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ESCUELA NORMAL DE EDUCACIÓN ESPECIAL "GRACIELA PINTADO DE MADRAZO"LICENCIATURA EN INCLUSIÓN EDUCATIVA

5° SEMESTRE GRUPO: "C"ASIGNATURA: EVALUACIÓN PSICOEDUCATIVA CON ENFOQUE ECOLÓGICO.CATEDRÁTICO: DR. GABRIEL RAMÓN HIDALGO.PRESENTA: SAMANTHA ARLETTE FRÍAS GÓMEZ.

La enseñanza y la evaluación no son tareas neutrales, se trata de procesos que tienen un fuerte componente político-ideológico y ético moral, que inevitablemente afecta las vidas de las personas implicadas. Aunque se reconoxca que en evaluación la "objetividad" absoluta no es posible y siempre se aspire a lograrla, ésta se sitúa en unas coordenas muy alejadas de la versión positivista que aún permanece en amplios sectores educativos.La profesión de enseñar se toma cada día más compleja y demanda de los docentes del siglo XXI sólidos conocimientos y el desarrollo de competencias profesrionales (Barrón, 2009; Rueda, 2009, Moreno Olivos, 2009). Algunos de estos saberes y habilidades los adquieren durante su formación inicial, pero otros se fraguan paso a paso sobre el terreno, mediante el ejercicio de la práctica profesional y a través de experiencias de formación permanente.

se enfatiza la importancia de los procedimientos para arribar a un psicodiagnóstico válido, entendiéndose por tal no sólo al acto técnico apoyado en el uso de instrumentos confiables, sino fundamentalmente al proceso complejo integrado por una rigurosa y adecuada utilización, cuanto análisis y posterior elaboración de las conclusiones.

Lo que se le demanda al psicólogo, ni más ni menos, es que haya procedido correctamente (diligentemente, idóneamente, etc.). En palabras simples: el psicodiagnosticador deberá garantizar que sus conclusiones sean verosímiles y válidas. Las mismas serán cualificadas como tal, si el proceso del cual son producto, ha sido desarrollado con los parámetros de rigurosidad científica. Es por esto que atender al desempeño para observar “buena praxis”, se refiere a deliberar acerca de los procesos por sobre los resultados.

¿ qué implicaciones tiene para el psicólogo y especíicamente para el psicodiagnosticador, esta regulación que indica la responsabilidad en medio?

Qué implica pensar al psicodiagnóstico desde el método hipotético deductivo excluyentemente? A lo largo del proceso, si la hipótesis previa fuese verdadera. Si no aparecieran, se descartaría (falsación) tal hipótesis y en caso contrario se corroboraría. Ese es el procedimiento deductivo. A su vez se derivan de este método ciertas prescripciones técnicas coherentes al mismo: para alcanzar conclusiones válidas, el psicodiagnosticador debe observar recurrencias en el material.

Los instrumentos psicométricos y proyectivos están preparados para “detectar” aspectos de la dinámica y estructura de la personalidad. Sin embargo no muestran inmediatamente las características del sujeto. Las conclusiones diagnósticas no son afirmaciones irrefutables que han sido reveladas a través del proceso de exploración y evaluación psicológica. Son elaboraciones del profesional que han sido construidas con el uso de técnicas y por medio de un complejo proceso inferencial.La idea del método hipotético deductivo como eje del psicodiagnóstico entra en cuestión. Teniendo como horizonte la rigurosidad de sus procedimientos, la idea de que la construcción de hipótesis diagnósticas sigue el razonamiento abductivo (contexto de descubrimiento) y es la argumentación, una vez que se poseen las hipótesis, la que se rige por la inferencia deductiva (contexto de justificación).

El proceso de modelización consiste en la construcción del intermediario, entre la teoría y la realidad captada desde la práctica espontánea. Se puede describir como el proceso por el cual se especifican los procedimientos o acuerdos, por los que se re-definirán los hechos, los elementos de la realidad, para transformarlos en datos asimilables a una cierta Teoría” (Pozzi, R. y otros 2007) Hechas estas aclaraciones, aún considerando la definición de verdad ligada a la complejidad y relativa a una construcción histórica y social, se enfatiza la esencia intersubjetiva de la misma.

Las recurrencias reaparecen pero no como una expresión cuantitativa de insistencia de la evidencia, la cual ha permitido pensar que la cantidad de datos son suficientes para la elaboración de hipótesis, las consecuencias del reconocimiento de la inferencia abductiva en la generación de hipótesis. Este tipo de razonamiento plantea que ante cierta teoría, y en presencia de ciertos rasgos, probablemente se esté frente a un Caso de tal o cual estructura, personalidad, patología, etc. Este procedimiento se realiza por una especie de comparación entre un Caso Teórico, abstracto

el método hipotético deductivo planteado en términos de exclusividad, ha dejado a un lado justamente aquel aspecto fundamental de la reflexión,

observación participante. Lamentablemente el resultado de este reconocimiento fue transformar al psicólogo en una variable a controlar. De este modo alertaba el método: “El psicólogo influye en el campo, sepámoslo y controlemos su influencia tal y como se hace con las distintas variables intervinientes”. Por último, como gran protagonista de los debates sobre rigurosidad científica en psicodiagnóstico, se presenta a la estandarización de variables, enunciación de las consignas, el respeto por el tamaño de hoja, extrema atención para no inducir respuestas, etc. A pesar de las ventajas comparativas que han brindado estos recaudos al momento de aprovechar los estudios de casuística, sus bondades han sido menores que otro de sus impactos: el psicólogo tomaba estas precauciones y por ello, y sólo por ello.

observación participante, sin duda su postulación ha sido un hito en el pensamiento metodológico del psicodiagnóstico en la medida en que ha reconocido la incidencia del psicólogo, con su ideología, su historia, su formación, su experiencia, en las resultantes del proceso. Pero semejante revelación, Por una parte se dice que el psicodiagnosticador tiene efectos sobre el consultante y no puede hacerse nada al respecto, y por otra se enuncia la necesidad de dar

Forman cierta configuración en la relación que establecen unas con otras. La abducción exige en realidad que se realicen abducciones, que a partir de observar diferentes características del sujeto, y en función de cierta teoría, se pueda decir que tales y cuáles atributos, y el modo en que se vincula la observación participante, sin duda su postulación ha sido un hito en el pensamiento metodológico del psicodiagnóstico en la medida en que ha reconocido la incidencia del psicólogo, con su ideología, su historia, su formación, su experiencia, en las resultantes del proceso. Pero semejante revelación, Por una parte se dice que el psicodiagnosticador tiene efectos sobre el consultante y no puede hacerse nada al respecto, y por otra se enuncia la necesidad de dar

La evaluación académica, tiene una inevitable influencia ideológica y moral, es cierto que multitud de profesores afirman mantener una cierta imparcialidad a la hora de desarrollar su labor, pero es indiscutible que hay muchos aspectos que de una forma inconsciente, el etiquetaje, inetereses personales, ideas preconcebidas, influencia de rumores etc. El estudio de la ética educativa del presente artículo, va a ser una aproximación de este ámbito para conocer cuáles son los códigos éticos que tiene que regir la evaluación en el ámbito educativo, para ver la posibles mejoras para optimizar su verdadero sigificado.Esto puede deberse a la focalización que ocurre cuando se lleva a cabo la evaluación en el día a día. El objetivo de señalar estas debilidades, no es por buscar detractores de ética en la evaluación educativa, sino para todo lo contrario, es decir, para crear conciencia y dar a conocer dónde hay que prestar más atención.Las cuestiones éticas y morales que afectan directamente a las personas que han sido sometidas a la evaluación son absolutamente imprescindibles. El motivo de esta dejadez en estos aspectos tan relevantes puede deberse al poder y la autoridad que demuestran los propios evaluadores en relación con el estado, la escuela

En toda práctica profesional podemos encontrar implicaciones éticas de un mayor o menor grado, en el ámbito educativo si no se llevase a cabo una evaluación, a través de una sana vigilancia moral, se podría caer en la injusticia, abuso de poder... Por ello, es necesario velar para que los valores y principios morales.

la evaluación se ha de señalar que el comportamiento ético ha de ser una cuestión que nivele principios y valores, los cuales sirvan de guía para la conducta de los profesionales, en este caso, el evaluador. Esto se aplica a todas las personas que tiene cualquier tipo de responsabilidad en el proceso evaluador. Pero, en muchas ocasiones, el comportamiento ético acaba siendo el conjunto de reglas que determinan cómo las personas se deben de comportar en todas las situaciones, es decir, se está hablando de un conjunto de normas. Algunos de los problemas éticos para la realización de la evaluación son: Hay demasiadas guías éticas, es decir, en muchas ocasiones el evaluador tiene que combatir con dos impulsos éticos contrapuestos pero que ambos son razonables. El mundo social se construye de tal manera que pone una gran cantidad de trampas éticas para el evaluador.Evaluar puede basarse en la interacción entre las personas y para ello se necesitan unas exigencias morales. Por tanto, si el evaluador únicamente se preocupa de la parte técnica del aprendizaje, del progreso intelectual, del éxito académico de la persona, en definitiva, de los aspectos más cuantitativos del proceso evaluador, estará dejando de lado los principios básicos de la relación humana y de una práctica profesional responsable. Hay que saber diferenciar entre un evaluador que fomenta la competitividad y que está obsesionado por la eficacia y el éxito de sus componentes, puesto que es una persona que persigue mediante la evaluación catalogar a los sujetos en función de sus capacidades. De aquel evaluador que su intención es que la persona progrese y llegue a sus máximas posibilidades, por tanto, se está hablando de una evaluación más exclusiva y sensible a las diferencias individuales.

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FINES DE CÓDIGOS DE ÉTICA.

Fines del Código de Ética El Código de Ética del Evaluador de Desempeño es un instrumento que pretende orientar las acciones del evaluador certificado a partir de definir los valores que caracterizan el ejercicio de su función. - Proporcionar elementos valorales que sirvan al evaluador como referentes para la reflexión, la toma de decisiones y la realización de las diferentes actividades relativas al ejercicio de su función. Promover entre los evaluadores un sentido de colectividad en la que primen conductas de reciprocidad, confianza y propósitos compartidos.

La Ley General del Servicio Profesional Docente establece los términos y condiciones para la promoción, reconocimiento y permanencia en el servicio de los maestros y maestras de México. Deberá aplicarse en todas las entidades federativas, y en su caso, los municipios deben ajustarse a esta disposición.

El Servicio Profesional Docente, tal como lo establecen los artículos 3o de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y 4 de la Ley General del Servicio Profesional Docente, está conformado por el conjunto de actividades y mecanismos para el Ingreso, la Promoción, el Reconocimiento y la Permanencia en el servicio público educativo y el impulso a la formación continua, con la finalidad de garantizar la idoneidad de los conocimientos y capacidades del Personal Docente y del Personal con Funciones de Dirección y de Supervisión en la Educación Básica y Media Superior que imparta el Estado y sus Organismos Descentralizados.

¿Qué Entendemos por Evaluación?

La evolución del concepto de evaluación. Robert Stake (1967), especialista en evaluación institucional y en evaluación cualitativa, clasificó las diferentes evoluciones que había sufrido, a lo largo del siglo XX, el concepto de evaluación. Stake, la subdividía en tres generaciones, a las que habría que sumarle, en la actualidad –según nuestra opinión- una cuarta.

cuarta. La evaluación de primera generación se centraba en los aspectos de medida. La evaluación de segunda generación trataba de determinar si los objetivos de la educación se podían conseguir a través de los programas de estudios. La evaluación de tercera generación tomaba como referencia los méritos. Y, por último, la evaluación de cuarta generación2 –añadimos- es la evaluación de carácter formativo, conocida también como “evaluación-mejora.” Con ésta se pretende favorecer el aprendizaje del alumno:

La metáfora de los fotogramas permite pensar que ambos procesos se encuentran enlazados en torno al objeto de conocimiento y las sucesivas imágenes que el docente, los alumnos y otros actores institucionales toman reflejan la trama de los desarrollos educativos.En el contexto áulico el evaluador busca los indicadores pero como sabemos esta observación de la realidad no es previa a la teoría. La teoría antecede la observación. El evaluador desde su marco teórico deberá plantear objetivos y criterios. Estos últimos se operacionalizan en indicadores que buscará en la realidad. La evaluación se da en un “entre” (ver diagramas 3 y 4) El evaluador planteará la evaluación desde la realidad y la realidad será el suelo del que brotará el planteamiento. En un ida y vuelta cargado de teorías e hipótesis, el evaluador delinea: objetivos (¿qué?), alcances y funciones (¿para qué?), destinatarios (¿quién?) y cronograma (¿cuándo?).

Cuando llega el momento de la evaluación se ponen de manifiesto, por un lado, las dificultades que ha tenido el docente en el diseño y planificación de estrategias de aprendizaje y por otro los obstáculos que encuentra el alumno en la interacción con el objeto de conocimiento. La evaluación funciona entonces como una foto de un momento en el que ambos procesos de detienen y las dificultades y logros se cristalizan.