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Cristianismo y filosofía. Siglos I-V D. C

En esta presentación, veremos algunos aspectos históricos del cristianismo, siempre visto desde una perspectiva histórica; es decir, lo que podemos deducir a partir de documentos y de investigaciones antropológicas y arqueológicas. Lo importante es comprender el proceso por el cual la doctrina de Cristo logró su universalización, a través de trascender su herencia cultural judía proveniente del Antiguo Testamento. Además, a través de esta comprensión podremos ver una nueva convicción sobre el hombre; el ser hijo de Dios, ausente del pensamiento griego, que, a lo más, llegó a ver al alma como algo divino.

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La cultura judía tuvo un aspecto fundamental, que la hacía completamente distinta de todas las demás culturas que la rodearon: tuvo una religión monoteísta. Eso le permitió tener un sentido trascendental y metafísico, que le permitía superar el naturalismo de las religiones paganas.

Monoteísmo

A pesar de ser tan conocido, Jesús es un personaje cuyos datos biográficos se mezclan con su doctrina. Debió haber nacido entre el 7 y 5 a. C. Los estudiosos del Jesús histórico sostienen que fue un judío galileo que vivió en una época de expectativas mesiánicas y apocalípticas, acentuadas por el duro dominio romano y las características propias de una religión monoteísta con un culto organizado y con profundas raíces en la cultura de la gente. Fue parte del pueblo bajo y como tal, hablaba arameo, y algunos estudiosos suponen que conocía el hebreo (como todo judío), y también el griego koiné. NO conocemos su rostro, pero definitivamente, el rostro con que se le representa en imágenes desde el siglo III d. C no muestra a un hombre semita, como Jesús lo fue. No tenemos imágenes ciertas de él.

Jesús, el Cristo

Más o menos, todos tenemos un cierto conocimiento de la doctrina de Jesús: El tema principal de su enseñanza era el «Reino de Dios», y él presentó esta enseñanza en parábolas que eran sorprendentes y confusas para los que no eran de su cultura. En un primer momento, el cristianismo fue entendido como un movimiento de renovación del judaísmo y se opuso a las enseñanzas tradicionales de fariseos y de sacerdotes.

El cristianismo

Jesús habló a sus contemporáneos judíos en su lengua (arameo)y con los usos de su propia cultura, por eso les habló en parábolas. Además, no dejó nada escrito por lo que sus discípulos debieron repetir oralmente sus enseñanzas, lo que debió haber causado una cierta diversidad de variantes en las narrativas de las enseñanzas.

Los llamados Evangelios (Buena noticia) son una serie de 4 textos, escritos entre el 65 y el 100 d. C. Sus autores son desconocidos, aunque la tradición se los atribuye a Mateo, Lucas, Marcos y Juan. Es probable que estos hayan escrito parte de los mismos, pero los análisis textuales han demostrado que otras personas añadieron algún aspecto o lo modificaron. Canónicamente, se reconocen 4: Mateo, Lucas y Marcos son los llamados sinópticos; y Juan, que es el más tardío.

Los Cuatro Evangelios

San Pablo dio lugar al cristianismo como la doctrina que conocemos.

La figura de San Pablo

El cristianismo y la filosofía pronto iniciaron un diálogo profundo, y también problemático. Desde fines del siglo I y hasta el V d. C. la palabra la tuvieron los llamados “Padres de la Iglesia”, que en su conjunto recibe el nombre de Patrística. Fue el primer intento por unificar los conocimientos de la religión cristiana y establecer el contenido dogmático de la misma junto con la filosofía. A continuación se presentan las principales características de la Patrística.

1. Antepone y defiende las creencias cristianas ante los dogmas paganos.
2. Considera a la fe cristiana como la única verdad y conocimiento.
3. Unifica los pensamientos filosóficos griegos con las creencias cristianas.
4. Se fundamenta en la filosofía para explicar de manera racional la fe cristiana.
5. Se considera a Dios como un ser espiritual y no material.
6. Considera que Dios es la única verdad y guía del hombre, según afirma San Agustín.

La Patrística

Muchas gracias por su atención.

El monoteísmo hebreo tuvo una característica fundamental: conservó la imagen de un Dios Persona cercano, aunque celoso y terrible si era desobedecido. ​El otro monoteísmo que existió en la antigüedad fue propio de la filosofía griega, pero éste carecía de un dios personal, y lo concibió como una Existencia Pura.