Melanie Klein
Yadel Avalos
Created on September 12, 2024
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Transcript
teoria de las relaciones objetales
Melanie Klein
La teoría psicoanalítica de Melanie Klein, es continuación en numerosos aspectos de la obra de Freud, pero se destaca por ampliar y profundizar en aspectos del desarrollo a lo largo de la infancia y crear un enfoque más centrado en cómo se relaciona el individuo con los objetos (entendidos como otras personas), siendo esta la base de la teoría de las relaciones objetales.
Es precisamente su terapeuta quien le señala sus capacidades para trabajar con niños, el que sería su interés fundamental a lo largo de su carrera.
Nace en Viena, en una familia de origen judío. Hace un intento de estudiar Medicina, pero al final abandona la carrera. Tiene tres hijos en un matrimonio difícil, que termina provocándole una fuerte depresión. Para resolver este problema empieza un análisis con Sándor Ferenczi, lo que supone su inicio en el psicoanálisis.
Melanie Klein (1882 - 1960)
En la Europa de la Segunda Guerra Mundial, con un matrimonio que no funciona, Klein se traslada a Inglaterra. Realiza un nuevo análisis con Karl Abraham, otro de los fieles seguidores de Freud, y empieza a presentar sus trabajos en los congresos de la Sociedad Psicoanalítica. La influencia de Klein en el psicoanálisis es enorme, su teoría de las relaciones objetales será desarrollada por discípulos tan eminentes como Ronald Fairbairn, Wilfred Bion o Donald Winnicott.
En la teoría psicoanalítica de Klein, el ser humano se encuentra desde el nacimiento en un constante estado de conflicto entre pulsiones de vida o amor y de muerte u odio.
A lo largo del desarrollo del ser, el sujeto deberá ir superando las etapas y conflictos propios de la etapa vital que se está viviendo, forjando un equilibrio entre lo externo y lo interno a través de las relaciones con los diferentes objetos y enriqueciendo con el tiempo su yo, personalidad y carácter.
El individuo y su desarrollo
En un inicio las relaciones objetales se basarían en la proyección de impulsos y la introyección de los estímulos externos, para ir desarrollándose un yo más o menos diferenciado en las diferentes etapas o posiciones.
Una de las principales divergencias con Freud es que mientras el padre del psicoanálisis considera que en el nacimiento el ser humano es puro ello, en la teoría psicoanalítica de Melanie Klein se cree que desde el parto el infante tiene un yo primitivo que le permite vincularse con los objetos y proyectar sobre ellos sus propios impulsos y conflictos inconscientes.
El Yo Primitivo
b) proyección
a) introyección
Los mecanismos desde los que se construyen estas representaciones mentales de las relaciones son dos:
Objetos internos:
El niño establece relaciones con los seres que le rodean (en un principio con la madre) y, a partir de ellas, va construyendo un esquema de cómo son las personas y cómo tratar con ellas
Estas posiciones pueden reaparecer en la vida del adulto ante desencadenantes ambientales.
Depresiva (a partir de los 6 meses)
Esquizoparanoide (4-6 meses)
En el proceso evolutivo de construir objetos internos hay dos etapas evolutivas fundamentales que Klein denomina posiciones:
Los objetos internos son esquemas que funcionarán durante toda la vida de la persona como herramientas para interpretar el mundo relacional y decidir sobre la propia conducta.
Si el niño consigue introyectar el aspecto bueno de los objetos (esencialmente el pecho bueno de la madre) a través de la vivencia de más o mejores experiencias positivas que negativas, conseguirá formar un yo sano que le permita pasar a la siguiente posición.
El niño utiliza el mecanismo de Defensa de Escisión
En esta etapa inicial del desarrollo, el niño aún no es capaz de identificar qué es el yo y que no, por lo que no puede integrar la existencia conjunta de aspectos gratificantes y aversivos en un mismo objeto.
Posición Esquizoparanoide
Disminuyen las pulsiones agresivas y aumentan las depresiva
Reconoce a la madre como un objeto total, es la misma persona la que premia o castiga; lo que produce una tremenda ambivalencia porque se convierte tanto en la receptora del amor como en destinataria del odio.
Posición Depresiva
Posteriormente aparecerá el complejo de Edipo propuesto por Freud, en el momento en que se reduce la ambivalencia y se realiza la elección entre el deseo por un progenitor y la rivalidad e identificación con el otro.
En la teoría psicoanalítica de Melanie Klein este complejo es bastante anterior al de Freud, apareciendo junto a la integración de los objetos parciales en un objeto total durante la posición depresiva.
El complejo de Edipo
El juego simbólico y la fantasía inconsciente
Para Klein, el juego es un método de comunicación en el que el infante exterioriza sus inquietudes y deseos primigenios de forma indirecta.
Una de las contribuciones más valoradas por parte de la teoría psicoanalítica de Melanie Klein es la introducción del juego simbólico como método de evaluación y trabajo con menores.
Juego
Para un niño que no ha finalizado su desarrollo es sumamente complejo ser capaz de expresar sus pulsiones, deseos y angustias. Este es uno de los principales motivos por los cuales el método de la asociación libre propio del psicoanálisis freudiano no podía ser originalmente aplicado a niños.
El juego simbólico y la fantasía inconsciente
Klein considera que existe un complejo de Edipo desde el momento en que el niño es capaz de discernir que sus progenitores son individuos ajenos a él, observando que existe un vínculo entre ellos del que él no forma parte. El niño proyecta sus deseos en dicho vínculo, generandose envidia y provocando sentimientos ambivalentes al respecto.
Debido a la existencia de un objeto malo, persecutorio, el infante desarrollará ansiedad y angustia ante la idea de que éste pueda atacarle. De este modo, se desarrolla un miedo paranoide que a su vez despertará instintos agresivos y sádicos hacia el objeto. Asimismo, son frecuentes la confusión y angustia ante el desconocimiento de qué objeto se va a encontrar.
La vuelta a las relaciones esquizoparanoides daría lugar a síntomas psicóticos, mientras que la activación de la posición depresiva se manifestaría en síntomas neuróticos.
El niño reacciona identificando los objetos de forma parcial, haciendo que considere la existencia de uno bueno que le cuida y otro malo que le daña o frustra, proyectando en ellos sus impulsos e intentos. El ejemplo más importante y que más marcará al infante es el del pecho materno, que en ocasiones le amamanta y en otras le frustra.
Introyección por la que se incorporan las características deseadas de los otros
Se incorpora e introyecta el aspecto bueno de los objetos, concretamente del pecho materno, y el niño es capaz de integrar los aspectos agradables y desagradables de los objetos. Poco a poco se ha pasado a poder ver los objetos como un solo elemento que en ocasiones puede ser bueno y en otras malo.
Al observar que el objeto es un ente independiente nace el miedo y la ansiedad ante la posibilidad de su pérdida. Así pues, en esta posición o etapa aparecen angustias de tipo depresivo, que se añaden a las propias de la posición anterior. Nacen los sentimientos de culpa y gratitud hacia los objetos, y empiezan a aplicarse mecanismos de defensa como la represión de instintos y el desplazamiento.
Proyección de los propios impulsos inaceptables en los demás
Para la teoría psicoanalítica de Melanie Klein, en la infancia los elementos no conscientes pueden encontrarse simbolizados en la generación de fantasías. Las fantasías inconscientes actúan como método de expresión de los instintos básicos y las angustias, proyectándose éstos en el juego y dirigiendo en gran medida la actitud y la conducta infantil.
Analizando el simbolismo encerrado en el proceso de juego es posible observar las fantasías inconscientes que rigen la conducta del niño de un modo análogo al empleado en los métodos de asociación libre aplicados en adultos