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Aspectos Deontológicos

de la evaluación

DATO CURIOSO.

La enseñanza y la evaluación no son tareas neutrales, se trata de procesos que tienen un fuerte componente político-ideológico y ético-moral, que inevitablemente afecta las vidas de las personas implicadas. No es verdad que los profesores en el aula podamos mantener cierta distancia intelectual mostrando una actitud aséptica e imparcial respecto al asunto de la evaluación (en realidad, de ningún asunto educativo) con el afán de ser objetivos e impedir contaminar el proceso con nuestros propios valores e ideología. Esta contaminación resulta inevitable, lo que exige permanecer alerta en todo momento contra los prejuicios, el etiquetaje y los juicios prematuros o poco fundamentados que puedan conducir a una evaluación sesgada. Subjetividad no significa arbitrariedad, ésta última, no puede tener cabida en una evaluación educativa que se precie de serlo.

Èticas y deontológicas en evaluación

La ética o los principios éticos son el conjunto de principios que definen lo que es bueno y lo que es malo en la vida humana. Así una persona o un comportamiento es calificado como “ético” cuando es consecuente con esos principios en el marco de lo que una sociedad concreta estipula como bueno o malo. La deontología es el conjunto de principios y reglas éticas que regulan y guían la actividad profesional. Por tanto, toda profesión además de saber realizar un trabajo en base al conocimiento científico-técnico adquirido, debe actuar rigiéndose por los denominados principios éticos y deontológicos profesionales con el fin de que sus actuaciones sean “éticas” desde el punto de vista profesional y “deontológicas” desde el punto de vista del cumplimiento de las normas vinculantes para el colectivo profesional.

VALORES QUE DAN FUNDAMENTO MORAL A LA EVALUACIÓN

«en la evaluación no se trata tanto o tan sólo de ser objetivos cuanto de ser justos. Confundir las dos categorías, identificándolas, simplifica las decisiones y administrativamente nos exime de responsabilidades, pero no aseguramos que, por medio de correcciones objetivas, actuemos simultáneamente con justicia. Incluso, conviene advertir, podemos ser objetivamente injustos, pero nunca estaremos seguros de actuar con justicia limitando nuestra responsabilidad a comportarnos de un modo objetivo; y nunca podremos ser justos obrando arbitrariamente»

Como ya se ha mencionado, los fenómenos educativos no son de carácter exclusivamente técnico. Son más bien de naturaleza moral y política. La actividad educativa no sólo tiene carácter instrumental, sino que está impregnada de contenidos morales.

igualdad moral, autonomía moral, imparcialidad y reciprocidad.

Conclusión

Hablar de verdad por mucho tiempo implicó la existencia de una idea en correspondencia con un objeto de la realidad. Esto ha dado lugar a la creencia de que es posible dictaminar una conclusión como verdadera independientemente del modo por medio del cual se haya arribado a la misma. Implícita en esta perspectiva se encuentra la idea de que, si no se cuenta con la necesidad de indicar el modo en que se llega a esta conclusión (o dicho de otra manera, dentro de qué sistema de reglas está innmerso quien enuncia) se está frente a la suposición de una única realidad externa e independiente de la mirada de los sujetos.

“Toda labor científica comienza siempre con una tarea: la construcción deun Objeto Modelo que r educe la complejidad del universo de convariaciones posibles, si perder demasiada información relevante sobre las interacciones”.

Cuestiones éticas y deontológicas en evaluación psicológica – SOCIEDAD ESPAÑOLA PARA EL AVANCE DE LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA. (s. f.). https://seaep.es/aspectos-eticos/#:~:text=La%20%C3%A9tica%20o%20los%20principios,estipula%20como%20bueno%20o%20malo.Álvarez, J.M. (2005). Evaluar para conocer, examinar para excluir. Madrid: Morata. Barrón Tirado, C. (2009). Docencia universitaria y competencias didácticas, Perfiles Educativos, 31(125), 76-87.

BIBLIOGRAFIAS