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Lectio divina Lucas 10, 1-16

Texto

Lucas 10, 1-16

Motivación y problemática

La elección de este pasaje lucano estuvo guiada por el título:1. Capítulo II de nuestras Constituciones: JUNTOS PARA LA MISIÓN2. Artículo 1: COMUNIDAD APOSTÓLICA3. Artículo 2: COMUNIDAD FRATERNAL

• ¿Qué luz o luces arroja el texto de Lucas sobre este capítulo de las Constituciones?
• ¿Qué claves me da para profundizar en la lectura, reflexión y apropiación de esta parte de las Constituciones?

No meditaré sobre todos los versículos. He preferido limitarme al v. 1.Hemos optado por limitarnos a los vv.1-16, que tratan de las instrucciones del Señor antes de que los discípulos salgan en misión, mientras que los vv.17-20 están más dedicados a la evaluación de la misión realizada. Se trata de 2 micro-unidades complementarias, ya que los oyentes del discurso son los mismos: los discípulos. No obstante, cada micro-unidad puede ser meditada por sí misma.

Delimitación del pasaje

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Lectio divina Lucas 10, 1-16

Estructura y características

del pasaje

Situación en el contexto literario del Evangelio de Lucas

MEDITACIÓN

v.1 : Después de esto, el Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir.

Este primer versículo presenta 2 categorías de personas según sus funciones respectivas: una, el Señor (Jesús) y las otras, los discípulos. Huelga decir que la relación entre estos 2 tipos de personas no puede ser de igualdad. El Señor tiene autoridad sobre los discípulos y lo que dice es más importante.

... el Señor designó a otros 72 discípulos

Después...

... y los envió de dos en dos

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Es Jesús quien los designa y los envía en misión: la misión no es, pues, una iniciativa personal de los discípulos, ni una actividad facultativa, sino un mandato que les confía el Señor. Designación significa aquí investidura. La misión se recibe, no se atribuye. La pregunta hoy: ¿cómo sabemos que una misión viene de Dios? El número de discípulos, 72, se interpreta generalmente en el sentido de universalidad: los 72 representan así a todos los pueblos del mundo (cf. Gn 10,2-31 LXX). En otras palabras, la misión está destinada a todas las naciones, a toda la humanidad. No hay, pues, un lugar preferente.

Lectio divina Lucas 10, 1-16

Para continuar: releer los artículos 10-22 de las Constituciones

¿Vivir en comunidad apostólica es cumplir la voluntad del Señor?

¿Cuál es mi disposición a vivir «juntos para la misión»? ¿Cómo lo vivo concretamente?

¿Es para mí «Juntos para la misión» una imitación y una continuación de la vida y del ministerio de Jesús?

v.1: introducción en forma de contexto. vv.2-16: discurso de Jesús interrumpido por la intrusión del narrador en el v.17. Este discurso está lleno de 10 imperativos (verbos en modo imperativo) que pueden entenderse como directivas de misión. Jesús da instrucciones que los discípulos deben cumplir. Estos diversos imperativos o exhortaciones exponen «los métodos y los objetivos de la acción misionera ». De ahí que fueran una de las fuentes de las normas de evangelización de la Iglesia.

Estructura y características

del pasaje

Por otra parte, la misión de los 72 no es totalmente diferente de la de los Doce en Lc 9,2-5: se dan las mismas instrucciones: - no llevar nada con uno mismo - anunciar el Reino de Dios - realizar sanaciones - quedarse en alguna casa - sacudir el polvo de sus pies si no son bien recibidos. Así pues, existe una continuidad entre las actividades de los Doce y las de los 72. La misión sigue siendo sustancialmente la misma, pero los actores varían. La misión sigue siendo sustancialmente la misma, pero los actores varían: estos últimos no parecen, pues, indispensables.

¿A qué se refiere el demostrativo «que»? En mi opinión, 4 situaciones constituyen el referente: - 1°: la no aceptación de Jesús (9:51-56) - 2°: el Hijo del hombre no tiene donde recostar la cabeza (9,57-58) - 3°: «Deja que los muertos entierren a sus muertos, pero tú ve a anunciar el Reino de Dios» (9,59-60) - 4°: «El que pone la mano en el arado y luego mira hacia atrás no es apto para el Reino de Dios» (9,61-62) Estas 4 situaciones son como presupuestos (prerrequisitos) para la misión. En la primera situación, hay que tener en cuenta que el misionero puede no ser recibido. Pero esto no da derecho a represalias. El misionero no puede erigirse en «vengador despiadado». Al contrario, está llamado a respetar la libertad y la conciencia de aquellos a quienes va.

Las 3 últimas situaciones enumeran las condiciones para seguir a Jesús en la misión: la abnegación total y la consagración total, la prevalencia o primacía del anuncio del Reino sobre otras obligaciones (familiares o sociales) y la urgencia de promover y cuidar la vida.

En resumen: el respeto a los derechos y libertades de las personas por parte del misionero, la abnegación total (humildad) y la entrega sin reservas por parte del misionero, y la primacía del anuncio del Reino de Dios son las bases recordadas (después de esto) antes de que los 72 fueran enviados a la misión.

1 Después de esto, el Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir. 2 Y les dijo: «La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha. 3 ¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos. 4 No lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino. 5 Al entrar en una casa, digan primero: «¡Que descienda la paz sobre esta casa!». 6 Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes. 7 Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa. 8 En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan; 9 curen a sus enfermos y digan a la gente: «El Reino de Dios está cerca de ustedes». 10 Pero en todas las ciudades donde entren y no los reciban, salgan a las plazas y digan: 11 ¡Hasta el polvo de esta ciudad que se ha adherido a nuestros pies, lo sacudimos sobre ustedes! Sepan, sin embargo, que el Reino de Dios está cerca». 12 Les aseguro que en aquel Día, Sodoma será tratada menos rigurosamente que esa ciudad. 13 ¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros realizados entre ustedes, hace tiempo que se habrían convertido, poniéndose cilicio y sentándose sobre ceniza. 14 Por eso Tiro y Sidón, en el día del Juicio, serán tratadas menos rigurosamente que ustedes. 15 Y tú, Cafarnaúm, ¿acaso crees que serás elevada hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el infierno. 16 El que los escucha a ustedes, me escucha a mí; el que los rechaza a ustedes, me rechaza a mí; y el que me rechaza, rechaza a aquel que me envió».Palabra del Señor.

Lucas 10, 1-16

La misión se plantea no en una perspectiva y dinámica solitaria, sino colectiva, sinodal. Implica colaboración, participación, trabajar juntos, caminar juntos. La investidura del mismo Jesús (Lc 3,21-22) ya incluía esta dinámica: el Espíritu Santo que desciende sobre él (Jesús), la voz del Padre que se hace oír. Es una investidura con participación de las personas de la Trinidad como comunión del Espíritu y del Padre en la misión de Jesús. Posteriormente, muchos de sus viajes los hizo lleno del Espíritu Santo (4,1; 4,14) o con los discípulos o los doce. Jesús pocas veces estuvo solo en la realización de su misión. De este modo, la misión cristiana en común o en comunidad se basa en la palabra y el ministerio vivido de Jesús en comunión con las personas trinitarias, con los Doce, con los discípulos (las multitudes que le seguían).

Además, hay 3 razones para entender este envío de dos en dos:- Apoyo mutuo en la misión- Dar testimonio de la verdad de su palabra (cf. Dt 19,15)- Ser la encarnación viva del Evangelio de la paz (cf. vv.5-6).

El envío de los 72 en misión tiene una cierta resonancia de preparación tanto para la partida de Jesús (muerte-resurrección) como para el tiempo de la Iglesia. En particular, la imagen de «corderos en medio de lobos» (v. 3) y la posibilidad de rechazo (vv. 10-11.16) abren la perspectiva de la oposición y hostilidad que tanto Jesús como los discípulos encontrarán en el curso de la misión.

Lc 10 se sitúa casi al comienzo del largo viaje de Jesús a Jerusalén (9,51-19,27):

Un largo viaje durante el cual destiló muchas lecciones para sus discípulos, dándonos a entender, entre otras cosas, que el camino misionero es también un lugar de aprendizaje para los discípulos (los discípulos son instruidos en y a través de la misión).

Un itinerario fundamentalmente de libertad frente a los numerosos desafíos (pruebas) que aceptó: los desafíos de una mala acogida (cf. 9,51-56), de los malos tiempos o de las malas intenciones (cf. 11,14-23), del cuestionamiento (la duda) de su autoridad, de la muerte y del valor de entregar su vida (cf. 13,31-33; 18,31-33).

Un viaje marcado por la determinación de Jesús, hasta el punto de que «tomó resueltamente [este] camino» (9,51).