Mapa Mental Cerebro

Conocer a tu audiencia: ¿Quiénes son los ejecutivos? ¿Cuál es su nivel de conocimiento sobre el tema? ¿Qué esperan obtener de la presentación? Adaptar el contenido y el lenguaje a tu público es clave.

Definir el objetivo: ¿Qué quieres lograr con la presentación? ¿Informar, persuadir, inspirar? Un objetivo claro te ayudará a estructurar el contenido de manera efectiva.

Menos es más: Evita saturar las diapositivas con demasiada información. Utiliza viñetas, gráficos y tablas concisas para transmitir los puntos clave.

Jerarquía visual: Organiza la información de manera lógica y visualmente atractiva. Utiliza diferentes tamaños de fuente, colores y estilos para destacar los elementos más importantes.

Visuales impactantes: Utiliza imágenes, gráficos e infografías de alta calidad para ilustrar tus puntos y hacer la presentación más atractiva.

Historia coherente: La presentación debe contar una historia. Cada diapositiva debe conectar con la anterior y avanzar hacia una conclusión clara.

Tipografía legible: Elige fuentes claras y fáciles de leer, evitando combinaciones excesivamente llamativas.

Paleta de colores coherente: Utiliza una paleta de colores que refleje la identidad de tu empresa y que sea fácil de ver.

Animaciones con moderación: Las animaciones pueden agregar dinamismo, pero úsalas con moderación para no distraer al público.

Práctica: Ensaya tu presentación varias veces para asegurarte de que fluye de manera natural y que no te excedas del tiempo asignado.