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Lírica de posguerra
Reis A PELÁEZ
Created on August 29, 2024
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Transcript
Literatura del siglo XX
Lírica de posguerra
Lírica
Índice
La Lírica de posguerra: poesía arraigada, existencial y social
Principales autoridades
Pág. 07
Pág. 04
Ángela Figuera Aymerich
Miguel Hernández
Pág. 05
Pág. 12
Etapas
Concha Méndez
Pág. 06
Pág. 14
Pasa la página...
Lírica de posguerra
La Lírica de posguerra: poesía arraigada, existencial y social
Poesía arraigada
Poetas afines al nuevo régimen crean las revistas Escorial y Garcilaso, con la intención de tender un puente hacia la cultura española anterior a la guerra. Se trata de una poesía conformista, complaciente con el régimen y desvinculada de la realidad. Los temas son el amor, la naturaleza, la religión, la historia… El tono es sereno (en contraste con la realidad circundante). Algunos autores: Luis Rosales, Leopoldo Panero, Dionisio Ridruejo, Luis Felipe Vivanco…
Años 40
En los años 40, cabe hablar de un gran vacío cultural y artístico, que se manifiesta en el empobrecimiento del panorama literario. Al acabar la Guerra Civil, muchos de los poetas están en el exilio (Ernestina de Champourcin, Juan Ramón Jiménez, Teresa León, Pedro Salinas, Jorge Guillén, Rafael Alberti, Luis Cernuda…). Otros han muerto (Antonio Machado, Federico García Lorca, Miguel Hernández morirá en la cárcel…). Otros asumen el llamado “exilio interior”, una oposición callada al régimen de Franco permaneciendo en España (Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre…). La creación poética en esta década sigue dos tendencias fundamentales:
Poesía desarraigada
Poesía existencial, opuesta a la anterior. Surge en 1944 la revista Espadaña. Recoge la corriente filosófica del existencialismo europeo y refleja la soledad del hombre en un mundo sin sentido. El mundo es un caos, un lugar hostil donde el odio y la injusticia han acabado con el amor y la vida. El tema de la angustia tiene dos vertientes: una angustia personal (paso del tiempo, la muerte…) y una angustia social (represión, miedo, hambre…). Los temas, lógicamente, serán el dolor, el sufrimiento, la desesperación, la muerte, la injusticia… El tema religioso también aparece, lleno de duda y desesperación. El lenguaje es áspero y violento. Cabe destacar Hijos de la ira, de Dámaso Alonso, y Sombra del paraíso, de Vicente Aleixandre (este último más sentimental e imaginativo)
Lírica de posguerra
La Lírica de posguerra: poesía arraigada, existencial y social
Poesía social
- Se asumen las ideas del filósofo Jean Paul Sartre, según las cuales la literatura puede cambiar el mundo. Critica al autor ensimismado que solo busca la belleza y se aísla del mundo, ya que al no denunciar la injusticia se hace cómplice de ella.
- El lenguaje es sencillo y coloquial, para llegar a todo el mundo. La poesía se entiende como un medio de comunicación dirigido “a la inmensa mayoría”. El verso preferido es el versículo. Se prima el mensaje sobre la forma.
- El tema principal es España.
- Algunos autoridades: Gloria Fuertes, Gabriel Celaya, José Hierro, Carmen Conde, Blas de Otero y Ángela Figuera.
- Se les acusó de panfletarios y de prestar atención únicamente al contenido, olvidando la calidad formal. Sin embargo, las autoridades nombradas (y alguna otra) siempre cuidaron la calidad poética de sus composiciones.
A mediados de los 50 surge, evolucionando desde la poesía desarraigada, una nueva poesía social, a favor del hombre y frente a las injusticias. Podemos citar, entre otras, las siguientes líneas en esta poesía:
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Lírica del siglo XX
Ángela Figuera Aymerich
(1902-1984)
Biografía
Fue la mayor de nueve hermanos. Fue una de las primeras mujeres en conseguir el bachillerato en Bilbao. Posteriormente, estudió Filosofía y Letras, primero en Valladolid y luego en Madrid, a donde se trasladó a vivir la familia en 1930. Obtuvo cátedra de Enseñanza Media en 1933. .
Por edad podría pertenecer a la Generación del 27, pero comienza a publicar tardíamente, a los 46 años, durante la posguerra española, y por estética e ideas es asociada a la poesía social de los 50, sobre todo a raíz de la publicación de El grito inútil (1952). De hecho es una figura clave del “exilio interior” del Franquismo en el panorama cultural del momento, ejerciendo de punto de unión entre distintos grupos poéticos.
Tras la guerra civil, que pasó entre Madrid y Alicante, consiguió trabajar en la Biblioteca Nacional a partir de 1952. Siempre manifestó su carácter de escritora vasca y mantuvo estrecha amistad con poetas también vascos como Gabriel Celaya, Blas de Otero o Gabriel Aresti.
Lírica del siglo XX
Ángela Figuera Aymerich
Estilo poético
(1902-1984)
Fue la mayor de nueve hermanos. Fue una de las primeras mujeres en conseguir el bachillerato en Bilbao. Posteriormente, estudió Filosofía y Letras, primero en Valladolid y luego en Madrid, a donde se trasladó a vivir la familia en 1930. Obtuvo cátedra de Enseñanza Media en 1933. .
Se le suele llamar “epígono” (es decir, “discípulo” o “continuador”) de la generación del 27, con los que tiene vinculaciones evidentes.
- En su poesía, destaca su tono arrebatado, su humana sinceridad y su perfección técnica.
- Emplea abundantes metáforas.
- Destacan las continuas referencias a la vida natural y campesina.
- Su principal tema es el amor en sus diferentes manifestaciones (apasionado, fraternal, panteísta, solidario…).
Tras la guerra civil, que pasó entre Madrid y Alicante, consiguió trabajar en la Biblioteca Nacional a partir de 1952. Siempre manifestó su carácter de escritora vasca y mantuvo estrecha amistad con poetas también vascos como Gabriel Celaya, Blas de Otero o Gabriel Aresti.Por edad podría pertenecer a la Generación del 27, pero comienza a publicar tardíamente, a los 46 años, durante la posguerra española, y por estética e ideas es asociada a la poesía social de los 50, sobre todo a raíz de la publicación de El grito inútil (1952). De hecho es una figura clave del “exilio interior” del Franquismo en el panorama cultural del momento, ejerciendo de punto de unión entre distintos grupos poéticos.
Miguel Hernández
Etapas
Tercea
Primera
El inicio de la Guerra Civil despierta en Miguel Hernández una fuerte conciencia social y una crisis religiosa que se manifiestan en Viento del pueblo (1937), obra de un estilo directo, exagerado, combativo. Aquí se incluye su poema “El niño yuntero”, que acaba con las rotundas y conocidas estrofas:
Más tarde escribirá El hombre acecha y, ya en la cárcel Cancionero y romancero de ausencias, con hermosos poemas dedicados a su esposa y a su hijo, como las “Nanas de la cebolla”:
Su obra más importante es Perito en lunas (1933). Tiene influencias gongorinas y de la literatura clásica (la estrofa usada es la octava real), pero también destaca la creatividad de sus metáforas, de influencias vanguardistas.
Segunda
En la cuna del hambre mi niño estaba, con sangre de cebolla se amamantaba….
En 1936 publica El rayo que no cesa, cuyo tema principal es el amor. La estrofa más usada es el soneto y la obra se cierra con la famosísima “Elegía a Ramón Sijé” (Yo quiero ser llorando el hortelano/ de la tierra que abonas y estercolas/ compañero del alma, tan temprano…), escrita en tercetos encadenados. Se considera que en esta época hay claras influencias de Garcilaso y de Juan Ramón Jiménez. Se observa un sentido dramático del amor y la intuición de un destino trágico
¿Quién salvará a ese chiquillo menor que un grano de avena? ¿De dónde saldrá el martillo verdugo de esa cadena? Que salga del corazón de los hombres jornaleros, que antes de ser hombres son y han sido niños yunteros.
La métrica es preferentemente de arte menor, con romances y otras estrofas populares.
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Lírica del siglo XX
Concha Méndez Cuesta
(1898- 1986 )
Biografía
En la década de los 30 conoció al joven poeta e impresor malagueño Manuel Altolaguirre, con quien se casó. Al acabar la Guerra Civil Concha Méndez se exilia de España y vive en distintos lugares de América. En 1944, viviendo en México, Manuel Altolaguirre la abandona. Concha Méndez se fue alejando de la vida pública. Siguió escribiendo, pero durante más de treinta años no volvió a editar otro libro nuevo. En la década de 1970, sumida en una depresión, Concha Méndez intentó suicidarse. Al morir en su casa en Coyoacán, el 28 de diciembre de 1986, tenía terminada una última colección, Con el alma en vilo.
Fue la mayor de once hermanos. Nació en Madrid en julio de 1898. Pertenecía a una familia acaudalada. Se acercó a la vida literaria y artística de la capital a principios de la década de 1920. Empezó a escribir poesía en 1925, animada por Federico García Lorca y Rafael Alberti. Mujer de ideas muy modernas, a principios de 1929 decidió independizarse por completo de su familia.
Lírica del siglo XX
Concha Méndez Cuesta
(1898- 1986 )
Poco queda de la poeta de los años veinte, toda alacridad y gracia, en Sombras y sueños, de 1944, quizá el mejor libro de la autora. Su voz se aproxima ahora a un poeta que en los años veinte parecía envejecido y de otro tiempo, Antonio Machado. Machadiana y becqueriana, como Bergamín, otro funámbulo de entreguerras, termina su obra Concha Méndez: Entre el soñar y el vivir se titula, bien significativamente, su último libro. Por último, el estilo de sus escritos finales, como en el caso de Villancicos de Navidad, volvió a lo popular y tradicional, con un lenguaje sencillo y vivo, y el uso de versos de arte menor. Mientras que Entre el soñar y el vivir, la nostalgia, la soledad y la añoranza fueron la temática principal.
Estilo poético
La obra de Conha Méndez presentó algunos cambios de estilo en las tres etapas en la que fue dividida.Los tres primeros -Inquietudes, Surtidor, Canciones de mar y tierra- constituyen una trilogía caracterizada por la influencia del Alberti neopopularista y por la incorporación al verso de todo aquello que en los años veinte representaba la modernidad: el deporte, el cine, los automóviles. La autora se muestra en ellos, si no como una escritora excesivamente original, sí como una poetisa a la moda. Una voz más depurada y personal, menos colorista y lúdica, muestra en Vida a vida. Continúa el tono autobiográfico en Niño y sombras, elegía a un niño, su primer hijo, que no llegó a nacer. Esos dos libros, junto a unos pocos poemas nuevos escritos durante la guerra, se reeditan en Lluvias enlazadas.
Concha Méndez
Etapas
Tercea
Primera
La profunda amargura que le produjo el abandono de Altolaguirre encontró eco en algunos de los versos de su libro Poemas. Sombras y sueños, que, al igual que una colección de Villancicos, se editó en 1944. Al año siguiente salió publicada la tercera y última parte de El solitario; en ella también se aprecia una reflexión muy amarga y desengañada sobre las relaciones humanas.En 1976 se editó una Antología poética suya, a la que siguieron, poco después, Vida o río (1979) y Entre el soñar y el vivir (1981). El proyecto más importante, sin embargo, de estos últimos años fue la redacción, ayudada por su nieta, Paloma Ulacia, de un libro de Memorias habladas, memorias armadas, que, al publicarse póstumamente en 1990, despertó el interés de toda una nueva generación de lectores.
Sus tres primeros libros de poesía son Inquietudes (1926), Surtidor (1928) y Canciones de mar y tierra (1930), de estilo neopopulista.
Segunda
En 1932 se publica Vida a Vida y en 1933 murió al nacer su primer hijo, tragedia que dio pie a una serie de poemas nuevos que la poeta recogería bajo el título de Niño y sombras (1936).
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Lírica del siglo xx
Lección finalizada
Generación del 27