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Módulo 3.

Estrategias para lograr una comunicación incluyente y no sexista

Este último tema se centra en la aplicación de herramientas y estrategias para utilizar el lenguaje de manera inclusiva y libre de sesgos sexistas. Se presentarán guías, correctores de texto y recomendaciones prácticas para la redacción de documentos, la comunicación oral y la creación de materiales gráficos. Las y los participantes trabajarán en ejercicios prácticos que les permitirán poner en práctica estas herramientas, adaptándolas a sus contextos laborales y sociales. Al finalizar el curso, las personas participantes estarán preparadas para identificar y evitar el uso de un lenguaje sexista, promoviendo una comunicación que incluya y visibilice a todas las personas, sin distinción de género.

Objetivo del MÓDULO

Ahora que hemos comprendido la importancia de utilizar un lenguaje incluyente y no sexista desde una perspectiva cultural y estructural, podemos avanzar hacia la exploración de estrategias prácticas para comunicarnos de manera oral, escrita y gráfica. Estas estrategias buscan visibilizar a todas las personas y fomentar el respeto y la igualdad.En este contexto, el principio fundamental es dar visibilidad a lo que ha sido históricamente silenciado. Esto se logra promoviendo valores de respeto y no discriminación tanto entre los seres humanos en general como hacia lo femenino de manera específica (Gobierno del Estado de México & Secretaría de las Mujeres, 2022).

Como exploramos anteriormente, el sexismo se manifiesta en los usos que hacemos del lenguaje, no en la lengua en sí misma. Cambiar el uso del lenguaje implica también un cambio cultural y nos convoca a construir un nuevo sistema de valores y una forma diferente de entender, pensar y representar el mundo. Por tanto, podemos definir el lenguaje inclusivo o no sexista como aquel que no oculta, subordina ni excluye a ningún género, y que es responsable al considerar, respetar y visibilizar a todas las personas, reconociendo la diversidad sexual y de género.

México es un país atractivo para inversionistas estadounidenses.

Cada estudiante debe entregar su tarea a tiempo.

Los académicos e investigadores contribuyen al desarrollo del país.

Los usuarios y usuarias de internet pagan la cuota.

Todos tenemos sentimientos

No utiliza lenguaje incluyente y no sexista

Utiliza lenguaje incluyente y no sexista

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Ahora que tenemos claras las implicaciones del lenguaje incluyente y no sexista, realicemos un ejercicio: Arrastra los enunciados y colocalos en la columna que corresponda :

Los usos del lenguaje incluyente y no sexista

Los usos del lenguaje incluyente y no sexista

En muchas ocasiones, las propuestas para utilizar un lenguaje no sexista o incluyente encuentran resistencia y rechazo. Este fenómeno se debe a una variedad de argumentos que surgen en contra de la adopción de prácticas lingüísticas más equitativas. Entre las objeciones más comunes se encuentran la incomodidad con el cambio, la percepción de que el lenguaje incluyente es redundante, y la desconfianza en su capacidad para generar cambios significativos en la igualdad de género. A pesar de estas resistencias, es fundamental examinar estos argumentos para comprender mejor las barreras que enfrenta la promoción del lenguaje incluyente. La adopción de un lenguaje que refleje equidad y respeto es un paso importante hacia una sociedad más justa, y abordar las objeciones de manera constructiva puede facilitar una transición más fluida hacia prácticas comunicativas más inclusivas.

“Suena mal”

“Siempre se ha dicho así”

"Se duplica lo que se quiere decir, se entiende que hombre hace referencia a mujer”

"Utilizar todas esas palabras hacen que el discurso/texto sea muy largo"

De la Peña (2018) recopila algunas de las diferentes resistencias para el uso del del lenguaje inclusivo y no sexista:

Consulta el Manual de Comunicación NO sexista

Comunicación oral

Si prestamos atención a cómo nos referimos a mujeres y hombres, es evidente que existe un trato claramente diferenciado. Por ejemplo, los lugares principales en las mesas suelen ser reservados para los hombres, mientras que, en el ámbito laboral, a las mujeres se les llama con diminutivos o términos como "señorita" o "muchacha", a pesar de tener el mismo nivel académico que sus compañeros varones, quienes son referidos por su grado académico. Estas y muchas otras situaciones cotidianas reflejan y perpetúan el sexismo. Estas prácticas no solo colocan a las mujeres en una posición de inferioridad y desvalorización, sino que también reflejan un ejercicio de poder masculino enmarcado en un sistema patriarcal y machista. Este tipo de desigualdades se manifiestan a través de expresiones que perpetúan tanto la subordinación como la desvalorización de las mujeres, consolidando su sometimiento en diferentes aspectos de la vida.

La subordinación, en este contexto, se refiere al control ejercido por los hombres sobre las mujeres, limitando su autonomía. Ejemplos de expresiones que evidencian esta subordinación incluyen: “Sr. González y familia” “Sr. y Sra. González” “Señora de González” Por otro lado, la desvalorización ocurre cuando a las mujeres se les quita su valor o se les menciona como inferiores, en comparación con los hombres. Esto se refleja en refranes, "chistes" y expresiones que utilizan metáforas de animales, como "araña", "lagartona" o "vaca", o en la reducción de las mujeres al papel de madres o en su objetivación, tratándolas como meros objetos

Aunque estas expresiones se utilizan con mayor frecuencia en la comunicación verbal, también son comunes en la comunicación escrita. Por lo tanto, no podemos considerar una forma de comunicación sin la otra, ya que ambas están interrelacionadas. Con estos conocimientos, empiezas a estar en una mejor posición para identificar cuándo una expresión refleja sexismo y, lo más importante, evitar replicar discursos normalizados. Optar por formas de comunicación más igualitarias y respetuosas es crucial para promover un entorno más inclusivo y equitativo.

Una forma efectiva de identificar si se está ejerciendo sexismo en el lenguaje es aplicar la regla de inversión, que consiste en sustituir el término femenino por el masculino. Si la expresión resultante suena incorrecta o extraña, es probable que la original sea sexista. Por ejemplo:

Comunicación escrita

Como abordamos en el apartado anterior, la comunicación oral y escrita están profundamente interrelacionadas. Para lograr una comunicación más fluida y efectiva, y para superar el uso del masculino genérico, es fundamental contar con herramientas y técnicas adecuadas. A continuación, te presentamos algunas estrategias y recursos que te permitirán enriquecer tu comunicación y promover un lenguaje más inclusivo y equitativo.

1. Usar sustantivos comunes o términos colectivos

Los sustantivos colectivos son aquellos que hacen referencia a un conjunto de personas con alguna característica semejante a pesar de que tengan una forma singular, por ejemplo:

El desdoblamiento también puede hacerse a través de los artículos gramaticales desdoblados en masculino y femenino:

2. Desdoblamiento

Esta técnica se usa para visibilizar a hombres y mujeres y funciona como alternativa al masculino y uso genérico.

estrategias

Uso del gerundio

Sustantivos comunes y omitir el uso de adjetivos determinativos

Usar los pronombres “quien” y “quienes”

Uso de la palabra “persona”

ACTIVIDAD

Ahora que tienes a tu disposición diversas herramientas para utilizar un lenguaje inclusivo y no sexista, te presentamos algunos fragmentos de texto. Te invitamos a revisar detenidamente cómo están redactados y a identificar cualquier forma de discriminación, violencia, sexismo, u otros elementos que hemos discutido en el curso. Luego, realiza los cambios necesarios en una libreta.

Para reflexionar...

Como has notado el sexismo y androcentrismo, se encuentran normalizados en nuestra comunicación verbal, sin embargo te has preguntado si a travéz de las imagénes y comunicación gráfica ¿es posible reforzar estereotipos? En la siguiente página te invitamos a realizar un ejercicio para reflexionar sobre la comunicación gráfica y escrita en diversos medios.

Las imágenes anteriores, son un claro ejemplo de cómo, a través del lenguaje visual, se refuerzan estereotipos de género y una percepción de la realidad que privilegia lo masculino.En numerosos medios de comunicación y productos informativos, aún se presentan imágenes que asignan a hombres y mujeres un conjunto de cualidades y características físicas y psicológicas que refuerzan los estereotipos tradicionales de lo que se considera femenino y masculino. Por ejemplo, las conductas pasivas se suelen considerar "normales" en niñas, adolescentes y mujeres, mientras que, en los varones, desde la infancia hasta la adultez, se destacan comportamientos que subrayan su protagonismo.

Los personajes de novelas, dibujos animados, películas o anuncios contribuyen a reforzar estereotipos sexistas, especialmente cuando se refieren a roles históricamente asociados a un determinado sexo o género. Estas representaciones sugieren que existen trabajos y tareas que parecen "naturales" para quienes nacen con el sexo femenino, como costureras, cuidadoras, educadoras, enfermeras, cocineras o encargadas de la limpieza. Por el contrario, los hombres rara vez son mostrados realizando estas actividades, ya que para ellos se reservan un abanico de oportunidades que los privilegia en espacios de poder y toma de decisiones (Guichard, 2018).

Comnicación escrita

Algunas maneras en las que se reproduce un esquema androcéntrico en las imágenes son: • La exclusión de las mujeres, mostrando a los hombres como los únicos referentes. • La representación de las mujeres en un segundo plano o su total exclusión. • La muestra de hombres ocupando cargos y realizando oficios, mientras que las mujeres no aparecen en estos roles. • La predominancia de imágenes de hombres, presentándolos en mayor cantidad y tamaño en comparación con las imágenes de mujeres. • La sexualización de las mujeres en las imágenes tiende a centrarse en su apariencia física, en lugar de sus habilidades o logros. Además, estas representaciones sexualizadas suelen ser irrelevantes para el producto o mensaje que se está promoviendo, lo que genera una desconexión entre el contenido visual y el propósito real del anuncio.

En muchas imágenes que representan entornos ejecutivos o de liderazgo, se observa una predominancia de hombres en roles destacados, como ejecutivos, directores o líderes de proyectos. Esta representación refuerza la idea de que los hombres son los únicos modelos a seguir en estos ámbitos. La ausencia de mujeres en estos contextos no solo omite su presencia y contribuciones, sino que también perpetúa el estereotipo de que el éxito y la autoridad son inherentes a los hombres, limitando la visibilidad y el reconocimiento de las mujeres en posiciones de liderazgo.

Eliminar la cosificación, evitando presentar a las mujeres como objetos sexuales.

Presentar a hombres en tareas de cuidado de hijas e hijos, de la familia, de personas adultas mayores o de personas con discapacidad.

Mostrar la diversidad social de la población, con innumerables características, que deben representarse de forma digna.

Presentar a mujeres y hombres en tareas diversas, libres de estereotipos y de forma equivalente.

Representar, en igual número y tamaño, a mujeres y hombres en la imagen.

Para lograr un lenguaje visual o imágenes incluyentes la “Guía de lenguaje incluyente y no sexista” de la Secretaría de Relaciones Exteriores (2023) sugiere:

Esta composición refuerza la percepción de que los hombres son los protagonistas y principales referentes. La falta de claridad en la representación de la mujer no solo minimiza su presencia, sino que también perpetúa la idea de que su rol es secundario en estos campos.

Los cambios en el lenguaje a menudo pueden sonar extraños al principio; por ejemplo, términos como "enfermero" o "presidenta" eran inusuales hace años. Sin embargo, a medida que estos términos se integran en el uso cotidiano, dejamos de percibirlos como incorrectos y los aceptamos como parte natural de la evolución del lenguaje.

Los académicos e investigadores contribuyen al desarrollo del país.

Todos tenemos sentimientos

No utiliza lenguaje incluyente y no sexista

México es un país atractivo para inversionistas estadounidenses.

Cada estudiante debe entregar su tarea a tiempo.

Los usuarios y usuarias de internet pagan la cuota.

Utiliza lenguaje incluyente y no sexista

Existen alternativas para englobar diversas realidades bajo conceptos únicos, y es fundamental que introduzcamos en el lenguaje todo lo que deseamos nombrar. Al hacerlo, podemos asegurar que nuestras formas de comunicación reflejen de manera más precisa y completa las múltiples realidades que enfrentamos

Las mujeres aparecen con mayor frecuencia en anuncios de productos de limpieza debido a estereotipos de género que asocian a las mujeres con el hogar y las tareas domésticas, sugiriendo que son las principales responsables del cuidado del hogar y la familia. Como resultado, la publicidad de productos de limpieza se dirige principalmente a las mujeres, reforzando la idea de que la limpieza es una responsabilidad de las mujeres.

Nombrar tanto a mujeres como a hombres no es simplemente una repetición, sino una forma de reflejar realidades diferentes. Dado que las mujeres constituyen más del 50% de la sociedad, su inclusión en el lenguaje es crucial para mostrar su presencia y reflejar la realidad social, lo cual es un acto de justicia social.

Muchos anuncios utilizan el cuerpo de las mujeres para promocionar productos que no guardan relación con la imagen femenina. Este tipo de publicidad refuerza la idea de que el cuerpo de la mujer es un objeto para atraer la atención, independientemente del producto en cuestión. Al hacerlo, estos anuncios contribuyen a la cosificación de las mujeres.

En esta imagen, se observa un laboratorio donde solo hay hombres, lo que refleja la exclusión de las mujeres en el ámbito de la investigación. Los hombres son presentados como los únicos ocupantes y líderes en este espacio, invisibilizando y anulando la participación femenina en roles de liderazgo dentro de este entorno.

El lenguaje, como un hecho cultural en constante evolución, se modifica, reinventa y adapta según la voluntad de las personas. Al cambiar estos aspectos lingüísticos, podemos romper estereotipos e injusticias, promoviendo una comunicación más justa y equitativa