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Transcript

Historia del Bienestar

Edad Media al Romanticismo

Siglos XX y XXI

Edad antigua

Origen de la disertación sobre la felicidad y el bienestar

Sonja Lyubomirsky (2001)

Bienestar y calidad de vida

La visión de la neurociencia (2012)

Barbara Fredrickson (1998)

Martin Seligman en (1998)

La revisión cristiana de la feclidad helénica (S. IV a S. XIII d.C)

El helenismo de Platón y Aristóteles (S. V a S. IV a.C:)

Pirámide de Maslow(1908-1970)

El Romanticismo(S. XVII al S. XIX)

Psicología positiva(1990)

Ed Diener en (1984)

La Morernidad(S. XV al S. XVIII)

La doctrina epicúrea (S. III a.C.)

Los siete sabios de Grecia (S. VI a.C.)

El Iluminismo(S. XVII)

Bárbara Florencia García Murillo

Barbara Fredrickson en 1998 desarrolló la teoría de la amplitud y la construcción, que se centra en las respuestas cognitivas y conductuales para construir herramientas como la creatividad y la resiliencia. .

Sonja Lyubomirsky propuso en 2001 la teoría del procesamiento hedónico que centra la felicidad en el bienestar subjetivo, analizando los procesos cognitivos y emocionales involucrados en el búsqueda de aquel sentimiento pleno. .

Desde la neurociencias Richard Davidson y Sharon Begley publicaron en 2012 un aporte sobre el florecimiento humano en su investigación ‘El perfil emocional de tu cerebro’, donde abordan cómo es que la actividad del córtex prefrontal incluye en la regulación de las emociones, y puede contribuir a su vez a aumentar la felicidad. (UVEG Académico, 2023).

Martha Nassbaum proponía en 1947 que el bienestar individual también es el bienestar social, y en este sentido, nos comenta que el bienestar de un país aumenta con su PIB; desarrollo de las capacidades de las personas, así como el acceso a la salud, educación, relaciones y política.

Martin Seligman en 1998 propuso una teoría del bienestar auténtico basado en las emociones positivas, el compromiso y el sentido de significado y propósito; luego en el 2011 fundó el ‘Modelo PERMA’, acrónimo en inglés que se centra en las emociones positivas, el compromiso, las relaciones interpersonales, el sentido de significado y propósito, así como el logro de objetivos. (Valencia et. al., 2023)

Ed Diener en 1984 propuso una ‘Escala de bienestar subjetivo’ (Subjective Well-Being, SWB) para medir la evaluación del paciente sobre su propia vida y satisfacción.

La psicología positiva nace en 1990 y busca el estado óptimo de funcionamiento psicológico y emocional, en el cual una persona experimenta emociones positivas, se siente comprometida con la vida y sus actividades, tiene relaciones interpersonales satisfactorias y encuentra significado y propósito a su vida. (UVEG Académico, 2023)

Abraham Maslow centró su teoría psicológica en el bienestar humano en la autorrealización; para alcanzarla, ideó una pirámide en la que jerarquizó las necesidades básicas para el bienestar (UVEG Académico, 2023). Así tenemos como base las necesidades básicas (comer, dormir, etc.), luego la seguridad (tener empleo, sistema de salud, etc.), sigue la necesidad de afiliación (generar un sentido de pertenencia), luego la de reconocimiento (ganar prestigio, respeto, etc.) y finalmente la autorrealización (al asumir un liderazgo, una visión global, etc

Los padres de la Iglesia se encargaron de traducir los preceptos del helenismo a la vida latina; uno de los pilares del pensamiento cristiano fue San Agustín de Hipona (354-430 d.C.), quien recapitula sobre el bienestar del hombre, al decir que se encuentra en el 'gozo de la verdad' (gaudium de veritate), que se logra mediante la meditación y el razonamiento (Pierantoni, 2006); posteriormente, Santo Tomás (1224-1274d.C.) pondrá la realización máxima del hombre en la búsqueda de la felicidad verdadera, que no es otra sino el bien absoluto que encontramos en Dios.

René Descartes (1596-1650) engloba el concepto del bienestar en su premisa vivere beate, es decir vivir en felicidad, que no es otra cosa que “tener el espíritu perfectamente contento y satisfecho” (Ayala, 2017).

Immanuel Kant (1724-1804), uno de los máximos representantes del Iluminismo, también relacionaría la felicidad como el máximo deber del hombre, en cuanto que representa la perfección y es el bien supremo en el sistema metafísico de la moral (Marey, 2017).

Nietzsche asimila el bienestar personal mediante el concepto de la 'voluntad de poder'; así, la felicidad aumenta en tanto se superan los desafíos y se afirma la voluntad empoderada del individuo, que constantemente se supera a sí mismo.

Siguiendo las disertaciones presocráticas, Epicuro (341-270 a.C.) y sus discípulos también vinculan el bienestar humano a la felicidad, y ésta se define con concepto de pléroma -es decir la auténtica completud-, que se logra mediante la práctica hedonista de la ataraxia -tranquilidad- y la aponia -ausencia del dolor- (López, 2021, p. 90).

Platón (427-347 a.C) y Aristóteles (384-322 a.C.) fundaron los principales sistemas filosóficos que Grecia heredó al pensamiento occidental; ambos coinciden en que la felicidad es el bien último de la vida del hombre, y alcanzarla depende estrictamente de uno mismo, guiándose por los preceptos de virtud y la justicia, logradas por gracia de la razón (García, 2014).

Con el paso del mythos al logos (es decir de la concepción mitológica del mundo, a su racionalización), surgió la necesidad imperante de definir el propósito o la finalidad del hombre. Los filósofos presocráticos, y en particular los Siete Sabios propusieron la felicidad como principio rector, definiéndolo como la conjunción del bienestar físico -o la salud- con el bienestar intelectual -o el bien saber- (García, 2014).

Para llegar a las definiciones que hoy día tenemos sobre felicidad y bienestar, debieron pasar siglos de desarrollo conceptual, de tal modo que ese par de principios rectores de las sociedades se fueron moldeando según necesidades espacio-temporales.