Manejo de estrés y ansiedad.

Detecta

acércate

escucha

Identifiquen

Busquen ayuda profesional

acompañalo en el proceso

Sé empático

respeta su espacio y tiempo

mantente atento a su avance

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Estrés y ansiedad en adultos que estudiana

motívalo

Ayudar a alguien que está lidiando con estrés y ansiedad requiere paciencia, empatía y comprensión. Conoce los aspectos más importantes para poder ayudarlo, dando clic en cada dibujo:

Investiguen sobre la ansiedad, depresión o estrés para que puedan contar con elementos para identificar si se requiere solicitar apoyo de expertos.

El ofrecer tu apoyo a otros y estar pendiente de su evolución, no debe generarte estrés. Recuerda que hay situaciones en las que podemos apoyar y otras en las que no.

Si detectaste que posiblemente tu familiar o amigo está en una situación en la que requiere ayuda, acércate con respeto y pregúntale si hay algo que puedas hacer y coméntale los comportamientos que has observado, para poder confirmar la situación.

Recomendamos siempre acercarse con expertos que puedan informar, ayudar, atender o diagnosticar a quien requiere el apoyo, con la finalidad de no generar una suposición.

Pon atención a los comportamientos, comentarios o acciones de tu familiar o amigo para poder identificar si está pasando por un momento de estrés, depresión o ansiedad.

Si tu familiar o amigo decide contarte la situación, escucha con atención y procura no comparar la situación con alguna otra que conozcas. Recuerda que cada persona es diferente.

Sugiérele hacer alguna actividad física, la cual libera endorfinas, que son hormonas que mejoran el estado de ánimo y reducen el estrés. Proponle que dedique tiempo a hacer cosas que le gustan, como leer, escuchar música, ver una película, etc.

Si está en tus posibilidades, ofrece tu apoyo y acompañamiento a tu amigo o familiar.

A menudo, las personas ansiosas se sienten mejor si quienes los rodean proyectan calma. Intenta mantener una actitud relajada cuando estés con él o ella.

La ansiedad no desaparece de inmediato, así que dale su espacio para que procese sus emociones y no lo apresures a sentirse mejor. Estar disponible para hablar o simplemente para acompañarlo puede marcar una gran diferencia.