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¿Cómo se distingue un reforzador?

Reforzadores positivos

SEGUN SU ORIGEN

NATURALEZA

ESTRUCTURA

primarios

secundarios

Generalizados

sociales

Consumo

Actividad

Manipulativo

Posesión

operaciones motivacinales

Motivación incondicionada

Variables motivacionales

privación

La privación se refiere al período en el que una persona no ha tenido acceso a un reforzador, haciendo que este sea más efectivo. Por ejemplo, los dulces son más atractivos para un niño que no ha comido ninguno durante un tiempo (Martin y Pear. 2008).

saciedad

La saciedad ocurre cuando una persona ha experimentado demasiado un reforzador y este pierde su efecto, como cuando un niño se cansa de jugar con un juguete después de usarlo en exceso (Martin y Pear. 2008).

Criterios de aplicacion

Programas de reforzamiento

Contingente y no es contingente

Tamaño de reforzador

Reforzamiento

Reforzador

Reforzamiento

Refuerzo

Tangibles

Uso de reglas

El reforzador ha de ser inmediato

Debe aplicarse inmediatamente después de la conducta deseada, aunque en algunos casos parece que un reforzador demorado afecta el comportamiento. Si no se puede presentar un reforzador inmediatamente después de la conducta deseada, deben darse instrucciones concernientes a la demora del reforzamiento. (García, s/f)

Efecto directo

Se refiere al aumento en la frecuencia de una conducta debido a la entrega inmediata de un reforzador tras esa conducta. Es decir, la conducta se refuerza de forma directa por la recompensa inmediata (García, s/f).

Efecto indirecto

Ocurre cuando una conducta se fortalece, aunque el reforzador se otorgue de manera aplazada. En estos casos, la respuesta se mantiene o incrementa incluso cuando el refuerzo no es inmediato, posiblemente debido a la expectativa de recibir el reforzador en el futuro (García, s/f).

Independizar al estudiante del programa

Seleccionar la conducta

El objetivo debe ser una conducta específica (como sonreír). Seleccionar un aspecto que pueda ocurrir bajo el control de reforzadores naturales y es importante mantener un registro de la frecuencia de la conducta antes del programa (García, s/f).

Seleccionar un reforzador.

Llenar el cuestionario sobre reforzadores y seleccionar aquellos que: ya estén disponibles, puedan presentarse después de la conducta deseada, puedan emplearse una y otra vez sin causar saciedad y cuyo consumo no requiera mucho tiempo. Emplear tantos reforzadores como sea factible (García, s/f).

Aplicar reforzamiento positivo.

Contar el plan a la persona antes de iniciar, reforzar justo después de la conducta deseada, describir la conducta deseada a la persona al otorgarle el reforzador. Por ejemplo, usar frases como "muy bien hecho" o has ordenado muy bien tu habitación (García, s/f).

Independizar al estudiante del programa

  • Si la conducta se mantiene en un nivel deseable, se puede reducir el uso de reforzadores tangibles (como golosinas o juguetes) y usar reforzadores sociales (como elogios).
  • Identificar reforzadores naturales en el entorno que puedan mantener la conducta una vez que su frecuencia ha aumentado.
  • Asegurarse de que la conducta continúa siendo reforzada de vez en cuando y hacer evaluaciones periódicas para garantizar que se mantenga (García, (s/f).

Reforzamiento continuo

En el reforzamiento continuo, se refuerza cada vez que ocurre la conducta, lo que genera un aprendizaje más rápido

Reforzamiento intermitente

Consiste en administrar el reforzador solo en algunas ocasiones después de que la conducta deseada se haya realizado, no cada vez que ocurre. Este tipo de reforzamiento se puede aplicar a través de dos tipos de programas: de razón e intervalo (García, s/f).

Programas de razón.

Programas de razón: se refuerza la conducta después de que se haya repetido un número determinado de veces. Teniendo una razón de 50 a 1, un organismo deberá emitir 49 respuestas no reforzadas por cada respuesta reforzada (García, s/f).

Programas de intervalo

Se refuerza la conducta solo después de un período de tiempo específico, sin importar cuántas veces se haya realizado.

Razón fija

El reforzador se entrega después de que la conducta se haya realizado un número específico de veces previamente estipulado (por ejemplo, 3, 5 o 30). Para mantener la conducta, es recomendable comenzar con un refuerzo continuo, y luego aplicar un esquema donde se refuerce de manera intermitente, como hacerlo cada 5 veces a lo largo de 20 días (García, s/f).

razón variable

Se requiere que haya un cierto número de respuesta antes de suministrar el reforzador; sin embargo, en este caso, el número de veces de la realización de la conducta puede variar alrededor de un promedio de un reforzamiento a otro (García, s/f).

Según Garry y Pear. (2008), se refiere a cualquier evento que, al presentarse inmediatamente después de una conducta, aumenta la probabilidad de que esa conducta se repita en el futuro. Este reforzador puede ser entendido como un premio o recompensa. Una vez que se identifica un reforzador positivo en una situación específica, puede utilizarse para fortalecer otros comportamientos en diferentes contextos.

El valor reforzante de una conducta se origina de sus consecuencias. Según UVEG Académico. (2022), las conductas operantes son influenciadas por los resultados que generan: se fortalecen si son seguidas por reforzadores y se debilitan si son seguidas por castigos. Desde 1911, Thorndike y otros investigadores han profundizado en el reforzamiento positivo, considerándolo esencial en el aprendizaje y estableciendo guías para usarlo efectivamente para promover conductas deseables

Son condiciones que afectan la efectividad de los reforzadores y la frecuencia de la conducta reforzada. Ejemplo: Los dulces no suelen ser reforzadores para un niño que se acaba de comer una bolsa entera (Martin y Pear. 2008).

Las operaciones de motivación incondicionadas son aquellas influencias genéticas, como la privación de alimento, que aumentan la efectividad del reforzador sin necesidad de aprendizaje previo, (Martin y Pear. 2008).

Son cuando la privación y la saciedad, afectan a la probabilidad y dirección de la conducta que; Alteran temporalmente la efectividad de un reforzador y alteran la frecuencia de la conducta reforzada (Martin y Pear. 2008).

Según Díaz, Ruiz y Villalobos (2012), son las pautas que indican cómo aplicar los reforzadores para fomentar, aumentar y mantener una conducta una vez que esta se ha emitido. Existen dos tipos principales: reforzamiento continuo e intermitente, cada uno con efectos distintos sobre el comportamiento.

Para que un reforzador sea efectivo, debe aplicarse inmediatamente después de la conducta deseada. Aunque en algunos casos parece que un reforzador demorado afecta el comportamiento, no es correcto atribuirlo solo al reforzamiento positivo. Sin embargo, ciertos eventos pueden "puentear" la demora entre la conducta y el refuerzo, permitiendo que el reforzador aún sea eficaz (García, (s/f).

Pautas o principios que se utilizan para favorecer el uso efectivo del reforzamiento positivo, estos criterios ayudan a asegurar que los reforzadores se utilicen de manera adecuada para lograr los resultados deseados, como el aumento de una conducta específica. (Martin y Pear. 2008)

Para que un reforzador aumente una conducta, no es necesario que la persona entienda conscientemente los motivos de dicho refuerzo, sin embargo, es recomendable utilizar instrucciones, que son reglas o guías específicas para facilitar el cambio de comportamiento. Estas instrucciones pueden acelerar el aprendizaje en quienes las comprenden, motivar a una persona a trabajar por un reforzador a largo plazo y ayudar a enseñar de manera más efectiva cuando se integran en programas de reforzamiento.

Según García (s/f), la cantidad óptima de un reforzador depende de factores como la dificultad de la conducta y la presencia de alternativas con recompensas. Es necesario que el reforzador sea lo suficientemente significativo para fortalecer la conducta deseada.

Cuando un reforzador se presenta después de que ocurra una conducta específica, se dice que es contingente a esa conducta, es decir, depende de que la conducta ocurra. En cambio, si el reforzador se presenta sin importar lo que la persona haya hecho antes, se considera no contingente (García, s/f).

Son aquellos que están directamente relacionados con las necesidades básicas del ser humano, como la comida o la bebida. Su capacidad para reforzar una conducta depende de la situación del individuo. Por ejemplo, si una persona tiene hambre, la comida es un reforzador poderoso. Sin embargo, si está satisfecha, la comida pierde ese efecto (Diaz, Ruiz y Villalobos. 2012).

Su valor reforzante se adquiere a través del aprendizaje. Al principio, estos estímulos son neutros, pero al asociarse repetidamente con reforzadores primarios o con otros estímulos que ya tienen valor reforzante (como un juguete o elogio), adquieren la capacidad de influir en la conducta (Diaz, Ruiz y Villalobos. 2012).

Según Skinner (1953), incluyen elementos como el dinero, el elogio, la aprobación y el afecto. Estos reforzadores son muy efectivos porque están asociados con múltiples otros reforzadores, como la comida, la sonrisa, o la entrega de objetos o actividades placenteras, lo que los convierte en herramientas versátiles para modificar el comportamiento (Diaz, Ruiz y Villalobos. 2012).

Los reforzadores de actividad ofrecen la oportunidad de participar en actividades placenteras, como ver televisión, colorear un libro, o mirar por la ventana. (Martin y Pear. 2008).

Los reforzadores de consumo son alimentos o bebidas que se utilizan como recompensas para motivar y reforzar una conducta. Estos incluyen golosinas, galletas, frutas y refrescos (Martin y Pear. 2008).

Los reforzadores manipulativos brindan acceso a entretenimientos que implican acción o interacción, como jugar con un juego favorito, montar en bicicleta, o navegar por Internet (Martin y Pear. 2008).

Los reforzadores de posesión permiten disfrutar de objetos o privilegios exclusivos, como usar una silla favorita, llevar un vestido especial, tener una habitación individual, o asistir a un evento limitado (Martin y Pear. 2008)

Los reforzadores sociales incluyen interacciones afectivas como palmaditas, abrazos, elogios, sonrisas, o cualquier señal de atención social. Para la mayoría de las personas, recibir atención de otros es un reforzador muy poderoso, y los elogios son particularmente efectivos para fortalecer y mantener conductas deseables (Martin y Pear. 2008).

El reforzamiento es el método más utilizado para aumentar y mantener conductas. Sin embargo, es importante distinguir las diferencias entre conceptos; refuerzo, reforzamiento y reforzador (Diaz, Ruiz y Villalobos. 2012).

Es el proceso de aprendizaje en el que una conducta aumenta su probabilidad de repetirse, debido a la asociación con un cambio en el ambiente tras su ejecución. Este proceso es único, ya que siempre implica un aumento en la probabilidad de la conducta (Diaz, Ruiz y Villalobos. 2012).

Es el procedimiento por el cual las consecuencias de una conducta generan ese aprendizaje. Se puede lograr de dos maneras: al introducir un estímulo agradable (reforzamiento positivo) o al eliminar un estímulo desagradable (reforzamiento negativo) (Diaz, Ruiz y Villalobos. 2012)

El reforzador es el estímulo específico (ya sea tangible o simbólico) que se emplea para lograr el reforzamiento, ya sea positivo o negativo (Diaz, Ruiz y Villalobos. 2012).

Son objetos utilizados para reforzar una conducta. Pueden ser tanto reforzadores primarios como secundarios, que adquieren valor a través del aprendizaje. Ejemplos: comida, juguetes, ropa, cromos y aparatos electrónicos. Estos objetos se emplean para motivar y recompensar a las personas, incrementando la probabilidad de que una conducta deseada se repita(Diaz, Ruiz y Villalobos. 2012).

¿Cómo se distingue un reforzador?

Reforzadores negativos

Referencias

Conducta

La conducta se considera operante, porque tienen un impacto en el entorno, y su frecuencia aumenta o disminuye según las consecuencias que se presenten después de realizarlas (Ruiz, Diaz y Villalobos 2012).

Concecuencias

Diaz, Ruiz y Villalobos (2012). Menciona que son el resultado que tiene la conducta sobre las interacciones sociales y otros fenómenos personales en relación con el entorno.

Antecedentes

Según Ruiz, Diaz y Villalobos (2012). Se consideran antecedentes aquellas situaciones en las que ocurre una conducta particular

Extincion

Control de estímulos

Reforzamiento

Castigo

Estimulos aversivos

Condicionamientooperante

Criterios de reforzamiento negativo

Técnicas de reducción de conductas

Saciación

Se da cuando se presenta de forma repentina un estimulo reforzador, en un lapso corto, hasta que el estimulo pierda su valor reforzante (García, s.f).

Práctica negativa

Se da mediante la repetición reiterada de una conducta en un lapso pequeño hasta que la realización de dicha conducta resuelta desagradable (aversiva) (García, s.f).

Tiempo fuera del reforzamiento (TFR)

García, (s.f). Menciona que esta practica consiste en retirar a la persona de la situación donde está recibiendo refuerzos, de manera contingente al comportamiento que se desea reducir. Para aplicar esta técnica, es fundamental haber identificado los reforzadores que están manteniendo dicha conducta. Luego, se procede a retirar a la persona del entorno, de modo que no pueda seguir obteniendo reforzamiento tras emitir la conducta que se quiere eliminar.

Reforzamientode evitacion

Ocurre cuando una conducta previene la aparición de un estímulo aversivo. Por ejemplo, una persona con agorafobia evita el transporte público para evitar la ansiedad, siendo reforzada negativamente (Torres. 2017).

Reforzamientode escape

Torres (2017). Menciona que el reforzamiento negativo de escape se da cuando la conducta elimina un estímulo aversivo ya presente. Ejemplos de esto incluyen apagar un despertador al pulsar un botón, una madre que cede a las demandas de su hijo para que deje de llorar, o tomar un analgésico para aliviar el dolor.

fundamentos

Mediante aislamiento

La persona es retirada a un lugar separado (como una habitación vacía) por comportamientos inadecuados, como gritar o ser insolente (Bados y García, 2011).

Con exclusión

Sin ser movida de lugar, la persona no puede ver lo que ocurre a su alrededor (por ejemplo, mirando hacia una pared) (Bados y García, 2011).

Sin exclusión

La persona permanece en el mismo entorno, pero no puede participar en las actividades, observando cómo los demás acceden a los refuerzos (Bados y García, 2011).

Diaz, Ruiz y Villalobos (2012), menciona que es la probabilidad de repetir una conducta al eliminar un estímulo aversivo tras realizarla. Esto ocurre cuando la respuesta del individuo elimina algo desagradable, incrementando la probabilidad de que repita la conducta en el futuro. Al igual que en el reforzamiento positivo, no todos los estímulos aversivos afectan de la misma manera a todas las personas

Se refiere cuando se deja de proporcionar el refuerzo a una conducta que antes se reforzaba, lo que provoca una disminución en la frecuencia o probabilidad de que dicha conducta ocurra en el futuro (García, s.f).

García (s.f.). Comenta que para aplicar un reforzador negativo es esencial que exista previamente una condición aversiva o desagradable para el individuo. Sin embargo, no siempre es posible que el terapeuta cree esta situación. Aun así, los reforzadores negativos se utilizan en programas de reforzamiento, donde las conductas deseadas pueden eliminar o reducir la condición aversiva, fomentando así el comportamiento deseado.

El reforzamiento negativo es común en la vida diaria, como lo señala García (s.f). Un ejemplo es el sistema legal: no se felicita a los conductores por cumplir con los límites de velocidad, pero la presencia de un oficial de tránsito hace que no aceleren para evitar una multa. Aquí, la conducta de no acelerar se refuerza al evitar una consecuencia negativa (la infracción), lo que ilustra cómo funciona este tipo de reforzamiento.

Ocurre cuando una conducta aumenta en presencia de un estímulo específico, pero disminuye cuando dicho estímulo está ausente. Esto significa que la conducta se fortalece en un contexto y se debilita en otro (García, s.f).

Presentación de un estímulo negativo (aversivo) o retirada de un estímulo positivo después de haber emitido una respuesta que a consecuencia de ello reduce su frecuencia o probabilidad (García, s.f).

Proceso de un estímulo positivo o retirada de un estímulo negativo, posterior a una respuesta, que a consecuencia de ello incrementa su frecuencia o probabilidad (García, s.f).

Son aquellos que generan malestar o incomodidad y los reforzadores negativos actúan eliminándolos. Esto aumenta la probabilidad de que la persona repita la conducta que elimina dicho estímulo. Por ejemplo, abrir un paraguas para evitar mojarse refuerza la conducta de abrirlo cada vez que llueve (García, s.f ).

Los principios teóricos y empíricos del condicionamiento operante propuestos por Skinner (1953) fueron aplicados, a finales de los años 50 y principios de los 60, a la conducta humana en contextos fuera del laboratorio

Las conductas que influyen en el ambiente y son controladas por sus consecuencias se denominan conductas operantes, como echar gasolina, preguntar una dirección o encender la televisión (Martin y Pear. 2008).

García (s/f). L4. Reforzadores positivos en UVEG de: https://avalicmod19c.uveg.edu.mx/mod/scorm/player.php?a=4983&currentorg=MC_U2_L4_ORG&scoid=10708 García. (s/f). L5. ¿Cómo se realiza un reforzamiento? en UVEG de: https://drive.google.com/file/d/14gdX0gYdrXDTWv5LRr4FOYBUdOk6OFgG/view Martin y Pear. (2008). Modificación De Conducta: Qué es y cómo aplicarla. PEARSON EDUCACIÓN, S.A. Madrid. ISBN: 9788483223802 Torres. (2017). ¿Qué es el refuerzo positivo o negativo en Psicología? Portal Psicología y Mente. De: https://psicologiaymente.com/psicologia/refuerzo-positivo-negativo UVEG Académico. (2022) Reforzamiento positivo de: https://www.youtube.com/watch?v=1DdKexAIg1o

Los factores que influyen en la efectividad del reforzamiento positivo son importantes mientras se aplica el programa, pero ¿qué pasa cuando termina la intervención y la persona regresa a su entorno diario? Muchas actividades cotidianas son reforzadas naturalmente, sin que haya una planificación intencional. Estos reforzadores, conocidos como reforzadores naturales, ocurren de manera espontánea en la vida diaria. En cambio, los reforzadores programados son manipulados deliberadamente por profesionales como psicólogos o profesores para modificar conducta (García, (s/f).