso y un intenso miedo a subir de peso. Se presentas conductas obsesivas como contar las calorías e imaginar nuevas formas de bajar de peso.

La ansiedad por separación es más frecuente en niños, aunque durante la adolescencia también se presentan casos notables que deben ser tratados. “Se trata de una angustia que es desproporcionada a la edad y a la circunstancia y que puede llegar al pánico” (Mardomingo, 2005, L8. Trastornos del sueño y ansiedad en la adolescencia).

De acuerdo con la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (2014), estos son los criterios para diagnosticar un trastorno de insomnio: A. Predominante insatisfacción por la cantidad o la calidad del sueño, asociada a uno o más de los siguientes síntomas. Dificultad para mantener el sueño. Dificultad para mantener el sueño, que se caracteriza por despertares frecuentes o problemas para volver a conciliar el sueño después de despertar. Despertar pronto por la mañana con incapacidad para volver a dormir. B. La alteración del sueño causa malestares clínicamente significativos, deterioro en lo social, laboral, educativo, académico, del comportamiento u otras áreas importantes del funcionamiento. Este déficit crónico de sueño en los adolescentes se relaciona con el estado de ánimo depresivo, bajo rendimiento escolar, poca motivación escolar y dificultades en memoria, aprendizaje y habilidades motoras, así como mayor irritabilidad y ansiedad. En la adolescencia, la secreción de melatonina, hormona indispensable para provocar el sueño, se produce más tarde durante esta etapa.

La Asociación Estadounidense de Psiquiatría (2014), sostiene que: A. El individuo refiere somnolencia excesiva (hipersomnia) a pesar de haber dormido durante un período principal que dura al menos siente horas, con uno o más de los síntomas siguientes: Periodos recurrentes de sueño o de caerse de sueño el mismo día. Un episodio principal de sueño prolongado de más de nueve horas diarias que no es reparador. Dificultad para estar totalmente despierto después de un despertar brusco. El diagnóstico de la hipersomnia debe tomarse a reserva, considerando la posibilidad de otros trastornos, como la depresión, o el consumo de alguna sustancia, que explique el estado de somnolencia del adolescente.

De acuerdo con la Guía de consulta de los criterios diagnósticos del DSM-5, la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (2014), tipifica la depresión mayor bajo los siguientes síntomas: Ánimo deprimido: estado de ánimo deprimido la mayor parte del día, casi todos los días, según se desprende la información subjetiva; se siente triste, vacío, etc. Disminución del interés: disminución importante del interés o placer por todas o casi todas las actividades la mayor parte del día. Pérdida de peso: pérdida importante de peso sin hacer dieta o aumento de peso. Insomnio o hipersomnia: casi todos los días. Agitación o retraso psicomotor: casi todos los días. Fatiga o perdida de energía: casi todos los días. Sentimiento de inutilidad: sentimiento de inutilidad o culpabilidad excesiva o inapropiada casi todos los días. Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse: o para tomar decisiones, casi todos los días. Pensamiento de muerte recurrente: no solo miedo a morir, sino también ideas suicidad recurrentes sin un plan determinado, intento de suicidio o un plan específico para llevarlo a cabo. “Del Barrio (2014) menciona que alrededor del 50 % de las depresiones no son diagnosticadas, debido a que los padres de adolescentes y niños no consideran que su comportamiento se asocie con un cuadro depresivo” (L8. Trastornos del sueño y ansiedad en la adolescencia). El DSM–5 también nos advierte que varios de los síntomas descritos pueden presentarse en los procesos de duelo por pérdida de algún familiar cercano, por lo mismo es necesario realizar una entrevista exhaustiva que nos permita contextualizar estos síntomas, consiguiendo información amplia de la vida del adolescente. Cabe recalcar que el suicidio es multifactorial: no todos los que están deprimidos se suicidan, ni todos los que se suicidan estaban deprimidos.

En la Guía de consulta de los criterios diagnósticos del DSM-5, la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (2014) tipifica el trastorno depresivo persistente bajo los siguientes síntomas: A. Estado de ánimo deprimido: este se da durante la mayor parte del día, presente más días que los que está ausente. En niños y adolescentes el estado de ánimo puede ser irritable y la duración ha de ser como mínimo de un año. B. Presencia durante la depresión de dos o más de los siguientes síntomas: Poco apetito o sobre-apetito. Insomnio o hipersomnia. Poca energía o fatiga. Baja autoestima. Falta de concentración o dificultad para tomar decisiones. Sentimientos de desesperanza. Del Barrio (2014) nos invita a ser muy observadores de los síntomas distímicos en niños y adolescentes, señalando que, para establecer este diagnóstico, no solo es suficiente la presencia de tristeza e incapacidad de disfrutar aquellas cosas que el adolescente disfrutaba, sino que resulta altamente revelador conocer las actividades que han sido afectadas por la depresión (asistencia a la escuela, a reuniones familiares, etc.). Además, se deben considerar los síntomas somáticos, como dolores de cabeza, estómago, mareos, desmayos, problemas en el sueño o cambios en los hábitos alimenticios (L8. Trastornos del sueño y ansiedad en la adolescencia).

Según el DSM-5, para diagnosticar el trastorno bipolar, una persona debe haber tenido al menos un episodio de manía o hipomanía. Para que se considere manía, el estado de ánimo debe ser expansivo, irritable o exaltado y durar al menos una semana, casi todos los días y la mayor parte del día. En el caso del trastorno bipolar II, se debe cumplir con los criterios del DSM-5-TR para al menos un episodio hipomaníaco y al menos un episodio depresivo mayor. Los síntomas maníacos deben ser muy graves para que afecten de manera significativa el funcionamiento social u ocupacional. El DSM-5, o Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, es una obra que está a disposición de los médicos especializados en salud mental e investigadores

De acuerdo a los criterios diagnósticos del DSM-5 su identificación se da bajo los siguientes criterios:

  • Episodios recurrentes de atracones: un episodio de atracón se caracteriza por los dos hechos siguientes; ingestión en un periodo determinado; por ejemplo, dentro un periodo cualquiera de dos horas, donde la ingesta de alimentos es mayor a la que la mayoría de las personas ingeriría en un periodo similar. Sensación de falta de control sobre lo que se ingiere bajo el episodio; por ejemplo, sensación de que no se puede dejar de comer o controlar lo que se ingiere o la cantidad que se ingiere.
  • Comportamientos compensatorios inapropiados recurrentes para evitar el aumento de peso: como el vómito autoprovocado, el uso incorrecto de laxantes, diuréticos u otros medicamentos, el ayuno o el ejercicio excesivo.
  • Los atracones y los comportamientos compensatorios inapropiados se producen, al menos una vez a la semana, durante tres meses.
Síntomas clínicos de la bulimia nerviosa Intenso miedo a ganar peso y percepción desproporcionada del peso, aunado a ello se ha encontrado que las personas con bulimia nerviosa presentan conductas impulsivas y de culpabilidad durante los episodios de los atracones. En este trastorno se vuelven ciclos que se repiten, por lo cual la persona presenta intensa ansiedad e impulsividad que termina con la pérdida de control al ingerir alimentos de alto valor calórico (dulces, chocolates, etc.), desencadenado de ello la persona presenta intensos sentimientos de culpa y arrepentimiento que lo llevan a conductas compensatorias como vómitos, laxantes, etc.

De acuerdo con los criterios diagnósticos del DSM-5 se diagnostica anorexia nerviosa bajo los siguientes supuestos: Restricción de la ingesta energética: en relación con las necesidades, que conduce a un peso corporal significativamente bajo con relación a la edad, sexo, curso del desarrollo y la salud física. Peso significativamente bajo: un peso inferior al mínimo normal o en niños y adolescentes, inferior al mínimo esperado. Miedo intenso a ganar peso o a engordar o comportamiento persistente que interfiere en el aumento de peso, incluso con un peso significativamente bajo. Alteración en la forma en que uno mismo percibe su propio peso o constitución: influencia impropia del peso o la constitución corporal en la autoevaluación o falta persistente de la gravedad del peso corporal bajo actual. Tipos de anorexia nerviosa Tipo restrictivo: La pérdida de peso obedece a dietas, ayunos prolongados y exceso de ejercicio. Tipo con atracones y purgas: Aquí la pérdida de peso obedece a vómito inducido, edemas, laxantes o diuréticos. Síntomas clínicos de la anorexia La anorexia nerviosa está asociada con otros trastornos depresivos, baja autoestima y ansiedad, por lo que tienden a aislarse para ocultar los síntomas, cosa que dificulta aún más la detección de este trastorno.

De acuerdo con la psicóloga Itzel Téllez Nares, educadora en diabetes de la Asociación Mexicana de Diabetes, las personas que padecen este trastorno tienen los siguientes síntomas:

  1. Tienen una ingesta excesiva de alimentos en un corto lapso, aproximadamente cada dos horas.
  2. Sienten que no tienen control de sí mismos mientras comen.
  3. Comen hasta sentirse exageradamente llenos.
  4. A pesar de no tener hambre, consumen alimentos.
  5. Comen a solas o a escondidas.
  6. Tienen un sentimiento de disgusto con ellos mismos, suelen tener un periodo de depresión o culpa después de la comida.
  7. Comen más rápidamente de lo normal.
Síntomas clínicos del trastorno por atracón Los episodios de atracón se presentan al menos dos veces a la semana en un periodo de seis meses. Dichos atracones son comúnmente con la ingesta de alimentos altos en grasas y carbohidratos. Las personas que padecen este trastorno se caracterizan por tener una baja autoestima, se consideran fracasadas y poco exitosas, además de presentar sentimientos de insuficiencia y falta de control en sus vidas (UNAM, 2017).

De acuerdo con The National Institute of Mental Health; a menudo, los niños y los adolescentes con el trastorno de ansiedad generalizada se preocupan excesivamente por:

  • Su rendimiento, como en la escuela o en los deportes;
  • Eventos catastróficos, como terremotos o guerras;
  • La salud de otros, como la de los miembros de la familia.
Los niños y adolescentes con el trastorno de ansiedad generalizada pueden tener síntomas físicos que dificultan su funcionamiento y que interfieren en la vida diaria, como dolor, fatiga o dificultad para respirar. Dichos síntomas pueden mejorar o empeorar con el tiempo y a menudo son peores durante los momentos de estrés, como con una enfermedad física, en época de exámenes escolares, o durante un conflicto familiar o de relaciones personales (The National Institute of Mental Health).

Según Solari (enero-febrero, 2014), la narcolepsia se identifica por las siguientes características:

  • Ataques de sueño: deseo intenso de dormir y de hacer sientas recurrentes.
  • Parálisis del sueño: sensación de no poder moverse ni hablar al despertar, o al pasar de una etapa a otra del ciclo del sueño, coloquialmente conocido como se me subió el muerto.
  • Alucinaciones hipnagógicas: imágenes que aparecen en el cambio entre sueño y vigilia. Suelen estar relacionadas con hechos vividos durante el día.
  • Cataplejía: es una debilidad muscular bilateral.

La Asociación Estadounidense de Psiquiatría (2014), define al trastorno de pánico como: Un ataque de pánico es la aparición súbita de miedo intenso o de malestar intenso que alcanza su máxima expresión en minutos, y durante este tiempo se producen cuatro o más de los siguientes síntomas: Palpitaciones, golpeteo del corazón o aceleración de la frecuencia cardiaca. Sudoración. Temblor o sacudidas. Sensación de dificultad para respirar o de asfixia. Sensación de ahogo. Dolor o molestias en el tórax. Náuseas o malestar abdominal. Sensación de mareo, inestabilidad, aturdimiento o desmayo. Escalofríos o sensación de calor. Parestesias (sensación de entumecimiento o de hormigueo). Desrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización (separarse de uno mismo).

De acuerdo con Stanford Medicine Children's Health, los síntomas pueden incluir:

  • Rehusarse a dormir solo
  • Pesadillas repetidas con un tema de separación
  • Angustia excesiva cuando se presenta o se anticipa la separación del hogar o de la familia
  • Preocupación excesiva sobre la seguridad de un miembro de la familia
  • Preocupación excesiva sobre perderse de la familia
  • Rehusarse a ir a la escuela
  • Temeroso y renuente a estar solo
  • Frecuentes dolores de estómago, cefaleas u otras quejas físicas
  • Dolores o tensión musculares
  • Preocupación excesiva sobre la seguridad de sí mismo
  • Preocupación excesiva acerca de o cuando se duerme lejos de casa
  • Dependencia excesiva incluso cuando está en casa
  • Síntomas de pánico y/o berrinches cuando se está separado de los padres o encargados
  • Los síntomas del trastorno de ansiedad por separación pueden parecerse a otras afecciones o problemas psiquiátricos.