carta

Tengo miedo, sentimiento que en el tiempo se mantendrá; es, siempre fue, el temor de que lo poco se haga nada. Es extraño, me mantuve en negación y arrepentimiento, y con ello y cosas más me descubrí particularmente egoísta. No termino de aceptar lo que mis acciones me constituyen, no puedo ni nombrarlo, pero si algún día te refieres a mí de tal forma, no lo negaré. ¿Cuándo comenzó?, ¿cuál será el más claro de mis recuerdos? Quizá esté 4to, pues pese a no recordar ninguna acción concreta, si hubo alguna que te lastimara, que te extrañara, algo violento; recuerdo el desborde, las emociones intensas y cambiantes, sentirme celoso, seguro un momento y al siguiente en completa incertidumbre. Ser distante, hostil, grosero…, comenzó durante ese periodo, pero la sensación de incertidumbre era tenue, a pesar de todo guardaba esperanza, sabía que al menos tenía tu amistad. Eso no estuvo durante esta última época, e intenté culparte. Me costó tomar conciencia de que nuestra relación se construyó entre los dos, y aceptar que fui yo quien terminó con ella, aunque tú tomaras la decisión de irte. Cuando dije que nuestra relación era tan íntima a razón de mí estaba siendo completamente injusto, siempre estuviste ahí, tu amor fue constante. No sé cuando se volvió notorio, mi actitud y emociones, conscientes e inconscientes, no pude manejarlas, pero creo no fueron completamente visibles hasta el bloqueo. Es paradójico, ¿no crees?, pensar que después de ello debí cuidarnos más e hice justamente lo contrario. Desbordé y no supe más ser cauteloso, tenía miedo de lo que terminaría siendo, y ese miedo terminó cumpliendo su origen, como una profecía autocumplida.