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Transcript

Esteban Cabrera

Mi viaje ala playa

Primera Vez

Cuando por fin llegamos a la playa, bajé corriendo como si nunca hubiera pisado el suelo. El primer vistazo fue impresionante. Ahí estaba el mar, inmenso, sonando con esas olas tan características de las costas mexicanas. Me quedé de pie unos segundos, procesando lo que veía.

Mi familia decidió hacer un viaje a la costa. Nos subimos al coche bien temprano y después de varias horas de manejar, finalmente llegamos. No sé cómo explicarlo, pero en cuanto el aire empezó a oler a sal y humedad, supe que ya estábamos cerca. Esa sensación fue extraña, pero emocionante.

La primera vez que fui a la playa en México fue algo que todavía me acuerdo como si hubiera sido ayer. Vivía tierra adentro, así que, para mí, eso de ver el mar era casi un sueño. Había escuchado mil historias de amigos y visto fotos de playas en películas, pero nunca había experimentado algo así en persona.

Pasé el día completo explorando. Hicimos castillos de arena, encontramos conchitas y hasta probé el ceviche fresco que vendían en un puesto cerca. El sabor era nuevo para mí, ácido y fresco, pero me encantó. Al final de la tarde, cuando el sol empezó a caer, el cielo se pintó de naranjas y rosados que parecían salidos de un cuadro. Era el atardecer más bonito que había visto en mi vida.

No pude resistirlo, corrí hacia el agua. Apenas la toqué, sentí el frío de las olas acariciando mis pies. Me quedé un rato viendo cómo iban y venían, como si el mar me estuviera saludando. La arena bajo mis pies era suave, pero firme, y me hundía un poquito cada vez que una ola pasaba. Me dijeron que no me alejara mucho, pero estaba tan emocionado que me empapé los pantalones sin darme cuenta.

Esa primera vez en la playa de México me dejó marcado. No solo fue mi primer encuentro con el mar, sino también con una parte de mi país que no conocía. Desde entonces, cada vez que puedo, vuelvo al mar, porque ese día me di cuenta de lo increíble que es tener paisajes así en mi propio país.