OSIFICACIÓN

La osificación es el proceso biológico mediante el cual el tejido óseo se forma y endurece a partir de otros tipos de tejido, como el cartílago. Este proceso es fundamental en el desarrollo y crecimiento de los huesos en los vertebrados.

OSIFICACIÓN

Ocurre directamente a partir de tejido mesenquimatoso o conectivo. Es el tipo de osificación que forma los huesos planos del cráneo, la mandíbula y la clavícula.

Implica la sustitución de un modelo de cartílago por tejido óseo. Es responsable de la formación de la mayoría de los huesos largos del cuerpo, como el fémur y los huesos de las extremidades.

• La osificación permite la formación del esqueleto durante el desarrollo embrionario. Este proceso es esencial para crear una estructura ósea que soporte el cuerpo y proteja los órganos vitales.
• Durante la infancia y la adolescencia, los huesos crecen en longitud y grosor gracias a la osificación endocondral, que ocurre en las placas de crecimiento de los huesos largos. Este crecimiento es fundamental para alcanzar la estatura adulta y mantener la proporción corporal.
• La osificación dota a los huesos de la rigidez necesaria para soportar el peso del cuerpo y resistir las fuerzas mecánicas a las que están sometidos diariamente.
• Cuando ocurre una fractura, el proceso de osificación es fundamental para la curación, ya que facilita la formación de nuevo tejido óseo en la zona dañada, restaurando así la integridad del hueso.
• La osificación también es importante para el almacenamiento de minerales, especialmente calcio y fósforo, en el hueso. Estos minerales son liberados en el torrente sanguíneo según sea necesario para diversas funciones corporales, como la contracción muscular y la coagulación sanguínea.

Osificación Intermembranosa

Osificación Endocondral