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Transcript

Cristo, y Este crucificado: el centro de nuestra predicación

Capítulo 7

“Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado” 1 Corintios 2:2

“Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo” Hechos 5:42

“Un sermón sin Cristo es algo espantoso y horrible. Es un pozo vacío, una nube sin lluvia, un árbol dos veces muerto y desarraigado. Es abominable dar a los hombres piedras en vez de panes y escorpiones en lugar de huevos, y aun así, ¡esto es justamente lo que hacen aquellos que no predican a Cristo! Una hogaza de pan sin harina, ¿cómo puede alimentar el alma? Los hombres mueren y perecen porque Cristo no está presente ahí”

- Charles Spurgeon
Muchos buenos intérpretes de las Escrituras coinciden en que la mejor ayuda que podemos encontrar para interpretar correctamente un texto bíblico es la Biblia misma.
La primera tarea del predicador es desentrañar el verdadero significado del texto, la hermenéutica juega un papel vital en la predicación expositiva.
Sin embargo, debemos admitir que esto no siempre es tan evidente, sobre todoal ver la manera como los apóstoles interpretaron en ocasiones algunos pasajes del Antiguo Testamento.
Debido al origen divino de las Escrituras, que produjo como resultado un libro con tal unidad y coherencia interna, en la misma Biblia encontraremos la luz que necesitamos para interpretar correctamente todo texto bíblico, por complejo y difícil que parezca.

¿Por qué Mateo aplica este versículo a lo que sucedió con Jesús en el tiempo de Herodes? ¿Dónde aprendieron los apóstoles a interpretar el Antiguo Testamento de ese modo?

Por ejemplo, en Mateo 2 se narra la terrible escena de la matanza de los niños que decretó el rey Herodes. El Señor protegió a Jesús ordenándole a José que huyera hacia Egipto, donde debía permanecer hasta la muerte del rey.Pero entonces Mateo añade el comentario de que todo estoaconteció “para que se cumpliera lo que el Señor habló por medio del profeta, diciendo: DE EGIPTO LLAMÉ A MI HIJO” (Mat. 2:15, LBLA). Esta es una cita de Oseas 11:1 donde se narra lo que Dios hizo con el pueblo de Israel en el Éxodo.

Necesitamos aprender a interpretar la Biblia como ellos lo hicieron.
La respuesta es que lo aprendieron del mismo Señor Jesucristo. Fue Jesús quien les enseñó a interpretar todas las Escrituras con los ojos puestos en Él.

Una clase de hermenéutica con Jesús

Lucas 24:13-32 En el camino se encuentran con Jesús, pero no lo pueden reconocer porque “los ojos de ellos estaban velados” (Luc. 24:16).Estos hombres estaban muy decepcionados por la muerte de Jesús, porque esperaban que Él fuera “el que había de redimir a Israel” (Luc. 24:21). Eso era precisamente lo que acababa de suceder, pero ellos eran incapaces de verlo porque no tenían un correcto entendimiento de las Escrituras.Jesús los amonesta pero al mismo tiempo les da la clave que necesitan para interpretar las Escrituras correctamente:"Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían" (Luc. 24:25-27).
Y ¿qué sucedió cuando los discípulos lo comprendieron? Sus corazones comenzaron a arder dentro de ellos (v. 32) y sus ojos fueron abiertos para que reconocieran a Jesús al partir el pan (v. 31). El velo fue removido cuando comprendieron las Escrituras; entonces, y solo entonces, pudieron reconocer a Jesús.
Jesús no tuvo que forzar o espiritualizar los textos bíblicos para demostrarles a estos discípulos que todo el Antiguo Testamento habla de Él. Solo interpretó las Escrituras de acuerdo a su verdadero significado.

Jesús les proveyó la clave que ellos necesitaban para interpretar toda la Biblia. Si lo colocaban a Él en el centro de la historia redentora, el significado de los textos bíblicos se abriría delante de sus ojos.

Predicar el evangelio desde toda la Escritura

Durante esos 40 días el Señor impartió a Sus discípulos lecciones avanzadas de interpretación bíblica. Los apóstoles, instruidos por Jesús, entendieron que el propósito del Antiguo Testamento era llevarnos a ser sabios “para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús”, como le dice Pablo a Timoteo en su segunda carta (2 Tim. 3:14-15)
Por el libro de los Hechos sabemos que antes de ascender a los cielos el Señor dedicó 40 días a impartir a los discípulos un seminario intensivo “acerca del reino de Dios” (Hech. 1:3).
Su predicación era Cristo-céntrica porque la Biblia es Cristo-céntrica; de ahí las palabras de Pablo: “Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado” (1 Cor. 2:2). Eso no quiere decir que Pablo era un predicador de un solo tema, o que siempre incluía en sus mensajes una apelación al incrédulo para llevarlo al arrepentimiento y a la fe a la luz de lo que ocurrió en el Calvario.
En las cartas del Nuevo Testamento encontramos una amplia gama de temas y una gran variedad de mandamientos que forman el marco ético de la vida cristiana práctica. Pero el evangelio es el elemento que sustenta y provee significado a todos los temas incluidos en la historia de la salvación y que al mismo tiempo motiva al creyente en su obediencia a los Mandamientos de Dios.
“Claro que no —le respondió el joven— tampoco yo vi que Cristo estuviera en el texto”.
Spurgeon narra la historia de un anciano ministro que escuchó predicar a un joven; y cuando el jóven le preguntó al anciano que qué le había parecido su mensaje, el anciano le respondió: “Si debo decirle la verdad, no me ha gustado nada, en su sermón no vi a Cristo por ninguna parte”.
Siempre que tomo un texto, me digo: "Hay un camino desde aquí a Jesucristo, y seguiré su senda hasta llegar a Él… Haré lo posible por encontrarlo, lucharé contra viento y marea hasta llegar a Él"
Entonces el anciano ministro exclamó: “¡Oh! ¿Pero no sabe que de cada pueblo, de cada aldea, de cada caserío, por pequeño que sea, parte un camino que conduce a la capital?

Un aterrizaje forzoso en el Calvario

Ahora bien, debemos reconocer que predicar a Cristo desde todas las Escrituras no es tan sencillo como puede parecer a simple vista.Para poder hacerlo de una forma adecuada, debemos contemplar el Antiguo Testamento en su propia realidad histórica,pero desde la posición ventajosa que nos brinda el Nuevo Testamento.Cuando entiendes que todas las líneas de la historia redentora convergen en Cristo, y que Él es el punto central de esa historia de redención, “simplemente no podrás dejar de ver que todos los textos, a fin de cuentas, son acerca de Jesús”
Eso, por supuesto, produce una tensión en el intérprete al tratar de entender los pasajes del Antiguo Testamento con la luz que tenemos ahora, pero sin pasar por alto el contexto histórico en que se desarrolla la trama.Debemos dejar que el Antiguo Testamento hable con su propia voz, por decirlo de alguna manera, “antes de recurrir a su cumplimiento cristológico”Pero si perdemos de vista a Cristo y el evangelio es porque nos hemos colocado de nuevo en la posición desventajosa que teníanlos santos del antiguo pacto para comprender su propia historia.
Pedro afirma en su primera carta que:“los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaban en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos” (1 Ped. 1:10-11). Ellos eran incapaces de entender plenamente sus propios escritos porque carecían de la luz que ahora tenemos en el Nuevo Testamento.

El gran teólogo norteamericano de finales del siglo XIX y principios del XX Benjamin Warfield compara el Antiguo Testamento “a una estancia ricamente adornada, pero en penumbra. Solo disponiendo de una luz podrá verse todo su contenido. Esa luz ha sido dispuesta en Cristo, y en el testimonio que el Nuevo Testamento da de Él”.

- Benjamin Warfield

El Antiguo Testamento en estéreo

Si queremos interpretarlas correctamente, lo primero que debemos hacer es movernos hacia el AT para tratar de captar ladimensión histórica del pasaje que estamos considerando, y luego movernos del AT hacia nosotros en el NT, para ver cómo se aplica ese pasaje a los creyentes del nuevo pacto.
Las historias del Antiguo Testamento se mueven en dos direcciones, de adelante hacia atrás y de atrás hacia adelante.
Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar; y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar, y todos comieron el mismo alimento espiritual, y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo. Pero de los más de ellos no se agradó Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto. Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron. Ni seáis idólatras, como algunos de ellos, según está escrito: Se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a jugar. Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y cayeron en un día veintitrésmil. Ni tentemos al Señor, como también algunos de ellos le tentaron, y perecieron por las serpientes. Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor. Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos. Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga (1 Cor. 10:1-12).
De todos los adultos que salieron de Egipto, más de un millón de personas probablemente, solo dos entraron a la tierra prometida; el resto murió en el desierto porque menospreciaron sus privilegios.
Pablo trae a memoria algunos episodios de la historia de Israel para dar una advertencia a los miembros de la iglesia en Corinto.
Antes de llegar de ellos a nosotros, debemos pasar primero a través de los hechosredentores del evangelio que giran en torno a la Persona y la obra de nuestro Señor Jesucristo.
Y ahora Pablo les dice que estas cosas que les acontecieron a ellos fueron registradas en las Escrituras como un ejemplo para nosotros.

La teología bíblica y su importancia en la predicación

David Helm, define como “una forma de leer la Biblia que sigue el desarrollo progresivo del plan de redención de Dios en Cristo”Cuando los discípulos citaban el AT miraban hacia Jesús como Aquel que “cumple y colma plenamente lo anunciado en el Antiguo Testamento”.Sinclair Ferguson dice “Partiendo de Génesis 3:15 hasta el final, la Biblia es el relato de un Dios guerrero que acude en socorro de su pueblo para liberarlo del reino de las tinieblas y establecer su reinado con, a través, y en medio de su pueblo”.Esa perspectiva del Reino Mesiánico es la que nos permite llegar hasta Jesús desde toda la Biblia sin la necesidad de hacer un aterrizaje forzoso en el Calvario.
En vez de preguntar: “¿Dónde está Jesús en mi texto?”, debemos empezar por ejemplo con estas preguntas: ¿Cómo afecta el evangelio a mi entendimiento del texto? ¿De qué forma mi texto anticipa o se relaciona con el evangelio?
Aunque leer la Biblia “con los ojos puestos en Jesús” no suele ser una tarea sencilla, es de gran importancia para el expositor de las Escrituras, porque, si perdemos de vista a Cristo y el evangelio,nos extraviaremos en nuestra interpretación del texto bíblico y nos colocaremos en una posición en extremo peligrosa, como se muestra a continuación.

Entre Escila y Caribdis

Ninguno de los lados era mejor que otro por lo que se requería mucha precisión para pasar por en medio para evitar el peligro
La mitología griega habla de dos mounstros marinosEscila y CaribdisCada uno situado en un lado opuesto y si los marineros se alejaban de Caribdis se acercaban a Escila.
Lo mismo ocurre en la vida cristiana con el Legalismo y el AntinomismoCon la diferencia de que no se trata de dos monstruos mitológicos, sino de dos enemigos muy reales que debemos mantener a raya si queremos guardar la pureza del evangelio para la salvación de los perdidos y la edificación de la iglesia.
LEGALISMO
Consiste en tratar de ganar el favor de Dios a través de nuestra obediencia a un conjunto de leyes y normas.
* Coloca a Dios en la posición de deudor y debe bendecirnos porque le obedecemos.* Nos dice que es por nuestros logros o esfuerzos para ser aceptados* Partiendo de ahí se suele agregar más reglas que no son bíblicas para estar seguros que debemos hacer lo que se nos pide.* Le ponemos más atención al aspecto externo del mandamiento que al corazón de la ley.* A final de cuentas es más fácil conformarse a una regla externa que tratar con el corazón.*Produce orgullo, sobrebia y desprecio porque se enorgullecen de sus estándares y desprecian a los que viven diferente.
ANTINOMISMO
Este es un vocablo compuesto de anti, que significa ‘en contra de’, y nomos, que significa ‘ley’. Este asume que podemos relacionarnos con Dios sin tener que obedecer Su Palabra y despreciando Su Ley moral.Muchos no se ven así porque es más una actitud que una creencia formal.Es el pensamiento de “Dios me acepta tal y como soy porque Su amor es incondicional"
Lo más impresionante es que ambos lados se puden justificar con la misma Palabra de Dios pero no toman en cuenta toda la Escritura sino sólo los pasajes aislados de lo demás.La biblia contiene muchas exhortaciones y mandamientos que parecerían apoyar al legalista.También otros pasajes presentan con tanta fuerza la gracia abundante de Dios, su amor incondicional y su bondad que parecería apoyar al antinomiano.
Por esta razón los predicadores necesitan conocer la relación entre la ley y el evangelio.William Perkins ilustra la importancia de conocer esa relación, tomando la enseñanza de dos textos en el Evangelio de Juan: “El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él […]. El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él” (Juan 14:21,23). Perkins concluye diciendo: “Estos textos muestran claramente que el evangelio transforma nuestra obediencia a los mandamientos de Dios desde un medio legalista para adquirir la salvación hacia una respuesta amorosa a la salvación que ha sido recibida. La obediencia a la Ley de Dios, que fluye del evangelio de la Gracia, viene a ser un medio a través del cual conocemos, nos asemejamos, nos deleitamos y amamos a Aquel que nos salvó al costo infinito de Sí mismo”

Desarrollar un instinto Cristo-céntrico

Con todo lo que hemos visto debemos predicar a Cristo desde toda la Escritura, siendo fieles al verdadero significado del texto bíblico, así como al gran mensaje de la Biblia y a su propósito redentor. La predicación expositiva es Cristo-céntrica porque la Biblia es Cristo-céntrica.
La tarea de interpretar la Biblia “… con los ojos puestos en Jesús”, si bien requiere de una pericia que se desarrolla con el estudio y la práctica, requiere más que nada desarrollar lo queSinclair Ferguson ha llamado “un instinto Cristo-céntrico”, fruto de una relación de creciente, intimidad, amor, admiración y deleite con la Persona de nuestro bendito Señor y Salvador, porque “de la abundancia del corazón habla la boca” (Mat. 12:34).

Según lleguemos a conocer a Cristo de forma más íntima y personal, y mayor sea nuestro amor a su Persona… aflorará en nosotros el instinto de razonar, explicar y demostrar, partiendo de la totalidad de las Escrituras, las riquezas de la gracia proclamadas en Jesús, el Cristo, el Salvador del mundo”

En el discurso del aposento alto el Señor Jesucristo se señala a Sí mismo como la vid verdadera, y a nosotros comolos pámpanos que debemos fructificar permaneciendo en la vid (Juan 15:1-18). Asegúrate de llevar a los hombres a Cristo, y no meramente a un conjunto de doctrinas o de normas éticas, porque Él, ysolo Él, es “poder de Dios y sabiduría de Dios” (1 Cor. 1:24).