Diagrama

Libro de cuentos: La Repùblica de los EspantosEscrito: "Pal abras" Escrito: "Del niño que soñaba con tocar las estrellas"

Diagrama Ensayo Expandido: De mi palabra nace el conjuro

Cuento: En ella todo es sombra

Totalidad

Ojos

Infinito

Cuento: Dos veces por la tierraTrasnmedia: Los tres rostros de la muerte

Texto Principal

Cuento: "Nuevas luces"Cuento: "Màs que ceniza"

Fantasmas

Fuego

Volar

Estrellas

Tejidos

Volar

Escribir es volar desnudo como bruja en luna llena. Trazar el cielo como una cometa, tomar la escoba y la vara y encantar la tierra. Maldecir cosechas, erigir imperios, comandar ejércitos, declarar la guerra al cielo. Desafiar lo alto y emprender un duelo para volar de nuevo. Abrir las alas como los pájaros para zambullirse adentro y afuera, en equis, en yé y en zeta. Todas las dimensiones contenidas en un solo momento, todos las nubes postradas y el porvenir de frente. El pasado abajo - no atrás como dicen otros - y el presente en mí, creciendo.

Fuego

Mis manos hacen fuego. Cuando escriben en aparatos y máquinas los dedos hacen chispas y centellas. Ardo. La llama se enciende ardiente y da vida a las formas del humo. Mis uñas desgarran los pliegues de lo real: Desbordan la naturaleza a su ritmo, a su compás. Piromancia. Adivinación. Las profecías perdidas en llamas. Llamas lanzadas por mil dragones. El sol que abrasa vampiros, las piras funerarias y las hogueras de las brujas. La incandescencia en mí honra a los quemados. Mis conjuros le cantan a los caídos. Mi fuego consume almas en clamor por los afligidos. Los cuido bajo mis brasas, me queman y me calcinan.

Estrellas

Cuando escribo, el mundo se conjura. Hechizos, encantamientos, invocaciones, maldiciones, maleficios. Dichos en palabras y hechos en materia. Las brujas me bendicen todas las noches. A mí y a mis ayeres. Para que encuentre en ellas su lengua y pueda proclamar por esta tierra sus historias. Para que encienda velas con las manos y cure heridos con los ojos. Para que mi boca exclame los verbos que enraizan a la humanidad. Para que mi cuerpo sea testigo de las maravillas que no se narran y para que, al filo de la muerte, encuentre la magia del infinito.

Totalidad

Mi cuerpo es una tumba desnuda de relatos. Padezco los dolores terrenales que se narran en mi piel. Ofrendas a dioses paganos que se complacen de la carne. El espíritu anhela sentir lo que el cuerpo goza. Hambre interminable, sed que perdura. Sueño pesado, párpado caído, piedras en los huesos y agujas en el corazón. Mis trozos, mis pedazos, mis partes. Se fragmentan y se unen. Son un todo indivisible y un rompecabezas: Soy multitud y completud. Soy yo y somos muchos. Pululo, me multiplico. Escribir es ser manada, cardumen… Aquelarre.

Infinito

Cuando escribo, el mundo se conjura. Hechizos, encantamientos, invocaciones, maldiciones, maleficios. Dichos en palabras y hechos en materia. Las brujas me bendicen todas las noches. A mí y a mis ayeres. Para que encuentre en ellas su lengua y pueda proclamar por esta tierra sus historias. Para que encienda velas con las manos y cure heridos con los ojos. Para que mi boca exclame los verbos que enraizan a la humanidad. Para que mi cuerpo sea testigo de las maravillas que no se narran y para que, al filo de la muerte, encuentre la magia del infinito.

Tejidos

De mi boca cuelgan las hebras del tejido. La voz susurra un cuento que hilvana sus tramas entramadas. Ato, coso, tejo, remiendo, hilo, despunto, agarro y corto. Las telas me amarran las venas llenas de ancestros. Como cuando mamá tejió magia en mi piel con un libro y papá bordó palabras en mi boca. El amarre está hecho, y yo me quedo perdido entre cuerdas y voces. Callo, hablo, callo, hablo.

Ojos

Mis ojos sueñan con estrellas. El cosmos se desata en mis pupilas. Espejos de lo eterno, reflejos del infinito. Estos ojos que ven y lloran, que se expanden y contraen como supernovas que explotan en la inmensidad. 🎵Polvo universal, precioso y raro. Los astros orbitan mi espíritu dejando en mi cuerpo el peso, la gravedad, los diámetros, las alturas, las presiones, el vacío. Navego hacia arriba con la esperanza de encontrar algo más que el negro espacio de la muerte y allí están, iluminando el firmamento, relampagueando como luciérnagas las estrellas vistas por mis ojos.

Fantasmas

Doncella, madre, anciana. Escribo para recordarlas. Para que sus fantasmas me visiten conjurados por mi canto. Que se aparezcan las muertas - y los muertos- y mis muertas y mis muertos. Que deambulen en mi casa, que recorran los pasillos, que espanten las esquinas, que se manifiesten tumbando sillas y quebrando vidrios. Vengan todos y cada uno. Olviden su muerte un rato y festejen el recuerdo. Surquen la faz de la tierra y pueblen estos paisajes de presencia.