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Viernes

Oraciones de la mañana

2024-2025

noviembre

¡Empezamos siempre: "En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo"

Educación Vicenciana

3ª semana

4ª SEMANA

2ª SEMANA

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1 de noviembre

Evangelio de cada día

Canciones del mes

Canciones seleccionadas para el mes para INFANTIL y PRIMARIA

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3

2

1

1ª SEMANA

Festivo nacional

Lectura del Evangelio de cada día del mes.

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Oraciones de la mañana

2024-2025

Educación Vicenciana

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¡Empezamos siempre: "En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo"

5 de noviembre

“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón,con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. (Mc 12,30-31) Ambientación: El Evangelio de ayer nos recuerda que hay que amar a Dios con todo nuestro corazón y a los demás como nos queremos a nosotros mismos. ….Nos ponemos en presencia de Dios En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Cuando le preguntaron a Jesús ¿cuál es el principal mandamiento de la Ley de Dios?” ; Jesús contestó : “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”. Amar a Dios es entonces lo más importante en nuestra vida. Pero ¿cómo podemos demostrarle que le queremos mucho? Evangelio: (Mc 12 ,28b-34) Podemos visualizar el Evangelio con el siguiente vídeo: Reflexión:

  • ¿Cómo podemos demostrar el amor a Dios nuestro Padre?
  • ¿A que vuestros papás os quieren mucho? ¿Cómo os lo demuestran?
  • ¿Qué os dicen? ¿Y vosotros? ¿Cómo se lo demostráis?
  • Y a Jesús ¿cómo podéis demostrarle cuánto le queréis?
Cierre - Acción de gracias: Ya sabéis entonces cómo podemos demostrar cuánto queremos a Dios, no dejéis de hablar con Él, de rezar con cariño y respeto; pensar en Él muchas veces; dadle las gracias; pedidle perdón cuando le hemos ofendido… todo lo que haría un buen hijo para demostrarle el amor que siente por sus papás. “Gracias, Señor, porque tú nos quieres sobre todas las cosas” Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. (Mc 12, 30-31) Ambientación: Vamos a escuchar como cada lunes, el evangelio de ayer. Un evangelio de san Marcos que es muy cortito, pero que nos enseña mucho. Estemos atentos a la palabra de Jesús. ….nos ponemos en presencia de Dios y escuchamos su palabra: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Evangelio según san Marcos: (Mc 12, 28b-34) En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: «¿Qué mandamiento es el primero de todos?». Jesús respondió: «El primero es: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. El segundo es éste: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No hay mandamiento mayor que estos». El escriba replicó: «Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios». Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: «No estás lejos del reino de Dios». Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas. Palabra de Dios Para reflexionar: En este texto Jesús nos enseña cómo llegar al Padre y la forma más sencilla de ser personas de Dios. Tener sed de Él, de comenzar un camino que nos sana y nos aleja del mal. Jesús nos enseña en este evangelio que volver nuestra mirada a Dios es lo esencial para tener una vida nueva: amar a Dios y a las personas que nos rodean es la clave para conocer y vivir el Reino de Dios. Para ser personas de amor.

  • ¿Conozco el mandamiento del amor?
  • ¿Me esfuerzo cada día por dar lo mejor de mí en casa, en el colegio, con mis amigos?
  • ¿Qué puedo hacer para ser una persona de amor?
Jesús te damos gracias por revelarnos este camino hacia Dios, ayúdanos a no caer nunca en el desánimo y a saber que tú siempre estarás ahí mostrándonos cómo llegar a Dios con tu ejemplo. Palabra de Dios Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón,con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. (Mc 12,30-31) Comenzamos la oración de hoy con un gesto sencillo como tener la intención de ponerse en manos de Dios, nos colocamos en una posición cómoda y guardamos silencio para escuchar lo que nos quiere decir hoy. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Hoy te invitamos a sentir a través de tus ojos, la presencia de Dios al comienzo de la jornada. Mira esta imagen y piensa qué mensaje crees que te envía. Trata de encontrar una frase que recoja eso que la imagen te dice a ti para el día de hoy . Es un pequeño regalo de parte de Dios. Trata de compartir algo con tu clase. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre, mujer que supo amar dándonos todo en Jesús ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón,con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. (Mc 12,30-31) Hoy comenzamos la oración disponiéndonos a comprender qué mensaje nos envía Dios. Para ello nos colocamos en una posición cómoda y guardamos silencio para escuchar lo que nos quiere decir hoy a través de la canción que vamos a escuchar… En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Tenemos la gran suerte de tener un Padre que nos ama con locura y que al igual que nos pide que le amemos y amemos a nuestros hermanos, a nuestro prójimo… También Él nos dice y nos hace saber cuánto nos quiere… ¿Has entendido el mensaje que nos transmite la canción? Compártelo con tus compañeros. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón,con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. (Mc 12,30-31) En la oración de hoy traemos el modelo de nuestro patrón, san Vicente de Paúl. Que su ejemplo nos ayude a entender el evangelio. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. La experiencia de San Vicente de Paúl se hace hoy la nuestra. Dios llevó a Vicente por unos caminos que él seguramente no estaba buscando: Dios le conduce al camino de los pobres... Son ellos los que le van haciendo encontrarse con Dios. Ya lo dice.... “Pero los pobres me gritaban y Jesús me interrogaba. ¡Tras las huellas de Vicente caminaba!” San Vicente hace la experiencia del Buen Samaritano. Seguramente, como en esa parábola, fue un hombre atento al camino para poder descubrir en él a todos los heridos ¿Te acuerdas de esa parábola? Seguro que sí... pero, vamos a recordarla a través de este vídeo? (Lc 10, 25-37) Reflexión: ¿Ya has descubierto a tu prójimo? ¿Quién es para ti tu prójimo? Propuesta: Escribe en la huella el nombre de quien hoy consideras tu prójimo. PADRE NUESTRO Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón,con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. (Mc 12,30-31) Acabamos la semana llevando a nuestra vida lo aprendido en las palabras del evangelio de la semana. Hacemos silencio y tomamos una posición adecuada. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Piensa lo que te sugiere este relato. Fábula de la pipa y los peines Era un matrimonio pobre. Ella hilaba a la puerta de su choza, pensando en su marido. Todo el que pasaba se quedaba prendado de la belleza de su cabello, negro, largo, como hebras brillantes salidas de su rueca. Él iba cada día al mercado a vender algunas frutas. A la sombra de un árbol se sentaba a esperar, sujetando entre los dientes una pipa vacía. No llegaba el dinero para comprar un pellizco de tabaco. Se acercaba el día del aniversario de la boda y ella no cesaba de preguntarse qué podía regalar a su marido. Y además ¿con qué dinero? Una idea cruzó su mente. Sintió un escalofrío al pensarlo, pero al decidirse todo su cuerpo se estremeció de gozo: vendería su pelo para comprarle tabaco. Ya imaginaba a su esposo en la plaza, sentado ante sus frutas, dando largas bocanadas a su pipa: aromas de incienso y de jazmín darían al dueño del puestecillo la solemnidad y prestigio de un verdadero comerciante. Sólo obtuvo por su pelo unas monedas, pero eligió con cuidado el más fino estuche de tabaco. El perfume de las hojas arrugadas compensaba largamente el sacrificio de su pelo. Al llegar la tarde regresó el marido. Venía cantando por el camino. Traía en su mano un pequeño envoltorio: eran unos peines para su mujer, que acababa de comprar, tras vender la pipa. Rabindranath Tagore Reflexión:

  • ¿Qué les hacía felices a los protagonistas?
  • ¿Por qué crees que actuaron así?
  • ¿Piensas que hacer cosas para hacer felices a los demás te hace feliz?
  • ¿Qué te pide Dios a ti que hagas por los demás?
Recuerda siempre el mandamiento del amor, es el mensaje más importante que nos enseñó Jesús para ser felices y construir el Reino de Dios. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. (Mc 12, 30-31) En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Hoy te proponemos comenzar el día con las palabras de María en el Evangelio de san Lucas. María visitando a su prima Isabel, proclama que Dios la hace grande en su pequeñez. La Madre de Jesús se pone en el lugar de aquellos con los que se encuentra haciendo presente el Evangelio que es vida. El Magníficat es un canto de júbilo que nos llega como un tesoro que podemos recitar todos juntos y que toda la Iglesia reza al final de cada día. Pongámonos en manos de Dios, guiados de la mano de María de Nazaret recitando a dos coros el Magníficat: Proclama mi almala grandeza del Señor,se alegra mi espíritu en Dios,mi salvador;porque ha mirado la humillaciónde su esclava. Desde ahora me felicitarántodas las generaciones,porque el Poderoso ha hechoobras grandes por mí:su nombre es santo,y su misericordia llega a sus fielesde generación en generación. Él hace proezas con su brazo:dispersa a los soberbios de corazón,derriba del trono a los poderososy enaltece a los humildes,a los hambrientos los colma de bienesy a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo,acordándose de la misericordia–como lo había prometido a nuestros padres–en favor de Abrahány su descendencia por siempre. Gloria al Padre, y al Hijo,y al Espíritu Santo.Como era en el principio,ahora y siempre,por los siglos de los siglos. Amén. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a Ella: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. (Mc 12, 30-31) Hacemos silencio, nos sentamos cómodamente, respiramos profundamente y nos ponemos en presencia del Señor. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. San Vicente de Paúl y Santa Luisa de Marillac vivieron juntos su vocación y misión. Los dos son el manantial de donde brota nuestro espíritu vicenciano. Todos los que formamos la Familia Vicenciana con mayúsculas somos deudores de sus aportaciones personales a nuestra herencia. Por eso, todos queremos ayudar a los necesitados; todos queremos aprender de su forma de evangelizar; todos queremos compartir su misión. Santa Luisa buscaba a Dios y lo encontró en los demás de manera extraordinaria. Con alegría hemos celebrado el 400 aniversario de la “luz de Pentecostés” que guió a Santa Luisa en la elección de una vida al servicio de los más pobres. Hoy queremos seguir su ejemplo de entrega total a Cristo en los pobres. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. (Mc 12, 30-31) Estamos en el mes de Noviembre, un mes muy especial para todos/as nosotros/as. En este mes celebraremos la Fiesta de la Medalla Milagrosa, la Fiesta de Santa Catalina Labouré y la Fundación de la Compañía de la Hijas de la Caridad. Como cada día, empezamos nuestra oración… En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Hacemos silencio, nos sentamos cómodamente y respiramos profundamente para relajarnos. A continuación escuchamos y disfrutamos de la letra de la siguiente canción. Canción: Reflexionamos juntos: Aquel que experimenta una alegría profunda en su vida está deseando contar a otros lo que le pasa. No podemos callar las buenas noticias y damos botes de alegría en nuestro interior hasta que podemos contárselo a nuestros amigos, familiares, conocidos... Cuando Jesús y el evangelio se convierten en fuente de alegría en nuestra vida, en aquello que nos da sentido, también ardemos en deseos de contárselo a otros. Toda nuestra vida se puede convertir en anuncio, en una manera diferente de estar en el mundo. Aquel al que amamos se vuelve el centro de todo y le da sentido a todo. Deseamos que todos puedan conocer al Jesús que nosotros hemos conocido. Que compartan con nosotros nuestra alegría. Que se sumen a nosotros en el trabajo por el Reino. Hacemos un momento de silencio y pensamos sobre las ideas que acabamos de compartir Y terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón,con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. (Mc 12,30-31) Ambientación: A vuestra edad, todos los días crecéis en tamaño, en estatura, se os queda pequeña la ropa; los zapatos os aprietan. También sois cada vez más inteligentes, aprendéis muchas cosas en el colegio. Todo eso está muy bien pero no debéis olvidar que también debéis crecer en otro aspecto: vuestro corazón. Debemos trabajar para tener cada día un corazón grande. ….Nos ponemos en presencia de Dios En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Vemos y escuchamos la canción Canción: Reflexión: PIENSA Y COMPARTE: invitamos a los niños a reflexionar durante unos minutos. Luego se les propone compartir lo que han pensado en la asamblea o con el compañero/a de al lado ¿qué conlleva tener un corazón más grande? Cierre: Te pedimos Jesús tener un corazón grande que sea capaz de amar a todos y que nos ayude a parecernos a Ti. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón,con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. (Mc 12,30-31) Introducción: Jesús demostró con su ejemplo de vida que vino a este mundo a servir y no a ser servido. El ejemplo es la mejor manera de enseñar. Nos ponemos en presencia de Dios En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Vídeo: Visualizamos el vídeo “¡Atrévete a ayudar!” donde se nos enseña cómo las buenas acciones se van contagiando de unos a otros y cómo al final todos queremos SERVIR y AYUDAR porque nos hace sentirnos queridos y felices con nosotros y con los demás. Reflexión:

  • ¿Cómo te sientes cuando un amigo viene a ayudarte?
  • ¿Tú querrías también ayudar a otras personas? ¿Por qué?
  • ¿Cómo te sientes cuando ayudas a los demás?
  • ¿Qué haces para ayudar en el colegio ? ¿ Y en casa?.....
Cierre-compromiso: Hazme una persona de gran corazón que piense en lo que los demás necesitan. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre. ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón,con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. (Mc 12,30-31) Ambientación: Jesús, ¡qué contento me siento cuando estoy contigo!, ¡cuánto me quieres! Siempre me pides que ame como tú, que tengo que querer a todos cómo me quiero a mi mismo, pero la mayoría de veces me cuesta mucho. Te pido que me ayudes para que aprenda a tratar muy bien a todos mis compañeros, que aprenda a defender y cuidar a los más pequeños al igual que lo hizo el buen Samaritano ¡Te lo pido de todo corazón Jesús! ….Nos ponemos en presencia de Dios En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Parábolas de Jesús: Reflexión: VEO, PIENSO, ME PREGUNTO Tres pasos: VEO: Párate y mira. ¿Qué ves? PIENSO: ¿Qué es? ¿Cómo es? ¿Qué piensas? ¿Qué te parece? ¿Te recuerda a algo? ME PREGUNTO: Hazte preguntas. ¿Por qué? ¿Por qué piensas eso sobre esta imagen? Comentamos qué es propio del buen samaritano: detenerse, ayudar, poner los medios necesarios, colaborar según nuestras posibilidades, etc. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón,con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. (Mc 12,30-31) Introducción: Hoy vamos a rezar reconociendo que amamos a Dios con todo el corazón y que en Él nos refugiamos. Oremos con el Salmo 17 Yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza… mi libertador… Invoco al Señor de mi alabanza y quedo libre de mis enemigos… Me acosaban el día funesto pero el Señor fue mi apoyo: me sacó a un lugar espacioso, me libró porque me amaba. Palabra de Dios Nos ponemos en presencia de Dios En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN Reflexión:

  • ¿Sabes qué es un refugio?¿Para qué sirve?
  • ¿Conocéis la diferencia entre una roca y la arena? ¿Dónde construirías mejor una casa? ¿Por qué? ¿Por qué se dice que Dios es mi roca?
  • ¿Para qué sirve un escudo? ¿De qué puede defendernos Dios?
Cierre-acción de gracias: Te damos gracias Padre por ser la roca donde apoyarnos y por poder contar siempre contigo. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. (Mc 12, 30-31) Como cada lunes, al comenzar la semana, traemos a nuestra oración de la mañana el Evangelio de ayer, domingo. Siempre que nos dispongamos a escuchar es importante que nos coloquemos en una postura correcta. Si hay algo, delante de ti, que crees que te puede distraer, quítalo. Intentamos hacer silencio interior, intentamos sacar de nuestra mente aquello que nos puede distraer y una vez preparados… escuchamos… En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Del Evangelio de san Marcos (Mc 12, 28b-34) Amarás al Señor, tu Dios. Amarás a tu prójimo Lectura del santo Evangelio según san Marcos. En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: «¿Qué mandamiento es el primero de todos?». Respondió Jesús: «El primero es: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. El segundo es éste: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No hay mandamiento mayor que estos». El escriba replicó: «Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios». Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: «No estás lejos del reino de Dios». Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas. Palabra de Dios REFLEXIÓN: Podemos decir que amamos a Dios y ese amor se hace realidad en nuestro mundo cuando lo vemos reflejado en nuestras muestras de amor, empatía y atención hacia nuestros hermanos, especialmente los más vulnerables, frágiles o sin suficientes recursos de todo tipo para salir adelante. Te pedimos que, interiorizando la Palabra, visualices con los ojos cerrados a aquellos que Dios te confía hoy para hacerles llegar su Amor. Piensa que Dios te los confía para que los cuides y sean para ti tu “próximo”, tu prójimo. Terminamos, como cada día la oración, dirigiéndonos, a nuestra Madre: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. (Mc 12, 30-31) Orar es algo tan sencillo como tener la intención de hacerlo poniéndose en manos de Dios En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Vivimos en una cultura de la imagen en la que pareciera que si no veo algo delante de mis ojos, no puedo vivir o sentir algo diferente. Hoy te invitamos a sentir a través de tus ojos, la presencia de Dios al comienzo de la jornada. Haz silencio, deja todo lo que tengas delante y mira fijamente esta imagen. ¿Qué parece que ves? ¿cómo es, qué me transmite el color, la forma? ¿Te trae a la memoria algo? Trata de encontrar dos palabras que recojan eso que la imagen te dice a ti para el día de hoy (guárdalo como un pequeño regalo de parte de Dios). Una vez interiorizado, trata de compartir algo con tu clase. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre, mujer que supo amar dándonos todo en Jesús ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

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12 de noviembre

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Oraciones de la mañana

2024-25

Educación Vicenciana

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noviembre

¡Empezamos siempre: "En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo"

“Esta viuda pobre, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir” (Mc 12,44) Nos ponemos en presencia de Dios y escuchamos su palabra: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN Evangelio según san Marcos: Mc 12, 41-44 (Adaptado a los niños) Estando Jesús sentado enfrente del tesoro del templo, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban mucho; se acercó una viuda pobre y echó dos monedillas. Llamando a sus discípulos, les dijo: «En verdad os digo que esta viuda pobre ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero esta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir». Palabra de Dios Vamos a ver la historia de la viuda que echó monedas, aún teniendo pocos bienes para vivir. Reflexión:

  • ¿ Has visto cómo las personas dejan monedas en la Iglesia?
  • ¿Conoces gente que usa ropa bonita y tienen de todo?
  • ¿Qué pretenden al dejar sus monedas haciendo mucho ruido?
  • ¿Y vosotros os fijáis en la gente sencilla que da lo que tiene? ¿Damos de lo nuestro alegremente?
Cierre-petición: Es muy importante hacer las cosas sin esperar que nos vean. Cada persona puede aportar algo distinto a los demás y no es cuestión de cantidad. Dar generosamente es una acción que alegra a Jesús.… Ayúdame Jesús a ser bueno y generoso con todos, a no guardarme nada para mí. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Esta viuda pobre, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir” (Mc 12,44) Ambientación: Vamos a escuchar, como cada lunes, el evangelio de ayer. Un evangelio de san Marcos que es muy cortito, pero que nos enseña mucho. Estemos atentos a la palabra de Jesús. Siempre que nos dispongamos a escuchar es importante que nos coloquemos en una postura correcta. Si hay algo delante de ti, que crees que te puede distraer, quítalo. Intentamos hacer silencio interior, intentamos sacar de nuestra mente aquello que nos puede distraer y una vez preparados… escuchamos… En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Del Evangelio según san Marcos: (Mc 12, 38-44) En aquel tiempo, Jesús, instruyendo al gentío, les decía: «¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en las plazas, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas y aparentan hacer largas oraciones. Esos recibirán una condenación más rigurosa». Estando Jesús sentado enfrente del tesoro del templo, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban mucho; se acercó una viuda pobre y echó dos monedillas, es decir, un cuadrante. Llamando a sus discípulos, les dijo: «En verdad os digo que esta viuda pobre ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero esta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir». Palabra de Dios Para reflexionar:

  • ¿Por qué crees que Jesús valoró más la ofrenda de la viuda que la de los ricos?
  • ¿Qué significa para ti dar lo que tienes, aunque sea poquito?
  • ¿Has ayudado alguna vez a alguien aunque tú también necesitabas ayuda? ¿Cómo te hizo sentir?
  • ¿Cómo puedes ser generoso con tus amigos o compañeros, no solo con cosas materiales, sino también con tu tiempo o tu cariño?
Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Esta viuda pobre, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir». (Mc 12,44) Como cada lunes, al comenzar la semana, traemos a nuestra oración de la mañana el Evangelio de ayer, domingo. Siempre que nos dispongamos a escuchar es importante que nos coloquemos en una postura correcta. Si hay algo delante de ti, que crees que te puede distraer, quítalo. Intentamos hacer silencio interior, intentamos sacar de nuestra mente aquello que nos puede distraer y una vez preparados… escuchamos… En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Del Evangelio de san Marcos (Mc 12, 38-44) . Esta viuda pobre ha echado más que nadie. En aquel tiempo, Jesús, instruyendo al gentío, les decía: «¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en las plazas, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas y aparentan hacer largas oraciones. Esos recibirán una condenación más rigurosa». Estando Jesús sentado enfrente del tesoro del templo, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban mucho; se acercó una viuda pobre y echó dos monedillas, es decir, un cuadrante. Llamando a sus discípulos, les dijo: «En verdad os digo que esta viuda pobre ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero esta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir». Palabra de Dios REFLEXIÓN: En tiempos de Jesús, la imagen más clara de una persona vulnerable, la tenemos en la figura de la mujer viuda. El papel de la mujer era el de una persona que siempre debía depender del marido o de un varón, no tenía ninguna autonomía para decidir. Por tanto, cuando quedaba viuda y si encima se hacía cargo de sus hijos, su situación era francamente de marginación y pobreza. Jesús pone ante nosotros a una mujer viuda que pone delante de Dios aquello que necesita para vivir, tratando de dar lo poco que tiene, pero hay otros que alardean para que todo el mundo los vea. Van de buenos, pero su corazón es egoísta, dan de lo que les sobra, pero guardan todo para alimentar su imagen y su inseguridad y egoísmo. Hoy nos queremos preguntar juntos:

  1. ¿Das de lo que tienes (ayuda, ánimo, tus dones recibidos por Dios, etc.) sin esperar nada a cambio? Puedes contar a tu compañero de al lado o en voz alta alguna de tus experiencias de gratuidad.
  2. ¿Alguna vez has recibido algo experimentando en ti que Dios es pura acogida y gratuidad?
  3. ¿Quiénes son hoy los marginados que están cerca de ti? ¿Cómo los reconoces?
Terminamos, como cada día la oración, dirigiéndonos, a nuestra Madre: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Esta viuda pobre, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir” (Mc 12,44) Vamos a prepararnos para un momento muy especial de oración. Primero, vamos a sentarnos bien derechos en nuestras sillas. Poned los pies en el suelo y las manos sobre las rodillas. Respiramos profundamente. Inhalamos por la nariz, llenando nuestro estómago de aire como si fuera un globo. Y luego exhalamos suavemente por la boca. Hagámoslo juntos tres veces. Una vez más: respiramos profundo... y soltamos el aire. Y la última: respiramos... y soltamos. Ahora estamos más tranquilos y atentos. Vamos a mantener esta calma mientras nos preparamos para hablar con Dios en nuestra oración. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. La letra de esta canción invita a entregar todo lo que uno tiene y es a Dios, aunque parezca poco. Lo más importante es ofrecer lo mejor de nosotros mismos, como lo hizo la viuda, con todo su corazón. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Esta viuda pobre, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir». (Mc 12,44) Hacemos silencio, nos sentamos cómodamente, respiramos profundamente y nos ponemos en presencia del Señor. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Recordamos en este mes de noviembre el encuentro que Santa Catalina tuvo con María. Celebramos la gran suerte de que María nos visitara y nos dejara un gran regalo, la Medalla Milagrosa. Hoy María también quiere hablar con nosotros, nos llama a una verdadera comunicación de vida y nos invita a una misión concreta. Para ello debemos esforzarnos por salir de nosotros mismos para ir al encuentro con los otros. Hoy María nos dice: Levántate de tu comodidad y anda… Escoge la luz… viste tu corazón… Aprende a ver. Reflexionamos juntos: ¿Cuántas veces nos sentimos sobrepasados? ¿Cuántas veces pensamos no tener fuerzas para seguir adelante porque todo parece salirnos mal? Pidámosle a Jesús, como lo hizo la Virgen María, que nos sostenga, que nos anime y nos de fuerza. Pongamos nuestra confianza en Él porque Él nunca nos abandona y siempre camina a nuestro lado. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre María ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Esta viuda pobre, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir” (Mc 12,44) Nos ponemos en presencia de Dios En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Reflexión: Después de ver el vídeo de la canción recordamos las imágenes y contestamos las siguientes preguntas:

  • ¿Los niños que compartían estaban contentos o tristes?
  • ¿Crees que cuando jugáis juntos lo pasáis mejor o prefieres jugar solo?
  • ¿Cómo te sientes cuando alguien te comparte los juguetes? ¿Y si alguien no te dejara jugar con sus cosas?
  • ¿Sabes jugar en equipo?
Cierre-petición: Jesús, ayúdame a hacer favores que alegren la vida de los demás para que todos estemos felices y contentos. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Esta viuda pobre, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir” (Mc 12,44) Ambientación: Jesús, siempre me pides que sea generoso, que comparta lo que tengo con los demás, que yo tengo muchas cosas cuando hay niños pobres que no tienen nada, ni siquiera comida o ropa. La mayoría de veces doy lo que ya no quiero o me sobra pero eso no es lo que Tú quieres. Nos ponemos en presencia de Dios En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Trabajamos: DILO TÚ. Después de ver la imagen , les invitamos a que repitan lo que han visto con sus propias palabras. Cierre -petición Te pido que me ayudes para que aprenda a compartir de verdad, y a no presumir y creerme más importante que los demás. ¡Te lo pido de todo corazón Jesús! Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Esta viuda pobre, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir” (Mc 12,44) Antes de comenzar nuestra oración, vamos a tomarnos un momento para tranquilizarnos y preparar nuestro corazón. Siéntate cómodamente en tu silla, con la espalda recta pero relajada. Deja que tus manos descansen suavemente sobre tus piernas. Cierra los ojos si lo deseas, y respira profundamente. Inhala lentamente por la nariz… y exhala suavemente por la boca. Siente cómo tu cuerpo se va relajando con cada respiración. Ahora, deja que tu mente se calme, dejando a un lado los pensamientos y preocupaciones por un momento. Concéntrate en este momento, en tu respiración, y en la presencia de Dios que está contigo. Vamos a pedirle a Dios que nos acompañe hoy, que nos guíe y que nos llene de su paz. Estamos listos para comenzar nuestra oración de la mañana de hoy. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Observa la imagen (de wirestock en Freepik) Aunque la ofrenda de la viuda era pequeña, como una semilla, su valor era enorme porque fue dada con todo su corazón. Al igual que una semilla pequeña puede crecer y convertirse en algo grande y fuerte, nuestras pequeñas acciones, cuando son hechas con amor, tienen un gran valor para Dios. Piensa y comparte en pareja ¿Qué cosas pequeñas podrías hacer hoy que, aunque parezcan insignificantes, pueden crecer en algo grande cuando las haces con amor? Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Esta viuda pobre, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir». (Mc 12,44) Todos nosotros somos responsables unos de los otros. A cada uno de nosotros se nos confían personas a las que podemos ayudar. Eliminemos la pobreza entre todos, cada uno de nosotros podemos hacer nuestra parte. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Fíjate bien en la imagen que hoy te presentamos para comenzar la jornada. Identifícate con una de esas manos que trata de alcanzar la paz para este mundo desigual en el reparto de la riqueza. ¿ Qué le llevarías hoy al mundo con tus manos para que todos fuéramos iguales? ¿ Qué hay en esta “Casa común, el planeta”, que pide de ti solidaridad? ¿ Cómo lo traerías hoy en tus manos generosas a tu clase, al colegio? Guarda un poco de silencio y procura compartirlo con tu clase en voz alta. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre, mujer que supo compartir estando al lado de los pobres ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Esta viuda pobre, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir” (Mc 12,44) Ambientación: Vamos a estar muy atentos para escuchar la experiencia de unas hermanas y jóvenes en Kigala, Angola. Nos hablan de compartir muchas cosas. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Reflexión: PIENSA Y COMPARTE EN PAREJA: Se invita a los niños a pensar durante unos minutos en lo que han visto en el vídeo y se les anima a compartir lo que han pensado con el compañero/a de al lado. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre. ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Esta viuda pobre, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir” (Mc 12,44) Salmo 22 - El Señor es mi pastor, nada me falta. Introducción: Quién confía en Dios no tiene miedo, nada le falta, se encuentra seguro. La viuda echó todo lo que tenía porque sabía que contamos con Él siempre. Nunca nos abandona. Nos ponemos en presencia de Dios En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Oración: Cuando tengo alguna dificultad, Jesús, me ayuda mucho ponerla en tus manos. Descansar en Ti me hace fuerte y mis problemas se hacen más pequeños. El saber que Tú estás a mi lado y que siempre cuento contigo me hace muy feliz. Vemos la parábola de la oveja perdida Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre. ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Esta viuda pobre, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir” (Mc 12,44) Vamos a tomarnos un momento para tranquilizarnos y preparar nuestro corazón. Siéntate cómodamente en tu silla, recto pero relajado. Deja que tus manos descansen sobre tus rodillas. Respira profundamente. Inhala y exhala. Deja a un lado los pensamientos y preocupaciones por un momento. Concéntrate en este momento, en tu respiración, y en la presencia de Dios que está contigo. Él nos acompaña y nos guía. Estamos listos para comenzar nuestra oración. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Pedro Opeka, el apóstol de la basura Vamos a conocer hoy al padre Pedro Opeka. Es un sacerdote de la Congregación de la Misión de San Vicente de Paúl. Él está dedicando su vida a ayudar a las comunidades más pobres de Madagascar. Fundó “Akamasoa” (la Ciudad de la Amistad), una comunidad autosuficiente donde miles de personas han encontrado un hogar, educación y trabajo. Vamos a comentar juntos:

  • Pedro fundó “Akamasoa”, una comunidad donde las personas colaboran para mejorar su vida. ¿Por qué es importante trabajar juntos cuando queremos ayudar a los demás? ¿Qué podemos lograr cuando nos unimos como grupo?
  • Pedro Opeka ha creído en la acción, no solo en palabras, ¿cómo puedes demostrar tu fe o tus valores a través de lo que haces por los demás?
  • En Madagascar, Pedro Opeka ayudó a transformar basureros en ciudades llenas de vida, mostrando que siempre hay esperanza. ¿Qué cosas crees que son difíciles de cambiar? ¿Cómo crees que podrías empezar a cambiarlas?
Este curso estamos trabajando la paciencia, sabemos que todo tiene su tiempo, ¿por qué es importante no rendirse, incluso cuando algo parece difícil? Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Esta viuda pobre, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir” (Mc 12,44) Nos preparamos para comenzar la oración de hoy. Nos sentamos derechos en la silla, pero relajados, con los pies apoyados en el suelo, las manos sobre las rodillas, los ojos cerrados. Nos hacemos conscientes de nuestra respiración, inhalamos y exhalamos lentamente. Abrimos nuestro corazón a Dios que quiere encontrarse con nosotros. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Dice un salmo: “Lo que Tú más quieres, Dios, no son grandes regalos, sino un corazón sincero y humilde. Tú nunca rechazas a quien te ofrece su amor de verdad”. Hoy queremos comprometernos a ser como la viuda del evangelio, que dio lo que tenía con generosidad y amor. Aunque lo que tengamos para dar sea pequeño, sabemos que si lo hacemos de corazón, Dios lo verá con alegría. Nos comprometemos a ser generosos, compartiendo una sonrisa, una palabra amable o nuestro tiempo; ayudando a quienes lo necesiten, en casa o en la escuela, sin esperar nada a cambio; agradeciendo a Dios por todo lo que nos da y recordando que lo más importante es un corazón humilde y lleno de amor. ¿En qué momentos podemos cumplir este compromiso? Pensemos en una acción concreta que cada uno de nosotros pueda hacer. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Esta viuda pobre, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir». (Mc 12,44) Hacemos silencio, nos sentamos cómodamente, respiramos profundamente y nos ponemos en presencia del Señor. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. En 1617, Vicente de Paúl se conmueve ante la miseria material y espiritual de los hombres de su tiempo y consagra su vida al servicio y evangelización de los pobres. Con este fin funda las Cofradías de la Caridad y la Congregación de la Misión. Providencialmente se encuentra con Luisa de Marillac que colabora estrechamente en sus acciones de caridad. La luz de Luisa de Marillac y el ejemplo de Margarita Naseau, humilde campesina que dedicó su vida a cuidar incansablemente de los enfermos de París, hacen que de forma imperceptible, como ocurre con las cosas de Dios, nazca en 1633 la Compañía de las Hijas de la Caridad que hoy día sigue adelante con mujeres comprometidas que descubren la presencia de Dios en cada persona que sufre. A continuación, escuchamos el testimonio de sor Patricia Reflexionamos juntos:

  • ¿Qué te ha parecido el testimonio de Sor Patricia?
  • ¿Te has preguntado alguna vez qué sueño tiene Dios para ti?
Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Esta viuda pobre, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir». (Mc 12,44) En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN Los salmos son oraciones para ser cantadas o recitadas que pertenecen a la herencia judía de todo cristiano. Cuando recitamos un salmo, nuestra voz se une a la de tantos cristianos que a lo largo de la historia han confiado en la acción de Dios en la historia y han esperado en su promesa. Cada uno de estos textos expresa una emoción, un sentimiento, una búsqueda que nos pone delante de Dios. Recitamos JUNTOS el SALMO 14 (15) Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda y habitar en tu monte santo? El que procede honradamente y practica la justicia, el que tiene intenciones leales y no calumnia con su lengua, el que no hace mal a su prójimo ni difama al vecino. El que considera despreciable al impío y honra a los que temen al Señor, el que no retracta lo que juró aun en daño propio, el que no presta dinero a usura ni acepta soborno contra el inocente. El que así obra nunca fallará. MIRA SI HAY ALGUNA FRASE QUE TE LLAMA LA ATENCIÓN Y LA PUEDES COMPARTIR EN CLASE Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a Ella: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

Martes

19 de noviembre

Jueves

Miércoles

Lunes

18 de noviembre

Oraciones de la mañana

2024-25

Educación Vicenciana

2ª semana

3ª SEMANA

1ª SEMANA

4ª SEMANA

5ª SEMANA

INFANTIL

PRIMARIA

INFANTIL

SECUNDARIA

SECUNDARIA

SECUNDARIA

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20 de noviembre

21 de noviembre

Viernes

22 de noviembre

noviembre

¡Empezamos siempre: "En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo"

“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Mc 13,31) Nos ponemos en presencia de Dios y escuchamos su palabra: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Escuchamos el Evangelio según San Marcos (Mc 13, 24-32) adaptado para los niños. En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “ Entonces …verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y gloria; enviará a los ángeles y reunirá a sus elegidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo… El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Reflexión: Las palabras del Señor permanecerán y se cumplirán. Cuando alguien te hace una promesa ¿te gusta que se cumpla? ¿Por qué crees que es importante que se haga lo que se promete? Cierre-conclusión - Acción de gracias ¡Gracias Señor por tu Palabra! Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”. (Mc 13,31) Vamos a prepararnos para un momento muy especial de oración. Primero, vamos a sentarnos bien derechos en nuestras sillas. Poned los pies en el suelo y las manos sobre las rodillas. Respiramos profundamente. Inhalamos por la nariz, llenando nuestro estómago de aire como si fuera un globo. Y luego exhalamos suavemente por la boca. Hagámoslo juntos tres veces. Una vez más: respiramos profundo... y soltamos el aire. Y la última: respiramos... y soltamos. Ahora estamos más tranquilos y atentos. Vamos a mantener esta calma mientras nos preparamos para hablar con Dios en nuestra oración. Ambientación: Vamos a escuchar el evangelio de san Marcos de ayer domingo. Estemos atentos. ….nos ponemos en presencia de Dios y escuchamos su palabra: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Del Evangelio según Marcos 13, 24-32: En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Pasado el sufrimiento de aquellos días, el sol se oscurecerá y la luna no dará resplandor; las estrellas caerán del cielo y las fuerzas celestiales se tambalearán. Entonces verán venir al Hijo del hombre entre nubes con gran poder y gloria; él enviará entonces a los ángeles y reunirá de los cuatro vientos a sus elegidos, desde el extremo de la tierra al extremo del cielo. Fíjense en el ejemplo de la higuera: cuando sus ramas se ponen tiernas y brotan las hojas, saben que el verano está cerca. Pues lo mismo ustedes, cuando vean que suceden estas cosas, sepan que el Hijo del hombre ya está cerca, a la puerta. Les aseguro que no pasará esta generación sin que todo esto suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. En cuanto al día aquel y a la hora, nadie sabe nada, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, sino sólo el Padre». Palabra de Dios Para reflexionar:

  • ¿Qué significa para ti que “el sol se oscurezca y las estrellas caigan”? ¿Cómo te imaginas que se sentiría la gente en ese momento?
  • Jesús dice que nadie sabe cuándo sucederán estas cosas. ¿Por qué crees que es importante que estemos preparados y atentos?
  • ¿Cómo puedes aplicar la idea de estar vigilante en tu vida diaria? ¿Hay cosas en las que necesitas concentrarte más?
  • ¿Qué te hace sentir esperanzado cuando piensas en el futuro, incluso si hay momentos difíciles?
Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”. (Mc 13,31) Antes de comenzar nuestra oración, vamos a tomarnos un momento para tranquilizarnos y preparar nuestro corazón. Siéntate cómodamente en tu silla, con la espalda recta pero relajada. Deja que tus manos descansen suavemente sobre tus piernas. Cierra los ojos si lo deseas, y respira profundamente. Inhala lentamente por la nariz… y exhala suavemente por la boca. Siente cómo tu cuerpo se va relajando con cada respiración. Ahora, deja que tu mente se calme, dejando a un lado los pensamientos y preocupaciones por un momento. Concéntrate en este momento, en tu respiración, y en la presencia de Dios que está contigo. Vamos a pedirle a Dios que nos acompañe hoy, que nos guíe y que nos llene de su paz. Estamos listos para comenzar nuestra oración de la mañana de hoy. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Observa atentamente la imagen: TITULAR: Comparte con los compañeros un titular que capte la esencia de lo que ves. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”. (Mc 13,31) Como cada lunes, al comenzar la semana, traemos a nuestra oración de la mañana el Evangelio de ayer, domingo. Siempre que nos dispongamos a escuchar es importante que nos coloquemos en una postura correcta. Si hay algo, delante de ti, que crees que te puede distraer, quítalo. Intentamos hacer silencio interior, intentamos sacar de nuestra mente aquello que nos puede distraer y una vez preparados… escuchamos… En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Del Evangelio de san Marcos. (Mc 13, 24ss) En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Aprended de esta parábola de la higuera: cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, deducís que el verano está cerca; pues cuando veáis vosotros que esto sucede, sabed que él está cerca, a la puerta. En verdad os digo que no pasará esta generación sin que todo suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. En cuanto al día y la hora, nadie lo conoce, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, solo el Padre». Palabra de Dios REFLEXIÓN: Hemos escuchado y tratado de interiorizar la Palabra de Dios que hoy nos presenta alguna idea compleja. Jesús habla de la llegada de los tiempos finales en los que toda persona de bien reconocerá que Dios ha estado y estará siempre con nosotros. Esa llegada definitiva del Reino de Dios -tan esperada por el pueblo de Israel- será como un estallido repentino de vida en la naturaleza. Hay muchos hombres y mujeres de bien que han dado su vida trabajando y esperando la llegada definitiva de un mundo en paz. Un mundo en el que todos sepan que “El cielo y la tierra pasarán, pero sus palabras no pasarán”. Permanece lo esencial. Ellos no se han quedado de brazos cruzados, sino que han trabajado juntos por un mundo más justo, equitativo y solidario. Nosotros miramos de cerca a san Vicente y santa Luisa. ¿Cómo puedes construir tú un mundo más a la medida del Reino de Dios? Piensa y comparte tres cosas concretas que puedes hacer con los que te rodean (familia, colegio, barrio, amigos…) Terminamos, como cada día la oración, dirigiéndonos, a nuestra Madre: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”. (Mc 13,31) Vamos a prepararnos para un momento muy especial de oración. Primero, vamos a sentarnos bien derechos en nuestras sillas. Poned los pies en el suelo y las manos sobre las rodillas. Respiramos profundamente. Inhalamos por la nariz, llenando nuestro estómago de aire como si fuera un globo. Y luego exhalamos suavemente por la boca. Hagámoslo juntos tres veces. Una vez más: respiramos profundo... y soltamos el aire. Y la última: respiramos... y soltamos. Ahora estamos más tranquilos y atentos. Vamos a mantener esta calma mientras nos preparamos para hablar con Dios en nuestra oración. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Oramos con la música, estamos muy atentos para poder hacer eco de algún verso que nos haya llenado el corazón. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”. (Mc 13,31) Antes de comenzar nuestra oración, vamos a tomarnos un momento para tranquilizarnos y preparar nuestro corazón. Siéntate cómodamente en tu silla, con la espalda recta pero relajada. Deja que tus manos descansen suavemente sobre tus piernas. Cierra los ojos si lo deseas, y respira profundamente. Inhala lentamente por la nariz… y exhala suavemente por la boca. Siente cómo tu cuerpo se va relajando con cada respiración. Ahora, deja que tu mente se calme, dejando a un lado los pensamientos y preocupaciones por un momento. Concéntrate, en este momento, en tu respiración y en la presencia de Dios que está contigo. Vamos a pedirle a Dios que nos acompañe hoy, que nos guíe y que nos llene de su paz. Estamos listos para comenzar nuestra oración de la mañana de hoy. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Santa Luisa de Marillac enfatizaba la importancia de la confianza y la esperanza en Dios en su labor con los pobres, ella decía: “La confianza en Dios es nuestra fuerza y nuestra esperanza”. Os invitamos a reflexionar sobre cómo podemos estar “alertas” y “preparados” en vuestra vida diaria al servir a los demás y practicar la caridad, tal como enseñaron San Vicente y Santa Luisa. ¿Cómo podemos mostrar amor y servicio a nuestros amigos y compañeros en el día a día? ¿Qué significa para nosotros estar preparados para ayudar a quienes nos rodean? Podemos repetir juntos: Señor, te damos gracias por tu palabra y por el mensaje de esperanza que nos has traído. Ayúdanos a estar siempre alertas y preparados para actuar con amor hacia los demás, siguiendo el ejemplo de San Vicente y Santa Luisa. Reflejando la esperanza y la luz de Cristo en nuestro comportamiento diario. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”. (Mc 13,31) Hacemos silencio, nos sentamos cómodamente, respiramos profundamente y nos ponemos en presencia del Señor. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. En torno a las figuras de San Vicente de Paúl y Santa Luisa de Marillac se ha formado “La Familia Vicenciana” que está formada por un grupo de cristianos, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos que siguiendo sus huellas quieren continuar “evangelizando de palabra y de obra”, sirviendo a los pobres, a los enfermos y a los necesitados, erradicando la pobreza y el hambre. Todos, como San Vicente y Santa Luisa hicieron, quieren continuar la misión de Cristo anunciando a los pobres la Buena Nueva del Amor de Dios. Una de las ramas que forman la Familia Vicenciana es la Compañía de las Hijas de la Caridad. Hoy vamos a conocer a otra de las ramas que forma esta gran y generosa familia, la Sociedad de San Vicente de Paúl.

  • Pensamos en las ideas más importantes recogidas en el vídeo y contrastamos con nuestras motivaciones para sentirnos partícipes de la Familia Vicenciana.
Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”. (Mc 13,31) Hacemos silencio, nos sentamos cómodamente, respiramos profundamente y nos ponemos en presencia del Señor. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. En el reverso de la Medalla Milagrosa encontramos dos corazones que son los de Jesús y María. Ellos nos dicen que siempre es tiempo de amar. El corazón es, en todos los idiomas, el símbolo del amor. Uno de los dos corazones está coronado de espinas y el otro atravesado por una espada. Estos símbolos nos enseñan que amar no es cosa fácil. Todo amor conlleva en algún momento sufrimiento porque implica olvidarse de sí para entregarse al otro. Sin amor, nada tiene valor. Lo que vale una persona no se mide por sus títulos o diplomas, no se mide tampoco por el dinero que tiene… sino por la capacidad de amar que tiene. No hay amor sin entrega, no hay felicidad sin amor. Canción: Reflexionamos juntos: ¿Cuántas veces nos cuesta ver a los demás tal y como son? ¿No será que nos dejamos llevar por los prejuicios y etiquetas y no damos oportunidad a los demás de mostrar cómo son realmente? A veces hay personas, amigos, familiares o profesores que nos ayudan a mirar de otra manera, a ver con los ojos del corazón. Jesús nos enseña que todos somos iguales a los ojos de Dios. No hay divisiones de riqueza, origen, color de piel, etc. Dios nos ama a todos por igual. Señor,necesitamos aprender a ser justos, respetando a todos, aceptando a los que piensan diferente, valorando la diversidad. Necesitamos aprender a convivir, Jesús, sin alzar la voz, sin maltratar u ofender, sin discriminar o prejuzgar. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre, ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”. (Mc 13,31) Hoy queremos que al comenzar el día tus ojos se llenen de luz, pero no una luz LED como las que nos ciegan cuando vemos luminosos en la calle. Hoy deseamos que te envuelva la LUZ de la Resurrección de Jesús. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Mira fijamente la imagen que te presentamos. Se trata de un cuadro bastante grande que ha hecho un artista anciano, que vive en una situación precaria y que además sabe de la solidaridad vicenciana en su día a día.

  • ¿Qué se impone con claridad ante tus ojos?
  • ¿Qué preguntas parece que quiere hacerte esta imagen?
  • ¿Dónde ves que el artista habla con sus manos de Resurrección y Vida?
Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre, mujer que supo ser solidaria y vivir de fe. ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Mc 13,31) Vamos a comenzar un ratito muy especial en el que podremos hablar con nuestro amigo Jesús. Para ello, hay que estar relajados y tranquilos, puedes conseguirlo si respiras profundamente, toma el aire por la nariz y expúlsalo por la boca. Abre bien los oídos y el corazón. Nos ponemos en presencia de Dios… En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Ahora, escucha con atención la siguiente canción: Si has escuchado bien esta canción sabes que siempre puedes confiar en Jesús y que, a pesar de las dificultades, Él camina a tu lado como un amigo fiel que nunca te fallará. Reflexión: La fidelidad de Dios es verdadera y ha sido demostrada muchas veces. Sus palabras se cumplirán como nos anunció Jesús. ¿Sabes qué significa ser fiel? Viendo este vídeo lo entenderás mejor. (Dejamos unos minutos para que piensen en ello y hacemos puesta en común sobre lo que han visto) Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Mc 13,31) Ambientación: San Vicente y santa Luisa siguieron fielmente la Palabra de Dios y trabajaron por llevarla a la práctica. También nosotros debemos seguir su ejemplo. Nos ponemos en presencia de Dios En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Reflexión:

  • Escuchad bien esta frase de San Vicente: “Dadme un hombre de oración y será capaz de todo”
¿Qué creéis que quería decir San Vicente?
  • Santa Luisa de Marillac dijo “Que mi primer pensamiento después del descanso de la noche sea para Dios”
  • ¿Vosotros también ponéis el día en sus manos?
  • ¿Creéis que Él os escucha y que os ayuda como a nuestros fundadores?
Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre. ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Mc 13,31) Ambientación: ¡Confía! Cielos y tierra pasarán pero mis palabras no pasarán - nos dice el Señor. Todo llegará a su fin, pero su amor, su misericordia y fidelidad hacia nosotros jamás se acabará. Nos ponemos en presencia de Dios En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Observa la imagen que está relacionada con el texto del Evangelio. Reflexión:

  • ¿En tu casa tienes una Biblia?¿ Tus papás te leen la Biblia?¿Te cuentan las historias de Jesús?
  • En el colegio, tus profesores te leen el Evangelio. Por el Evangelio conocemos las palabras de Jesús y nos dan pistas de cómo vivir y actuar bien.
  • ¿Te gustan las palabras que decía Jesús?
  • ¿Crees que puedes hacer lo que Él decía para hacer un mundo mejor?
Cierre: Jesús, tus palabras iluminan mi vida y me ayudan a ser mejor. Voy a escuchar muy bien el Evangelio y a estar muy atento para conocerte mejor. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Mc 13,31) Ambientación: Hay cosas y momentos en la vida que se pasan de moda y no nos dicen nada, pero la Biblia es la Palabra de Dios que nunca pasa, pues siempre tiene vida. Nos ponemos en presencia de Dios En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. El/la profesor/a lee en la imagen cuánto significa la Biblia para nosotros y lo importante que es para conocer mejor a Jesús. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”. (Mc 13,31) Siéntate con la espalda recta y los pies apoyados en el suelo, manteniendo el cuerpo relajado. Cierra los ojos suavemente y toma una respiración profunda por la nariz, sintiendo cómo se expande tu abdomen, y luego exhala lentamente por la boca. Repite esto tres veces, permitiendo que cada exhalación te relaje un poco más. Conéctate con tus emociones y, cuando te sientas listo, comienza a hablar con Dios. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Relato: "El faro y el marinero" Había una vez un marinero que navegaba en un pequeño barco. Siempre había soñado con ser un gran capitán, pero su mayor temor era perderse en la inmensidad del océano. En una de sus travesías, se encontró en medio de una tormenta. Las olas eran enormes y la lluvia caía sin parar. El marinero, asustado, miraba a su alrededor y no podía ver nada, excepto oscuridad y caos. De repente, a lo lejos, vio un destello de luz. Era un faro. El marinero recordó las enseñanzas que había escuchado sobre la importancia de seguir la luz en tiempos difíciles. Con fe y determinación, comenzó a dirigir su barco hacia esa luz. Aunque la tormenta seguía rugiendo, el faro lo guiaba, dándole esperanza y seguridad. Finalmente, el marinero llegó a un puerto seguro, donde pudo descansar y reflexionar sobre su viaje. Se dio cuenta de que, aunque había enfrentado grandes desafíos, la luz del faro lo había mantenido en el camino correcto. En ese momento, comprendió que esa luz representaba a Dios y su amor, que siempre está presente, incluso en los momentos más oscuros. Reflexión: Así como el faro guiaba al marinero, Jesús nos llama a estar alertas y preparados, confiando en su luz y amor en nuestras vidas. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”. (Mc 13,31) En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Las bienaventuranzas Las bienaventuranzas están en el centro de la predicación de Jesús y son el corazón del Evangelio. Con ellas Jesús recoge las promesas hechas al pueblo elegido desde Abraham; pero las perfecciona pensándolas no sólo a la posesión de una tierra, sino al Reino de los cielos que ya está aquí presente entre nosotros: Juntos recitamos este texto y con nuestras propias palabras afirmamos que es posible construir juntos un mundo nuevo y una casa común diferente para vivir en paz. «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra.Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.Bienaventurados los que buscan la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa.Alegraos y regocijaos porque vuestra recompensa será grande en los cielos. (Mt 5,3-12) Te pedimos que en un momento de silencio, guardes para ti una de las bienaventuranzas y la tengas presente durante la jornada como un regalo de Jesús para ti. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a Ella: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

Martes

26 de noviembre

Jueves

Miércoles

Lunes

25 de noviembre

Oraciones de la mañana

2024-25

Educación Vicenciana

2ª semana

3ª SEMANA

1ª SEMANA

5ª SEMANA

4ª SEMANA

PRIMARIA

SECUNDARIA

SECUNDARIA

INFANTIL

INFANTIL

SECUNDARIA

PRIMARIA

PRIMARIA

PRIMARIA

PRIMARIA

SECUNDARIA

INFANTIL

INFANTIL

INFANTIL

SECUNDARIA

27 de noviembre

28 de noviembre

Viernes

29 de noviembre

noviembre

¡Empezamos siempre: "En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo"

“Mi reino no es de este mundo. He venido para dar testimonio de la verdad” (Jn 18, 36-37) Nos ponemos en presencia de Dios y escuchamos su palabra: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Evangelio según San Juan (Jn 18, 33b-37) (Adaptado a los niños) Entró otra vez Pilato en el pretorio, llamó a Jesús y le dijo: «¿Eres tú el rey de los judíos?... Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?». Jesús le contestó: «Mi reino no es de este mundo. Pilato le dijo: «Entonces, ¿tú eres rey?». Jesús le contestó: «Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz». ….Palabra de Dios El Reino del que habla Jesús tiene en cuenta a todas las personas por igual. Todas son importantes para Él y todas deben ser respetadas y queridas. Hoy es el Día Internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer. Jesús trataba muy bien a todo el mundo. No le importaba si eran hombres o mujeres, pobres o ricos, sanos o enfermos, de un país o de otro. ¡Estad atentos al vídeo para que comprobéis con qué cariño habla Jesús a esta mujer ¡Jesús es amable con todos! Cierre-conclusión - Acción de gracias ¡Gracias Señor porque Tú nos quieres a todos por igual! Las niñas podemos jugar a las mismas cosas que los niños; Tú nos ayudas a sentirnos seguras, a creer en nosotras mismas y a perseguir nuestros sueños. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Mi reino no es de este mundo. He venido para dar testimonio de la verdad”. (Jn 18, 36-37) Para comenzar, buscamos una postura cómoda, con la espalda recta y los pies apoyados en el suelo. Cerramos los ojos suavemente para ayudarnos a concentrarnos y alejarnos de las distracciones. Comenzamos a respirar profundamente por la nariz, y exhalamos lentamente por la boca. Repetimos esto tres veces, dejando que cada exhalación nos ayude a soltar cualquier tensión y a sentirnos más tranquilos. Es un momento especial para conectar con lo que sentimos y abrirnos a la presencia de Dios. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Ambientación: Una celebración como la de hoy, Día Internacional de la eliminación de la violencia contra la Mujer, es importantísima porque todos merecemos ser tratados con respeto y amor. María enfrentó dificultades en su vida, pero siempre mantuvo su fe y amor, ella es modelo de fortaleza y compasión y nos llama a ser solidarios y defensores de quienes sufren violencia o injusticia. Pidamos hoy por las mujeres que sufren violencia, que la Virgen María nos ayude a ser valientes y a defender a quienes son lastimados. Oración, que leemos todos juntos: “Querido Dios,Hoy queremos unir nuestras voces en una oración por todas las mujeres del mundo. Te pedimos que les des fuerza y valor para enfrentar cualquier tipo de violencia o injusticia. Que en sus corazones sientan siempre tu amor y protección. También te damos gracias por la Virgen María, quien nos cuida con su medalla milagrosa. Que su ejemplo de amor y compasión nos inspire a ser siempre amables y respetuosos con los demás. Ayúdanos a construir un mundo donde todos, sin importar su género, se sientan seguros y amados. Que podamos ser luz en la vida de aquellos que nos rodean, y que nuestros actos reflejen tu amor. Amén.” Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Mi reino no es de este mundo. He venido para dar testimonio de la verdad”. (Jn 18, 36-37) En la oración de ayer centrábamos la atención en la celebración del día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer. Hoy nos centramos en el evangelio del domingo pasado. Para comenzar nos sentamos relajados pero con la espalda recta, los pies apoyados en el suelo, las manos sobre las rodillas. Alejamos de nuestra mente aquellos pensamientos que nos puedan distraer. Nos concentramos en nuestra respiración, que realizamos de manera pausada y profunda. Abrimos nuestros oídos y nuestro corazón a la Palabra de Dios con la lectura del Evangelio del domingo, y escuchamos lo que nos quiere decir. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Del Evangelio según san Juan (Jn 18, 33b-37): Jesucristo, Rey del Universo Tú lo dices: ¡Soy rey! Pilato volvió a entrar en el pretorio, llamó a Jesús y le preguntó: “¿Eres tú el rey de los judíos?”. Jesús le respondió: “¿Dices esto por ti mismo u otros te lo han dicho de mí?”. Pilato replicó: “¿Acaso yo soy judío? Tus compatriotas y los sumos sacerdotes te han puesto en mis manos. ¿Qué es lo que has hecho?”. Jesús respondió: “Mi realeza no es de este mundo. Si mi realeza fuera de este mundo, los que están a mi servicio habrían combatido para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi realeza no es de aquí”. Pilato le dijo: “¿Entonces tú eres rey?”. Jesús respondió: “Tú lo dices: yo soy rey. Para esto he nacido y he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. El que es de la verdad, escucha mi voz”. Palabra de Dios Evangelio y reflexión Para reflexionar:

  • ¿Quién es Jesús para ti? ¿Cómo lo describirías con tus propias palabras?
  • ¿Qué entiendes por la “verdad” que menciona Jesús? ¿Por qué crees que es importante conocer y seguir la verdad?
  • ¿Cómo reacciona Pilato ante las palabras de Jesús? ¿Alguna vez te has sentido que no te entienden cuando intentas explicar algo importante?
  • ¿Por qué crees que Jesús dice que su reino no es de este mundo?
  • ¿Cómo puedes ser testigo de la verdad en el colegio o en casa?
Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Mi Reino no es de este mundo. He venido para dar testimonio de la verdad”. (Jn 18, 36-37) Como cada lunes, al comenzar la semana, traemos a nuestra oración de la mañana el Evangelio de ayer, domingo. Siempre que nos dispongamos a escuchar es importante que nos coloquemos en una postura correcta. Si hay algo, delante de ti, que crees que te puede distraer, quítalo. Intentamos hacer silencio interior, intentamos sacar de nuestra mente aquello que nos puede distraer y una vez preparados… escuchamos… En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Lectura del Evangelio de San Juan (Jn 18, 33b-37) Tú lo dices: soy rey EN aquel tiempo, Pilato dijo a Jesús: «¿Eres tú el rey de los judíos?». Jesús le contestó: «¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?». Pilato replicó: «¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?». Jesús le contestó: «Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí». Pilato le dijo: «Entonces, ¿tú eres rey?». Jesús le contestó: «Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz». Palabra de Dios REFLEXIÓN: A primera vista, es Pilato el que interroga a Jesús, pero para decir la verdad, es Jesús el que toma las riendas y cuestiona la autoridad de Pilato. Jesús es el rey cuya misión es dar testimonio de la verdad. La verdad hecha visible en gestos y hechos concretos, no en palabras como los charlatanes poderosos como Pilato. Es un rey a la medida del corazón humano, que no condena sino que libera, no se aprovecha de los débiles sino que se da por entero en la cruz. Así a los cristianos nos queda claro que su realeza procede del Dios que todo lo crea y hace nuevo desde el amor; claramente su reinado no es de este mundo. A las puertas del Adviento y cuando terminamos el año litúrgico con esta fiesta de Jesús, Rey del Universo, nos preguntamos juntos:

  1. ¿Qué papel ocupa Jesús en mi vida?
  2. ¿Alguna vez he experimentado que Él da sentido a mi vida?
Interioriza la pregunta en silencio
  1. Puedes decir en alto o hacia dentro nombres de personas que te han hablado de Jesús como el centro de su vida. Trata de ser concreto
  2. Cierra los ojos y en silencio, agradece que tengamos a Jesús como centro de la vida de nuestro colegio.
Terminamos, como cada día la oración, dirigiéndonos, a nuestra Madre: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Mi reino no es de este mundo. He venido para dar testimonio de la verdad”. (Jn 18, 36-37) Para dar comienzo a este momento tan especial que es la oración de la mañana, es necesario mantener una postura adecuada, espalda recta, pies apoyados en el suelo; serenar nuestro cuerpo, nos relajamos haciendo tres respiraciones profundas, tomamos el aire por la nariz y exhalamos por la boca. Ahora ya nos encontramos listos para encontrarnos con Jesús. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Hoy es un día muy importante: 27 de noviembre; celebramos la fiesta en honor a la Virgen de la Medalla Milagrosa. Ella se le apareció a Santa Catalina Labouré y le encargó la misión de acuñar una medalla que transmitiera su imagen y sus valores. ¿Qué significa para mí llevar la Medalla Milagrosa? Escuchamos los testimonios. Testimonios Y para ti, ¿qué significa llevar la Medalla Milagrosa? Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Mi reino no es de este mundo. He venido para dar testimonio de la verdad”. (Jn 18, 36-37) Comenzamos este ratito de encuentro con Jesús adecuando nuestra postura, nos sentamos derechos en la silla, con la espalda recta, los pies apoyados en el suelo y las manos sobre las rodillas. Realizamos tres respiraciones profundas que nos ayudan a relajarnos y reducir la velocidad de nuestros latidos. Abrimos los oídos y el corazón a lo que Dios nos tiene que decir hoy, ¡habla Señor, te escucho! En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. El semáforo vida de Santa Catalina Ante la imagen de Santa Catalina, y lo que hemos oído sobre ella, realizamos la rutina de “El semáforo”:

  • Verde: ¿Qué tienes claro?
  • Amarillo: ¿Qué te genera duda?
  • Rojo: ¿Qué desconoces o te gustaría saber?
Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Mi Reino no es de este mundo. He venido para dar testimonio de la verdad”. (Jn 18, 36-37) Hoy es la fiesta de Santa Catalina Labouré Nos preparamos para la oración de la mañana... serenamos nuestra mente... respiramos profundamente... y dejamos que hoy el Señor nos hable a través de la vida de Santa Catalina. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Video Santa Catalina de Labouré ¿Qué es lo que más destacas de Santa Catalina? ¿Te gustaría imitar algún aspecto de su vida? Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Mi Reino no es de este mundo. He venido para dar testimonio de la verdad”. (Jn 18, 36-37) Nos sentamos cómodamente. Respiramos profundamente… Serenamos nuestra mente... Nos ponemos en la presencia del Señor, haciendo la señal de la Cruz: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. ¿SABÉIS QUE CELEBRAMOS HOY? En 1830, en París, en la Capilla del Seminario de las Hijas de la Caridad, estando en oración, una joven, Catalina, contempló y habló con María. De aquel encuentro de amor nos ha quedado un recuerdo, un regalo hecho por la misma Virgen María: LA MEDALLA DE LA MILAGROSA como el pueblo la llamó. ¿POR QUÉ LA LLAMAMOS MILAGROSA? Ni la Virgen María, ni Catalina, tuvieron la “idea” de llamarla “Milagrosa”. El pueblo de París que sufría epidemias y estaba afligido, se encomendó a María a través de la Medalla y sintió que era cierta la presencia y protección de Dios y de María. “¡ESA MEDALLA ES MILAGROSA!”, exclamaba el pueblo al descubrir las curaciones, o el cambio en sus vidas. Así fue como la Medalla recibió el nombre de “Milagrosa” ¿QUÉ ES LA MEDALLA MILAGROSA? La Medalla Milagrosa nos recuerda la presencia de María en nuestras vidas. María nos acompaña, nos cuida con su protección maternal. Con esta invitación María quiere dejar un recuerdo de su mensaje de ternura. Un mensaje que va destinado a todos. Es el signo de la presencia amiga de María que nos acompaña día a día. Y el recuerdo de la Buena noticia del Evangelio. Dios nos invita a llenar nuestro corazón con su gracia. Nos llama a ser medalla para los demás… a transmitir el mensaje de María a todos los que nos rodean… y también a mirar a los demás como medallas a través de sus palabras y actos. Canción “Madre Milagrosa” Reflexionamos juntos:

  • La Medalla nos recuerda la presencia cariñosa y protectora de la Virgen en nuestra vida. Haz memoria de esos momentos en los que has sentido la presencia de María en tu vida.
  • A través de María se nos regala la Salvación. Lo que María recibió, su Hijo, que es la GRACIA, es lo que ella nos da: “las gracias que derraman sus manos” Los rayos que salen de sus manos, son las gracias que pedimos a Dios por medio de La Virgen María. Haz una petición a la Virgen Milagrosa.
  • La medalla también es un compromiso de vida que nos ayuda a cumplir el plan de Dios en nuestras vidas, como lo hizo María: “He aquí la esclava del Señor”. Piensa a qué te compromete el llevar la Medalla de La Virgen Milagrosa.
Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre, ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Mi Reino no es de este mundo. He venido para dar testimonio de la verdad”. (Jn 18, 36-37) En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Hoy deseamos llevarte por los caminos del arte de la mano de un monje que trata de hablar de Dios en su vida: orando, trabajando, pintando… Hoy Jesús se hace Rey del Universo y fuente de vida para nosotros. Acógelo en tu corazón. Contempla esta imagen aparentemente tan simple y permite que te hable de Dios. ¿Qué parece que hay detrás de lo se impone ante mis ojos? ¿Qué me dice la forma, el color, las texturas del trazo? Ahora identifícate con un trazo que se dirige hacia Jesús. Imagina que vamos a hacer un cartel con esta imagen que habla de unidad en la pluralidad de nuestro centro. ¿qué rótulo le pondrías al cartel como slogan del día en el que Jesús desea reinar en tu vida? Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre, mujer que supo acoger el Misterio de Jesús sin destacarse, siendo una más. ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Mi reino no es de este mundo. He venido para dar testimonio de la verdad” (Jn 18, 36-37) Nos ponemos en presencia de Dios En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Ambientación: Hoy es un día muy importante: 27 de noviembre; es el día en el que celebramos la fiesta en honor a la Virgen de la Medalla Milagrosa. Ella se le apareció a Santa Catalina Labouré y le encargó la misión de acuñar una medalla que transmitiera su imagen y sus valores. Comenzamos la mañana escuchando esta canción y rezando juntos esta oración a la Virgen Milagrosa Los niños harán peticiones espontáneas a la Virgen Milagrosa. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo y rezando el Ave María ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Mi reino no es de este mundo. He venido para dar testimonio de la verdad” (Jn 18, 36-37) Introducción: Hoy, celebramos la fiesta de Santa Catalina Labouré y con ella recordamos las palabras que la Virgen le dirigió: “Haz una medalla según este modelo. Las personas que la lleven recibirán grandes gracias. Las gracias serán abundantes para los que la lleven con confianza”. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Vamos a conocer un poquito mejor la vida de Santa Catalina a través del vídeo.: Cierre-petición: Jesús ayúdanos a ser humildes y sencillos de corazón como Santa Catalina. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre. ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Mi reino no es de este mundo. He venido para dar testimonio de la verdad” (Jn 18, 36-37) Nos ponemos en presencia de Dios para rezarle En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Oración: ¡Jesús! ¡Hazme como Tú seguidor de la verdad! Ayúdame a no decir mentiras y, si se me “escapan”, ayúdame a reconocerlas y corregirlas, ayúdame a ser honesto. Reflexión:

  • ¿Crees que es importante decir siempre la verdad? ¿Por qué?
  • ¿Sabes lo que es ser honesto?
Después de ver este vídeo lo entenderás mejor. Cierre- petición:
  • Jesús te pido que me ayudes a ser honesto.
  • Jesús te pido que me ayudes a …..
Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Mi reino no es de este mundo. He venido para dar testimonio de la verdad” (Jn 18, 36-37) En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Introducción: Hoy celebramos que hace casi 400 años, San Vicente y Santa Luisa fundaron en Francia la Compañía de las Hijas de la Caridad: un grupo de mujeres valientes que compartían el Amor a Dios y a los más pobres y que a lo largo de todo este tiempo han estado al servicio del más necesitados. Veamos el siguiente vídeo: HIJAS DE LA CARIDAD Oración: Hoy rezamos de forma especial por cada una de las Hermanas, por cada una de las Hijas de la Caridad y le pedimos a Jesús y a María para que les dé fuerzas y siempre estén dispuestas al servicio de los demás. Acción de gracias: Agradecemos de todo corazón a San Vicente de Paúl y Santa Luisa de Marillac porque nos enseñaron el verdadero significado del servicio, la caridad y el amor desinteresado. . Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Mi reino no es de este mundo. He venido para dar testimonio de la verdad”. (Jn 18, 36-37) Nos sentamos correctamente, apoyando la espalda, colocándonos rectos pero relajados, con los pies en el suelo, las manos sobre las piernas, cerramos los ojos mientras hacemos tres respiraciones profundas. Nos hacemos conscientes de nuestra respiración, podemos ponernos la mano sobre el pecho para sentir los latidos de nuestro corazón. Nos despojamos de las preocupaciones y distracciones para abrirnos al espíritu que nos trae un mensaje de Jesús. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Una historia de amor Hace muchos años, en Francia, vivía un sacerdote que dedicaba su vida a ayudar a los pobres y enfermos. También había una mujer muy buena que compartía el mismo deseo de ayudar a los más necesitados. Juntos, tuvieron una gran idea: fundar una comunidad de mujeres que se dedicaran a cuidar de los pobres, los enfermos y los niños abandonados. ¿Sabes quiénes eran? ¡Claro, San Vicente de Paúl y Santa Luisa de Marillac! En 1633, fundaron la Compañía de las Hijas de la Caridad. Estas mujeres, conocidas como "Hermanas", no se quedaban encerradas en un convento, sino que salían a las calles, hospitales y hogares para atender a las personas que más lo necesitaban. Desde entonces, las Hijas de la Caridad han ayudado a millones de personas en todo el mundo, siguiendo el ejemplo de amor y servicio de Jesús. Lo más bonito de su trabajo es que lo hacen con cariño y dedicación, porque creen que en cada persona pobre y enferma pueden encontrar a Jesús. Hoy en día, las Hijas de la Caridad siguen ayudando a los demás en muchos países, llevando amor y esperanza a los que más lo necesitan. Oración por las Hijas de la Caridad: Virgen María, te pedimos que cuides y protejas a todas las Hijas de la Caridad en su labor (especialmente de aquellas que conocemos o tenemos cerca). Dales fuerza y amor para seguir ayudando a los más necesitados, como lo hicieron San Vicente de Paúl y Santa Luisa de Marillac. Que su servicio sea siempre un reflejo del amor de Jesús, y que sigan llevando esperanza y alegría a todos aquellos que lo necesiten. Bendícelas en su misión y acompáñalas siempre en su camino. Amén. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a nuestra Madre del cielo: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

“Mi Reino no es de este mundo. He venido para dar testimonio de la verdad”. (Jn 18, 36-37) En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Hoy recitamos juntos un salmo de admiración. Basta que salgamos a la montaña, contemplemos el mar o simplemente veamos el correr de las nubes para que nos demos cuenta de la inmensidad de la Creación que Dios nos confía. La casa común, la tierra es hermosa pero frágil, por eso la tenemos que cuidar con los pequeños gestos cotidianos de amor y reconocimiento a la obra de Dios. Hoy también agradecemos con este salmo el inmenso don que hemos recibido todos al hacer memoria de la fundación de la Compañía de las Hijas de la Caridad. Hoy acogemos, bendecimos y trabajamos juntos por el Reino de Dios junto a ellas en una inmensa familia. Recitamos todos juntos el salmo 8 ¡Señor, Dios nuestro, qué admirable es tu nombre en toda la tierra! Ensalzaste tu majestad sobre los cielos. De la boca de los niños de pecho has sacado una alabanza contra tus enemigos para reprimir al adversario y al rebelde. Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has creado. ¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano, para mirar por él? Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad; le diste el mando sobre las obras de tus manos. Todo lo sometiste bajo sus pies. Rebaños de ovejas y toros, y hasta las bestias del campo, las aves del cielo, los peces del mar que trazan sendas por el mar. ¡Señor, Dios nuestro, qué admirable es tu nombre en toda la tierra! Hacemos eco de alguna palabra o frase que hoy es importante para mí en este canto de alabanza y admiración. Dios sigue hablando hoy y lo hace a través de los acontecimientos y de las personas. De manera especial pensamos en las Hijas de la Caridad. Cierra los ojos, repite esa frase y agradece a Dios el don de la vida. Atrévete a tener un pequeño diálogo con Él. Pide y agradece. Terminamos la oración de hoy dirigiéndonos, como siempre, a Ella: ¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!