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Alrededor de la figura que representa a cada grupo, anota algunas razones por las que las personas creen en los profetas y los siguen, o no creen en ellos e incluso los critican.

Helamán 13–16

Comprender a los profetas del Señor

El Señor preserva a Samuel

Actividad C

Los nefitas responden a los profetas

Actividad B

Actividad A

Samuel predica a los nefitas

¿Cómo te has sentido al escuchar a personas expresar inquietudes o críticas en cuanto a los profetas? Cuando Samuel el Lamanita se subió a la muralla y llamó al pueblo al arrepentimiento, ellos tuvieron distintas reacciones a sus palabras. Las personas tienen reacciones similares a los profetas de nuestra época. Esta lección puede ayudarte a comprender la función de los profetas y cómo pueden ayudarnos.

Observa detenidamente la imagen. En ella, se representa lo que sucedió al final del sermón de Samuel. Lee Helamán 16:1–8 en busca de evidencias de la verdad siguiente y márcalas: El poder de Dios está con Sus profetas. (Luego podrías agregar esta verdad a tu lista). ¿Qué evidencias viste de que Dios estaba con Samuel? Aunque no todos los profetas son protegidos de esta manera, Dios sí protege a Sus profetas hasta que terminan su obra (véanse Mosíah 13:1–4; Doctrina y Convenios 122:9).

Selecciona a un profeta de las Escrituras o de la historia de la Iglesia y anota evidencias de que Dios estaba con ese profeta. Podrías consultar los ejemplos de Noé, Moisés, Pedro y José Smith que se encuentran a continuación.

  1. (Véase Génesis 7:7, 10–13, 17, 23)
  2. (Véase Éxodo 14:21–30)
  3. (Véase Hechos 12:4–11)
  4. (Véase José Smith—Historia 1:15–25)

A continuación, anota las evidencias de que Dios también está con Sus profetas actuales. Algunos ejemplos podrían incluir la forma en que las enseñanzas o las invitaciones de los profetas actuales nos han ayudado a transitar las dificultades de nuestra época.

  • ¿Por qué resultaría útil recordar estas evidencias?
Al igual que el pueblo de Nefi, tenemos poder para escoger si aceptamos las enseñanzas del profeta o reaccionamos con críticas y enojo. Anota en tu diario de estudio lo que aprendiste acerca de los profetas y lo que sientes por ellos. A medida que esta semana continúes estudiando lo que Samuel el Lamanita enseñó, procura aprender y poner en práctica sus enseñanzas inspiradas con espíritu de oración.

¿Qué verdades sobre los profetas puedes reconocer en estos versículos? Tal vez encontraste una verdad similar a la siguiente: Los profetas del Señor no son populares entre los inicuos. Si lo deseas, anota esta verdad junto a estos versículos. ¿De qué maneras ves esta verdad en nuestra época? ¿De qué manera los que critican y se resisten a los profetas podrían ser “guías insensatos y ciegos”? (Helamán 13:29). Si no acudimos al Salvador para arrepentirnos y mejorar, ¿cómo se compararía eso con preferir “las tinieblas a la luz”? (Helamán 13:29).

Busca de la actitud de los nefitas hacia los profetas.

Lee Helamán 13:24–29; 14:10

Imagina a alguien que cree que debería poder “hace[r] cuanto [su] corazón desee” (Helamán 13:27). Por ello, se molesta cuando los profetas lo invitan a arrepentirse. A partir de lo que has aprendido, prepara una respuesta a esta inquietud o crítica.

El presidente Spencer W. Kimball (1895–1985) enseñó lo siguiente:Los profetas […] no pueden modificar el mensaje del Señor tan solo para complacer al pueblo. Son demasiado buenos para hacer algo tan cruel. Estoy sumamente agradecido de que los profetas no anhelen la popularidad (véase Spencer W. Kimball, “Los profetas”, Liahona, agosto de 1978, pág. 122).

Conferencia General

Dedica unos minutos a repasar una parte de un discurso reciente del profeta en la conferencia general. Piensa en el Señor y en Sus preocupaciones acerca de ti. Esfuérzate por leer el discurso como si fuera un mensaje del Señor. Lleva a cabo una de las opciones siguientes:Busca una frase o una enseñanza específica que creas que fue inspirada por el Señor y explica por qué. Describe lo que podrías hacer para recibir un testimonio personal de que el mensaje del profeta es del Señor.

A partir del ejemplo de Samuel, ¿qué aprendiste acerca de los profetas? (Considera agregar a tu lista las verdades que encuentres).Una de las verdades que tal vez hayas reconocido es la siguiente: El mensaje de un profeta no es su propio mensaje: proviene del Señor. Podrías marcar frases de Helamán 13:5, 7; 14:9 que respalden esta verdad. Si lo deseas, también podrías leer Helamán 7:29 y Doctrina y Convenios 1:38; 21:4–5, como pasajes correlacionados y vincularlos a los versículos de Helamán 13. ¿Cómo podría influir la comprensión de esta verdad en la forma en que escuchamos a los profetas? ¿Cómo podría ayudarnos cuando nos sentimos tentados a dudar de ellos o a criticarlos?

Busca lo que te impresiona acerca de Samuel.

Lee Helamán 13:1–7; 14:9